Ana María Hurtado (Caracas, Venezuela). Poeta, escritora, ensayista, médico psiquiatra. Ha colaborado en diversas páginas, blogs y revistas literarias, de arte y de psicoanálisis, nacionales e internacionales, donde han sido publicado sus textos y poemas. Docente universitaria y conferencista. Premio de narrativa Julio Garmendia (Universidad Central de Venezuela. Dirección de cultura, 1984). Algunos de sus poemas han sido publicados en diversas antologías. Autora de varios poemarios, entre ellos: La fiesta de los náufragos (Editorial Diosa Blanca, 2015); El beso del arcángel, en coautoría con el poeta colombiano Leonardo Torres (Oscar Todtmann Editores, 2018); El árbol que en ella muere y La única inocencia (en proceso de publicación en la Editorial Diosa Blanca)
Selección de Gladys Mendía del libro La fiesta de los náufragos
Orillas
(fragmentos)
acaricié la luz
vestida de criaturas viscosas y ciegas
llegué a la orilla
escupiendo peces de las profundidades
mi saliva tenía escamas
ojos abultados
mi lengua era lecho de anémonas
mis pulmones
pesados
desconocen la levedad del aire
*
los mares me traen en pedazos a la orilla
algún miembro huérfano
antiguos rostros en sepia
valijas deshabitadas
duendes taciturnos
amores intentando brazadas
palabras entre dientes
una lengua de espuma
el sol de las primeras horas
un leño entre dos aguas
*
¿hallaré alguna vez mi cuerpo lacerado?
¿lo encontraré en alguna playa devastada?
arropado de caracolas
con algas ceñidas a las rodillas
saturados los ojos de espuma
callado cuerpo
con el silencio de los gatos
Náufragos
(fragmentos)
los náufragos hacen la noche alegre
la tornan caja de sorpresas
llenan su cielo de fuegos de artificio
gritan y bailan creyéndose inmortales
adormilados se pasean por las avenidas de la playa
olvidaron sus países
sus nombres
son felices
*
¿a dónde irán los náufragos
que en la noche esperan
ateridos ?
las algas cuelgan de sus ojos
los náufragos caminan asustados
como astros perdidos
ante el universo en expansión
ante la oscura matriz que atraviesa las playas
y las hace lejanas
y las vuelca en ciudades extinguidas
sin murallas
pobres náufragos ateridos
ensartados en algas quejumbrosas
Blanqueo
(fragmentos)
el mar llegó a invitarme
el sol blanqueaba las olas con sus primeros rayos
vierto mi agonía en la leche gozosa del océano
intento recuperar alguna hondura
algún juguete atravesado de peces lastimosos
algún minúsculo niño de ojos ciegos
el sol también blanqueaba los abismos
extravié todas las huellas de mi rostro
llegué a sentirme ligera
nada me ataba a las ciudades bordadas en los acantilados
olvido
la fiesta de los náufragos
sus pasos malheridos
las botellas al mar
los grandes ojos de los faros que tiemblan
las muchedumbres cretáceas
sentada en la quietud de un puerto abandonado