lunes, 27 de mayo de 2013

IVÁN VERGARA. Poesía Actual de México


IVÁN VERGARA  (México, 1979) Poeta,  músico,  editor,  antologador  y  gestor  cultural,  actualmente  vive en Sevilla, España. Dirige la Plataforma de Artistas Chilango Andaluces (PLACA), proyecto  que  difunde  y  vincula  la  cultura  mexicana.  Creó,  organizó  y coordinó  las  siete  ediciones  y  las  publicaciones  del Recital  Chilango Andaluz (RCA) en Sevilla, Ciudad de México y otras ciudades andaluzas. Ha participado en proyectos artísticos de distinta índole como actor y director de teatro, director de cortometrajes, locutor de radio, etc. Fue miembro del grupo de folk-rock Mañana, con el que publicó su primer disco A ver quién llega antes al fin, en 2010. Publica en 2013 su poemario:Era Hombre Era Mito Era Bestia / Man Myth Beast, traducido al inglés por Jennifer Rathbun. Anteriormente publicó el poemario breve Montañas de Aurelia, con la Editorial Homoscriptum de NY, en octubre de 2011. Ha colaborado para periódicos mexicanos como corresponsal de la región andaluza. Publica bimensualmente artículos en la Revista Registro (Mexico). Actualmente  prepara  la  primera  temporada  de Ciudades  Literarias y  Contemporáneos  primeros  programas  para  TV  de  la  PLACA.  En  el 2009 creó la Editorial Ultramarina Cartonera & Digital, de la cual funge actualmente como editor. Escribe constantemente en el blog La firma del caracol.

Selección por Gladys Mendía de ERA HOMBRE ERA MITO ERA BESTIA



UN SILENCIO ATLÁNTICO

Mi padre cruzó un continente,
se convirtió en indio posmoderno
al entrar por la aduana del nuevo mundo,
surcó presto su orientación de monte
y perdida la esperanza tomó trenes,
autobuses para otras tierras,
aviones erradicados por la peste
y no era él
hoy mi padre yace en cama
bajo el agobio de las horas extra,
trajo un lastre de quinientos quince años
con el cual descansar los pies y las manos
y no sean él
yace mi padre en un techo de casa blanca
con su cuerpo moreno asfixiado por la historia,
con su cuerpo tallado por la vista de los volcanes
y un indómito yacimiento de leyendas
donde se escribe la historia de mi viejo,
sobre una ladera marina y tintas de piedra



ha salido esta tarde y se ha tirado al río
con el fardo absurdo de todo lo recorrido,
ha ahogado a los peces contándoles la historia
de un hombre y una mujer que se amaban
como tierra blanca y fértil,
yelmos recios de conquista
ha devorado al unísono dos continentes
y se ha convertido en tierra submarina;
salió por la tarde un indio posmoderno
y la noche recibió todas las almas,
todos los llantos
por la noche un llanto de ultramar,
por la mañana la tierra engreída,
conmocionada por la espera que mueve valles,
tumba ciudades, engendra mitos,
y lo que se escucha entre las ruinas
es un llanto que pierde a sus vástagos
un padre indio que duerme en casa blanca
con su corazón rebozando tierra,
rebasando a las aves,
resplandeciendo de nada
absoluta nada



MIENTRAS LA CIUDAD DESPIERTA,
MÁS OLVIDA EL HOMBRE

Éramos el tiempo idóneo de las grietas,
un cauce de urbes que se olvidaban de sí,
un descuido que rompe, un descuido que pasa,
una caricia entre los muros  y tus muros
son la hebra de un rito perpetuo; continúa
con el enfado de los montes, y escupen
al temblor un lugar común, y el agua
se nombra respiradero o artificio, y la madre:
esta ciudad de errores putos como el hambre
éramos el tiempo dentro de la espuma,
un lamento largo y pesado, de un aullido
cerdo y lento que imitan las venas.
Calcamos al revés el origen de las especies
para que saliera la vida, torva y estúpida,
imitando al animal que nacimos siendo
éramos ríos que fueron avenidas,
abismos que fueron puentes,
muertos que fueron sueño,
llanto,
marea



VAGONES

Solemos espantarnos en el metro
de sus habitantes mudos,
de sus miradas enjuiciadoras y permanentes
fijas en nuestro pasado
fijas en lo que dejamos en la anterior estación
solemos aburrirnos
sobre todo por las mañanas,
en que inocentes rozamos
nuestra carne con la ajena
alivia la alarma
cuando predestina nuestro arribo,
alivia el convoy
al seguir de frente,
siempre sólo,
por la única vía que nunca se queda atrás,
como nosotros: brillando de tiempo perdido



NADIE TE DIRÁ CÓMO
MUERE EL TIEMPO.

nadie te dará señas de su azar
ni te dirá cómo vencer su esfuerzo.
El tiempo es un aire estático,
lo transcurrimos
no habrá quien te hable de la angustia de las eras,
quien decida que frente a los espejos reinará el vacío,
quien decida que la noche hablará por sí misma,
que no habrá perros suficientes para la hoguera
no habrá quien te diga qué pirámides son falsas,
cómo rescatar la palabra del conato clasificatorio,
cuánto andar errante conducirá a la voz
de un tiempo ebrio de sequía,
denso de almas errantes
no habrá quien te diga cuán estériles son estos verbos,
el reloj sabrá de sí y será en el reflejo del hombre
un océano sin islas, un océano sin tierra que conquistar




VOLVER A PRESCINDIR
DE LOS RÍOS

como el que presiente
que hay alguien detrás,
apuntando a la nuca,
soplando quedito
volver a dejar los ríos
en el bolsillo de viaje,
donde la herida tiembla
y nombra ventanas
aullidos
volver,
transformar al náufrago
en mono sedentario,
volver,
nombrarle cielo
al saber de sus deshielos;
volver y prescindirle,
pues volver por sus ríos,
entre sus venas y aristas,
nos convierte en dioses furiosos
sabemos que su cuerpo muta en otra tierra,
donde nos suele herir la memoria
(d)escribimos al mito que es cuerpo,
termina bajo tierra, empalmado,
devorando a sus propios hijos
hartándose de un tiempo
que prescinde de nuestro amor




LA MENTIRA ES LA NIEBLA

La niebla es la herida de una lluvia rabiosa,
su color, es el herraje de un cielo desbocado
dirigiéndose a los pulmones de la tierra;
enferma de cielo
rastrera,
dormida en el valle nos convierte en mudos de vista,
en ciegos de frío
líquida,
como suele vestirse si nuestra pasión la ata,
si la convierte en leona etérea
quisiera ser estatua de su obra,
del aprecio que provoca su simpleza
mas nos obliga a sentirnos nido,
donde el viento intenta su semilla
y la ingenua tierra sirve de lecho
cruzamos la sierra de Oaxaca y hemos rebasado las nubes,
esto no es niebla señores, esto que humedece mis ojos
es el grito de los espíritus que intentaron la vida,
chorreando de niebla estos valles que nunca han sabido de amo




PEDIMOS PERDÓN A LA BESTIA, POR
ENSEÑARLE QUÉ ERA LA MALDAD


quiso saber de antemano dónde ir,
no ir detrás de murmullos dorados,
detrás de sexos sin raíz
pedimos perdón a la bestia, por enseñarle juegos de dolor  y
abandono,
continúa tras el arrojo tardío de la sombra,
como antorcha viva frente a la ceguedad de los soles
esta bestia vive con silencios de todas las lenguas,
como el odio albañil de rascacielos y su celo de islas,
como la quietud de unos senos que no alimentan
no hay modo alguno que alcance la gracia,
ha olvidado lo que es el perdón,
no hay pericia que le haga sentir la noche viva,
no hay modo de llamarle fuego amigo
el terror que vive la bestia
es la gracia del rebaño
los engaños que continúan en la vida
son la bestia




ME ABANDONA EL HAMBRE
Y TEMO PERDERLO TODO.

perder lo humano que me aferra a la tierra

perder la sed,
el alarido

y quedarme solo
con esta piedra
que reconozco
frente al espejo




HABLAR DE AMOR
CON EL CENTENO

Hablar de amor a los cisnes
Al espejo

Hablar de amor con la bestia
De cómo le seremos infiel



SERÁ DE NOSOTROS EL TIEMPO
DE LA BESTIA.

atada al mástil de nuestro orgullo
desde la sequía de las almas,
engullen el tacto palpitante del viento,
un orgullo altivo de banderas y cruces;
tiempo de la bestia, tiempo de la gracia,
en que todo es obsceno como los telediarios y es todo
una broma de la vida haciéndonos creer lo erróneo
el tiempo de la bestia nos aparta de la cercanía,
¡amemos a la bestia!
a quienes nos dan palmadas grotescas
y nos pierden en la mirada del asfalto,
nos ingiere con su tacto corrupto, y ame,
ame tu vida-bestia que se precia de serlo
será de nosotros el tiempo sin alimento,
cuando seamos una bestia famélica y nos apene
como nos apena el hambre transatlántica,
entrada exclusiva de ritos transgénicos
y florece como lo hace la bestia y su palabra,
la más antigua de los quehaceres humanos,
la más antigua demostración de amor;
ya lo decía el tigre y su odio amargo:
la vida es creciente mientras sea la bestia mascota,
ría y sea estúpida de ignorantes muertes,
de la continuidad del odio ibérico,
odio americano, odio santo y sin escrúpulos,
odio imberbe de asfixia, odio eólico,
odio titánico, cito: perfecto odio




de Montañas de Aurelia


(20:45)

Se verán entonces a las ocho cuarenta y cinco,
como se ven siempre los amantes,
en la hora compuesta, la cómplice;
se verán y se amarán desesperados
susurrando deseos a la almohada,
escurriendo por dentro, por debajo.

Llegarán las once
y la prisa
y el escape
y la cita
esperará otro día.

Se verán entonces a las ocho y cuarenta y cinco
del día siguiente,
exigidos hasta en sueños, en lo lejano;
se amarán como ladrones
o hasta que llegue la cordura
y el arrebato rosado del –hasta mañana.

Se verán entonces a las ocho cuarenta y cinco
de los siguientes meses,
dejarán los lleven de la mano,
dejarán que el ritmo tome su compás
entre aquello que no creen,
que no quieren creer.

Se verán entonces a las ocho cuarenta y cinco,
casi por coincidencia, como si no quisieran,
como si pintar de rojo la pared no fuera crimen,
como si ignoraran las horas y los sobresaltos,
como si la habitación fuera nevera de tiempo,
como si por debajo de las cortinas se escondieran
duendes;
casi por coincidencia, como si no quisieran.

Se verán entonces a las ocho cuarenta y cinco
decididos a comprometerse, a atarse,
con esas palabras que saben a vacío
cuando se acerca la inminencia,
la aletargada que llega segura
con pasitos trasatlánticos,
con fotos prostitutas de la vieja Sevilla,
con la ciudad Promesa como promesa
de que también podrá ser consuelo de los perdedores,
de los que no han de ganar.

Se verán entonces a las ocho y cuarenta y cinco
y para entonces ya los habrán olvidado,
no tendrán que dejarlos en el arrebato,
no tendrán que componer excusas para ellos;
se verán entonces a las ocho cuarenta y cinco
de algún siglo que los haya dejado atrás.

Se verán entonces a las ocho cuarenta y cinco
de un día que aun no llega,
que paga para arroparlos
con aquel viejo aroma
de los nuevamente culpables.


Aurora

Escuché entonces
el sonido de un águila que venía
de un sitio,
no era el braceo incansable
ni la mirada aguda,
era un llanto de reclamo
que me colocaba en lo alto,
a un lado del estruendo
donde aquellas aves vuelan y hablan
ajenas a nuestra comprensión.

Escuché entonces
una melodía incolora
de algunos olvidados
y de muchos redimidos,

escuché entonces
que no había más sonido
en las habitaciones de casa,
sería acaso que amanecía y que la lluvia
se apoderaba del estruendo ajeno,
siempre lejano y siempre presente
del gigante que marcha con pasos de ondas
que se ocupará de entrar por ti,
en ti.

Te escucho entonces
y abandono la búsqueda
que resulta innecesaria al comprender
que la derrota era anticipada
al ser victoria de uno solo.

Te escucho
y lo que abrigo con estas hojas de maíz
es la semilla de lo que me brota:
soy surtidor
soy pescador
me acomodan en la butaca
justo detrás del redimido.

Caigo del cielo en forma de trueno
y lo que se observa desde la distancia
es un día claro que comienza a languidecer,
convirtiéndome en rojo,
siempre en rojo, y que en un canto
desde lo más alto, se deja rebasar.



lunes, 20 de mayo de 2013

MIGUEL JAMES. Poesía Actual Trinitaria-Venezolana



MIGUEL JAMES (1953) Poeta trinitario venezolano. Es traductor. Mi novia Itala come flores, 1987. Albanela, Tuttifruti, Blanca y las otras, 1990. La casa caramelo de la bruja, 1993. Nena quiero ser tu hombre y otras confesiones, 1996. A las diosas del mar, 1999. Oda a Naomi, 2001. y Kentakes, son algunos de sus libros de poesía. Vive en Trinidad.

Recopilación de poemas por Lucas Sánchez y selección por Gladys Mendía.




CONTRA LA POLICÍA

Toda mi Obra es contra la policía.
Si escribo un poema de Amor es contra la policía
y si canto a la desnudez de los cuerpos canto contra la policía
también si metaforizo esta tierra metaforizo contra la policía
si digo locuras en mis poemas las digo contra la policía
y si logro crear un poema es contra la policía.
Yo no he escrito una palabra, un verso, una estrofa que no sea contra la policía.
Mi prosa toda es contra la policía.
Toda mi Obra
incluyendo este poema
mi obra entera
es contra la policía.




ROSA DE ADDIS ABEBA

¿Qué he de agregar Yo a las antiguas Profecías?
Yo soy boca que te besa
Ojo izquierdo
Serpiente que de noche se enrosca a tu espalda
¿Qué he de agregar Yo a los monumentos de la Historia?
Ante mi desfilan los Mil Príncipes Negros
Sólo cubiertos por sus cabellos trenzados
En mi presencia despliegan alfombras de sangre
Trofeos de Guerra
Y callan las Mujeres de tu Harén
Yo soy aquella por quién Tú aguardabas
El otro lado de tu Corazón
Yo soy noche sin fin
Y día también sin fin Yo soy
Yo soy amapola y bungavilla y rosa negra de los
jardines de Dar Es Salaam
Grupa de yegua árabe
Uña larga Yo soy
Collares de caurí
Tú Etíope Yo soy
Yo soy la Rosa de Addis Abeba
La flor que siempre deseaste
Y hoy cultivas en los jardines de tus sueños.



LOS SUEÑOS SON PELÍCULAS

Los sueños son películas que uno ve en la mente
como a Hedy Lamarr allí beso tu cuello lánguido
Las pesadillas son malos filmes
En ellas desapareces como heroína atrapada por los bandidos
La vida es un largo donde a veces soy el héroe
corro muchas y emocionantes aventuras
seduzco algunas estrellas secundarias
Viene entonces la escena del regreso a casa
tu maquillada palidez esperando para la cena
Otras veces es de suspenso la cinta
No se sabe cuándo llegas, con qué muchacho coqueteas
pero yo prefiero los sueños en technicolor
donde los protagonistas cantan alegres canciones
También me gustan los filmes de Walt Disney
las aventuras donde los pequeños matan de susto a los más grandes



PALOMA PALOMITA

Palomita que te cagas sobre las estatuas de los héroes
Qué grácil eres
Les das su merecido a esos tipos y te vas volando hacia el cielo
Palomita negra
Palomita blanca
Te haces pupú sobre el prócer del sable de plata
Tampoco olvidas al de la lanza escarlata
Para que sepas qué naciones nos han dejado
Palomita negra
Palomita blanca
Qué osadía
Defecas sobre sus palacios blancos
Atormentas sus edificios ministeriales
y eres el terror de sus desfiles marciales
Paloma
Palomita
No hay más héroe que tú en las plazas
para los niños de trajes azules
los ancianos con bolsas de cotufas
y los turistas con cámaras fotográficas
Ave magnífica
Paloma
palomita.





martes, 14 de mayo de 2013

JULIO CÉSAR POL. Poesía Actual de Puerto Rico


Julio César Pol (PoncePuerto Rico 1976). Escritor, editor y economista. Es uno de los escritores y editores más influyentes de la promoción/generación de 2000.  Fue co fundador de varios de los grupos literarios más relevantes de la década de 2000: El Sótano 00931, Colectivo literario, Botella al mar y La generación del nuevo ‘98. Fue Director de la revista El Sótano 00931 en el período de 2000 a 2007. Además fue Coordinador General de los encuentros de (De)Generaciones y editor de la antología Los Rostros de la Hidra.
Ha publicado los libros La guerra de las Galias (edición de autor),La luz necesaria, Idus de marzo, y Mardi Gras, estos, publicados bajo el sello editorial Isla Negra Editores.
Además ha publicado en revistas internacionales como "Desde el límite" (2002), "Borinquen literario" (2004), "Letras salvajes" (2004) "Hostos Review" (2005), "Aullido" (2006) y "Baquiana" [www.baquiana.com](2006).
En su rol de editor publicó las antologías Los Rostros de la Hidra y Poesía de Puerto Rico: Cinco décadas (1950-2000), esta última junto a otros editores. También, ha sido incluido en dos antología de escritores jóvenes latinoamericanos 2017 (2010)  y Transito de fuego (2009).
Pol obtuvo premios en los certámenes de ICPR Junior College, en los certámenes Universidad de Puerto Rico en Ponce, la Universidad Politécnica de Puerto Rico, el certamen del Círculo Jaime Marcano, el certamen del Círculo de Recreo de San Germán y el certamen de Olga Nolla de El Nuevo Día.

Selección por Gladys Mendía de Mardi Gras

La intemperancia de Salomón

beber del fruto
-no de la manzana- 
del glúteo
que no sacia

probar la gota de sudor 
en la mujer amarilla 
bajando espesa como la soya

la leche avinagrada y tibia 
del sudor de la mujer blanca 
haciendo surcos 
entre estrías

desvariar en el vahído del sudor 
de la mujer negra 
probar el éter del comino 
subiendo puñales por la carne

pero de la mujer roja
no la gota de azafrán 
sino el vapor
de un pubis que te consume 
lentamente entre llamas




Lo que de ti queda

A Melisa

Si te pudiera revivir
Desde este regusto de ti en mis labios

Reconstruir tu nombre
Tus senos tu sexo centelleante
Detener un segundo
La presión con la que me sometías

En el secreto de mi lengua 
Lo que guardé de ti

El sabor íntegro de los muslos truncados
La ciencia trémula que mordí
El resabio avinagrado de tu genética oscura

Si pudiera revivir
Lo que dejaste en mí
La resonancia en espiral de cada movimiento tuyo
Un recuerdo con raíces en mi boca 




Apostasía 

Colgué sobre tu silla 
Claudia
con mis calzoncillos 
mis votos 
y la madre iglesia

para dejar la sacristía…

y entregarme a ti
contigo 
a los placeres de la carne




El poeta 

El poeta obeso levanta sospechas 
quiebra sillas en los recitales
Lee poesía con voz entrecortada 
fatigado por la faja

Sobre su paso de viejo lento 
lo antecede 
su panza planetaria 
como carta de presentación 

Obrero de la palabra 
atrincherado
no por lo que le falta 
sino por lo que le sobra

Desdeña un buen libro
por una ración generosa 
de patatas con carne

Discute con pasión temblorosa 
Con tenedor en mano
con cuchillo 
la poesía

Es peligroso 
Asesina la imagen del escritor 
muertodehambre

Jamás le des la espalda 
al poeta obeso

Desconfía 

Porque su falta de mesura 
es su intención 





Desorden metabólico

Malentenderán la causa natural de mi muerte
y atribuirán al sobrepeso 
lo que realmente fue 
una decisión

Todos estos años sentado frente al banquete de la vida 
decidido a probarlo todo 
sin tiempo para repetir 
otra idea hedónica 
otro faisán en el plato
el sabor de otra cicatriz en el cuerpo

Había que probar algo 
diferente

Había que desentrañar 
arrebatar el placer etéreo 
resguardado en el segundo
intentarlo todo

Yo escogí de todas la salidas 
la placentera