LP5 Revista de Literatura y Arte

lunes, 29 de junio de 2009

HANNI OSSOTT: POESÍA VENEZOLANA



Hanni Ossott (Caracas, Venezuela 1946 - 2002). Poeta, ensayista y traductora venezolana. Fue profesora de la Escuela de Letras de la Universidad Central de Venezuela. Sus libros: Espacios para decir lo mismo (1974), Espacios en disolución (1976), Formas en el sueño figuran infinitos (1976), Espacios de ausencia y de luz (1982), Hasta que llegue el día y huyan las sombras (1983), Plegarias y penumbras (1986), El reino donde la noche se abre (1987), Cielo, tu arco grande (1989), Casa de agua y de sombras (1992) y El circo roto (1996).—, traducciones —D.H. Lawrence, RM. Rilke y Emily Dickinson—, asi como ensayos sobre la experiencia poética y la poesía; en España y en Venezuela también se ha publicado antologías de su obra.  

Selección por Gladys Mendía




Lo cotidiano

Hemos visto modos, movimientos, gestos muy breves
         la infinita circulación de instantes
Hemos andado por calles que un día aparecen luminosas
         y otras alcanzadas por la opacidad
Hemos percibido el temblor,  la presencia inminente
         de aquello que va haciéndose
         conservándose como cosa o hálito
Hemos visto hombres, casas, tierras, no del todo comprensibles
         hemos sido extrañados
         puestos a un lado
         por lo nuevo y lo raro
Hemos inventado formas de amor para atacar lo solo
Hemos bebido con placer puesto que no nos está negada la fiesta
                   —la necesaria fiesta aún desde la precariedad
Respiración nos circunda
                   y poseemos ojos para mirar lo innumerable
                   ojos del alma
                   capaces de contener heridas y noticias
De realidad estamos inundados
             hay una montaña que nos atraviesa
             hay un ruido golpeante de mar
             hay siempre en nosotros un vestigio, una huella
             ferviente
             animal
             vibrante
Eternidad de ser se anda entre nosotros
             río siempre sonoro
             fuente siempre encendida
             apego a saber que algo, alguien, sea una cosa
             querencia a una forma
Y decimos esto es, y lo llenamos
             no importa de qué suposiciones
Hay lo posible: el azul del cielo
                       la calle los muros
                       los sueños
                       las cosas ahí
                       asaltando con su presencia.

Ah rara brevedad, de tu misterio y tu goce no queremos la vacancia
¿A qué se podrá después decir: he visto, he palpado?
¿Quién hará de nosotros la otra historia?

Hemos visto querellas
                       casas en fuego
bibliotecas que acumulan sudor de presencia
                       documentos insuficientes
                       apócrifos inútiles
                                                 excusas
Hemos dicho haber visto el fluir y lo estable
          poseemos datos claros de cada movimiento
          también en nosotros se anda la precaución
          edificada por la memoria
          la experiencia de antiguos dolientes

Ah oscuridad... y queremos llevar hacia ti el jardín
                                                      la casa
                                                      la corriente
                                     la luz que ilumina la habitación.

¿A qué podremos decir que hemos visto?





Una memoria

Viene, viene
y es lo mismo, se devuelve
son las mismas palabras, miedo
enumeraciones que llegan de atrás
el aguamanil, el platero, la joya
las sábanas de seda de un egipcio.

La platabanda cayendo con la lluvia
                       y el desastre...

Viene
         se viene diciendo
         desde hace largo, adentro
         ya casi sin premuras
                  cantinela de amor

Viene, salta y golpea
                       Dicho
                       Proferir
                       Llanto

Y tú lo sientes, en la piel
                    repetitivo

                       entre poro y poro
                                de alma

erizándote
         para que recuerdes
         para que recuerdes y sepas

         Es el canto

         La canción
         La escuchada siempre
                       entre resquicios
Siempre una y otra vez
         fastidiosa insistente

Hasta que se va.





*

El tiempo de pasar pasa como cualquier hoja
                         Todas las mañanas
              Para caer
                        sobre cualquiera de los lados
              y en los bordes
              de alguna puerta
                                    Tal vez
              abra de nuevo la posibilidad
              de ese esplendor
Allí y no en otra parte están las cosas
subsanan las heridas de sus nombres devueltos

Y es un viaje eterno
para tocarlas
                    Tal vez




*

Quise mi casa
       aun en medio de la disolución y de la quiebra.
Sus ritmos se acrecientan en mí
       cada cosa allí es sagrada
               para mi única memoria.

Soy la casa
           sus sombras
           sus dolores.

Entera mi persona se ha hecho de ella.

Poseo una identidad
                                 un límite
                                 un cuerpo
                                 una estructura en temblor.




Atracción de lo vasto

Ese canto resonante
de Cuerpo
esa expectoración primera
inicialmente contenida
bufido o eructo desarticulado

Ese pujar vocal

Estertor físico del soy que se busca

Y esa primera abolición del ser en la palabra inicial

Ah voz en ahogo
violencia y voluptuosidad cercada
Ah tránsito de ser a mí

Ah gorgojeo
                  rasgadura de garganta
ruido
                  pobladura de lo vasto

Eco
Inserción de lo inmenso en lo breve
Imagen
Consecución
Y esto: lo que puedo decir desde mí mismo
hoy
ahora que he aprendido a articular mi discurso
Esto, para decir:
Oh escena terrible para espectáculo
Oh espantosa contemplación de lo solo
No calma desde esta calma
No suficiente sin sentido desde esta ausencia

Desierto y ruina
                  –y decirlo se torna ridículo–
Ah, mira la contorsión del cuerpo, la siempre en oposición
Pero me contorsiono
y profiero
sólo yo puedo hacerlo
desde lo que me cerca y me abre
Ah canto siempre devuelto
Siempre no nacido todavía o a destiempo
Tajada, sí…

Y muero por lo vasto que cercena
como los dioses mueren por la nada y se levantan
contra ese soy que en extensión cubre

¿Lo signo, lo fijo, lo canto?
lo dilatado ineludible?
Lo canto, lo signo
porque también habita en mí el deseo de su posibilidad
en franca oposición a lo permanente
en rechazo al borde demasiado preciso
y a la costumbre de esta piel
en distancia de mi propio cuerpo
hacia la instauración de lo breve
por atracción a la ausencia
                                 erguido el canto en regreso al soy





El estanque

Mi infancia es hoy un gran estanque
donde me miro
en su fondo verde liquen
piedras alcanzadas por el musgo
peces de rara y brillante especie.

Yo hundo allí mis manos
y agito las aguas
para alcanzar una sombra
                                  siempre evanescente.

El estanque me devuelve el cielo, las nubes
                             cielo y tierra en él se besan
                                          confluyen.

Yo dibujo allí una imagen, la sueño
                              mas no la alcanzo.





ELIZABETH SCHÖN: POESÍA VENEZOLANA





ELIZABETH SCHÖN (Caracas, Venezuela 1921–2007). Poeta, dramaturga y ensayista. Sus libros: El abuelo, la cesta y el mar (1965), La cisterna insondable (1971), Casi un país (1972), Es oír la vertiente (1973), Concavidad de horizontes (1986), Del antiguo labrador (1983),  Ropaje de cenizas (1993), Árbol de oscuro acercamiento (1994), Campo de resurrección (1994), Del río hondo aquí (2000), La granja bella de la casa (2003). En 1971, fue galardonada con el Premio Municipal de Poesía y en 1994 el Premio Nacional de Literatura.





*
Digo mar
resplandecen las rodelas
se alargan los alcores
mas sólo he pronunciado
aquella voz primaria
traslúcida
vibrante
con la que el hombre
se unió a la tierra y a los cielos.



*
Estarnos cercados.
El espacio amordaza.
La altura desaparece.
Se ha perdido la inmensidad
permaneciendo un oscuro cascarón
que busca afanosamente
el borde final del cielo.



*
Si miras el vacío encontrarás el horizonte del primer y único principio.
El vacío, el horizonte son cauces de la voz sorprendentemente única.
Y si eres humilde no preguntes, ella mira lo que tus ojos no alcanzan a ver.






jueves, 25 de junio de 2009

Entrevista a Oscar Saavedra. Por Augusto Rodriguez

Entrevista a Oscar Saavedra Villarroel
Por Augusto Rodríguez


Oscar Saavedra Villarroel (1977) Licenciado en Educación UTEM. Fue becado por la Fundación Pablo Neruda en el 2005. Ha participado en el Taller de poesía de Balmaceda 1215 Con Edwin Díaz, Elvira Hernández; Taller de Teatro para Profesores impartido por Patricia Tamargo Universidad ARCIS; 2001 Participa en el Proyecto Cine Clubes Escolares, Organizado por el Área de Cine y Artes Audiovisuales de la División de Cultura- MINEDUC con Talleres impartidos por el Crítico de Cine y Profesor DR. David Vera Meigg.; Organizador Cine Foro: Pedagogía y Cine, UTEM; editor revista Paedagogus; 2000: Mención Honrosa del I Concurso Nacional de Literatura Joven: Poesía y Cuento On Line, Categoría Poesía; Segundo lugar año 2001 Concurso de Teatro Infantil, provincia cordillera, con la obra El Muro de los Ideales, el año 2003 con la obra Mi papá se fue a la guerra o se perdió en una esquina y en el 2005 Un guiño de los niños a la poesía chilena; 2003, Mención Honrosa concurso de poesía “Conmemoración del trigésimo aniversario de la muerte de Pablo” Neruda. Jurado Nicanor Parra, Gonzalo Rojas, Miguel Arteche, Fernando Quilodrán, Volodia Teitelboim; 2005 Mención honor XXVII concurso nacional arte y poesía joven Universidad de Valparaíso. Ha participado en diversas lecturas de poesía: “POQUITA FE” II encuentro latinoamericano de poesía Actual, Fiesta de la Cultura, Día Internacional del libro, Feria del libro Usado, Violento Sur, Valdivia; poesía en tránsito, Concepción, Poesías de emergencia, Valparaíso; Lecturas en el Yacana, Perú, presentación del libro anomalías en el Averno, Perú; Ha sido publicado en Anomalías, 5 poetas chilenos, editorial Zignos Perú 2007; Editor del área literatura y crítico de teatro revista Indie.cl. Ha publicado en revistas de México, Venezuela, Chile y Costa Rica actualmente escribe su libro dOPING hISTORICO que está constituido por Tecnopacha, Paíscidio, Pachas, Espunkas y visiones panópticas y una novela llamada Biblia que es un anexo escritural al libro anteriormente citado, cuyos primeros títulos serán publicados en Perú (editorial Zignos) y España (Ed. Amarcord).


1-Oscar, ¿cuándo y por qué empiezas a escribir poesía?

Comencé a escribir por necesidad. Una necesidad que nació en la adolescencia. Una adolescencia feroz, política –viene de familia-. En donde el sentimiento es distinto, es un globo hormonal y un mundo de ideas a las cuales cuesta darle forma, quizá la carencia de herramientas, quizá la aglomeración – que no debe dejar al ser creativo- en donde la visceralidad reina por sobre lo racional. Desde esa irracionalidad – bien autista por lo demás, parte de una personalidad construida a base de experiencias trágicas- comenzaron mis primeros versos. Versos que a su vez eran música. O en realidad eran pura música como decía Enzensberger. Música que me ha seguido como mi sombra, claro que una sombra con mensajes directos. Siempre he pensado que al leer un poema éste vuela por el aire y llega a oídos o sensibilidades que perciben la resonancia verbal de las palabras. Palabras que he sentido en mi corazón o en mis pensamientos y que se han impuesto por sobre la tempestad de la competencia o el fetichismo de lo mediático.. Por ejemplo, cuando comencé a escribir la dictadura militar se había digamos terminado, existía ese fraudulento concepto llamado transición, que dio paso a otra dictadura, la peor de todas, llamada neoliberalismo, con un capitalismo sanguijuela.
Imposible que la adolescencia no sea el inicio. El inicio más desordenado y brillante de la escritura. De ahí me dije: no seré nunca un poeta joven. Y puse en un verso: yo maté mi juventud/ para no ser viejo. Rebeldía. Atisbos de verdad.
Entonces cuando estaba en el liceo, jodido por esa juventud mediocre y estúpida, que sólo pensaba en el fútbol, y que la transición quería que fueran unos jodidos amantes de la democracia, bien carcelaria por lo demás, me encontré con la biblioteca, cuya arquitectura neobarroca me enamoró. Ahí creo haber leído a los simbolistas franceses, al Rimbaud, qué adolescente –poeta- no se ha enamorado de Rimbaud, del Baudelaire de las Flores del Mal, imagínate ¡Las Flores del Mal! Y me hice adicto a un rincón en el subterraneo, en donde las bilbliotecarias, como caso único, me dejaban estar, leer, escaparme de las clases, de los partidos de fútbol de la selección – no sé, pienso que el fútbol es una manera de mantener a la población en un estado vacuo, bien ordenados en su no pensamiento, es mi paranoia, en fin- ahí estaba ojeando la Broma, libros que conquistaban, que te hacían volar o soñar o detestar el Catolicismo, porque a esa edad uno se encuentra con el Anticristo, o Zarathustra, y crees que puedes poner un pie sobre una política oportunista, de codazos; sobre la moral amueblada; sobre el desesperado espectador sin espectáculo. Ese fue mi hogar, por sobre la labia del profesorado cansado de escudriñar en su lengua, el repetido discurso de la educación a medias.



2-¿Qué poetas son tus referentes y cuáles son tus autores de cabecera?

Comenzaré por los autores de cabecera, como la película The Pillow Books en donde -por costumbre- se guardan los libros de cabecera o diarios de vida que son una visión literaria, en las almohadas, además –y el por qué a base de tu pregunta cito esta película- es que esta película nos entrega una visión de escritura y cuerpo. La unión entre ambas. Y creo que he tenido ese tipo de contacto o relación con los libros que han perdurado en mi cabecera. Porque también tengo esos libros de velador, que me acompañan como un enciclopedia, o esos libros que saco cada dos años, porque son mi fetiche o retrospección del tiempo, o esos libros para visitas: “oye, te voy a mostrar un libro que te va a gustar mucho” – a veces he tenido dos, para regalar, o más. Eso me pasó por ejemplo con Merville, Bartleby, el Escribiente. Como salió una colección de Lom bien barata -porque también tengo esa empastada, la personal, la para lucirme con mis invitados sorpresa, que igual la compré barata en el Bío-Bío- compré varias, creo que cuatro, y cada vez que sentía que alguien tenía que leerlo, entonces lo regalaba y le decía, por ejemplo al Joaco: hazlo correr. Es un libro fenomenal y que puede acercar a las personas al pensamiento, al cuestionamiento y a la lectura. También una Antología de Girondo, esa que hizo Sábato, y las regalaba, las compré baratísimas una vez en un supermercado. Bueno Girando es importante. Algo que siempre he dicho, si bien hay que leer lo que más se pueda, también es preferible no intentar leerlo todo sino leer bien lo poco y bueno que llegue a nuestras manos y dejarlos como libros que podemos guardar bajo nuestra almohada, y leerlos como también se debe leer la otredad, el silencio, la calle, las vivencias, lo retórico del viento y el futuro del mar, Farenheit 451. Ray Bradbury, que para que no desaparezcan los libros -porque los quemaban- había que memorizarlos; yo diría hay que comprenderlos y adherirlos a uno lo que más se pueda, para llegar al conocimiento puro – Arthur Schopenhauer- ese conocimiento que luego se expulsa como inspiración o gracia.
Uno de los libros que no he podido despegarme: Los cantos de Ezra Pound –autor y libro de cabecera, creo que esa obra es una creación mayor, una épica histórica-poética que ha marcado a muchos poetas-. También podría hablar de Pablo de Rocka y sus gemidos. La Metafisica de los Bello y la estética, de Arthur Schopenhauer.. Spoon River de Edgar Lee Masters. Los Beat, una generación con fuerza, estilo, consecuencia y buena escritura, (luego en mis años posteriores encontré patéticos aquellos imitadores tanto de los personajes como de sus obras, yo les llamé la policía beat, en mi Tecnopacha). Los objetivistas: Oppen, sobre todo y A, lo que he podido leer, de Zukofsky, ( a los imitadores de ellos les llamé, la mafia objetivista) . David Antin, lo poco que he leído de él, siempre me tiene al borde de la creatividad. Poesía Universal traducida por poetas Chilenos, me gusta ese libro, abre mundos. Los poetas Tang, Sang, Kenneth Rexroth. Maquieira, por facho que parezca, su obra es fenomenal, aunque también la he visto en novelas de ciencia ficción; Vila-Matas, Coetzse ahora último, Elvira hernández, Ariel Aparicio –un poeta Under que adoro y que conocí en un bar, pero son como esos personas de Bartleby y compañía, que han renunciado a la escritura, sin embargo, su obra es maravillosa, y creo que quienes la conocieron en este caso, son los habitantes de ese bar, incluso me quería llamar así-, Zizek, Vallejo, uff, son tantos. Elliot, Derek Walcott, Silvia Plath, Anne Sexton con un confesionalismo macabro, Huidobro, Gonzalo Rojas y su sonido envolvente, mántrico a ratos un canto, Virgilio Piñera, Ted Hughes, Maiakovsky, el viejoven Rimbaud, el potente y rebelde Baudelaire, Navokov, y esa lolita loca y demente, Nathaniel Hawthorne, Droguett y sus Patas de Perro, qué libro, son tantos, por eso te digo que no todos son los de cabecera; Lautremont, Celan, el tarkovsky Padre e Hijo, Esculpir en el Tiempo – y el padre por el Espejo-, Todo Ungaretti quien ha sido una de mis grandes influencias, Kafka, Damaris Calderón y sus Sílabas Ecce Homo, qué genial ese libro. Pero por sobre todo y lo repito el viejo Ezra.
(Se me quedan muchos, incluso lo que estoy leyendo hoy en día, que no puedo nombrarlos, todavía no sé si serán de cabecera).

3-¿Cómo ves el panorama chileno-poético actual? ¿Qué escritores recomendarías?

El panorama de la poesía actual – el que conozco, porque esta respuesta de por sí es una respuesta a medias, no puedo ser arbitrario, pues me falta por conocer y no caeré en el error ese de decir: estos son los poetas que forman “el panorama chileno”. Podría eso sí nombrar nombres de amigos, de poetas que he ido conociendo o de sus obras o procesos de obras, o de sus libros que escapan de la capital capitalista. También te podría decir soy el visionario y hablar de estos diez, o dos o cuatro? Mientras menos mejor, porque así mantenemos escondidos a los poetas o no? –esos pensamientos me dan un dolor ético-. Aún así: muchos de l@s poetas que conozco, tienen fuerza. Me hacen creer que lo poco que sé de panorama, es vasto. Es fecundo. Creo eso sí que hay que ir descubriéndolo, y desde luego los años hablarán de él, no como la hegemonía de un territorio o institución por sobre la independencia del ser y su lejanía con el establishment, no, sino como un país en donde la diversidad debe tomar la palabra, debe hacerse notar su punk, dialogar con sus geografías, debe haber diferencias, distancias, debates.
El neoliberalismo capitalista quiere homogenizar, eso lo sabemos, decir que sólo hay una cultura por sobre las demás culturas y éstas deben rendirle pleitesías. Creo que ese es el pensamiento que se ha ido imponiendo. Pienso que debo a ratos alejarme de mis gustos para saber apreciar el valor de otros. Desde esa objetivización se debe hablar, entablar el diálogo, por ejemplo, del concepto panorama en donde veo rebeldía, en especial en las regiones alejadas de Santiago y sus instituciones. Instituciones que ya eligieron a sus efebos o ninfas. Que los tienen ahí, pensando que escriben un poema fuerte, pero como dice mi amigo Alexis Donoso, se alejan del poema peligroso, el poema que no cualquier acepta, menos las INTIS –concepto tecnopachamánico-. Y escriben, lo que yo llamo: El poema Capitalista. Que quizá no es su misión y uno puro quiere que se rebelen, eso es parte de uno. Aunque con esto tampoco quiero generalizar, porque he visto rebeldías y alejamientos drásticos, y eso me hace pensar, que las instituciones no siempre pueden agarrar un cerebro y moldearlo a su gusto. Es que sabes, pienso que las instituciones, que deberían ejercer su verdadero rol, ya tuvieron su tiempo, y su tiempo no ha generado más que distanciamientos, pocas oportunidades, vuelvo a citar una frase que me ha seguido: “cuando el ser humano entra en una institución, se olvida del ser humano, y sólo piensa en la institución”. Un ejemplo evidente son las bibliotecas: hermosas, geniales, libros únicos, de algunas universidades. Y que en todos lados dice: “lean, es lo mejor que puede pasar en sus vidas”, “la lectura es un derecho”, etc. ¿Tú crees que esa institución abrirá sus puertas y les dirá a las personas de poblaciones, jóvenes extraños en sus vestimentas, abuelitos humildes, señoras dueñas de casa, “vengan, aquí tienen libros maravillosos, que como dicen los carteles, pueden leer” No. Y eso ha pasado tanto con la educación, como con la cultural en general. Un aislamiento. Una falta de oportunidades. Y se habla de democracia. Y de un país en donde las instituciones hacen bien su trabajo. –risas-.
Aunque por otro lado, en relación al panorama, no podría afirmar nada, porque todavía me falta por conocer bastante, pero recomendaría dar unas vueltecita al desconocimiento, acercarnos a la arenas, no sólo observar el mar, sino dibujarlo a través de textos que nos hacen sentir la marea o lo brígido de las olas, sentir un árbol o lo cementado del árbol por sobre la tiranía imponente de las montañas, sentir el frío, el hielo que cae a través de las nubes o como iceberg, el norte, el sur y despegar un poco los ojos del centro, dialogar con el misterio, potencializarse mutuamente, no esconder el sol bajo una aguja, no.
A quienes recomendaría, a los que no se han leído del todo, a los que no se ha leído bien todavía, a la otredad de la escritura. De los que conozco, Arica: Markos Quisbert, Daniel Rojas Pachas; Iquique, un amigo que quiero harto, Juan José Podestá y su Novela Negra, que queremos publicar en Andesgraund, Marcelo Ramos, me leí también el libro que publicó Juan Malebrán en Yerba Mala Cartonera, Reproducción en Curso, que está bien desgarrador; Antofagasta, Marietta Morales, Copiapó, Víctor Munita y su libros –casi todos- publicados en Cuarto Propio, Cristián, Christopher Malebrán, Juan Santander, Aída Osses, Carolina Mayerovich; de Coquimbo: alejandro Jordán – que reside ahí pero es ariqueño, Kamila Muñoz –Valle del Elqui-; Valparaíso: Karen Hermosilla, Marcela Parra, Jaime Elgueta, Antonio Rioseco que hizo un muestra de poesía inédita de Valparaíso, Juan Eduardo Díaz, que hace poco me envió su libro, Fernando Ortega, C. faúndez, Absalón Opazo, América Merino, Sebastián Farah, Banda, Daniel Tapia, Nenen –entre otr@s-; San Antonio: Florencia Smiths, Yeko Aguilera; San Felipe, Felipe Moncada; Curicó: Eduardo Leyton, Gisella Moretti, Rodolfo de los Reyes, Matilde Mendez, Rodrigo González, Mauricio Tapia, Constanza Artiz; Talca: Cristóbal Ramírez, Diego Muñoz, Gustavo Palavecino, un amigo que en realidad está estudiando allá y es Juan Carlos Veloso – muy joven él- que además es un gran gestor cultural y ha entablado diálogo con distintos colectivos de arte, Luis Herrera y su hermetismo performático; Santa Cruz: Marcela Menares; San Fernando: Priscila Lagos; Chillán: un poeta que es uno de mi mejores amigos, Milton Leiva y su Elegía para fantasmas, que da la casualidad que nos conocimos muchos años atrás, a través de mi primo, punkys todos, anarkos por excelencia, Santiago Bonhomme, hay que poner ojo en él, Rodolfo Hlousek, tiene unos textos desbordantes, Patricio Morales, Alejandra Contreras, Arnaldo Donoso; Concepción, Oscar Petrel, Jorge Cid, Ricardo Espinaza, Greta Montero, Cristián Lagos y su colectivo Tres Mujeres, Dafne Meez; Temuco: Oscar Mansilla, Gerardo Quezada, Camilo Herrera, César Cabello, Christian Martinez; Valdivia: Bruno Serrano Navarro, Cristina Bravo, Guido Arroyo, Alvaro Pereira, la patagona-Valdiviana Ivonne Coñuecar; Osorno: Cecilia Pérez, Cristián Antillanka, una de mis poetas predilectas Roxana Miranda Rupailaf, Juan Pablo Huirimilla; Puerto Montt: Nicolás Said, Carolina Caro, Marcos Leiva, Eduardo Fernández, Poli Roa, Persus Nibaes, de la Uníón, Paullete Vásquez, Pía Sommer, etc, etc…
En Santiago conozco a muchos: el colectivo Florerito Quebrado, Los Neodecadentes, que he ido conociendo ahora último y están en una búsqueda re interesante, los chicos de la revista pájaro Verde, muchos poetas de las Okupa, los de Santa Rosa 57, los novísimos que son cinco más Rodrigo Gómez, los del ex-espantagruélico que ahí estuvieron Raúl Hernández, Marcos Yupanqui, los de Poechileanrockers con Amanda Durán, Radio Manini, algunos de la UDP y otras universidades privadas, los de Producto Kolectivo y editorial problema, los del colectivo Lingua Quiltra, de la USach, que están haciendo buenos encuentros, poetas del Arcis, poetas de la Chile y de la Universidad Católica, en donde tengo varios amig@s, poetas de Cerro Navia –mapuches que Aniñir les llama habitante del Mapurbe- como Alberto Guzmán Rallimán, muchos chicos que salen de Balmaceda 1215 y son bastantes, poetas de San Bernardo y su centro cultural otro Sur, de Maipú, de Puente Alto, de Pudahuel, de la revista 2010, de tantas comunas y son muchos, Los poetas del 5, los de la revista Contrafuerte y calle Passy, los de la Rabiosamente Independiente a cargo de la Eli, mi amiga Marcela Saldaño quien tiene un libro maravilloso llamado Un Ojo Llamado Cacería, y un largo etc….
He soñado con hacer un libro que no deje de escribirse jamás, un libro que dé cuenta de un panorama, un libro abierto, como ese libro “Je me souviens” de Perec, en donde cada poeta que quiera agregue su poema y luego venga un giripollas –traducción anagrama- y diga este no es un libro verdadero, demasiado democrático el espacio, y vengan todos los poetas y le sacaran la cresta. Broma, no apelo a la violencia.

4-Tu poesía se nutre de una gran gama de imaginarios urbanos, idiomáticos, políticos, sociales, culturales muy diversos ¿qué me puedes decir al respecto sobre tu propia poética?

Mi poética tiene directa relación con lo político, lo social, la historia, lo literario, con las conductas de la tribu, aquí la imagen es todo el poema en sí,- -un golpe, declaro mi lenguaje como un golpe- es la acción misma en la palabra y su medida es la musicalidad, una musicalidad que entrando en ella se vuelve visceral a ratos, otras veces apenas audible más que para los ojos; es una mezcla entre identidades, espionajes y la saturación de lo evidente, dando respiración boca a boca a conceptos a veces añejos, otras veces renovados. Valorar el hecho de que los conceptos nos pertenecen a todos. Por ejemplo, yo hablo de pachas, concepto re-utilizado en el norte, como también en el canto popular, pero siempre me han dicho es como un pacha tecnológico, y claro, los Pachas, a veces tribu, son la involución –cohesionada, verticalizada- de la masa actual, los individuos que resignificara Marx, he ahí la construcción.
Por otro lado, la transculturización está en ella, porque no podría evitar las nomenclaturas que se dan entre tanto acento cosmopolita que juega al viaje aferrándose hasta la invasión. Cohesiones arbitrarias a ratos, pero que son un vil ejemplo de la sociedad contemporánea que vivimos. Es el rompimiento –táctil, a ratos- con el lenguaje español, de invasión; es romper el adjetivo y darle el lugar de referencia histórica. Lugares comunes. Es potencializar el mensaje, por sobre la típica imagen usaista. Es una visión dopada de la historia. Cito: “te hablaba por ejemplo que esta historia está dopada, manoseada desde siempre. Que esta historia ahora vamos a vivir está dopada desde antes del siempre incluso, mucho antes del antes”. Quizá en esta cita se ejemplifique la imposición de la historia, el matiz burgués de su uso, la escritura irreal de los hechos.
Es por lo demás una poética del riesgo, no como modelo a seguir, sino como lenguaje a escuchar o leer. Una mezcla rara entre barro y blancura, es una opositora a lo que llamo el poema capitalista.


5-Sé que sigues escribiendo dOPING hISTÓRICO ¿qué me puedes decir de este libro?

Es un libro que está compuesto por cinco títulos, Tecnopacha, el primero, que fue publicado el año pasado –octubre- y que da cuenta de una sociedad amante de las vidrieras, neoliberal hasta en su humanismo, cuyo principal protagonista se llama Bolchevique Emotion, un joven fundador-dictador que quiere escribir el poema capitalista, haciendo una revolución consumista para llegar a ser, por ejemplo: un usaísta integral o un buen ejemplo del Eurorreinato; luego viene Pachas, un canto, que es la transmutación –a manera de Visnú -de Bolchevique Emotion a Pacha Hombre: un tirano venido del eurorreinto; enseguida Las Espunkas, una mezcla entre espuma y punk, que es como una lluvia, el lenguaje de estas Espunkas es la lluvia y dan una visión de lo que pasa en las sociedades actuales –desde el punto de vista del agua de mar- (este es uno de mis textos predilectos dentro del doping), Paíscidio es la cagada, de esto no hablaré, - y “Los Cinco Episodios Continentales” en donde dialogan los cinco continentes. Más una novela llamada Indivicultura que está en proceso todavía. –Es que siempre he pensando en escribir un solo libro (no una obra, sino un libro), y en mi caso se llama dOPING hISTORICO.


6-Sé que diriges y recorres tu país con el Proyecto Descentralización Poética y sé que has inaugurado la editorial Andesgraund, ¿qué me puedes decir de estos proyectos?

El primero no es un proyecto como tal, es una acción constante. Y si lo definimos como proyecto, desde la proyección misma, vendría a ser un encuentro –terminando con ese concepto de evento- de poetas en distintas regiones de Chile, interrelacionando diferentas artes: música, visual, teatro, danza, performance, etc; generando una red que vaya creciendo en la medida en que las partes se conozcan – que hasta el momento se mantiene a través de la amistad, honestidad, lealtad hacia la misma acción, una acción genuina-, podríamos decir que al irnos conociendo los diversos poetas de Chile, se puede dar cuenta de un panorama o un acercamiento. (Bueno también esto se pretende prolongar a través de Latinoamérica, hay bastante poetas que en sus respectivos países quieren seguir con esto).
Es democratizar los espacios, evidenciar la gran diversidad poética que hay en Chile. Un poeta de Copiapó me dijo la otra vez: “pareciera que en la poesía chilena el norte no existe, a excepciones, no existe. Las antologías están diseñadas de Santiago hacia arriba”, y esa sensación real, la he escuchado en muchos lugares, incluso en las poblaciones del mismo Santiago.
También es no apostar porque todo tenga que pasar por el Estado; es volver a pensar en el concepto de la Autogestión, volver a enamorar a las personas con dicho concepto.
Es compartir la poesía, y reencantar – reencantarnos- a las personas desde las poblaciones de cemento hasta los desiertos nativos; desde el hielo hasta el creciente sol; desde los subterráneos a la lejanía de una cumbre, teniendo en cuenta que la literatura es para todos y que todos podemos escribirla, escucharla, leerla, que Chile es un país lleno de tradición poética, y que desde la política y la cultura, debe asumir un rol de y actuar, a través de la página-tierra o la tierra en constante acercamiento con la hoja de papel. La acción se puede prolongar a través de talleres, encuentros de poesía, conversaciones, generando movilidad cultural, intelectual, sensitiva, como la quieras llamar, entendiendo los conceptos.
No creo en el poeta –artista-, en estos tiempos, como el poeta burócrata, el poeta de escritorio que no tiene participación cultural, no tiene opinión política o no tiene incidencia en los cambios culturales ni sociales. Y si bien, se puede decir que en realidad no hay incidencia en lo anterior. Tenemos que saber que hay lecturas, hay pensamiento, hay opinión y éste debe escucharse, y no sólo quedarse en la ensoñación que el azar nos entrega, la que te deja como un individuo que piensa en él, en su sombra y lo brilloso de la sombra, por sobre la pluralidad de sus escritos.
Eso es lo que hay que cambiar, y quizá he ahí un lugar para la rebeldía, la con contenido y realmente opositora a los sistemas actuales. La que puede imponerse a través de pensamientos y acciones, la que puede pintar el sol con sus letras.
En resumen, y volviendo a lo primeramente señalado: descentralización encuentro de poesía y descentralización periférica, pretende compartir y llevar poesía a los lugares más inhóspitos, a los lugares en donde hay desconocimiento, porque pensemos una cosa: en las universidades – u otros lugares-, donde se hacen hartos eventos, hay literatura, hay guías espirituales y culturales, hay poesía escrita, no es necesaria tanta lluvia; por qué entonces seguir apostando ahí? ¿a las mismas instituciones? ¿ a los mismos lugares comunes de encuentro? ¿Sería posible cambiar un poco el switch, sintonizar un canal diferente? Poder escucharnos y leerlos en una plaza pública, por ejemplo, en donde por casualidad pasa un niño o una señora y escucha, y hasta se compran un helado y se sientan, y sigues escuchando y a veces llegan con un poema y nosotros escuchamos, y podemos hablar, regalar un libro; ahí también se pueden regalar libros, y no sólo enviarlo al sótano de la institución cultural. Es verdad, se necesita energía. Entonces: dejemos de ser flojos.
Y Andesgraud, quiere dar cuenta de la poesía que se está escribiendo en Chile –desde Arica a Punta Arenas-, y en otros países. Se vienen publicaciones que se están trabajando: Hlousek de Chillán; Eduado Leyton de Talca; Alberto Guzmán Rallimán, Gustavo Barrera –quien de un principio ha apoyado descentralización-, una muestra de poesía de Curicó-Talca; poetas del norte, de Santiago, de poblaciones de Santiago, entre otros.

7-He escuchado en numerosas ocasiones de que supuestamente la poesía solo la leen y la consumen los mismos poetas, ¿crees que es así? ¿Cómo crear mecanismos para que la poesía llegue a otros sectores de la sociedad, pero sin que pierda su parte radical o subversiva?

Sé que muchos dicen “la poesía es para pocos, para los que se interesen y sepan leerla, y no nos interesa tener tantos lectores ni nada”. Yo pienso lo contrario, pienso que la poesía es del gusto de las personas. Todos en algún momento han escrito un poema. Y en Chile la poesía tiene fuerza. No es casualidad que haya llegado a niveles políticos decisivos, hecho revoluciones o ser partícipe de revoluciones, encantar a las personas y que todavía tenga ese encuentro o reencuentro.
Sé que hubo un tiempo largo llamado dictadura en donde la poesía era un peligro, ahora muchos dicen que lo es, pero en realidad el estado los pulveriza con sus cariñitos mediáticos y de migajas. Y como palomas, corren a recoger las migas, y se pelean por las migas, y se escupen por las migas y hasta se enemistan por las migas que tienen algo ahí en su masa: estancamiento.
Pienso que hay muchos jóvenes o niños con potencialidades enormes, que simplemente no han tenido la oportunidad de leer a un poeta que no sea la Mistral o Neruda, si es que – el del 20 poemas de amor y una canción…-, y que tienen talentos enormes, a los cuales les llamo “talentos quebrados” en muchos casos. Hay personas sedientas de poesía. Pero cómo hacerlo, si los poetas se centran en un lugar y dejan ese espacio vacío? ¿Si muchos poetas lo único que quieren es tener un papá institución que los lleve al estrellato hermético de la poiesis? Pero hay otros, los reales, que saben que la poesía tiene pies.
He ido a varios colegios, he trabajado en colegios –incluso hice un taller de teatro que se fusionó con poesía-, a distintas poblaciones de Santiago y de regiones y la reacción frente a la poesía es positiva. No hay lectores porque el sistema no deja que existan, es un oscurantismo, así de trágico, potencializado por miles de distractores, porque el vacío de la televisión es un distractor, el capitalismo neoliberal, abuelitos con pinta de loli pop –todavía-, papás compra-udis, patrullas oligarquicas de piel y hueso; amantes de la cultura, pero a la primera se van a pedir limosnas a Los Providencias; aulladores beat como los papás de Flanders, todos ellos esclavizan y anulan, y si no los anulan el estado entonces los anula, el mismo poeta burócrata-soldado oficial del sistema- amante de su escritorio, el que sabe menear las influencias, hacer una lambara con el banco mundial de su ciudad: anula. Y el posible lector, más que reencantarse, se va por lo vacuo, por la risa superflua de lo mediático.
Creo en el poeta como un actor social – a manera de Marx- no como un ser que no hace más que engominarse con versos. Un poeta que tenga opinión política, opinión en relación a la Educación: acción en ambas direcciones. Un mecanismo basado en lo que llamo Individualismo (poética) plural (acción, diálogo, red), en donde el actor social, pueda generar su escritura –en el caso de la literatura- y compartirla, hacerla un acto, ponerle pies a los libros –los libros parecen están inválidos- y que caminen, que sepan llegar a los ojos, al pensamiento, a la sensibilidad. Y no dejarlos ahí, vegetando, observando al zapato salir y llegar, como una escena trabada, repetida en el televisor-.
Entonces un gran mecanismo son los talleres. Los talleres en las poblaciones los hacen en las escuelas y son profesores que poco saben de poesía. Hace poco hablaba con una profesora que ha hecho un gran trabajo con niños, me dijo: “yo no soy una gran conocedora de poesía, pero he visto que los chicos les gusta y quieren saber más”. Los poetas o las poetas deberían estar ahí, enseñando, dando a conocer su arte, su escritura, la escritura de otros, aportando al gran mecanismo: La Educación. Hay lectores, pero están ocultos o los ocultan. Por ejemplo hay muchos poetas adolescentes en poblaciones que no conocen Balmaceda 1215. Y sí conocen el taller de la tía Juana. La tía Juana es un amor, tiene muchas buenas intenciones, pero le faltan herramientas. Si hay potencialidades ahí, capacidades a veces innatas, por qué no energizarlas, a través del conocedor de aquello, el que ha vivido su vida leyéndola, sitiándola, conociéndola: un poeta o un escritor más genéricamente.
La otra vez fui a un lanzamiento de un libro de poesía en la Florida, una comuna de Santiago, una antología con cinco poetas, y me llevé una gran impresión, estaba repleto, más que cualquiera institución, y las personas gozaban con la poesía, muchos subieron y leyeron sus textos. Hasta bailamos escuchando poesía.
Hay que atreverse a cambiar el engranaje neoliberal del pensador vegetal. Hay que encontrar medios para que las personas se reencanten con las palabras, o el arte, o la expresión, la política por ejemplo.
Es que yo escribo meta-poesía, podrían decir, solamente escribo sobre el lenguaje, y es que yo cito a los norteamericanos, incluso pongo frases en ruso, es que mi poesía es mayor, no la puede leer cualquiera, no es para muchos, ese flaite qué va a leerme, es que primero tendrían que leer biología, historia, ilustrarse, es que tendrían que haber leído a Elliot, es que sin teoría, etc.
Ya basta, basta con ese despotismo ilustrado porno-dernista. Y basta de no creer en las potencialidades lecturas de las personas. A veces pienso que muchos son concertación o derechistas al máximo. Lo único que hacen es llegar a un sector de la sociedad. La misma que luego criticarán. Porque muchos escriben sobre la pobreza, sobre la rebeldía poblacional, sobre las niñas-araña, y es como en la televisión, utilizan la pobreza para fines lucrativos, o de burla. Maldición: si somos seres sensibles y pensantes, o no?
Creo en la lectura. Creo que la lectura genera movilidad intelectual, social y de pensamiento. Y creo que hay que buscar fórmulas. Formulas que son muchas, pero requieren un mínimo de transpiración.
Ya estoy escuchando a alguien decir por ahí: es que yo soy escritor solamente.
Pico.


8-¿Actualmente en qué proyectos literarios estás?

Mira estoy escribiendo una novela llamada Indivicultura. Novela que cerraría el dOPING hISTORICO y que tiene que ver con la acción, la anotación y el ensayo. Por otro lado estoy escribiendo un libro llamado Asia. Asia es una chica que tiene los ojos tajeados por pirámides, pero quiere operárselos para hacerlos globales. También un texto llamado Poema Capitalista, que es simplemente encender la televisión mental de la literatura que me ha llegado, y hacerla dialogar con ese texto hollywoodense, sigo escribiendo y corrigiendo constantemente.
También tengo proyectado hacer algunos videos poemas con textos de poetas amigos. Algo que hice hace tiempo, pero con VHS, un equipo y cables bien piratas. Ahora me encuentro con programas computacionales buenísimos como el After Effects y el Sony Vegas, con los cuales edito los videos.
También quiero aportar a la revista Panorama Literario que será presentada en Talca a fines de Julio posiblemente.
Desde el punto de vista de la organización, sigo en esto de la descentralización, algo que me hace volar y soñar, soñar con una política cultural basada en la autogestión, divorciada con el baboseo estatal. Y cercana a la ética, la ética de una historia presente y un mundo de amistad poética.

lunes, 15 de junio de 2009

Sobre CESAR VALLEJOS y los golpes de la vida. Por Daniela Saidman


Vallejo y los golpes de la vida
Daniela Saidman


Legó las palabras con que nombrar el mundo. Vino desde siempre y desde lejos para alertar las iras, para desparramar odios y esperanzas, para salvar y salvarnos. Nos dejó las luchas y se quedó para siempre en ellas.

“desgraciadamente, / el dolor crece en el mundo a cada rato, / crece a treinta minutos por segundo, paso a paso, / y la naturaleza del dolor, es el dolor dos veces / y la condición del martirio, carnívora voraz, / es el dolor dos veces” (fragmento de Los nuevos monstruos)

César Vallejo (Santiago de Chuco, 16 de marzo de 1892 - París, 15 de abril de 1938), peruano infinito, trovador de las cotidianidades, nos recuerda hoy los ires y venires del mundo y sus penas. Poeta, narrador y periodista, dice presente en cada una de las inocentes muertes, esas que no mueren, porque agitan sus pasos para continuar diciendo que la vida es una victoria ganada en un campo de batalla.

“Le rodearon millones de individuos, / con un ruego común: «¡Quédate hermano!» / Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo. / Entonces, todos los hombres de la tierra / le rodearon; les vio el cadáver triste, emocionado; / incorporóse lentamente, / abrazó al primer hombre; echóse a andar…” (fragmento de Maza)

Defensor de las libertades, de la construcción colectiva de un mundo más humano y menos injusto, Vallejo supo decirse en la República Española y en los papeles que su Patria no alcanzó a censurar. Sus textos dicen amores, como quien canta soledades y tiempos que vendrán. Se sabe que su voz sigue recitando, sin claudicar y sin venderse y vencerse. Enarbolada como un himno, como una canción de protesta, sus versos bienvienen los días que habrán de ser.

“Proletario que mueres de universo, ¡en qué frenética armonía / acabará tu grandeza, tu miseria, tu vorágine impelente, / tu violencia metódica, tu caos teórico y práctico, tu gana / dantesca, españolísima, de amar, aunque sea a traición, / a tu enemigo!” (fragmento de Himno a los voluntarios de la República)

Hoy, cuando Perú vuelve a ser cerco y miedo, la voz de Vallejo retorna, poderosa, mágica, amorosa, indígena, pura… vuelve y con ella, el tambor y el grito, la risa y la tierra, la sangre y el vientre, vuelve, volviéndonos con él y con las ganas, con el futuro a cuestas, con el abrazo que cerrará las heridas.

“Hay golpes en la vida, tan fuertes… Yo no sé! / Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos, / la resaca de todo lo sufrido / se empozara en el alma… Yo no sé! / (…) / Y el hombre… Pobre… pobre! Vuelve los ojos, como /cuando por sobre el hombro nos llama una palmada; / vuelve los ojos locos, y todo lo vivido / se empoza, como charco de culpa, en la mirada. / Hay golpes en la vida, tan fuertes… Yo no sé!” (fragmento de Los Heraldos Negros)

La tierra y sus hijos afloran en la poética de Vallejo, nacen una y otra vez en su palabra, son los hijos e hijas del mañana que vendrá, del tiempo bueno, de los días de calma, de la tregua después de las batallas que se siguen librando y liberando la esperanza. Canto a la vida, a la siembra, al brote y a su cosecha, trova errante que narra los duelos del hambre y de la piel.

“¡Cuídate de los nuevos poderosos! / ¡Cuídate del que come tus cadáveres, / del que devora muertos a tus vivos! / ¡Cuídate del leal ciento por ciento! / ¡Cuídate del cielo más acá del aire / y cuídate del aire más allá del cielo! / ¡Cuídate de los que te aman! / ¡Cuídate de tus héroes! / ¡Cuídate de tus muertos! / ¡Cuídate de la República! / ¡Cuídate del futuro!…” (fragmento del poema XIV, de España Aparte de mí este cáliz)
www.dapaulasa.blogspot.com; dsaidman@gmail.com

*Publicado el lunes, 15 de junio, en el Diario de Guayana

lunes, 8 de junio de 2009

Sobre William Ospina. Por Daniela Saidman

El Rómulo Gallegos para William Ospina
Daniela Saidman



** El escritor colombiano William Ospina obtuvo el Premio Rómulo Gallegos, en su decimosexta edición, con la novela El país de la canela


“La primera ciudad que recuerdo vino a mí por los mares en un barco”. Los conquistadores españoles parten en busca de los bosques de canela que se suponen existen en medio de la selva. Lo que encuentran y dejan de encontrar, lo que aniquilan a su paso, es parte de la desventura americana originada por la conquista española, y se suma a las peripecias y aventuras de los más grandes genocidas del suelo latinoamericano. Esta es la historia que narra el escritor colombiano William Ospina, en El país de la canela, obra que fue galardonada con el Premio Rómulo Gallegos, este jueves 04 de junio.
“Pero el mismo día que supe de la existencia de aquella ciudad, supe de su destrucción”, y es que esta tierra, mezcla de tambores y llantos, de cantos y sueños, es lo que fue y lo que necesariamente habrá de ser. El personaje narrador de la historia, un mestizo, hijo de un español y una indígena, ofrece en el relato la perspectiva de la conquista de América desde la sensibilidad de alguien que pertenece a los dos mundos.
Recuperar la memoria, regarla de esperanzas y reconocerla múltiple, diversa e infinitamente joven y amada, es una forma de nombrarla y nombrarnos, para sembrar los mañanas que legaremos a las hijas e hijos por venir. Literatura y memoria, es un compromiso, anverso y reverso del presente y de la palabra que diciendo nos dice.

VEREDICTO
El jurado de uno de los premios más importantes de la lengua española estuvo integrado por Humberto Mata y Enrique Hernández D' Jesús, de Venezuela; Graciela Maturo, de Argentina; Miguel Barnet, de Cuba, y Elena Poniatowska, ganadora de la XV edición, de México.
“Apreciamos en esta obra valores literarios, históricos y filosóficos. Convenimos en que se trata de una lectura interpretativa de los primeros viajes de los europeos por el Continente, con una fuerte proyección hacia el presente. Su excelencia literaria reside en la sólida estructuración de sus capítulos, su fluido lenguaje, que no hace alarde de erudición epocal, en su vuelo poético y en su ajustada eficacia narrativa y capacidad de atraer al lector. Es una obra inspirada en discursos coloniales, en particular los de Fernando González de Oviedo –admirado maestro del personaje narrador—que no escatima crudezas en los aspectos más criticables y brutales de la gesta hispánica, sin caer en burdas simplificaciones”, dice el veredicto del concurso Rómulo Gallegos 2009, en el que participaron doscientas setenta y cinco obras de diecinueve países de habla castellana.
Asimismo, los miembros del jurado señalan que el mensaje de la novela “supera dicotomías tales como hispanismo e indigenismo, abarca las contradicciones con espíritu humanista y asienta una ética de respeto a la cultura del otro”.

FINALISTAS
Otras obras que fueron seleccionadas finalistas del concurso son La Ceiba de la memoria, de Roberto Burgos Cantor (Colombia), El profeta imperfecto, de Fernando Butazzoni (Uruguay); Bolívar. Delirio y epopeya, de Víctor Paz Otero (Colombia); Tratado del amor clandestino, de Francisco Proaño (Ecuador); Los ojos del huracán, de Berta Serra Manzanares (España) y La historia que me escribe, de Fernando Trías de Bes (España). Resalta el veredicto que entre los temas abordados en las creaciones literarias que participaron en esta XVI edición, destacan el rescate de la fuente histórica, la novela subjetiva, lo fantástico, lo mitológico, las obras de imaginación poética, las novelas biográficas y las sagas familiares, entre otras.

SOBRE EL ESCRITOR
Poeta, ensayista y traductor colombiano, William Ospina, nació en Padua (Tolima), el 2 de marzo de 1954. Estudió derecho y ciencias políticas en la Universidad Santiago de Cali. Entre 1975 y 1990 trabajó como publicista y periodista. Además ha dictado conferencias y realizado lecturas de su obra en distintas capitales del mundo, y publicado varios libros de ensayo, entre los que destacan Es tarde para el hombre, Un álgebra embrujada, ¿Dónde está la Franja Amarilla?, La decadencia de los dragones, Herida en la piel de la diosa, Nuevos centros de la esfera y América Mestiza.
Autor de cinco poemarios publicados, Ospina es socio fundador de la revista Número.
Ursúa, publicada en 2005 por Alfaguara Editores, es la primera novela de una trilogía sobre los viajes al Amazonas en el siglo XVI, y El país de la canela es la segunda, a la que le seguirá La serpiente sin ojos.
El cuarto escritor colombiano que ha sido galardonado con el Rómulo Gallegos admitió, en la Casa América de Cataluña, que los premios “son estimulantes y muestran el buen momento de lo que se está creando, pero estoy lejos de pensar que ganar un premio significa que mi obra es mejor que la de otros candidatos", explicó el escritor.

EL PAÍS DE LA CANELA
El escritor colombiano, defensor de “la franja amarilla”, de los sectores marginados y excluidos de Latinoamérica, es considerado uno de los máximos representantes de la generación posterior al boom latinoamericano.
Días atrás, Ospina describió su novela como un texto en el que se reflejan la codicia y las leyendas fantásticas que guiaron a los españoles en la conquista militar de América, tierra que confundieron con India, una geografía donde abunda la canela, y dónde además pensaban encontrar riquezas y monstruos fabulosos.
El país de la canela, segunda entrega de la trilogía que narra la conquista y colonización americana, se centra en las dos primeras incursiones por el río Amazonas. Se trata de las expediciones que encabezaron Francisco de Orellana, en 1541; y la efectuada por Pedro de Urzua, veinte años después.
Con estas obras Ospina reivindica la voz de los vencidos, sus pequeñas grandes hazañas, y sobre todo el carácter humano, las pasiones y sombras que nos habitan, y que se encontraron y desencontraron en América.
Recientemente, en la Feria del Libro de Madrid, donde presentó la novela ganadora, Ospina subrayó que su obra busca “recuperar la conciencia de los indígenas sobre lo que fue ese choque cultural”. Motivación que ha llevado al novelista y poeta a la creación de estas tres novelas, a las que ha dedicado más de doce años de investigación y recopilación de datos históricos. “Si se toma ese mosaico tan heterogéneo de voces y perspectivas y se sigue el hilo de los acontecimientos se puede reconstruir como fueron esos dos viajes al Amazonas, quiénes fueron sus protagonistas y qué fuerzas humanas se movían en medio de esa lucha con la naturaleza”, indicó Ospina.
Además de un relato sobre la Conquista, El país de la canela es una reflexión sobre las maneras en que europeos e indígenas americanos tienen de mirar a la naturaleza. “Los indígenas tienen una relación mágica y de respeto, mientras que los europeos están desde hace tiempo en condiciones de enfrentar la naturaleza y de intentar dominarla”.
“No podemos ver la Conquista como la labor de los paladines de la civilización contra unos pueblos bárbaros. Menos podemos tratar de invertir el proceso: contar la historia meramente como un genocidio sobre unos pueblos que vivían en una situación idílica. Se trata de ver la complejidad del proceso, y para mí, que ya no trataba de hacer un ensayo sino una novela, era menos importante hacer un discurso sobre lo que pasó que tratar de vivirlo, mostrarlo tal como pasó, por lo menos contarlo por alguien que lo había vivido”, señaló Ospina quien suele ironizar sobre el quehacer de los historiadores diciendo que éstos escriben libros de historia para que los escritores se los cuenten a la gente.
“Trato de hacer el juicio más severo de lo que fueron los excesos de la Conquista –explicó el escritor–. Pero no ignoro que lo escribo en castellano, que es mi lengua y que es nuestra sólo por la Conquista; que pertenecemos irrenunciablemente al mundo europeo, pero también al mundo indígena y americano, y que cualquier pretensión de mirar las cosas sólo desde un ángulo, perspectiva o maniqueísmo, no nos permitirá entender lo que pasó ni verdaderamente habitar el mundo americano de hoy.”
Así, El país de la canela es una invitación a la lectura, a la que nace de los decires y haceres de estas tierras mágicas, contradictorias, donde lo que somos cuenta el silencio y canta los cantos, donde la historia es grito y a la vez esperanza. dsaidman@gmail.com; www.dapaulasa.blogspot.com



El país de la canela
William Ospina
“Añadió que la tierra no sabe demorarse en un solo pensamiento y que detrás de las montañas lo que estaba era el reino de la gran serpiente, pero que ni siquiera los indios conocían su extensión, porque aquel país, más grande que todo lo imaginable, era el bosque final, brotado del árbol del agua.
A mí me afectaba esa manera de hablar. Recordé los relatos de Amaney, contando cómo el mar inmenso está guardado en una caracola, cómo el cielo lleno de ramas es a veces la casa de los animales, y cómo los trazos luminosos en la playa son las huellas que va dejando la noche al caminar”. (Fragmento)


** Publicado el domingo, 07 de junio, en el Diario de Guayana