José
Miguel Méndez Crespo (Barquisimeto, Venezuela 1987). Es miembro del
colectivo cultural El Cuarto de los Duendes. Asimismo es cofundador y
subdirector adjunto de la revista cultural La Lucerna, es Coordinador del
Cenáculo de Investigación Cultural y Literaria UpelIPB. Junto a El Cuarto de
los Duendes ha participado internacionalmente en el Festival de las Juventudes Artísticas
Romerías de Mayo en Holguín, Cuba (2010). Además es miembro y vocero principal
de Eventos y Certámenes de la Red de Escritores Socialistas capítulo Lara y ha
sido jurado de la III Bienal de Literatura Rafael Rodríguez Boquillón (2012).
Selección por Gladys
Mendía de la antología del colectivo El Cuarto de los Duendes: Ecos en el cuarto (Fundación Casa
Nacional de las Letras Andrés Bello. Caracas, 2013).
Androginia
interna
De día soy un hombre
con rosales y margaritas
acumulada de sombras de
noche, una mujer ciega soy
de intensa palabra
rústica existe en mi alma sin geografía.
La noche es bella pero
es mi enemiga
y vivo muriendo de luna
porque a veces
historias sin interpretar traen
los faroles
siempre guardo aquella
luz que denominan algunos
la
sabiduría
en este cristal donde
vivimos arrancando realidad
sin pronunciar una
palabra
es válido.
De día soy un hombre
con ansias de llorar
en un árbol; odisea de
Barquisimeto
ese árbol tiene al Maraquero del Teatro Juares
con el revólver y la
crónica
mientras de noche
regresa mi feminidad sin ángulos
que es ciega, aislada
en los muelles que mueven
las hojas al lento
ritmo del algodón de mi infancia
soy ciega con ternura y
malicia
con feminidad
imperfecta
y tú
que quieres pretenderme
quiero que te apartes
con inteligencia,
soltura y cariño breve
y no te pido
entendimiento
sino una gota de
tormenta.
Julio
sin término
A Nomis Méndez
Nos equivocamos tanto
junto a todo, y es bello
sustrae el tiempo la
idea que somos en ese rostro tuyo
que el del viento, la
luna; el puente quiere caerse
También ese rostro es
mío.
Un comienzo; aislarse
de la madre
que siempre nos deja la
antigua interrogante
y juega el círculo de
la vida en otro círculo más pequeño
y así…
prosigue
se
calma.
Olvidado cabello sin
prejuicio
en el pleno movimiento
tuyo
y orgulloso es el aire
entre todas las preguntas
vivimos
y punto
punto
de la muerte cerrando el círculo
amor es el abismo
y es cierto
resplandece.
Vengo
a sufrir de imagen
Tu sangre es la que
hierve caracoles
al sentido de la cintura
parpadean relámpagos
que vienen a iniciar
el acto de la desnudez.
Todos estamos vivos
entregamos parte de la
edad que pasa
sobre la cumbre de la
idea
fértil molino al
descanso, plenitud.
Tu sangre es la
alternativa del pez
para sobrevivir.
Aquí todos estamos bajo
las hojas.
El silencio no tendría
que decretarse
ella interfiere en
múltiples mundos
un trébol apenas
desprendido es el acto del silencio.
Había un pozo que sólo
los animales conocían
y al descubrir el lugar
era tu imagen
de pronto arrebolada en
mi camino.
La ancianidad es la
acentuación de la juventud
y la fotografía, el
cine, la palabra
nunca ven la magnitud
de
un árbol a otro árbol
allí está la etimología
de tu cuerpo
siempre
arrancada, sufrida y renacida.
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