LP5 Revista de Literatura y Arte

viernes, 26 de septiembre de 2014

Reseñas sobre la revista Actual Investigación. Por Víctor Daniel Albornoz

Actual Investigación. Año 42, Nº 1. Julio-noviembre, 2010, Editorial Actual. pp. 5-10; ISSN 1315-8589 10.

Este número de Actual Investigación se inicia con el artículo de Pablo García y Sandra Maceri, titulado “The Platonic Foundation of the ‘Real’ Popper by Lawrence Boland” en el que demuestran en qué sentido es lícito considerar a Popper un filósofo platónico. Para tal demostración los autores del artículo hacen un riguroso estudio de la racionalidad dialógico platónica que propone la interpretación de Lawrence Boland, con quien finalmente difieren al considerar que el Popper que él ha denominado “popular” es un falso Popper, mientras que el Popper que él mismo ha llamado “socrático” (el Popper crítico de “La lectura” que puede aproximarse a la figura socrática cuando propone mantener las teorías contra sus refutaciones iniciales), sería el auténtico Popper, cuya denominación se desprende del estudio del “Popper oral” y no de los textos platónicos.
Seguidamente, el trabajo de Drina Hocěvar es una importante reflexión sobre la siempre difícil tarea de la traducción, en este caso particular la traducción de Emily Dickinson a nuestra lengua. La autora explora a través de diversas traducciones de Emily Dickinson los conceptos Comprensión, Mala Comprensión y Comprensión de sí mismo de la semiótica existencial, tomando en cuenta las exégesis posibles de la poesía de Emily Dickinson en los mundos de habla inglesa e hispana. A lo largo de su artículo, Hocěvar cuestiona las competencias lingüística, cultural o literaria como herramientas únicas y suficientes para traducir, pues considera la comprensión de sí mismo por parte del traductor como un obstáculo permanente que debe saltar para poder aprehender y comunicar la dimensión existencial de la poesía.

El artículo de Luis Oquendo titulado “La ilustración en El Siglo de las Luces” hace un recorrido por las ideas fundamentales de la ilustración según Kant en su artículo “Contestación a la pregunta: ¿Qué es la Ilustración?”, y cómo estas están reflejadas y reconstruidas en la novela El siglo de las Luces del cubano Alejo Carpentier.

Finalmente, el dossier de este número, dedicado a Rafael Cadenas, está introducido por palabras del propio poeta en un homenaje que  se le rindió este año en nuestra casa de estudio. Además, se ha reunido ponencias de reconocidos profesores, críticos y traductores de la obra de Rafael Cadenas que desde distintas perspectivas nos dibujan semblanzas interesantes de su obra. Entre estos podemos mencionar: la ponencia de Víctor Bravo titulada “Ética y estética en Rafael Cadenas” que trata, como su título sostiene, de la búsqueda de una ética que late en el lenguaje y el contenido de la obra del poeta. Así, sostiene el autor que: “en la travesía del poema el poeta alcanza la ética de la autenticidad: el abandono de las cosas del mundo, en el mismo instante en el que se propone habitar zonas del lenguaje como lugares donde es posible decir y sentir la experiencia de lo sagrado”. Por su lado, Rowena Hill aborda en su ponencia “Traducir a Cadenas” las experiencias que experimentó en su traducción del poeta a lengua inglesa. La autora expone el compromiso del traductor que busca asistir a la génesis del poema para poder acercarse a la reproducción de una obra que no es meramente utilitaria, sino que busca develar lo que trasciende la palabra. Dentro de las experiencias como traductora de la obra de Cadenas, Rowena Hill destaca las complicaciones al momento de verter la riqueza de la expresividad y la efusividad propia de las lenguas latinas al inglés, además de las dificultades para conservar el ritmo propio de los originales, inconvenientes que, asoma la traductora, pudo salvar gracias a un manejo de la lengua por parte del poeta que bien vale la pena indagar hasta qué punto está influenciado por su contacto con la literatura inglesa. Para quienes practican y reflexionan sobre el inagotable mundo de la traducción, la lectura de esta ponencia y del artículo de Drina Hocĕvar serán interesantes acotaciones que enriquecerán la visión del oficio del traductor. Vaskén Kazandjián en “La Poesía de Rafael Cadenas: Gestionando una identidad” nos ofrece una ponencia muy amena y relatora de una vivencia muy íntima de la poesía de Cadenas. Kazandjián sostiene que la obra del poeta propicia formas de acceso, hacia una geografía del “yo” que demanda “una instancia psíquica de autorreconocimiento, de reflexión sin cuartel presionando desde adentro”. Por su parte, Aníbal Rodríguez aborda la poesía de Cadenas desde la perspectiva de la reflexión sobre el lenguaje. El autor considera que en la obra de Cadenas el lenguaje no es un instrumento, sino un componente fundamental del ser humano, que no se agota en el individuo y que da forma a la sociedad. Lenguaje y pensamiento, lenguaje y mundo son actos que no deben separarse, son una misma cosa. El autor advierte además la importancia que tiene en Cadenas la preocupación por el deterioro del lenguaje, en particular el de los venezolanos, pues este deterioro es también el deterioro de la sociedad y de la nación. La preservación de una identidad nacional a través de la lengua es también la preservación de la cultura y todo lo que en ella se produce, en especial las palabras de poetas y escritores que la han vigorizado, por lo que habría que asistir al rescate y actualización de ellas para rescatar la voz de nuestra identidad, de nuestra ciudadanía y nuestra nación. Por el mismo camino transita la ponencia de Mariano Nava que destaca la particular importancia que tiene la reflexión sobre la lengua cuando esta se desprende de un poeta, y para ello hace un recorrido sobre los poetas que han reflexionado alrededor dela lengua y la poesía, pasando por el peculiar caso de Platón, quien a pesar de ser poeta debió desdecir de la poesía para contrarrestar a los sofistas que parecían demostrar con las palabras que lo negro era blanco y lo blanco negro, y también las exposiciones de San Agustín, Edgar Allan Poe, Borges y Ramos Sucre. No conforme con esto, Nava encuentra en la diatriba de Cadenas contra los lingüistas –por dedicarse únicamente a la descripción científica del fenómeno y otorgar una permisividad lingüística que condena a un empobrecimiento cimentado–, un escenario similar al que confrontó a Platón contra los sofistas. Por su lado, Joaquín Marta Sosa en su ponencia “Dichos de Cadenas” identifica dentro de la obra del poeta la importancia que tiene el dicho breve, pues al menos buena parte de ella es una poesía tramada con una red de aforismos, lo que lo ha llevado a plantear la posibilidad de la edición independiente de aquella parte de la obra del poeta que se corresponda con una poética del apunte, del aforismo, de lo lacónico, la forma de decir las cosas en la que el autor de la ponencia lo identifica con los fragmentos de los presocráticos, los epigramáticos latinos, el gran aforista Georg Christoph Lichtenberg, las Greguerías de Gómez de La Serna y, más directamente, con Ramos Sucre, a la par que la extendida forma de expresarse con dichos, se corresponde con una forma popular de pensar y decir.
Para concluir, la revista cuenta con dos reseñas. La primera de ellas, a cargo de Jatniel Villarroel, trata sobre el libro Paul and Rhetoric y nos actualiza sobre los estudios de retórica paulina bajo la compilación de J. P. Sample y P. Lampe en un libro muy reciente y que tendrá sin duda alguna impacto en quienes se ocupan del estudio de la retórica antigua; la segunda, de Claritza Peña, nos ofrece un libro del siempre apasionante mundo del cine, titulado Mil mundos dentro del aula. Cine y educación, coordinado por María García.



Víctor Daniel Albornoz

Universidad de Los Andes, Mérida






Actual Investigación. Año 43, Nº 1. Enero-abril, 2011, pp. 178; ISSN 1315-8589 10.


Este número de la revista Actual Investigación ha recibido contribuciones desde variados campos de estudio del arte y la cultura, y gracias a la colaboración de especialistas que se han sumado a la lista de nuestro Comité de Arbitraje hemos podido discriminar la calidad de aquellos contenidos que ameritan su publicación. El número abre con el artículo de Rafael Saavedra titulado “El magníficat y la música de los pardos. Los compositores caraqueños de finales del siglo XVIII, principios del XIX”. Esta contribución constituye un importante aporte para la historia de la cultura musical de Venezuela. El autor centra su artículo, principalmente, en dos aspectos: 1) el tema de la apropiación cultural experimentada por el grupo social de los pardos al lograr una práctica y creación musical mantenida a lo largo de unos sesenta años, y 2) el nivel artístico creativo que alcanzaron las obras de estos compositores. Para lograr analizar el segundo aspecto, Saavedra se vale de la reconstrucción de la partitura y análisis del Magníficat, atribuido a Juan Manuel Olivares.

Otra faceta del variopinto universo de la música la refleja el artículo de María Uzcátegui, “De Sentimiento Muerto a Vagos y Maleantes: una lectura de la evolución de la cultura underground en Venezuela”, que lleva a cabo una interpretación de aquellos elementos que permiten identificar a los grupos venezolanos Sentimiento muertoDesorden público Vagos y Maleantes como música underground dentro del complejo contexto socio-político que vivió Venezuela a raíz del Viernes Negro de 1983.

Claritza Peña y José Alirio Peña desde los estudios culturales de la comunicación abordan el asunto identitario de género y/o transgénero en “Las apropiaciones sociales de tres películas venezolanas de temática trans en la comunidad GLBT de Caracas”. Las tres películas analizadas son: Cheila una casa pa’ maítaPasarelas Libertadoras y ¿Qué importa mi sexo?, todas producidas en el año 2010 por parte de la comunidad de Gays, Lesbianas, Bisexuales y Travestis caraqueña.

También en el campo cinematográfico contamos con la contribución de Yonnys Díaz sobre la magistral película de Kubrick Barry Lyndon en su artículo intitulado: “Poética del espacio arquitectónico en el film Barry Lyndon de Stanley Kubrick”. El artículo se centra en el estudio de una serie de detalles técnicos de la composición cinematográfica en la que el director logró armonizar propuestas pictóricas, arquitectónicas, decorativas y de vestuario para crear espacios inusitados.

De cabalgar entre el cine y la música, arquitectura, pasamos a la arquitectura con el artículo de Debbys Avendaño: “La fusión de horizontes: hacia una experiencia arquetípica de la arquitectura contemporánea desde la tradición de la arquitectura moderna”, que aborda el asunto de la tradición y la innovación arquitectónica en el contexto de la arquitectura moderna y  contemporánea como un interesante diálogo histórico que acumula diferentes perspectivas de la arquitectura y ofrece al arquitecto contemporáneo mayores posibilidades de proyectar nuevos horizontes.

Por su lado, Elizabeth Marín nos ofrece su artículo: “Desde el lugar donde se habla: una cartografía de la Cultura de la Resistencia al diálogo postcolonial”. La autora advierte la necesidad de precisar las características propias de los distintos contextos de enunciación y teorización artística, y cómo estos se encuentran vinculados a la elaboración de una discursividad global. Igualmente advierte que la cartografía del discurso artístico ha conducido a nuestras teorías del arte a “replantearse preguntas sobre la construcción de las hegemonías y las consecuentes dinámicas de subalternización, particularmente relevantes en el caso de América Latina, que ha sufrido durante toda su historia las marcas de la colonización y la dependencia”. Marín igualmente sugiere que las artes contemporáneas de nuestro territorio deben ser comprendidas

en la diversidad de sus prácticas, en la manifestación de nuestras herencias y legados, en la intersección de la historia moderna europea con nuestras historias contramodernas de resistencia, para con ellas poder generar campos de saberes híbridos, no excluyentes, que, al mismo tiempo, manifiesten el inicio y la diferencia de las localizaciones de nuestras distintas historias.

Enrique Vidal en su artículo: “Una Valoración Artística y Estética en Venezuela vista desde la Crítica del Arte” analiza, a partir de una óptica historiográfica, una serie de consideraciones históricas, teóricas y críticas sobre la construcción del gusto estético ante el arte-objeto-consumo en el medio cultural venezolano del siglo XX.

Finalmente, Lino Rojas con su artículo titulado “Hipertexto” ofrece sus peculiares reflexiones sobre las nuevas posibilidades tecnológicas de interacción que hacen posible la presencia virtual en la ausencia física, lo que marca una diferencia significativa con respecto, por ejemplo, a medios como el cine o el teatro. El hipertexto cibernético es para el autor la analogía que da cuenta de la construcción del conocimiento en el pensamiento complejo de este proceso. En el hipertexto, sostiene el investigador,  “la información transita organizándose como una red y relacionando este acto con los procesos físicos del cerebro”.

Por último, en cuanto a las reseñas, la mayor parte de los libros que presentamos tienen en común haber sido editados en Mérida, Venezuela, y son ediciones o coediciones de Ediciones Actual, de la Dirección General de Cultura y Extensión. Ellas son Deus Inversus. Los Universos religiosos, políticos, ontológicos y poéticos de William Blake de Alberto Arvelo, reseñado por Mauricio Navia; Y todavía el viento, poemario del mismo autor reseñado por Rowena Hill; Del Reino del Demonio de Pedro Rangel Mora, reseñado por Francisco Guerrero; Dichos, del consagrado poeta venezolano Rafael Cadenas, reseñado por Erma Sulbarán, y El Corazón Sin Abandono de Stalin Gamarra, por Fabiola Guerrero. Por su parte, Karen Rojas reseña el libro de Igor Martínez: ¡Qué suba el telón! La Dramatización: una estrategia para el trabajo por proyectos, editado por Brújula Pedagógica- El Nacional.


Víctor Daniel Albornoz
Universidad de Los Andes, Mérida
danielv@ula.ve





VÍCTOR DANIEL ALBORZNOZ APARICIO (Venezuela, ). es Licenciado en Letras, Mención Lenguas y Literaturas Clásicas, con la distinción Summa cum laude, desde el año 2001. En el año 2006 egresó de la Maestría en Lingüística de la Universidad de Los Andes. Sus publicaciones se orientan al estudio de diversos textos de la antigüedad grecolatina. Es miembro del Grupo de Investigaciones de Lenguas y Literaturas Clásicas de la Universidad de Los Andes.

Nota del autor: Estas reseñas son producto del proyecto de catalogación crítica de la producción de Ediciones Actual, años 2008-2012, auspiciado por la Dirección General de Cultura y Extensión de la Universidad de Los Andes. (universidad pública venezolana).








jueves, 25 de septiembre de 2014

Sobre Alejandra Pizarnik. Por Jonh Martínez Gonzáles


fotografía de Rocío Farfán



LA OTRA

Alejandra Pizarnik, la leyenda de la poesía argentina, cumple este 25 de septiembre 42 años desde que decidió dejar este mundo. Lejos de los estereotipos que ella misma se impuso, el testimonio de amigos y familiares nos delinean un perfil diferente


No queremos incurrir en tautologías, hay suficiente leyenda. Si fumaba marihuana, si tenía una caja de pastillas para dormir y otra con pastillas para estar despierta; si era bisexual; si había puesto a la poesía por sobre todas las cosas y la realidad ya no le bastaba; si se mató porque Olga Orozco no fue a buscarla esa noche o porque estaba deprimida por haber perdido algunas pruebas de un cuento de Julio Cortazar.  Todo eso no hace sino hablar de una capa, la que la designa como poeta maldita.

La vida y la obra de Pizarnik son dos caminos que se van trenzando hasta llegar a ser uno. Ya lo decía Orozco, “la vida de Alejandra está en su obra. Su palabra es su propia vida, como su palabra es su propia muerte”.



Caminos

Nacida en Avellaneda, Provincia de Buenos Aires, Alejandra pasó su infancia en una calle que ahora lleva su nombre. Sus padres emigraron desde lo que actualmente es Eslovaquia, estableciéndose prósperamente. Su hermana mayor, Miriam,  ha contado que la niñez de Alejandra fue muy feliz, era una niña alegre y se le hacía sencillo hacer amistades. Tuvo problemas, si, pero no esa falsa oscuridad que muchos biógrafos intentan hacernos creer.

Una amiga de esa etapa, Lía Bonani, confirma el testimonio de Miriam y señala ciertas figuras que veríamos en la obra poética de Alejandra. Bonani iba caminando con ella hacia la escuela, en esa caminata, poco a poco, fueron descubriendo que tenían muchas cosas en común. Una de ellas, el gran cariño y admiración que ambas sentían por sus padres. La segunda, la guerra contra los kilos. La tercera: sus madres,  ambas tenían madres que les gritaban mucho.

En 1953 termina el secundario: ya fuma, lee, escribe y tiene una particular forma de vestirse. Luego ingresa a la Universidad de Buenos Aires, transitando por la Escuela de Filosofía, de Letras,  para terminar en la Escuela de Periodismo. En la voz de su amiga Ana María Barrenechea: “Recuerdo que estábamos entre las calles  9 de julio y Viamonte,  había un coche de caballos y lo tomamos. Salimos a pasear por la ciudad y pasamos frente al edificio de Viamonte (donde estaba la Facultad de Letras),  en eso, Alejandra en una exultación, escupió frente al edificio como símbolo de ruptura con lo académico. Ella era así, nosotras nos morimos de risa y continuamos paseando de café en café toda la noche.”

Luego de publicar sus primeros dos libros se va a Europa. Si bien en esa etapa comienza con más fuerza la introspección poética y la oscuridad avanza dentro de Pizarnik, el lado jovial y vivo nunca se perdería. Paris fue una fiesta, si, pero también fue el dolor. Esa eterna dualidad -como un péndulo- iría dando el ritmo final donde Alejandra optaría por quedarse.
La etapa europea además, constituye una gran fuente de conocimiento, de lecturas. Pizarnik era una persona muy inteligente, extremadamente curiosa y con una capacidad increíble para asimilar nuevos datos, esto la hace brillar en los círculos parisinos, donde se desplaza con una risa despreocupada y con ese humor negro que tanto le celebraba Octavio Paz.

Pero el tiempo y las ciudades pasan pero no la desolación. Termina los años en Europa y volver a Buenos Aires no le hace nada bien. Desea retornar a Paris, la ciudad le queda chica, los museos, el teatro, el amor, las conversaciones, todo lo ve disminuido. Y sin embargo niega esa realidad. Son dos, la Alejandra oscura que escribe y habla con otra Alejandra que está en el poema. Y la Alejandra que siempre ríe burlonamente, la que usa el humor como si fuera otro verbo. Si creemos, como Diana Belessi, que Alejandra dejó un legado de desmesura, es por esa presencia de dos voces tan diferentes (dos modalidades de representación de un universo poético). La fusión de estas voces constituye la única y verdadera voz de Pizarnik.

El testimonio de Fernando Noy es claro al respecto, le llamaba la atención que en su permanente discurso melancólico, Pizarnik, paralelamente viviera por alguien poseído por el humor. Como una sacerdotisa de la ironía, de la gracia, era todo el tiempo una enorme carcajada que se convertía en un gemido, porque  la realidad después de unos días la premiaba.

Entonces mientras escribía Extracción de la Piedra de la Locura o El Infierno Musical, sus poemarios más oscuros, escribía textos completamente delirantes, donde el juego del conocimiento y la onomatopeya se volvían un banquete embriagante y obsesivo; La Bucanera de Pernambuco o Hilda la Polígrafa, El Textículo del asunto, Diversiones Pùbicas y otros textos, son un claro ejemplo. Por momentos una voz más cercana a  Jarry que a Novalis, se apoderaba de ella. Una tarde, en una café del micro centro porteño, se le acercó un joven poeta y le mostró un texto, Alejandra leyó la hoja y le dijo “que claro escribe tu máquina”.



¿Alejandra?

A finales de los sesenta en Buenos Aires, Pizarnik era la enfant terrible de la ciudad, escribía solo de noche, había ganado las becas más importantes de ese momento, sus libros eran aclamados, habita los excesos y vivía medicada. Tratar de revivir los paraísos artificiales de Baudelaire ya le iba pasando factura.

Sin embargo la familia, siempre cercana, la hacia volver a la realidad. Cuenta su hermana Miriam que –“Ella (Alejandra) me ayudó mucho, me sentía incapaz en ese momento de atender a mi hijo, entonces ella tomó el papel de madre, yo no me lo imaginaba, lo bañó, lo cambió, ninguna de los dos sabíamos nada de eso pero ella lo hizo, fue una acto que me sorprendió”  

La última etapa de la vida de Pizarnik es la más compleja, había renunciado a la beca que ganó, no trabajaba, entraba frecuentemente al hospital -El  Pirovano-  o pasaba semanas en diversas casas de reposo. Su último libro publicado El Infierno Musical, abrió grandes tajos. “Cuando terminé de leer el libro estaba aterrada, cerré las ventanas. Sentía como si algo se viniera hacia todos nosotros y Alejandra lo decía con una precisión extraordinaria.”- recuerda su amiga y biógrafa Cristina Piña.

Sin embargo era el exceso o era la quietud de planta carnívora. Marcel Pichón Riviere dice que el departamento de la calle Montevideo (en la última etapa), tenía un clima enrarecido, lleno de vida y de muerte. Ella abría la puerta y a los 2 minutos estaba leyendo un poema y a la hora estaba borracha, matándose de risa, y a las 3 horas escribían juntos algo y así hasta el día siguiente. Eso para ella era la seducción misma, la poesía misma.

Luego vendría lo que algunos aman de Alejandra, su muerte. Una sobredosis de seconal se la llevó la madrugada del 25 de septiembre de 1972. Luego de eso se estableció un premio de poesía y un centro cultural con su nombre, hoy también desaparecidos.









John Martínez Gonzáles
 (Lima,1981). Comunicador Social. Promotor cultural. Ha publicado el poemario Collage de viaje (Editorial Altazor, 2009). La plaquette Doblando (2010. Edición de autor). El poemario El Elegido (Casa Katatay Editores, 2011). Es miembro de la Asociación Cultural Casa Katatay. Poemas suyos han aparecido en revistas impresas y webs del Perú y el extranjero. Ha realizado trabajos de video poesía junto al videasta Jair Uzziel.











lunes, 22 de septiembre de 2014

DIRA MARTÍNEZ MENDOZA: Poesía Actual de Venezuela



DIRA MARTÍNEZ MENDOZA (Venezuela). Lic. Estudios Internacionales (Universidad Central de Venezuela) Especialista en Estudios Avanzados en América Latina (Universidad Complutense de Madrid) Ha participado en diversos encuentros nacionales e internacionales de poesía. Colaboradora para revistas literarias y fanzines. Desde el año 2009 incorporó a su propuesta poética intervenciones de cuerpos con poemas, propuesta que busca lugares comunes reconociendo la poesía como parte de la cotidianidad. El cuerpo: la gran tierra, el  libro que somos.

Selección por Gladys Mendía




Ancestros


Caminar el sendero de los ancestros/reconocer la existencia del dolor/la lluvia sin caer/reconocer las equivocaciones de la rabia/ el ardor/ el volcán en erupción/ descubrir la valentía de mirar cara a cara el miedo/ el avance / ser el abismo/grito mudo en el abismo/gritos cosidos a otras gargantas de otros tiempos/ explotar/ reconocerte en todas las estrellas/ en cada galaxia / que tu memoria sea ahora la memoria compartida de los árboles/ de todos los árboles
Llevar a los ancestros/ corazón  campo adentro/  selva adentro/ latiendo hoy/ en tu propio sendero





Mapa


Que se te borró el mapa- que el otro día tuviste que sacar la brújula- que estuviste navegando días enteros en un mar que no era el tuyo- que ese mar no tiene dueño- que ese mar no anda perdido. Eso es cosa de humanos.
¿Cuántas veces te despediste? ¿Cuántas veces pasaste por el mismo sitio? ¿Cuándo fue la última vez que la calle tuvo que decirte que no se te ocurriera pasar por el mismo lugar? Y tú respondiste- eso es cosa de las almas-
¿Y si nos vamos a los Balcanes? ¿Y si nos vamos a un bosque dulce? ¿Y si coleccionamos esos árboles azules que encontraste en el camino? Este mundo es el rompecabezas que estás armando desde que eras un niño-porque sí-porque el camino es largo- porque quieres saber hasta dónde llega tu mano extendida.





Onírico- Código Binario


De tanto asombro los ojos se nos hacían grandes
se unieron hasta convertirse en un sólo ojo
hasta volvernos cíclopes

y los cíclopes parecen monstruos .





Powerless


Destrozas mis argumentos
solo con un beso,
me doy cuenta instantáneamente
que mi vida y mis recuerdos
caben en tu boca.





Los Valientes


Los valientes enmudecen con la noche, con sus penas y recuerdos van tejiendo nuevos hilos. ellos se miran entre sí reconociéndose, ya no hay mirada capaz de helar su sangre, lo han visto todo, lo han vivido todo, fallecieron tiempo atrás. El ocaso les recuerda que el cielo ya se encuentra próximo a teñirse de negro infinito. No hay pesadumbre, hay un negro celestial que lo cubre todo como un manto, los invita a descubrir el misterio del tiempo, lo sagrado del tiempo, lo inexorable del tiempo. Los valientes enmudecen con la noche, los devora la belleza del silencio, ojerosos como todos los insomnes sucumben frente al deseo, se tocan con pies y manos, no existe distancia posible, los valientes lo saben.








viernes, 19 de septiembre de 2014

Sobre Eslefánica Visual de Erick Sarmiento. Por Miladis Hernández Acosta


Eslefánica Visual o Crónicas de una Matriz.

Oscar Wilde sostenía que el fin del arte no es la verdad simple, sino la belleza compleja; por ende la poesía, -a pesar  y más allá- de que muchos de sus creadores contemporáneos al enfrentar los moldes de la realidad inmediata fustiguen la utilidad o no de lo esencialmente bello y reevalúen o reprueben  todo intento de exteriorizar lo sublime,  aún en las voces más ríspidas de los discursos actuales encontraremos resonancias de esa belleza compleja descrita por Wilde.

Eslefáinca Visual de Erick Sarmiento puede sin lugar a dudas mostrarnos esa búsqueda de lo bello en medio de un ambiente vejado por las destrucciones. Este es un poemario cuya premisa está dada en la exploración del amor, y en la indagación del Ser que se optimiza para legitimarse en otro yo.

Se trata del alma que busca la visibilidad del amor, y con esta necesidad entronca un discurso que se destaca por su limpieza formal, por su complicación ideoestética y por un lirismo profeso: lirismo a ultranza que no desestima lo erótico, lo corpóreo y por demás apela a lo sensorial.

Este poeta reclama una figura y se atribuye unos eslabones para concatenarse con otra presencia. Lo visual toma cuerpo, es axioma para franquear sus obsesiones. Lo visual es númen para concretarse con el cuerpo amado. Con mucha originalidad este autor logra su propia facticidad poética para replantearse la soledad, y en medio de ella la inexorable conquista del amor como necesidad suprema, de ahí que apela a la belleza compleja como soporte del arte.

A pesar de la brevedad discursiva, las pocas páginas que conforman este cuaderno logran captar la atención del lector dejándonos obviamente un latir y un deseo de continuar leyendo. Erick Sarmiento hace una lacónica detonación de sus armas poéticas para dejarnos con ansias de volver a someternos a una segunda lectura.

En su breve historia logra adentrarnos a un mundo que nos hace pensar en la soledad de muchos individuos y en la soledad nuestra. En su pequeño Esléfanica Visual nos surte de preciosas imágenes conmovedoras para exhibirnos sus desvelos.

En la impronta de un lenguaje muy preciso este poeta pide silencio como prerrogativa más inmediata para no anularse si no para darse en la totalidad de los fenómenos, así versa:

Cállense
      :
Indundaban cenizas blancas, en el río.

Con esta aseveración hace patente su lirismo y su necesidad de ser atendido, por añadidura desea un escondite, un silencio que no hace concesiones, y un tempo que está colgado de principio a fin de las manecillas de un reloj.

Este es un libro coherente, de mucha precisión temporal, y de un logrado ritmo expresivo. En algunos textos se pone de manifiesto una suerte de misticismo fugaz, una especie de matriz cabalmente espiritual que le concede a este libro un aliento propio, una organicidad especial y un sentido profundo de la cognición inherente del Ser humano que busca su verdadera realización humana a través del amor: una cognición que le es consustancial y necesaria.
De ahí que pide a grito que alguien se quede, demanda un Stay en sentido peyorativo: su impetración es el legítimo legado de su voz.

Quédate conmigo. Me decías
Porque hoy
((Soleará/lloverá/lloverá y nadie aullará)).

La privación de compañía quiere imponerse, y solo al final nos muestra sin ninguna trabazón estilística ni conceptual una felicidad abarcadora que nos estremece. Esta felicidad es reflejo de la condición humana,  es signo del ser, memoria de esa fascinación que lo complementa y solo a través de la poesía obtiene esta identidad primordial.

En el poema Aquí este autor recobra la confianza y acierta exponiéndonos una voz que ha alcanzado su supremacía espiritual afanándose al silencio.

Un silencio plasmado
una palabra tuya
y ya todo es hermoso.

Cuasi místico en este final hay mucho más que la complacencia por haber recibido la voz de ese “alguien” que ha esperado con desvelo, en este poema hay mucho más que una presencia corpórea: hay ante todo una vigilia, un mutismo contumaz, un Silencio cósmico,  y una confianza extremada en algo que viene de arriba; confianza en lo superior, en lo que ofrece toda garantía. Como San Juan de la Cruz, Erick profesa de una espiritualidad y de una angustia que se carnaliza inconscientemente en Dios. Todo está animado por la misma impulsión y el amor para este poeta no es solo una metáfora sino una reincorporación de su propio existir.

Muchas son las búsquedas de este poeta y muchos son sus horizontes espirituales. Su epicentro o su novedad está en que al final haya encontrado la felicidad que pide y en ella su unigénita voz que como todo Ser se fragmenta en lo dual, en la carestía de ser –finalmente- amado y más que eso –escuchado-.
  




 Miladis Hernández Acosta.
Princesa de la poesía cubana.
1 de septiembre 2014.
Guantánamo, Nubes de Virgo.



ERICK SARMIENTO Licenciado de Ciencias de la Comunicación, Gestor Cultural y dirige la Asociación Cultural Colectivo Sur-real. Publico su poemario Eslefànica (paracaídas editores 2013). Ha participado en festivales de poesía y feria de libros. Sus poemas aparecen en páginas literarias. Fue parte de la muestra colectiva de artistas visuales “De la metáfora y el laberinto 2012”. Es organizador del Festival literario y arte visual “En los Extramuros del Mundo” (Cañete) y el Festival afroperuano “Kutukà” (San Vicente de Cañete). Difusor y recopilador de las manifestaciones afroperuanas.


                                                                                         

jueves, 18 de septiembre de 2014

REINHARD HUAMÁN MORI. Poesía Actual de Perú



Reinhard Huamán Mori [Lima, 1979] Ha publicado los poemarios el Árbol [tRpode, 2007] y fragmentos de Fuego [Paralelo Sur, 2010]. Es director del blog Ginebra Magnolia. Reside en Ibiza desde 2009. 


Selección del autor





Ella es un nombre de dos sílabas



Ella camina sin importarle
Que su historia no dé para más episodios.

Nada en la habitación ha cambiado.
Ya no recuerda aquel desorden involuntario
Después de cada cena.

Quien defiende lo indefendible
Está destinado a quedarse solo.

Al final del día
El único vacío insalvable
Es toda aquella maraña de sonidos
Que producimos sin darnos cuenta.

Palabra tras palabra.
Como si a más tensión sobre los dientes
Mayores serán nuestras probabilidades
De eludir el error.

Ella es la blanca ansiedad
Que nos persuade
A conformarnos con el presente.

Nunca tuvo necesidad de volver atrás.





Ella acaba de llegar



Las mañanas empiezan siempre
Con un grito sordo, gutural,
Encriptadas por el aroma de las pastelerías
Y el hollín de los aviones.

Lo mejor de las ciudades
Son sus luces artificiales
Y los restaurantes con floreros.

Si bien inexacta,
La naturaleza humana no deja
De ser matemática.

Ella prefiere las infusiones fuertes,
El desayuno con tostadas
Y la filosofía edulcorada.
Impunemente edulcorada.
Sin entresijos.

La madurez es un negocio mal remunerado.





Ella fuma cigarrillos mentolados



Una casa sin relojes
Para ahuyentar cualquier
Indicio de duda
Y de arrebato.

Los espejismos de preferencia
En los bolsillos secretos
Con las imprecaciones.
Junto a los calendarios.

Ella conoce muy bien
Las limitaciones de un hombre
Y la psicología del color
No solo por las revistas.

Dónde está la contradicción,
Si ser perfeccionista
Es también una cuestión
De inconformidad.

Incluso hasta los maniquíes
Tienen un mal día.












JOSBEL CARABALLO LOBO. Poesía Actual de Venezuela


Jósbel Caraballo Lobo (La Guaira, Venezuela 1987).  Ingeniero de Sistemas, poeta, actor. Algunos de sus textos han sido publicados en la revista Estelas, del Grupo Literario Nosotros, y en la antología Poetas de Vargas, Tomo I, editado por la Alcaldía del Municipio Vargas (2008). Ganador del Primer Premio de Poesía Juan José Breca (Vargas, 2011) con el poemario En la hendidura. Se encuentran inéditas las páginas de Zona en reclamación, Entre tu boca y la palabra, Mientras mayo te acaricie, A la sombra de las puertas, El olor de otras palabras, Febrero.

Selección del autor.




AHORA volveremos a la playa
a confundir nuestras cenizas con la arena

Mayo se deshace en nuestras manos
y no podremos resguardarlo
entre las sábanas

Aquel puente donde moría la escritura
vuelve a encontrarse con tu sed
de ramas insondables

Cuando llenabas de acuarela mi corazón
eran tus pasos
el poema que ahora nos relata
y la distancia entre tu pelo
y este mar.





LA MÁSCARA y la ceniza
despiertan con el fuego del puñal

Iban los días calando
en la memoria de los impostores
mientras inventaban la pared

Sólo sus letras adormecidas
advirtieron el fin de la guerra
y hallaron el escondite

Entonces, el nacimiento de la penumbra

Sus huellas siguen haciendo nudos
en las manos del poeta.



I

Comenzaba a tejer olores
aquel umbral
mientras Adán
soñaba con la lluvia.


II

Aquel olor
de umbrales en mi cuerpo
como el insomnio de Adán
soñado por la lluvia.





LA PRIMERA omisión

¿El jadeo en el vientre de la madera?
¿La maldición, el aullido de los metales?

¿El viento que se abría y cerraba
a los cuerpos que desataban acercamientos?

¿Una silueta, que en el regreso
jamás desvanecería?





CUANDO la boca se niega ante el disparo
y desconoce la noche

mira en desconsuelo
cuelga el espejo y los teléfonos
sobre animales pasados

no se encumbra ante el sol bajo su ropa

anda despacio sobre la mar
desnuda la sal
inventa cometas sobre las palmas
sonríe al pescador de embriaguez
y de olas

sabe que el miedo hiende los huesos

Cuando la boca se niega ante la voz
es también una puerta.







EL INCENDIO, ha cesado la mañana que invocaba
horas escritas con mucho vuelo
con el temor de páginas transitadas por el frío
y por tu lágrima

No sé si dormirán las llamas
en las fronteras de los primeros olores
con el ombligo de este día

Las aves agotan la algarabía de los niños
para nadar hasta el desierto sin extraviarse

Quizás, huya hacia la tarde
de esta maldición de concreto

Si vuelves, para intentarme transitar con tus raíces
búscame en la luz
habré vaciado el polvo de tus edades
para esperarte.



A Gaba


ABANDONÉ tu melodía para agotarme en el peso de mi país

Esta mañana has partido con una profecía que anunció la muerte del soldado y mis sábanas sintieron sin tu presencia que la moneda rompería su sombra
que había que construir un abismo propio, único, para imitar todos los días aquella voz que tras su escaño tiembla su aliento de funeral

Hay que saltar a la niñez con una espada, correr tras la bolsa que se lleva el nombre de la patria y desmejora el cesto de la basura

Debo decir que no hubo tarde en que no quise verte salir de mi habitación, dejando atrás el humo que salvaría la paz de mi pecho
que sembraría tu visión de viejas olas, bajo mi rostro cansado

Has vuelto al centro de tu humedad y mientras subes al colectivo, lleno de horas y ebriedades
no hay lugar en este pueblo donde no se escuche que el mercado se sentirá más frío, más solo
que en tus párpados, mi recuerdo sembrará un nombre en la espera de otro viernes en desaparición.







SOLTÉ la copa

Era incesante la caída de mis utopías en aquel desvencijar de la memoria

Solté lo que debimos ser en el quebranto
mordidos por el eco de mi padre, buscando los escombros de sus manos sobre mis hombros

Subí entre versos a la ebriedad más clara, por no reconocer la mirada de aquel niño que penetró la mar en las espaldas de un soldado

En las montañas, dormían mis desasosiegos

Los animales que tejían la ficción de mi hogar incendiado en letras,
soltaron sus copas, sudando lo que dejé de ser en aquellas horas

En el callejón más íntimo de las sonrisas de mis viejos amigos, quedó un juguete bailando al ritmo del abrazo entre las olas

Los meses se fueron alojando en las botellas
Supe de vértigos: mis teclas soplaron el vapor de la noche
Conocí la sal.







AHORA que llueve sobre el techo donde mi madre hizo la luz de mis cenizas, una guitarra sonríe
hace quimera el tiempo de los abrigos
la voz del frío, que nos abraza en la melodía de otras memorias

En esta ciudad, el calor imita los pasos de mi último adiós
tras los asaltos que me harán desdibujar tus calles, el incendio de los viejos amigos y aquellas manos

que olvidé.







EN EL SILENCIO de la lejanía, hay un árbol que a las seis de la mañana silba tu olor

Mientras camino una nostalgia que no comprenderías, ríen bosques de paredes agrietadas
tú caminas hacia las aulas donde un día te miré, cansado de aquel rostro sin ti

Ahora que mi voz reposa sobre los hombros de otra ciudad
has dejado de palpitar bajo este ritmo, y en otras olas descansas mi olor

Aún así, miro las teclas que siguen hablándome en tu lengua, sin unas manos que te busquen a ciegas
sin una calma que repare el incendio.





ANTES de respirar por última vez la incertidumbre de aquel año a punto de morir
dejé nadar en una frase, los vapores que enmudecieron en mayo
la costumbre que dejamos de fumar tras tu muerte
configurando la inquietud de una multitud desatada en las voces de mi memoria

¿Cómo acallé la costumbre que seguía inundando mis raíces?
La vejez andaba enredada en el olor de otras palabras

Habían dejado de recorrerse entre sí, los trenes donde reposabas tu último viaje

Había abandonado mi cuerpo, para volver a ser aquella tarde que moría en mi infancia
aquel hombre que en horas bisiestas
dejó de latir en ti.





EN UNA ESQUINA, llueve el poeta
y no sabe presenciar esa distancia en la que el fondo
no es el mar

Su pecho, combate la escasez
que hace llover un temporal de ceniza
(hacia adentro
donde los árboles se pierden entre muros)

El poeta, quiere vaciar la calma
que las balas confunden con la noche

Vive su angustia
en la leyenda de aquel niño que sembró su propia voz
camino de la guerra

Esta mañana, el miedo de su lápiz pronunció una maldición
y reventó la sal que lo amarraba a la muerte
venciendo su propio grito de paredes desgastadas

inoculando en las páginas del enemigo
su nombre de funeral.