LP5 Revista de Literatura y Arte

martes, 5 de diciembre de 2017

RAÚL HERAUD: Poesía Actual Peruana



Raúl Heraud (Lima, 1970) Licenciado en Psicología. Ha publicado los poemarios Hecho de barro, en 2001 y Respuesta para tres o cuatro en el 2002 bajo el fondo editorial de la Universidad Inca Garcilaso de la Vega, El arte de la destrucción (Buenos Aires – 2006, Teatro de la crueldad, (Lima 2009, presentado en la FIL de la Habana – Cuba), Orange ode (Edit. Mesa redonda 2009). Antología de la nueva poesía cubana 1970 – 2010 (Elefante editores – 2010). Restos (Editorial Letra en Llamas 2011). Rito Verbal – Muestra de poesía peruana 2000 – 2010 (Elefante editores, 2011). La flor de la locura (Los Poetas del Cinco Editora -Santiago de Chile, 2011) Me Usa, Breve Antología Arbitraria Perú – Uruguay (Paracaídas editores, 2012), La piedra elemental (Camareta cartonera, Guayaquil, 2012). Ha sido incluido en antologías sobre Poesía peruana como El ojo de la aguja, 2003, (U.I.G.V), Ríos viejos voces nuevas (Ed. Casa del poeta peruano 2005), Cuentos Reales, (U.I.G.V. 2005) Manual de literatura peruana (Afa Editores 2008), Antología poetas del mundo (Revista Hispanoamericana de Literatura 2008), Antología palabras sin fronteras (Universidad Ricardo Palma – 2009), Antología de poetas peruanos (ediciones Jaguar, México 2009), Confesiones de un descreído (Lima, 2013) Ha editado un disco titulado “Orange ode” con el músico peruano Carlos Alberto Cárdenas donde fusiona poesía y música. Ha participado en festivales internacionales de poesía tanto en Perú como en Argentina, Brasil Cuba, Estados Unidos, Ecuador y Chile. Ha ganado los premios de poesía: Premio Hermandad Latinoamericana, Argentina 2006 y Premio Hispanoamericano de poesía Rubén Bonifaz Nuño, México 2013.



Muerte y decapitación de un hombre sin fe

Cuesta abajo en el sendero de la calavera
donde la vida es una maldición que los hombres soportan
un ángel apareció entre la mierda
besó a los esperpentos a pesar de estar condenados
los amó aun sabiendo que el amor nada podía
el ángel lavó  con vinagre mis heridas
posó sus alas y su viejo cuerno
sobre mis ojos de sapo disecado
nos habló sobre hombres que destejen sus vidas
abandonándolas como trapos inservibles
como raídos envoltorios huecos
todos guardamos silencio por vergüenza
lloramos en vano ante las entrañas de Sísifo
nada de lo que hicimos valió nuestra salvación
fuimos lanceados y apedreados
expulsados de la vida por hombres de fe
ante la llegada de la muerte
dios fue una piedra que tuve que cargar inútilmente
mañana después de mi decapitación
mi cuerpo será incendiado y arrojado a los perros
no escucharé llantos de mujeres ni vendrán putas golpeándose el pecho
solo habrá una lapida sin nombre a la que vendré a llorar  yo mismo.



La cena más miserable

Este lugar es un inmenso cementerio en el que jugamos a salir vivos
hombres y ratas todos sentados como en una gran mesa familiar
y dios que lo sabe todo les da de beber mi sangre
como en un acto de expiación
un negro curare que no es más que mi propia vida
inútil como un cactus seco
todos comen y beben hasta el hartazgo
mi padre eructa el cebo de su puta infeliz
que dejó sus años colgados como res en alguna esquina de la mesa
aquí todavía yacen sus restos junto al pellejo de su hijo muerto
arroja mis huesos a la basura que luego serán devorados por mis
hermanos hambrientos
mi madre engulle mis últimas tripas que más tarde defecará sobre sus amantes
dos perros conocidos se disputan su corazón
revolcándose felices sobre el excremento
en el centro de la mesa
jóvenes hienas se disputan mis sesos por unas monedas
las ratas más gordas los animan a luchar
sedientos de  mi sangre
beben del cráneo de dios
quien les  hace a todos una reverencia con la mano derecha
como señal condenatoria de mis pecados
le indica  al más vil de ellos que ya puede recoger de la mesa
mis entrañas
y agradece a la concurrencia
algunos ríen y cantan otros lloran con la mitad de sus rostros sin consuelo
se leen la suerte y vomitan sus odios disimuladamente
labio a labio
padres contra hijos
bajo las máscaras del amor.



Suicide Street

Todos saben que vivo en suicide street
que por las tardes huyo
de esta calle
que me conduce al abismo
un ángel arroja sus alas
dentro de una gran hoguera
en medio de ella arde dios
otro hombre escribe su última balada
en una vieja cantina
solo flores muertas nacen de sus manos
en esta calle gris como el lomo de una rata
como el nefasto cielo de Lima
satán hace la señal de la cruz
cada vez que alguien tira de la horca
aquí la esperanza es un vino agrio
que sólo se sirve
en los psiquiátricos
en suicide street nadie cree en milagros
solo en un ave negra que
vuela melancólica
sobre estas estatuas de sal.




El hombre elefante

Durante siglos  viví en una cárcel de oro
privado de toda libertad
como una criatura horripilante me alimenté de hombres
de seres que posaron sobre mí todo su odio
la vida era una ilusión que sucedía cada vez que mis carceleros abrían la jaula
fue así que me arrastré sobre ti
como un animal desgajado que huye de la muerte
esperando una muestra de amor
entonces no hubo nada a lo que yo pudiera temer
cuando abriste la jaula
y me tomaste entre tus brazos como a una frágil criatura
tu mano curó mis heridas
y no hubo dios ni hombre que se atreviera a doblar nuestro destino
porque tú cuidaste de mí como a un resucitado
como a un muerto nacido otra vez
a la vida.


Lázaro en un bar de Lima

Lázaro  levántate  sal  del sepulcro, bebe de esta agua maldita
vístete con el cuerpo que abandonaste esta mañana
cuando la vida era una rosa muerta
un animal herido en medio de la calle,
has  vivido siempre al pie de este  árbol que agoniza,
tu amor se parecía  más a una piedra deforme
que ensuciabas con tu semen tibio
huyendo como el niño que encuentra en la oscuridad la mentira de la vida
diciendo: dios  despiértame de este mal sueño
pero dios no existe
y su sombra es apenas un busto que otro hombre llora
y que como tú, reza para que la vida deje de ser un espejismo
un libro sagrado de farsas
donde un triste hombre muere y resucita para nadie.


De:  Anticielo :  Premio Hispanoamericano de poesia Ruben Bonifaz Nuno/              Mexico 2013








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