LP5 Revista de Literatura y Arte

jueves, 24 de abril de 2014

ESPECIAL: Lêdo Ivo. Poesía Brasileña de la Generación del 45



Lêdo Ivo (Maceió, Brasil 1924-Sevilla, España 2012) Poeta, narrador y ensayista. Es una de las figuras más destacadas de la moderna literatura brasileña, notablemente en poesía. La crítica literaria lo considera la figura más representativa de la Generación del 45, movimiento de reacción estética contra el clima demoledor y anarquista de la primera fase del modernismo, que pregonaba un regreso a la disciplina y al orden. Como otros poetas de esta generación, volvió a algunas formas poéticas fijas, como el soneto, pero conservando un estilo libre y marcadamente personal. Forjó una fisonomía fuerte y propia, con pleno dominio de la técnica y del lenguaje. Para él, la poesía es una invención de la palabra, una operación verbal destinada a ocultar la vida personal, generando una mitología particular que sustituye la verdad trivial de la existencia. De su obra, ampliamente premiada, destacan sus novelas Las Alianzas (1947) y Nido de cobras, su libro de crónicas La ciudad y los días (1957) y sus memorias Confesiones de un poeta (1979). Libros de poesía: As imaginacoes (1944), Oda y elegía (1945), Ode ao crepúsculo (1948), La ciudad y los días (1957), Linguajem (1966), Estación Central (1968), Poesía Observada (1967), Las islas inacabadas (1985), Crepúsculo civil (1990), Curral de peixe (1995), Nocturno romano (1997). Ha publicado numerosas antologías. Su último libro de poesía publicado en el 2000 es O Rumor da noite.


Selección para este Blog por Gladys Mendía del libro Estación Final (1940-2011) Traducción, Selección y Prólogo por Mario Bojórquez. Caza de libros, Bogotá y Valparaíso, Ediciones Granada. 2012.

Traducción por: Mario Bojórquez




JUSTIFICACIÓN DEL POETA




Padre, mis pensamientos no caben en tu sala con piano

tranquilo a un lado y oscuras sillas vacías cerca de la ventana

mis inquietos pensamientos no caben en la salita con flores

muriendo en los jarrones y paisajes sonriendo en las molduras

deja que ellos se muevan más allá de las cortinas azules y caminen

mucho más allá de las ventanas abiertas

deja que se mezclen con el calmo resplandor de la luna

no te preocupe si los demás se espantan con tu hijo de ojos vivos

y cabellos siempre desaliñados

no te preocupes si recito poemas cuando la noche cae

el tiempo no existe en el alma del poeta

todo es universal y abarca todos los tiempos

los poetas, papá, son los corazones del mundo

son las manos de Dios escribiendo los poemas del mundo inseguro

no importa, papá, que digan que estoy loco

que lloro recargado en los puentes y me conmuevo en los teatros

que pregunto por la oscura Adriana cuando la madrugada baja

en silencio

en silencio

los poetas son los pianos del mundo

sólo ellos permanecerán inalterables delante de las musas y de Dios

sólo ellos tendrán la noción de la agonía del mundo

ayer un niño español fue despedazado por una bomba

mañana se encontrarán poemas en el bolsillo del suicida soñador

mientras tanto las grúas trabajan incansablemente día y noche

y los obreros fatigan sus brazos y sus piernas

ninguna oscilación habrá en la Poesía

ella quedará en equilibrio porque los ritmos la amparan

y Adriana no se prostituye.


Soy una elección. Soy una revolución.





EL OBJETIVO




No quiero hallar lo que otros perdieron:

las monedas en el suelo, los paraguas

olvidados en el autobús, y la vida

dejada por descuido sobre el asfalto.

A lo que nadie vio, aspiro; a lo que existiría

en forma de mar y árbol, si la naturaleza habitual no irrumpiera

con sus sombras y chicharras y cascadas.

Quiero, sueño y admiro lo inédito

como la noche en el caracol de una escalera

a pesar de todo cerca de las constelaciones si yo

pudiera ver las de otro planeta.


No me conmueve lo irretornable, ni el tiempo disminuido.

En juego abierto, creo mi emoción

y en la ventana contemplo la noche formal

y yo mismo soy ojiva abierta a los grandes astros.

Lo que se perdió, que se pierda, como los anillos

separados de las manos, como el vientecillo

se aleja de las banderas en el momento de las bonanzas.

Sueño perdido; zonas de transición que serán

eternamente mías; luz oculta en cubil

no volteo para hallarlos. Y siempre adelante busco

mi paisaje imponiéndose a las palizadas ajenas.








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