LP5 Revista de Literatura y Arte

jueves, 3 de mayo de 2018

ROGELIO AGUIRRE: Poesía Actual de Venezuela


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ROGELIO AGUIRRE (San Cristóbal, Venezuela 1997) Estudia Derecho en la Universidad Católica del Táchira. Obtuvo una mención en el II Concurso de Poesía Joven Rafael Cadenas. Ha sido publicado en la Revista POESIA, Insilio y en la antología de poesía joven y reciente venezolana Amanecimos sobre la palabra (2017, Team Poetero).




Yo, cuando camino, escribo.
Las paredes se desvanecen por cada inesperado paso de ilusión,
mis límites, mis memorias suspendidas en el paisaje como ventanas,
rejas sin cerradura bendicen la ciudad de mi nacimiento.
Las calles son un privilegio para el caminante,
los árboles no son de su propiedad,
es incapaz de observar el cielo,
estrellas ocultas tras el resplandor del vidrio.

Desde hace dos semanas no veo el brillo de unos ojos,
no reconozco la calidez del sol, la voz de mi amada;
mi vida se resume en la caminata,
en la contemplación de las pálidas paredes,
mi hogar se esfuma tras cada instante en que mis pies marcan el ritmo del poema,
el sonido no opaca, la blancura no puede ultrajar esta andanza.
la marcha de vagabundo circula por los antiguos caminos del Samán,
parece que recoge la estela de un padre muerto.

El hijo del rey toca la palabra del mudo
y se enaltece de su predilecta jurisdicción, raya la página,
la tinta se estremece al manchar los artificios parlamentarios.
Es simple corregir un texto sagrado al creerse limpio de consciencia,
sin ser capaz siquiera de comprender cómo pasan las horas,
cómo se aman los hombres,
cómo los niños elevan sus plumas y se ríen.
Es de noche, en su celda se oye un lamento,
el ruido le miente,
es posible que venga a cantar las coplas del Padre,
podría oírle si el coro no desgarrase a las campanas.

Debo detenerme.

Las leyes apiladas sobre el escritorio imploran sosiego.
Las puertas se abren, me quedo a ver cómo entran y huyen de la casa.
Prefiero pensar que soy observado, que reanudaré mi huida.

Canta el gallo y se van los fantasmas.






Misma de ayer  
cerrojo en mano    jaula de Septiembre
la misma de ayer   doctor    la que recorre
el 63 entre paredes mohosas y cabellos dorados
dedicada a perpetuar esa costumbre de limpiar
la página con mi muerte         radiantes años   
versos      ramas tipificadas al borde de una plaza
ley severa    doctor      ley amada como Islandia
      rostro quebrado tan lejos de mí
Mismísima siempre fantasiosa sombra oriental
aunque el sol no parta    esperanzada cierro mis ojos
soñados párpados contemplo el horror de este mundo
aunque todo tan bello es       acuosas bolsas apiladas en esquinas
donde se tocan los corazones     donde brotan flores pútridas
espesas como el hedor de otro basurero     tanta hermosura
mocos y lagrimas alzándome los ojos              antes de que arribe el labio
de la llamada Monteja visionaria      antes de que se hinchen los ganglios
      y ponerme la peluca no pueda
Desconozco la hora de llegada    me distraen sus palabras
sus pétalos intactos    sus falsas gotas escurridas
y los focos    las luces    alumbrada semejante soy siempre
no sé cuándo voy a nacer    nada alcanza en este mundo
cordones desabrochados   nariz ensangrentada    asfalto  
poseída caminata cristiana     adiós    cautivo doctor
y los siglos que pasaron sirvieron para reconocerme
al cruzar la calle Stalin    la calle Freud  
presurosa siempre la insomne muriente clase media
recogiendo restos de madres    de padres absortos
yo cruzo la calle Marx así como atravieso la frontera
sentenciada bala lagrimal     tuertos mis ojos
melodías encantadoras se estremecen con el ritmo de mi taconeo
ahora no cabe más soledad     los míos descansan
en la tierra que abandono   sueñan marchitos                      
entre trago y sumidero.   






De grietas habla mi tierra
de susurros     manotazos    filas 
balacera    paraco al suelo    no es el azar     oído  
uniformado a la pared    oído
señora    acaso se aburre de vivir      
mientras dure el tiroteo   medite
una gran luz     ahórrela
no arda   hierros vienen de allá
hombres desnudos calcinan su asfalto
es hora:   agáchese  
no ve que le están volando la cabeza
no con sellos   estampillas    apostillado doctrinal
todo un suceso   la hilera     las malas novelas
ese deber     ese rumor que discurre entre las luces
habla conmigo   soy la página de ayer
lo que vine a decir    ya lo he dicho
avancemos    cállense.




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