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DANIEL ARELLA (Caracas, Venezuela 1988). Licenciado en Letras mención Lengua y literatura
Hispanoamericana y Venezolana por la Universidad de Los Andes. Tesista de la
Maestría de filosofía por la misma casa de estudios. Ha publicado el
poemario Al fondo de la transparencia (Editorial el perro y la
rana, 2012); El loco de Ejido (plaquette Colección de Poesía Naciente
Venezolana Ojos de videotape, Los Poetas del Cinco Editora, Santiago de Chile,
diciembre, 2013); El andrógino ebrio en
el Haitón. (Nuevos Clásicos, Bolivia, 2017). Ha sido merecedor en dos
oportunidades (2009 y 2016) del Primer lugar del Premio DAES de literatura en
la mención cuento (Universidad de Los Andes). En el 2015 recibió el XIX Premio
Iberoamericano de Poesía por Concurso “Ciro Mendía” (Casa Municipal de la
Cultura del Municipio de Caldas Departamento de Antioquia, Colombia) con su
poemario Anatomía del grito. Poemas, cuentos y ensayos suyos han
sido publicados en varias páginas webs y revistas digitales nacionales como
internacionales: Cantera, Revista Casaviento, El Club de la Serpiente, Gente
emergente, poetassigloveimtiunoLetralia, Afinidades electivas, Katharsis, La
tribu de Frida, La ira de Orfeo, Cráneo de Pangea, Revista Poesía, Insilio,
entre otras. Pertenece al equipo editor de la Revista Poesía del
Departamento de Literatura de la Universidad de Carabobo, Venezuela.
El ardor
Protegerás el huevo de
los músculos de lo invisible.
Mónica Ojeda
El cuerpo cede con el filo de la
aurora
Desplazando sus o r
í g e
n e s
caminando en el segundo anterior al
prodigio
Vienes hacia
mí desde el mudo encuentro a desplegarte
Regresar es nombrar
somos este lugar que es un ser:
Cuando orilla mandala de espuma
vertebra
el espejismo
El sueño enhebra su temblor de
hortensia
masacra luz en lo purísimo
de
la piel sus vidrios líquidos
de la piel sus salmos
sumerios
Cuando la isla cocida al cráneo
vacía su esmero
El mar es una culpa que golpea
desértica ambrosía
miel del Asia.
La
Cura
Vaticiné las lágrimas cocidas
a la piel del espacio que se vuelve
tiempo
para que el beso entre sin dolor
en el vientre del río
Masturbé la máscara con ojos
primeros
con ojos anteriores al primer
hombre muerto antes del alba
esa máscara de Dios que me pongo
cuando quiero llorar sin que me
veas
Doté de aspas la cabeza enferma
para ahuyentar a los pájaros
carniceros
de aquella edad inocente armada de
silencio
Y así te despiertas
Y yo te doblo la cura
para que mueras entera
en el sitio que te abrí cuando vivía.
Pies de agua
A
Anú
Mi desangrar es confiar en
el filo de la palabra (palabra)
verte necesité crecer hacia
adentro como raíz de relámpago negro
tierra viva vitral oscuro
triangulabas el dolor en mi pecho
duermevela escondida
saliendo de la sonrisa victoriosa
buscando mi mano sus pies
son el agua
Pies
de agua
haré de este mundo nuestro
río
haré de esta sed el mar
aunque anochezca
en la noche trabajo mejor
con la espuma
es noche esa luz cuando la
amaestras
es noche esa luz canto
invencible
soy vencido en la gloria
mis versos malditos
es la gloria ser oscuro y
pertenecerte
es la gloria vencer la
oscuridad vencido.
La beatitud
encendida
Un poema de caballo haré
y que se lo trague el espanto de
correr tras el hombre
Galopa, beatitud encendida, que te
persigue una misa de semillas y un tambor del monte
Un caballo de vientre humilde haré
y con la cabeza de hipopótamo para que no se vea tan triste
Galopa, beatitud encendida, que te
persigue una madriguera de soles y los columpios del grillo:
A la litera
del hombrecito claroscuro de la noche quiso subirse un negro caballo para
escuchar el cuento de la salvación y blanquearse con sus imágenes puras para el
camino que es largo y empedrado y duro
Antes de la gloria, me entregué a
las azucenas y soplé el vidrio de los besos en sus tetitas dulces
Un poema de caballo haré
con la mancha negra de mi corazón
saltando espiral de cabra hacia la alturas
¡Hay que ver
cuántas azucenas habrá del fin hasta el olvido!
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