lunes, 29 de junio de 2020

ROISLEN ABREU: Poesía Actual de Venezuela



Roislen Abreu nació en Puerto Cabello, en 1988. Cursó talleres con Armando Rojas Guardia y Eleonora Requena. Resultó finalista del II y IV Concurso Nacional de Poesía Joven Rafael Cadenas, así como del III Certamen Ecos de la Luz. Ha publicado las plaquetas Invocando no invocar (2011), Todo pasa (2013) disponibles en línea y próximamente Desechos domésticos (2020). Textos suyos están incluidos en las antologías Llenos de tinta (2013), El puente es la palabra (2019) y en diversos portales digitales.


Desechos domésticos

Prendí en candela una casa mi casa
                                               en un sueño astral
                                               donde perros trepaban la huida del infierno

Quemé sus paredes para fundar otra tierra
cuartos con techo blanco y una silente noche gris

La casa se cae porque nunca fue hogar

Nadie salió de la cama hasta ocurrido el momento de la consumación
Nadie arrojó un vaso de agua en el nombre de las llamas y su luz

No hay más puertas qué batir No hay madera reluciente.




Herencia
Aun antes de tu llegada
ella sufría de ʻbaby bluesʼ.
Miyó Vestrini

No supe con certeza,
si algo de mi madre aprendí

                                              sé callar
                                              colar café
                                              usar sostén
                                              dejar de mirarme al espejo.

Llevo un nido en mi estómago
con pájaros que no dejan de picar;
comen gusanos
hieren mis huesos
buscan el grito

yo
creo en el silencio.




Hice un poema para enamorar
saludé a mi abuela
                 le rompí las piernas a Dios
                             te escribí a ti a las luces a mi marea

Escupí letras por no llorar escarabajos
volverme un fantasma en el vagón
cortar mis cabellos

Para llegar al cuarto sin ventana
            con plumas en los oídos
                       y escucharte decir loca, te fuiste
                       y escucharme decir no lo vuelvo a hacer.




Salvedades

La única muerte que creemos entender
es la de nuestros abuelos

                                                              aun así
escribimos poemas con sus nombres
esperando en secreto
que nos vuelvan a escuchar.




Reminiscencia

Creo con el peso de Dios en oro,
en comer gusanos de tierra y cruzar el camino a otra latitud

elevar muros que contengan
el río de mis ancestros

cuidar el centro de mi resurrección
velar la muerte de mis hermanos.

Quiero encontrar el descanso
antes de partir

abrir mi pecho en la mesa
hacerme de piel un hogar que no habito.

Imaginar montañas en esta planicie del Sur
donde busco tener la certeza de saber a dónde llegar.





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