martes, 24 de julio de 2018

DANIEL ARELLA: Poesía Actual de Venezuela




-->
DANIEL ARELLA (Caracas, Venezuela 1988). Licenciado en Letras mención Lengua y literatura Hispanoamericana y Venezolana por la Universidad de Los Andes. Tesista de la Maestría de filosofía por la misma casa de estudios. Ha publicado el poemario Al fondo de la transparencia (Editorial el perro y la rana, 2012); El loco de Ejido (plaquette Colección de Poesía Naciente Venezolana Ojos de videotape, Los Poetas del Cinco Editora, Santiago de Chile, diciembre, 2013); El andrógino ebrio en el Haitón. (Nuevos Clásicos, Bolivia, 2017). Ha sido merecedor en dos oportunidades (2009 y 2016) del Primer lugar del Premio DAES de literatura en la mención cuento (Universidad de Los Andes). En el 2015 recibió el XIX Premio Iberoamericano de Poesía por Concurso “Ciro Mendía” (Casa Municipal de la Cultura del Municipio de Caldas Departamento de Antioquia, Colombia) con su poemario Anatomía del grito. Poemas, cuentos y ensayos suyos han sido publicados en varias páginas webs y revistas digitales nacionales como internacionales: Cantera, Revista Casaviento, El Club de la Serpiente, Gente emergente, poetassigloveimtiunoLetralia, Afinidades electivas, Katharsis, La tribu de Frida, La ira de Orfeo, Cráneo de Pangea, Revista Poesía, Insilio, entre otras. Pertenece al equipo editor de la Revista Poesía del Departamento de Literatura de la Universidad de Carabobo, Venezuela.

 Poemas inéditos 


El ardor

Protegerás el huevo de los músculos de lo invisible.
Mónica Ojeda


El cuerpo cede con el filo de la aurora
Desplazando sus o   r    í    g    e    n    e    s
caminando en el segundo anterior al prodigio

Vienes hacia mí desde el mudo encuentro a desplegarte

Regresar es nombrar
somos este lugar que es un ser:

Cuando orilla mandala de espuma
vertebra el espejismo

El sueño enhebra su temblor de hortensia
masacra luz en lo purísimo
de la piel sus vidrios líquidos
de la piel sus salmos sumerios

Cuando la isla cocida al cráneo
vacía su esmero

El mar es una culpa que golpea

desértica ambrosía
miel del Asia.





La Cura


Vaticiné las lágrimas cocidas
a la piel del espacio que se vuelve tiempo
para que el beso entre sin dolor
en el vientre del río

Masturbé la máscara con ojos primeros
con ojos anteriores al primer hombre muerto antes del alba
esa máscara de Dios que me pongo
cuando quiero llorar sin que me veas

Doté de aspas la cabeza enferma
para ahuyentar a los pájaros carniceros
de aquella edad inocente armada de silencio

Y así te despiertas

Y yo te doblo la cura
para que mueras entera
en el sitio que te abrí cuando vivía.








Pies de agua

                                                                                                                      A Anú




Mi desangrar es confiar en el filo de la palabra (palabra)
verte necesité crecer hacia adentro como raíz de relámpago negro
tierra viva vitral oscuro triangulabas el dolor en mi pecho
duermevela escondida saliendo de la sonrisa victoriosa
buscando mi mano sus pies son el agua
Pies de agua
haré de este mundo nuestro río
haré de esta sed el mar aunque anochezca
en la noche trabajo mejor con la espuma
es noche esa luz cuando la amaestras
es noche esa luz canto invencible
soy vencido en la gloria mis versos malditos
es la gloria ser oscuro y pertenecerte
es la gloria vencer la oscuridad vencido.






La beatitud encendida


Un poema de caballo haré
y que se lo trague el espanto de correr tras el hombre

Galopa, beatitud encendida, que te persigue una misa de semillas y un tambor del monte

Un caballo de vientre humilde haré y con la cabeza de hipopótamo para que no se vea tan triste

Galopa, beatitud encendida, que te persigue una madriguera de soles y los columpios del grillo:

A la litera del hombrecito claroscuro de la noche quiso subirse un negro caballo para escuchar el cuento de la salvación y blanquearse con sus imágenes puras para el camino que es largo y empedrado y duro

Antes de la gloria, me entregué a las azucenas y soplé el vidrio de los besos en sus tetitas dulces

Un poema de caballo haré

con la mancha negra de mi corazón saltando espiral de cabra hacia la alturas

¡Hay que ver cuántas azucenas habrá del fin hasta el olvido!










No hay comentarios: