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CARLOS IVÁN PADILLA ( Caracas, Venezuela 1993) Auxiliar Docente de la cátedra de
Estética y Filosofía del arte en la Escuela de Filosofía de la UCV. Autor
de «Mareas» (NSB, 2016; premio a la V
Edición del Concurso “Por una Venezuela Literaria”, mención Narrativa), y «Avatares» (Monte
Ávila Editores, 2016; premio a la XIII Edición del Concurso para Autores Inéditos 2015,
mención Poesía); Tercer lugar en el 1º Concurso de Poesía Physis, 2017; Ganador del III Concurso de Poesía Jóven
Rafael Cadenas, 2018.
Actualmente en Buenos Aires, Argentina.
carlosnph@gmail.com
Selección por Gladys Mendía
De Avatares
Palabra
Penetrante el significado
posee todo cuanto toca
Irguiendo ciudades
con torres de altura
inconmensurable
determina
Para que nada quede fuera de su
agarre
ni del cielo.
Pestaña
La distancia entre la boca y el ojo
es nula
La pestaña puede sentirlo
fundando así
el devenir
En tanto mirada que se limita en
cada parpadeo.
Rayo
[o la tierra]
La piedra sólida recibe la visita
de los estruendos
[de antaño
una luz que la rompe
se impone en la creación como un
golpe fatuo
deslumbrando y arrebatando
La solidez recibe el puño de la
mirada
de la infinitud de la palabra
El venir a ser informando a las
grietas
que en sus núcleos
dominan el movimiento
entre roces que generan los
distantes rugidos del trueno
El rayo en la tierra
es el dedo índice del avatar.
Nube
[o el cielo]
Difusa se eleva entre el espacio y
la potencia
siendo cama de luz
La identificación en el otro
en reflexión
crea amorfas fuentes de cambio
sin ser así materia prima
Al mirar al cielo entre las sienes
se llega a los confines de lo
propio.
El
gato
En cada rincón esconde lo
dantesco, que se alcanza con
[la zarpa
Me muevo en la tutela del sueño
me encuentro en la calma del
segundo párpado
Sigiloso merodeo las esquinas en
busca de los escritos
Merodeo los intentos de una
mitopía.
La
alfombra
Los polvos que gotean de mis sienes
se han perdido en el valle de
ceniza y sucio
Escucho sus cuchicheos
escondiéndose detrás de cada bala
perdida
He dejado caer mis migas entre los
surcos
entre la maleza roja de un pabilo
oloroso
Las motas se debaten entre
galopantes y serendipias.
***
El ojo
que te mira
no será cálido en su sentencia
Será veraz
e infame
Será lluvia en páramo
calima en volcán
Intocable desde torres
punzante desde lejanías
Juzgándote
con toda la fuerza que la pestaña
le delega.
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