LP5 Revista de Literatura y Arte

jueves, 30 de abril de 2020

WINIFER RAVELO: Poesía Actual de Venezuela


WINIFER RAVELO (Venezuela, 1994) Estudió un año y medio Química en la Facultad de Ciencia y Tecnología la Universidad de Carabobo en Naguanagua, ahí tuvo la oportunidad de conocer al Departamento de Literaturas y al equipo editor de la Revista POESÍA, elementos que ella considera sus pilares fundamentales en el ejercicio escritural y personal. Algunos de sus textos se publicaron en la Revista de literaturas El Pez de Plata (no circula actualmente) editada y publicada en la ciudad de Maturín (Venezuela). Vive actualmente en el sureste de España.



Campañas de helio explotan la noche, colonias levantan ciudades mansas coronadas por las algas, la columna vertebral del cielo destila su sabia y las mariposas nacen derramadas por gravedad sobre las aguas maduras, bautizadas por círculos originarios

Larva plánula fundadora
sumerge formas al vientre de lluvia
ciclo de luna que orienta los cauces;
16 millones de grados soporta el emperador silente
flores de helio en su entraña condensada

Átomos coronan los reflejos
hidrosfera bautizada por un río eterno
danza del licor incrustado en los árboles
en los labios de la corriente
minerales transitorios cortados por la luz

Mar dormida en capas profundas
la luz estremece tus misterios
grieta erguida, cuna fósil agita
la unidad tiembla aflorando superficies
ave de gas turbio, especie inmaterial

4.600 millones de años, una diosa sin nombre
endurece su útero y amansa al tiempo
roca antigua, nido de los elementos
espejo cóncavo del círculo ardoroso

Plumaje de fuego ahogado, la ciudad secreta de los Nabarao
profunda y fértil en los cristales dormidos
raíz liviana enhebrada semilla
relámpago inaugural de la tempestad
mujer, sangra en el río, eres la dimensión del sol en las aguas.

Celebro que la montaña es el pecho de la tierra, mineral derretido en la mar cayéndose sobre el vientre del reptil, cálido latido sobre líquido inmenso, fuente terráquea derramada sobre matriz fértil, corto la tierra para ver hijos nuevos, en páramo abierto la fundación de los cristales.

Notas:
1) En la mitología Warao los Naborao son criaturas similares a los humanos, viven bajo las aguas, persiguen a las indias en sus días de menstruación, suelen tomar forma humana para poseer a las mujeres y hacerlas concebir un hijo.




Isabel

Me dormí con el canto de María Sabina,
soñé que en una catedral de piedra nacía toda la música,
cada jaula del universo se transformaba en cobre
los pájaros se despedazaban con las ráfagas del sol
enloquecían con el metal conductor que les aceleraba el latido.

Dónde nace el sonido de los metales
dónde está el eco de las campanas
el canto del pájaro resuena en el cobre de su jaula
y en su pequeño músculo hay ventanas abiertas
donde se embrujan las voces del agua.

Todas las aguas me llevan a ti, 
aurora incendiada de la transparencia
en la garganta de un lago estaba tu rostro
y el tiempo humano caía en el humedal
niña corriendo detrás de los escarabajos,
entierra tus hombros para aliviar el dolor de la infancia.

Te llevaré a Leticia para hundir tus cabellos en el oscuro amazonas,
mientras tu cara se abre en el atardecer
y todo lo salvaje celebre que tus pies descalzos
amanecen húmedos en el ombligo de la eternidad.

En mi sueño todo el metal de las jaulas se derretía
y liberé a los pájaros en los bosques
para que su canto te incitara a bailar
mezclándote con el follaje, inaugurando la lluvia
hasta ser el centro del diluvio donde nace por segunda vez la mar.

Niña alga, danzante, las edades de la tierra vibran en ti,
las capas geológicas despiertan luego de millones de años
y tu corazón es un símbolo adorado
en las ceremonias tribales a la fertilidad y al alimento.


Te encontraré en el verdor enraizado de la profundidad.




(*)

Alguien toca un tambor allá afuera
espejo con grietas,
la madrugada
esta casa es el mar y estoy entrando
esta casa es una isla con un molusco fluorescente
durmiendo en su hígado
estás reventado tambor mántrico
en mis manos
estás reventado tambor mántrico
en mis óvulos
estás reventado
tambor
Portal
el mar metálico de la casa vibra por el latido del molusco,
él sueña con Dionaea muscipula devorando peces gigantes
la tridacna mueve sus sifones inhalando la música de los espejos
balancea sus siete ondulaciones cuando el tambor desespera al océano
 cada onda acuna a los insectos antes de morir en el bosque.
Esta casa es el elemento perdido donde todos los metales son híbridos
todos los metales son miscibles en esta casa
todos los metales están en el mar, iridóforos en la piel del que duerme
todas las flores heredaron la conductividad del cobre
las azucenas eléctricas caen como un relámpago en la grieta
la roca densa, viva, apareces en el sueño de tridacna
laguna turbulenta donde elipses sombras imitan las manos del agua
arrojan en un vocab la seda púrpura que ahora baila en las profundidades
el cuerpo de sílice de las bromelias trae en su núcleo la playa bondadosa
al agua noble donde se arrastra el último sonido de los animales dormidos.

Notas: 1) Tridacna: es un género de molusco con colores fluorescentes gracias a sus órganos hialinos.
2) Vocab: substrato de fibra natural segregado por ciertos moluscos para adherirse a rocas en el mar.
3) Dionaeas muscipulas: planta carnívora familia de las Droseraceae.
4) Sifón: órgano presente en moluscos marinos, que les permite succionar y expulsar agua, logrando ser un órgano importante para la respiración de animales acuáticos.



Soneto del nutriente

Símbolos acústicos en forma conquistada
el arco quieto bordea la impía
sé del pecho tembloroso erigiendo vigilia
memoria fundada en frente arbolada

Cristal anunciando la tierra desnudada
magnetismo silencia geometría
piedra líquida en vena acaricia
líquido oscuro en presencia olvidada

Opacidad en círculo naciente
tejedoras solemnes de refugios delirantes
jardines inauguran primitivo aroma

Roca incólume en fragmento durmiente
memoriosa agua en calma sangrante,
plata espejada de secreto idioma.




Manicaria saccifera  



Cantemos juntos, dancemos juntos,
hablemos a las flores,
a los animales, a los ríos.
Todos permaneceremos,
cada día seremos más fuertes,
creceremos como la hierba,
como el bejuco silvestre,
entibiaremos la tierra con calor de sol.

(Fragmento de un poema del pueblo Wenaiwika)
      



Tida vuelve a nacer entre temiches
los pies de la madre, látigos, como raíces
toda la tribu hundida sobre su peso
el cuerpo del padre, del abuelo, de la fe
está en la curiara

Anibaka es el cuerpo terreno
raíz atada a los dedos de Wamma
tierra yakari en cada guardiana primitiva
cabellera en jardines de Rhizophora mangle

Jo 
    jo
        jo 
           
Palmera vigilante; cortezas agraciadas por el agua
el agua (jo) es un cristal memorioso,
las manos de la partera alivian con menjurjes de temiche sagrado,
el cuerpo recién florecido
(temiche eres habitad de consuelo)
testimonia semillas del cántico y los tiempos

Los pies de la mujer penetran el río
cada latido es un ritmo espejado
arena tejedora en paso de manglares 

Sangre de la recién parida
sangre de la mujer en racimo de labrantía
su vientre soporta una presión cristalina:

Aquí la tierra desnuda cada piedra
el mar es siempre uno solo
dividimos las aguas pero siempre son una

Temblor de la piedra
ferocidad del agua
boca salvaje de un río dominando toda la mar

Nohaba/ Nohaba/Nohaba

Veo el atlántico soberbio en los ojos de la parturienta
cuánta nobleza esconderá el pudor de su cuerpo
cuánta mudez tendrá el devenir del rio
agua amplia en el secreto de la palma

Yaja  solemne acurrucas
sexos enverdecidos en tu paciencia
cuerpo materno hecho bosque imajana

Dani/dani   da  - ni       /      da       -       ni



Ramaje bondadoso de ternura
sobre el habla sumergida de la deltana
mujer warao que llora por reverencia a la vida

Temiche ofrenda del Delta
tus sustancias duermen la queja
son el abrazo materno de la adolorida
serenas la sed del guerrero entre ciénagas
tus frutos delicados son garantía del pueblo y su alimento

Wamma, wamma, wamma cantan las niñas en el río
pedestales de Azollas erigen la criatura
sobre el temiche: “warao-nibo nakae warao-tiba nake”

Pájaros celebran en los altos cachicamos
el gesto de ofrenda de la recién cultivada:
Hanoko seke ka-ukatida a horonobe

El pueblo guarauno canta: ¡yakerara!



Notas:

1)Manicaria saccifera o comúnmente conocida como Palmera Temiche, yaja es su nombre warao, esta planta es una acompañante en la vida de todo/a warao, con esta planta construyen sus tejados, nacen entre sus hojas y la tierra, es un ingrediente recurrente en la preparación de muchos medicamentos que elaboran las hierbateras de la comunidad, una de sus propiedades más importantes además de ser un tratamiento para la tuberculosis, la diarrea entre otros es también un anti veneno para las mordeduras de serpientes.

2)El epígrafe es un fragmento de un poema del pueblo Wenaiwika o Piapoco transcrito del libro El Chamán de los Cunaguaros. Viaje por el mundo indígena venezolano de Marisa Vanini de Gerulewicz, publicado en Caracas (2008), editorial el Perro y la rana.

3) Cita textual de la nota número 50 del libro (pág 74) Los Warao y la cultura del moriche del investigador  Antonio E. Vaquero Rojo: En algunos poblados waraos he observado que las mujeres parturientas prefieren alejarse un tanto de las viviendas, acompañadas de alguna partera familiar . Se internan con sus curiaras por algún cañito y dan luz sobre la tierra, aprovechando la escasa elevación junto a la base de algún árbol silvestre, previamente desbrozada y cubierta con hojas de temiche. Durante el trance la mujer suele agarrar de alguna rama o liana como apoyatura para hacer fuerza. Al poco rato y tras lavar en el agua circundante a la criatura regresan a la casa de habitación con la novedad pertinente: “warao-nibo nakae” o “warao-tida nakae”, ha caído un warao-macho – ha caído un warao-hembra.

4)Hanoko seke ka-ukatida a horonobe: presagio warao que significa “la casa es el equivalente de la piel-sexo- de nuestra hija”. Los Warao y la cultura del moriche del investigador  Antonio E. Vaquero Rojo (pág. 77)

5) Significado en español de las palabras waraos:

Anibaka: Niña
Dani: Madre
Imajana: Obscuridad
Jo: Río
Nohaba: Río
Tida: Mujer
Wamma: Madre tierra
Yaja: Temiche
Yakari: Amanecer
Yakerara: Buenos días

6) Rhizophora mangle: arbusto de raíces aéreas,  propio de los países cálidos, donde caracteriza litorales de suelo plano y fangoso y aguas relativamente tranquilas (estuarios, ensenadas, lagunas, etc.), saladas salvo una excepción. El suelo puede estar inundado constantemente o sólo en marea alta. De la costa el manglar puede penetrar hacia el interior, siguiendo los ríos hasta donde,agua se hace dulce. Forma una vegetación fruticosa o arbórea, cerrada e intricada, en que, al fuste de troncos y ramas, se añade una complicada columnata de raíces aéreas y respiratorias. (fragmente extraído del Diccionario de Botánica de Pius Font i Quer  pág. 684). Es el árbol emblemático del estado Delta Amacuro, Venezuela.





miércoles, 29 de abril de 2020

AMARÚ VANEGAS: Poesía Actual de Venezuela


AMARÚ VANEGAS (Venezuela, 1977) Ingeniera Industrial, Poeta, Actriz, Directora y Productora de Teatro y Cine. Magister Scientiae en Literatura Latinoamericana y del Caribe. Fundadora de las agrupaciones Catharsis Teatro y Fundación Cultural Púrpura. Realiza Tertulias Artísticas en Venezuela, Ecuador, Colombia, Chile, Uruguay y Argentina. Facilitadora de talleres de promoción de lectura y creación literaria. Invitada a la Feria del Libro de Bogotá, Festival Internacional del Cultura de Boyacá, Festival Internacional de Poesía de Manizales, Fiesta de la poesía de Villa de Leyva, Encuentro Universal de Escritores Vuelven los comuneros, Feria Latinoamérica del Libro de Cartagena de Indias, Encuentro Internacional “En la Senda de la Palabra” Ecuador y Festival Internacional de Poesía de Bogotá.
Publicaciones y Premios en Literatura:
Mortis, Monólogo teatral (Venezuela, 2001)
El canto del pez, Poemario (Venezuela, 2007)
Híbrida, Poemario en la antología 8 Mulheres en portugués y español (Brasil, 2015)
Criptofasia, tercer lugar en el V Concurso de Relatos SttoryBox (España, 2016)
Dioses proscritos, Premio Internacional de Poesía Candelario Obeso (Colombia, 2016)
La vena de la desobediencia en la antología universal Oír ese Río. (Argentina, 2017)
7 poemas en Antología Poética América grito de Mujer del XI Encuentro Universal de Escritores Vuelven los comuneros (Colombia, 2017).
Añil, Premio Internacional de Poesía Alfonsina Storni (España, 2019)


Selección por Gladys Mendía de Añil (España, 2019)


LA CAÍDA

Lo confieso,
no quise encajar.
Mezclé las formas universales,
probé los actos criminales y justos,
busqué en las lenguas ajenas mi propia respiración:
ninguna calzó, ninguna parte acoplaba.
En esta vena mía algo jadea, se tuerce,
crece en direcciones inesperadas
rutas que se polarizan.
Soy el espasmo de las cosas,
un algo que ronca.
Solo los sueños tienen el mapa de siglos,
la parte del mito que me corresponde por herencia.
Pero al fin y al cabo
¿cómo entender el mundo propio sin romperse?


EL TRUENO

Repetir la esquirla en los ojos,
la herida bajo las uñas,
rascarse los huesos.
No bastan dos orillas para cruzarnos entre tantos sueños
conocidos.
Así la isla,
palabra fingida,
sembrando árboles condenados al fracaso;
rasgando la corteza hasta que venga la larga noche
y en la voz del trueno
se erija la frase definitiva.
La muerte es el único milagro.


MANTO

Viene con sus aves
de noticias blancas o negras.
Mientras descubro el misterio en la ventana,
percibo cierta fobia a los relojes,
los segundos.
Convulsión de agujas.
La muerte teje el manto del tiempo.


DELIRIO

En el comienzo era la sal,
el aire como un demonio
y su grito de sirena negra.
¿Quién podía librarse del delirio?
Aquí cantaron criaturas
que destejían sus mortajas.
Traían el ánfora,
la pala,
el hacha
y trozos de lenguas antiguas;
jergas desconocidas.


DESEO

Intentaste robar mi palabra
como el fuego de los dioses.
Pobre,
no sabías.
La palabra
es algo que nadie tiene en la boca,
tampoco en el pecho.
La mía está en el deseo.



sábado, 25 de abril de 2020

JAVIER ETCHEVARREN: Poesía Actual de Uruguay




JAVIER ETCHEVARREN (Montevideo, Uruguay 1979). Es Licenciado en Ciencias de la Comunicación egresado de la UDELAR (Universidad de la República). En su país, publicó cuatro libros de poesía: «Desidia», «Fábula de un hombre desconsolado» (segundo lugar en los Premios Nacionales de Literatura 2016), «Ruidosa Luz» (mención en los Premios Nacionales de Literatura 2018) y «Cuerpo roto en cuatro puntos cardinales». Todos, salvo el primero, a través de Editorial Yaugurú. Algunos de sus textos han sido publicados en diversas revistas nacionales e internacionales (Maldoror, Letra Nueva, Notre Dame Review, Palabras Errantes, Massachusetts Review, Waxwing, Colorado Review, Blue Lyre, American Literary Review, Blackbird, Xavier Review, otras). En el exterior, fue incluido en las antologías «ME USA» (Perú), «América invertida: an anthology of younger Uruguayan poets» (Estados Unidos) y «Nueva Poesía y Narrativa Hispanoamericana del siglo XXI» (España). En su país: «Uruguachas. Poéticas en Uruguay»  y «Confiado a un amplio aire/ Trusting on the Wide Air. Poemas de Uruguay/ Poems of Uruguay». En Perú, publicó la plaquette «Ruidosa luz»; en Estados Unidos, traducido por Jesse Lee Kercheval, el libro «Fable of an Inconsolable Man».

Selección por Gladys Mendía de RUIDOSA LUZ (2018)



Llevo en la espalda
el peso de la angustia
y voy sin prisa.


Con cada paso,
ganamos y perdemos,
vida y memoria.


Las olas huyen
de un temporal lejano.
Yo hago lo mismo.



Incluso el cielo,
incluso el horizonte,
están vacíos.


Luz triste azotas
con tres versos la espalda
de cada haikú.


Niña que juegas
tan sola, en tu orilla
nace el océano.


Con lluvia escriben
las nubes, la trama gris
de mis palabras.


Ruidosa luz.
Demora en derrumbarse.
Titila el suelo.


Furiosa noche
de luz y oscuridad.
Mar estrellado.


Quise tocarte
y eras aire. Lo sé ahora
que sopla el viento.


Solo tus brazos
lograron rodearme
completamente.


HAIKÚ DEL POETA:
Darle sentido
al ruido, al silencio,
al sinsentido.




ANA NUÑO: Poesía Actual de Venezuela



ANA NUÑO (Caracas, Venezuela 1957) Escritora y editora. Estudios universitarios y de postgrado (Filología Inglesa y Francesa) en Sorbonne-Nouvelle, París. Ha publicado ensayos, artículos y reseñas críticas sobre literatura y cine en Vuelta (México); Syntaxis, Quimera y El Viejo Topo (España); Imagen, El Nacional y El Universal (Venezuela). Ha dirigido la revista de literatura Quimera (1997-2001). Ha publicado: Las voces encontradas (Dador, Málaga, 1989), Sextinario (Tierra de Gracia, Caracas, 1999; Plaza&Janés, Colección Poesía, Barcelona, 2002), Lugares Comunes (Barcelona, 1994-1996)]. Reside en Barcelona, Catalunya.

Selección por Gladys Mendía.



I
La poesía


Como a Marianne Moore, también a mí
me disgusta. Algo incivil hay en la idea
de forzar las palabras a decir
lo que, pudor o pereza, por dentro
llevan. Tomarse uno tan en serio
no es bueno, además, para la salud.

Como sabían curarse en salud,
los griegos se fabricaron la mí
mesis: el único negocio serio
es la realidad. Esta sabia idea
les permitió asaltarla desde dentro,
forzar y saquearla (es un decir).

Un caballo de madera, es decir,
un vientre hueco lleno de salud
ables mercenarios: entre el adentro
y el afuera, el amplio horizonte y mi
agazapada persona, la idea
de un ataque por sorpresa es, en serio,

genial. Así al menos se salva el serio
escollo de la arrogancia. Decir,
además, es decirse, y una idea,
la forma más antigua de salud
o sin tanta redundancia. De mí
se verá la sombra que doy afuera,

como un ombú, un bambú, lo que hacia afuera
tiende naturalmente, pero, en serio,
no me pidan que les presente mi
pereza torpe, enroscada, y qué decir
de mi incómodo elefante. La salud
de un poema está en omitir ideas

tanto como en expulsar de la idea
la excesiva interioridad. Afuera,
en la noche troyana, la salud
es lo que cuenta. Lo de antes, el serio
dudar de todo, el temor, el decir
se que nada vale el esfuerzo… mi

                   pereza cede ante la saludable idea:
                   decir el caballo que allá afuera
                   galopa serio y triste en mi cabeza.




Del libro Sextinario (Fundación Esta Tierra de Gracia, Caracas, 1999 y Plaza&Janés, Barcelona, 2002)






IV

Lesbos

I

No veo nada en Lesbos, dice, sólo
un sendero de chivos que conduce
entre espinos al aljibe,
un pozo seco.

Los prospectos hablan de llanuras fértiles,
trigo, uvas, unas famosas olivas
y algún que otro terremoto,
de vez en cuando.

Pero no hay agua en Lesbos, ríos, fuentes,
lagos como ojos cegados de niño
muerto, piensa el poeta,
decepcionado.

El amor es una elemental flor
de secano, o un olivo y su sombra,
y en ese charco el cadáver
de algún recuerdo.

Bajo la costra reseca del sol,
sin los visos del aguaje romántico,
las rocas hierven de gusto,
cruje el sudor.

Sube de la noche y sus piedras frías
el chirrido de una lluvia de flechas:
tu sangre olvidadiza
batiendo sueños.

II

En mi casa no hay balanzas ni platillos
nada para pesar los suspiros las lágrimas
los sueños que despiertan olvidados

Mi cuerpo acariciado por el tuyo Atis
el viento en la montaña cuando azota los robles
más verde que la hierba
Deja el oficio de tasador de sombras
que los impares busquen igualar en otro cuerpo
la ilusión del otro lado
Apaga mi corazón Atis te quise hace tiempo
pero morirás algún día no miento
quisiera estar muerta

En mi alcoba no hay baúles arcones
no escondo juramentos contratos tinta invisible
para redactar mis prisiones

Cuando me hayas olvidado Eros
de nuevo Eros el sinuoso
te romperá los huesos


III

No hay que dejar que hable el poeta en Lesbos,
donde todo, el pozo sin agua, las olivas
amargas y dulces como la sangre,
el trigo olvidado, reseco en las lomas,
las piedras abrazadas por el polvo,
ha adquirido el no despreciable hábito
del silencio.



Del libro Lugares Comunes (Barcelona, 1994-1996)]