ERNESTO GONZÁLEZ BARNERT (Temuco, Chile 1978). Entre sus últimos libros destacan
la antología Equipaje ligero (2017), Cul de sac (2016), Playlist (2015), Trabajos de
luz sobre el agua (2015) re editada en 2017 por HD, Coto de caza (2013). Obtuvo el Premio Nacional del Consejo del
Libro a la Mejor Obra Inédita Poesía (2014), el Premio Nacional Eduardo Anguita
(2009) y el Premio de Honor Pablo Neruda de la U. de Valparaíso (2007). Además,
es cineasta y Productor Cultural de la Fundación Pablo Neruda.
Selección
por Gladys Mendía de Trabajos de luz
sobre el agua (HD Ediciones, Buenos Aires 2017)
BÁSTENOS
ESCRIBIR, LOS CAPRICHOS
de
una obra menor,
este
joderse al servicio de lo inútil.
Demasiada
luz ha golpeado
en
el agua liosa y la noche arrecia.
Bástenos
escribir, echar de ver:
Nadie
aprendió de nuestros errores.
Vivir
es otra lengua.
SE
RÍEN DE TI A TUS ESPALDAS
Por
tu inutilidad, por esos libros que no te enseñan
a
arreglar un enchufe,
poner
pan en la mesa.
Se
ríen de tu confianza en las palabras: su
humanidad,
eso de salvaguardarlas,
ah tus palabras: algo
que no te ha dado nada
ni te lo dará.
Y
haces como que no pasa nada
o
sí, constatas.
Después
confías en que te llamen a comer.
AQUÍ
NO HAY ROTISERÍAS
ni
bares para escritores que se marean con garbo lánguidamente.
Solo
farmacias y supermercados con ofertas del día.
Jovencitas
proporcionando folletos.
Escaramuzas
entre carabineros y vendedores ambulantes.
Esta
no es La vida nueva ni el Antiparaíso.
HAY
DÍAS EN QUE ESCRIBO COMO SI ESTUVIERA
MUERTO.
Peor:
como si recordada a un muerto.
¿Hay
una razón? Sí, hay una razón:
La
poesía no siempre se incrusta en la vida.
A
veces es una flor barata, mustia,
sustraída
de otro nicho.
Y
si me preguntan qué haces loquito
escondo
olímpicamente la cabeza.
NO
PUEDO ESCRIBIR SIN CARIÑO DE USTEDES
sin
cerrar sus llaves que quedan goteando
o
sus ventanas iluminadas hasta el amanecer.
No
puedo escribir sin ser parte de todo eso
mientras
prenden y apagan el televisor, dejan en la mesa
con
displicencia una revista
o
ejercen esa sostenida y suave presión
al
dar vuelta la perilla de gas
para
calentarse un plato de tallarines
que
no importa tragar frío o caliente.
O
cuando ejercen esa sostenida y arrítmica presión
sobre
el teclado
como
si trataran de sujetar una pistola
y
dudaran ponérsela en la sien o darle a todos,.
Sí,
no puedo escribir sin cariño
mientras
da lo mismo la música, siempre y cuando
suene
mejor que lo que hemos sido capaces de decir hoy.
Adelantamos
este tema ¿cierto?
No
puedo escribir sin amor.
No
puedo escribir sin correr sus cortinas
para
que entre la luz.
CREO
EN LA VIOLENCIA
que
alcanzan dos cuerpos al acercarse
por
necesidades distintas.
En
el retiro de esos cuerpos
de
circulación
cuando
la guerra está en el clímax
de
la diplomacia.
Esa
clase de amor
donde
uno se apodera del otro
con
la excusa de la paz.
Y
las viejas ideas
no
dan su brazo a torcer.
Piedras
que golpean otras piedras
río
abajo.
MI
ÚNICA LEALTAD ES CON LA POESÍA
Su
impacto.
No
esperen de mí otra dirección.
Mi
timón está hundido en sus sombras.
El
oído a su orden.
Todo
lo que vaya en su contra va en mi contra.
Es
asunto mío.
Se
equivocan los que esperan otra cosa.
Mi
única lealtad es con la poesía.
Con
la herida que cerrándose cauteriza y vuelvo abrir.
No
borra.
Yo
su da.
Me recordó mucho a Gladys González:
ResponderEliminarAquí no hay glamour
ni bares franceses para escritores
sólo rotiserías con cabezas de cerdo
zapatos de segunda
cajas de clavos. martillos. alambres y sierras
guerras entre carnicerías vecinas y asados pobres
este no es el paraíso ni el anteparaíso