Bicha: impronta para interactuar.
Por Miladis Hernández Acosta
Bicha es, indudablemente un libro de divertimento
poético, o mejor dicho, un
poemario novedoso, escrito con mucha sagacidad semántica para que el lector
contemporáneo no se aburra de las tan gastadas tendencias románticas y/o
neorrománticas que tanto han atropellado y lastrado los discursos actuales de cuasi toda la literatura hispanoamericana
que nos asiste.
Los presupuestos de Federico Eisner Sagués van encaminados a
ofrecernos una poética burlesca, lúdica y simbólica para implicarse con la
imagen que describe: Bicha o fetiche femenino corporizado y
emblematizado: especie de ángel o demonio, deliquio sin igual para mostrarnos
cuadros bien ambientados donde surte plenamente un yo sin prejuicio.
Sin parsimonia este autor ambienta las imágenes y propone una encarnada
lucha con un animal envilecido, una bestia dura de roer, un reptil apocalíptico
que se legitima como plétora o como vicio para defenderse en la arena de los
gladiadores: hablamos de la vida y en ella sus retos. Hablamos de una batalla y
en ella hay una –culebra- y sus posible –crías- como heterónimo de las
desgracias.
En este ((exceso manifiesto)) el autor se autocomplace y se autodespacha
replanteando un discurso estampado por la segmentación, el fraccionamiento, los
tonos entrecortados para perpetrar un duelo donde el sujeto lírico transgrede
los límites de su realidad y nos enrumba a esa desesperación latente que le
causa obtener, amansar y apoderarse bajo el lastre de muchas tensiones y
enfrentamientos a esa Bicha.
-Extremando- con el objeto seleccionado, Federico se conexiona con el
mundo circundante y describe escenas aterradoras: escenas de doblez, de
pérdidas de valores, de absurdos complejos vivenciales. Este poeta desea
sintonizar con los fenómenos, recontextualizar un corpus de mucha imaginería donde su realidad busca símbolos
comunes, focos cotidianos para revelarnos un holocausto.
Los escenarios escogidos cambian
constantemente, sirven de puente para
recodificar su interpretación del mundo, para hablar de la mentira, para
desentrañar los males, proponer nuevos enunciados ante las chaturas y bajezas
circundantes de nuestras sociedades globales.
Esta culebra lo mismo vive en los montes que en las ciudades, es
paradigma de muchos conflictos; arquetipo de cuantiosos problemas tal como en
su designen lo fue la serpiente del
Génesis: la serpiente antigua que engaña, deshumaniza y por su engaño nos
convierte en míseros mortales, y así Federico versa:
La bicha
la maldita
la ortiga
me tiene de los huevos
me trae a los tumbos
como un reflejo a medianoche
arde y quema por dentro
porque es mía y me consuela.
Y con esta dicotomía el poeta centraliza sus obsesiones; sin embargo hay mucho más que esa confusión, mucho más que la fluctuante anomalía que recorren estos versos: el referente es eslabón para mostrarnos episodios de amor, eventos de sempiternas emociones. Momentos de confinado lirismo que llegan a enternecernos porque para conmovernos y animarnos Federico Eisner también ha creado esta poética.
Esta mañana me despertó una culebra/ o quizás anoche
se escabulló entre mis piernas
hasta abrazarme por la espalda
y estamparme sus escamas
vino como una niña
asustada
a la cama de sus
padres
desperté con lágrimas y era un
susurro/ era su voz
que decía te extraño/
Con un lenguaje dúctil, diáfano, y cercano este autor se enuncia como un naufrago en el inframundo, hay en él una búsqueda constante de sentimientos comunes y de febriles ensoñaciones, y al mismo tiempo afán por exponernos con mucha claridad la propia animalización del individuo contemporáneo; las degradaciones y las dificultades que, el propio hombre es capaz de generar. Considerables son los códigos que este poemario encierra, cada cual encontrará en las mutaciones y derroteros de la Bicha, en los facsimilares de su piel, en los encantamientos, en el veneno que propaga y en su metamorfosis: su propia historia.
Miladis Hernández Acosta.
Princesa de la poesía cubana.
22 de agosto, 2014. Guantánamo.
Bajo el polen de Leo.
Federico Eisner Sagüés (Montevideo, 1977). Radicado en Chile desde la infancia, es escritor, músico y químico. Fue editor de poesía por once años en Ediciones del Temple. Es parte del Movimiento Descentralización Poética. Ha participado en diversas bandas, y lo sigue haciendo. Ahora mantiene un proyecto musical Montevideo, Fotogramas Trío, y otro en Santiago junto a la poeta y cantautora Marcela Parra. Se interesa particularmente por la fusión de poesía y música, dando talleres, lecturas musicalizadas y participando en el Foro de Escritores de Chile. Es fundador junto a otros 3 poetas-músicos de la Orquesta de Poetas. Es autor de Pequeño compendio para un amigo (Ediciones del Temple, 1997) y Bicha(JCSáez Editor, 2008). Ha sido antologado en: 30 Jóvenes Poetas (Universidad de Playa Ancha, 2004), en el disco Poetas-Chile Siglo XXI, Vol. 7 (Rayentru, 2004); Lof Sitiado: Homenaje poético al pueblo Mapuche (Jaime Huenún comp., 2011); y en Me Usa, brevísima antología arbitraria Perú-Uruguay (Paracaídas Editores, 2012). Actualmente se encuentra preparando su primer libro de cuentos. Organizador del Festival de Poesía y Música llevado a cabo en Santiago de Chile en mayo de 2014. Es estudiante de la Maestría en Musicología en la Universidad de Chile.
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