CRISTINA
GÁLVEZ MARTOS (Caracas, Venezuela, 1987). Es Licenciada en Letras por
la Universidad Central de Venezuela. En 2013 ganó el Concurso para Autores
Inéditos de Monte Ávila Editores en la categoría de poesía con su obra Psicopompa. Su poemario Bicorne (Casa de las Letras Andrés Bello,
2016) obtuvo una mención en el VI Concurso Nacional de Poesía. Sus textos han
sido incluidos en antologías poéticas editadas en Venezuela, Puerto Rico,
Argentina, Reino Unido e Italia. Formó parte de diversos talleres literarios.
Desde 2015 reside en
Montevideo, donde cursó estudios en Gestión Cultural. Actualmente colabora con
diferentes portales de cultura y literatura, como Revista Philos, Granizo.uy y
Clave de Libros.
Poemas-animales (Inéditos)
Estas presencias animales
aparecen cada noche en nuestros sueños urbanos. Como invitaciones de la imagen,
pueden llevarnos fuera de nuestro confinamiento humano (…) Nosotros, en nuestra receptividad a las presencias
animales que vienen a nuestros sueños, somos chamanes menores, chamanes de
menor magnitud.
James Hillman, La
cultura y el alma animal.
Gallinas
A las seis de la tarde todas duermen muy
juntas, el gallinero tiene una paz azul y enhebran estrellas en sus cocorocós oníricos. Parecen estar
observando.
La enredadera de la vigilia abre sus hojas
de madrugada y las doñitas mecen los posteriores para avisarse que se acerca el
día.
Luego, a pleno sol, picotean grumos de oro
con su andar de patas flacas. O se despluman en carreras histéricas. Las
gallinas cluecas empollan sus huevos criollos en la tibieza del nido, para que
la sopa humee y el pan sea noble.
Dios Padre y su ternura se condensan en
los corrales. Permanece la bendición parda de los campos. Pasan las señoras elegantes
y llenan el monte de pintas, todo lo salpican de primavera.
Malaika
Mi gata blanca y suave es una mota de
silencio. Bien podría caminar por un hilo o sobre el aire. Le gusta acurrucarse
en la maceta del balcón y en el clóset de las sábanas; mirar a las palomas
inalcanzables, escuchar el rumor frío de los sueños.
Mi gata blanca y suave es una mota de
silencio. Bien podría estar hecha de historias o de aire. Urde en sus ojos las
galaxias de Aracne, sus ojos amarillos son piedras de miel.
Pero es blanca, blanca, surca los
pensamientos de hilos invisibles, atraviesa la casa de silencio.
Panal de abejas
Bosque
adentro
te
encaramas a un árbol, arrancas la corteza,
y
flotas, tragando panales que chorrean,
trozos
de árbol, abejas aplastadas --- un sabor
compuesto
de todo lo perdido, en el que todo lo perdido se encuentra.
Mary Oliver.
Mosaico de hilanderas del
sol. Ondulaciones y círculos trazados en el vuelo. Danza del vientre en la
obscuridad de la colmena.
Geometría hembra del
panal, celda tras celda tras celda, luminosos úteros hexagonales.
Habitáculo. Espacio-abeja
para la trasmutación del néctar. Oro viscoso descripto en antiguos manuales.
Alimento de la inteligencia.
Suena el tañido metálico;
las obreras sosiegan las alas, se instala una claridad ámbar. La reina es
fecundada entre resinas.
Oso
No, I am none of these meaningful things, not yet.
Mary Oliver
Simétrico y redondo, la estrella constela la leche de tu carne. Giras, reluces como el diamante y en tu boca se hace oscuro.
Si uno tu garra con mi
mano, me hundo en la palabra noche. Nunca más he de temer el rastro rojo, las
arterias del tambor. Tengo la fuerza de tu piel.
Aguarda. Desde el
firmamento, abre las hojas del camino que aún no es mío. sopla tu magia en la
mitad de mi frente.
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