PORFIRIO SALAZAR (Penonomé, Panamá, 1970). Es Licenciado en Derecho y Ciencias Políticas (1993) y Máster en Derecho Procesal (2006), ambos títulos por la Universidad de Panamá. Ha sido docente universitario, asistente de magistrado, juez civil y penal, y actualmente labora como Defensor Público del Sistema Penal Acusatorio de Coclé desde 2011. Hizo estudios de lengua inglesa en Saint Petersburgo, Florida, Estados Unidos, (1998-1999). Recitales y conferencias en España (1993, 2019), Estados Unidos, México, Puerto Rico, República Dominicana, Costa Rica, Cuba, Guatemala, Nicaragua y Panamá. Ha obtenido numerosos reconocimientos. Ha publicado: Los Poemas del Arquero, 1991; Selva, I Edición -1995. II Edición -2007; La Ascensión o la Muerte, 1996; Guitarra de Fe, 1997; Canto a las Espumas del Reino, 1998; No Reinarán las Ruinas para Siempre. 1998; Ritos por la paz y otros rencores, 1999; La Cítara del Sol, I Edición-, con prólogo de Moravia Ochoa. II edición-2008, Editorial Norma; Poesía 1995-1998. Año 2010; El tiempo de la burbuja, 2011. INAC; El viaje de la desnudez, UTP,2013; El fuego despierto es su último libro de ensayos, con prólogo de Pedro Rivera. 2012. En 2018 y 2019 se presentaron sus libros de sonetos: Soles en la luna del cantor (Panamá) y Cenizas en mi sueño (Editorial La chifurnia, El Salvador). En septiembre de 2019 se presentó su libro de poesía infantil: La Piña María y otras canciones, ganador del premio Hersilia Ramos de Argote 2018.
Selección por Gladys Mendía de Soles en la luna del cantor (2018)
SONETO DE LA MARIPOSA
Sobre el oscuro manantial sombrío
dibujas, por el aire, tu sendero
y rielas como lámpara o velero
en el fugaz amanecer del frío.
No conoces la herida del hastío
y marchas al color de mi lucero.
Eres presencia en el amor primero
que surca nuestra vida como río.
Brilla tu encanto y por la noche grita
el arpa de la lluvia que palpita
si abres tus alas de fulgor y cielo.
¡Testigo del edén, sin amargura,
arranca mi dolor, su mordedura,
quiero llover la dicha de tu vuelo!
MITOLOGÍA
Tus dos mitades, animal Centauro,
cabalgan, suavemente, piedra y llano.
Y en los rincones de este mundo vano,
toro y hombre, camina el Minotauro.
La Bruja otorga veleidoso lauro
al ángel- diablo que le da su mano.
(Luz de Lucifer, mágico y profano,
es este mar de capricornio y tauro.)
Evoco al Fauno, inicio mi terceto,
van nueve por delante en mi soneto,
cruel oficio que sólo fin procura.
Sólo falta Dionisio del parnaso
y la hechicera que me da su abrazo
en este afán de mito que perdura.
EL PÁJARO QUE VUELA
El júbilo del pájaro transita
por las islas sin nombre del mañana.
Canta el pájaro y tañe la campana,
cristal de la alborada que tirita.
El pájaro en su rama pequeñita
atardeceres de ilusión devana.
Hermosa libertad jamás pagana.
Altivo entendimiento lo concita.
El pájaro que vuela es la bandera
de un mundo sin prisiones ni frontera.
El pájaro, del mundo, es trino y gala.
Su contorno de plumas y artificio
esculpe en la neblina un orificio
donde oculta, pálida y fugaz, su ala.
DELICIA DE LAS HOJAS
Un verde desamor exhala el pino.
La rosa asume su rumor de aurora.
Entre las piedras, la raíz rumora
que la lluvia marchó de su camino.
La acacia bebe un cielo cristalino
y el sol alumbra como luz cantora.
Un haz de fuego reverdece y dora
la caña interminable del destino.
Verdor y suavidad en el augurio
de ver la vida entera que renace
en el pétalo frágil del anturio.
¡Qué dicha, qué perfume, qué añoranza!
¡Qué júbilo de ver la luz que nace
en el jardín de toda mi esperanza!
SONETO DE ESPERANZA
Llena de sol la vida se encendía
y en sus nidos moraba el sufrimiento.
Fue la vida palabra tras el viento
y fue canción, crisálida del día.
Fue la vida la vela que extasía,
acaso fue la vida que presiento.
La sombra frágil vuela hasta el momento
en que la mar revela su ironía.
Apartaré cenizas de mi frente.
¡Abajo los demonios de la mente!
(En el armario colgaré mi edad.)
Apartaré temblor, temblor de muerto.
Y todo humano, en solitario puerto,
recobraré mi pan de eternidad.
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