Vaskén Kazandjián
(Venezuela). Licenciado
en Letras (summa cum laude) y Magíster en Lingüística por la Universidad de Los
Andes. Es profesor de esta Universidad en las áreas de Teoría Lingüística,
Semántica y Semiótica. Desde hace varios años forma parte del Grupo de
Investigaciones Semiolingüísticas (GIS) de la ULA. También es miembro del
consejo editorial de diversas revistas, entre ellas: Perfiles Semióticos,
Lengua y Habla y Actual Investigación. Algunas de sus investigaciones –siempre desde
un abordaje semioliterario- han confluido en un mismo y apasionante objeto de
estudio: la poesía de Rafael Cadenas como tránsito por el ser.
En 2001, siendo estudiante de la Escuela de Letras,
ganó el premio DAES de poesía con el texto En
una calle de mi pecho. En 2010 gana el premio literario APULA con Invicto en la derrota.
Selección por
Gladys Mendía de Invicto en la derrota
(Colección Premios APULA, Mérida/Venezuela, 2011).
En el poema,
como en la vida, hay que saber perder
Teje con su luz
un manto
Y extiéndelo
hacia la noche
Tu sombra de
acero crece, aumenta
Detrás del muro
donde siempre me rindo
Allí
Lo que queda de
mí
Lo que se
levanta de mí
Costado mío
Borde donde
canta el dolor
Donde quedo al
resguardo de tu gesto
Tengo algo de ti
Un escombro mío
te pertenece
No se ve…
A menos que
abras un boquete
Dijiste:
-Pon el lugar y
la hora
Respondí –sin ironía:
-¿Solo eso? Porque
puedo poner la piel
Las arterias
El torrente
donde acierte tu goce fatal
Respondiste:
-No te apresures
Los dioses
podrían favorecerte
Tu voz tiembla,
sí
Pero veo rayos
alrededor de ti
“Todo poema es un epitafio”
T.S. Eliot
Me doblego ante
ti
Fui tu suelo
El polvo bajo
tus pies
La marca que
dejó tu estrépito
La huella que
anuncia desde lo más bajo
Ámbito
Región profunda
donde mora tu sombra de gigante
Desde aquí
escucho el viento cruzando la senda
El camino tuyo y
mío
Tú pies y
pisada. Yo el polvo, el elemento que el
viento hincha:
Columna
Humo
Cenizas
Grave rumor de
una guerra perdida
¡Qué oscura se
ha puesto la tarde!
No distingo el
rostro del que anuncia
¡Oh tinieblas!
Habrá un tiempo
para la luz
Mientras…
Quedo…
Invicto en la
derrota
Tú no habitas
Tú afirmas desde
otro lugar
Tienes la
distancia del látigo
Ráfaga insaciable
Concédeme, al
menos, la intermitencia
Vienes
Levantas la mano
con tu boca
Juegas
Muerdes
Forcejeas
Amagas
Avanzas y
retrocedes
Saltas
Saltas sobre mí:
tu presa
Decidido –ahora sí
Clavas
Entierras
Desgarras
Pero tu apetito
va más allá de la carne
Vacío
Oquedad
Fondo
Un algo por
llenar
La vida
Como el aire
No tiene
consistencia
No diré más:
Ni desbordamiento
ni dolor
Ni MIEDO
Ni súbita
ANGUSTIA
Ni moradores ni
fantasmas ni sombras
Ni TÚ
Tampoco diré
muros ni laberintos ni senda
Ni CAMINO
Ni CASA
Ni signos
Ni PALABRAS
Ni ser ni
existir
Ni YO
Ni POEMA
Ni DIOS
Si digo: “No
diré más”
Entonces…
Habrá sonado
para mí la última hora