Lêdo
Ivo
(Maceió, Brasil 1924-Sevilla, España 2012) Poeta, narrador y ensayista. Es una
de las figuras más destacadas de la moderna literatura brasileña, notablemente
en poesía. La crítica literaria lo considera la figura más representativa de la
Generación del 45, movimiento de reacción estética contra el clima demoledor y
anarquista de la primera fase del modernismo, que pregonaba un regreso a la
disciplina y al orden. Como otros poetas de esta generación, volvió a algunas
formas poéticas fijas, como el soneto, pero conservando un estilo libre y
marcadamente personal. Forjó una fisonomía fuerte y propia, con pleno dominio
de la técnica y del lenguaje. Para él, la poesía es una invención de la
palabra, una operación verbal destinada a ocultar la vida personal, generando
una mitología particular que sustituye la verdad trivial de la existencia. De
su obra, ampliamente premiada, destacan sus novelas Las Alianzas (1947) y Nido
de cobras, su libro de crónicas La ciudad y los días (1957) y sus memorias Confesiones
de un poeta (1979). Libros de poesía: As
imaginacoes (1944), Oda y elegía
(1945), Ode ao crepúsculo (1948), La ciudad y los días (1957), Linguajem (1966), Estación Central (1968), Poesía
Observada (1967), Las islas
inacabadas (1985), Crepúsculo civil
(1990), Curral de peixe (1995), Nocturno romano (1997). Ha publicado
numerosas antologías. Su último libro de poesía publicado en el 2000 es O Rumor da noite.
Selección para este Blog por Gladys Mendía del libro Estación Final (1940-2011) Traducción, Selección y Prólogo por Mario Bojórquez. Caza de libros, Bogotá y Valparaíso, Ediciones Granada. 2012.
Traducción por: Mario Bojórquez
JUSTIFICACIÓN
DEL POETA
Padre, mis pensamientos no caben en tu sala con
piano
tranquilo a un lado y oscuras sillas vacías cerca de
la ventana
mis inquietos pensamientos no caben en la salita con
flores
muriendo en los jarrones y paisajes sonriendo en las
molduras
deja que ellos se muevan más allá de las cortinas
azules y caminen
mucho más allá de las ventanas abiertas
deja que se mezclen con el calmo resplandor de la
luna
no te preocupe si los demás se espantan con tu hijo
de ojos vivos
y cabellos siempre desaliñados
no te preocupes si recito poemas cuando la noche cae
el tiempo no existe en el alma del poeta
todo es universal y abarca todos los tiempos
los poetas, papá, son los corazones del mundo
son las manos de Dios escribiendo los poemas del
mundo inseguro
no importa, papá, que digan que estoy loco
que lloro recargado en los puentes y me conmuevo en
los teatros
que pregunto por la oscura Adriana cuando la
madrugada baja
en silencio
en silencio
los poetas son los pianos del mundo
sólo ellos permanecerán inalterables delante de las
musas y de Dios
sólo ellos tendrán la noción de la agonía del mundo
ayer un niño español fue despedazado por una bomba
mañana se encontrarán poemas en el bolsillo del
suicida soñador
mientras tanto las grúas trabajan incansablemente día
y noche
y los obreros fatigan sus brazos y sus piernas
ninguna oscilación habrá en la Poesía
ella quedará en equilibrio porque los ritmos la
amparan
y Adriana no se prostituye.
Soy una elección. Soy una revolución.
EL
OBJETIVO
No quiero hallar lo que otros perdieron:
las monedas en el suelo, los paraguas
olvidados en el autobús, y la vida
dejada por descuido sobre el asfalto.
A lo que nadie vio, aspiro; a lo que existiría
en forma de mar y árbol, si la naturaleza habitual
no irrumpiera
con sus sombras y chicharras y cascadas.
Quiero, sueño y admiro lo inédito
como la noche en el caracol de una escalera
a pesar de todo cerca de las constelaciones si yo
pudiera ver las de otro planeta.
No me conmueve lo irretornable, ni el tiempo disminuido.
En juego abierto, creo mi emoción
y en la ventana contemplo la noche formal
y yo mismo soy ojiva abierta a los grandes astros.
Lo que se perdió, que se pierda, como los anillos
separados de las manos, como el vientecillo
se aleja de las banderas en el momento de las
bonanzas.
Sueño perdido; zonas de transición que serán
eternamente mías; luz oculta en cubil
no volteo para hallarlos. Y siempre adelante busco
mi paisaje imponiéndose a las palizadas ajenas.
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