jueves, 9 de julio de 2020

CANEO ARGUINZONES: Poesía Actual de Venezuela


Caneo Arguinzones (Caracas, Venezuela 1987-2014). En el año 2011 obtuvo el Premio para Autores Inéditos de Monte Ávila Editores, mención poesía, con el libro Zoo: anatomía del insecto el cual fue publicado en el año 2012. Miembro fundador del colectivo de poesía “Las Fulanas Esas”. Sus poemas han sido publicados en Voces nuevas, 2004-2005; La mujer rota, Literalia Editores (2008); Nueva poesía hispanoamericana, Lord Byron Editores (2009); Rosa Caribe (Venezuela-Cuba) en La Mancha Editorial (2011), Las chicas van al baile, Casa del Poeta Peruano (2012), Poemas de insomnio y lluvia (Fundación Editorial El perro y la Rana, 2013), y Versos di-versos; antología de poesía sexo género diversa latinoamericana contemporánea (compiladora junto con José Zambrano; El perro y la rana, 2013).


Selección por Gladys Mendía de Zoo: anatomía del insecto



Memoria




Tozudo escultor, talla mi rostro, desfigúrame.




Murmullo




Sé de tu lecho en mis sienes, vuelvo los ojos y te encuentro torpe enredado a mis meninges.
Es que te he arrimado a mi locura, me he desquiciado en poseerte.
Ya las voces no me preguntan dónde hallarte, cuál tu nombre.
Ellas conocen mi tormento, tu dorso erecto y sordo silencio.






Bozal



Perversa sensación herirlo
cada carne tibia desvela
mi llama-conciencia

Huele fresca

Se revela como manjar
desangrado

Poseo mis colmillos tras el bozal de la duda

Mi libertinaje se ha desvanecido.
Intento a rajas controlarme,
Llevarme a la inanición,

abandonar la mueca.






Simbiosis




Vi mi seno en tu boca
mi seno lácteo, pálido, acuoso.
Vi tu boca oscura tragarlo
Vi tu labio inflamado de deseo
y mi seno invertido.

Sentí ansias, ansias carnívoras y devotas.
Sentí tu piel en contraste con la mía
y tus ojos yermos.

Sé del abrazo y esta pausa informe que poseo.
Sé de ti a mis anchas,
cuando envuelta en tu enormidad te contemplo.

En silencio he pronunciado tu nombre
porque has habitado aquí dentro.






Media esfera

a Roberto Albarus


El litoral compone la espesura
donde pierdo la noción
entre agua
y aire.

Brota condensado en la altura el dibujo,
da forma a mi cabeza,
hasta dirigirla a otro espacio.

Distingo entonces la media esfera de la que soy víscera
y aquella que me prendó a la fantasía.

El hallazgo se hizo materia
con sabor y temperatura.

Viene la idea de la aprehensión del sujeto,
inacabado espejismo de rostros disímiles

y se agota la añoranza,
comprendiendo que el paisaje se transforma
y el premio queda en el recuerdo,
sin rostro
sin sabor
en la espesura.






Evaporarse




Puede que el descenso no contribuya a disminuir la pesadez de mis párpados
por el contrario, traza mi pupila de una densa armonía
hasta cobijarla el cansancio.

Haber retrocedido al abismo ha convertido la continuidad
en una festiva alabanza,
pero ida y queda
la muerte tantea un secreto regocijo:
La partitura de la ausencia,
mi trayecto,
silueta elucubrada
mientras caminaba despierta.

Agotarlo todo,
sumirse en la hechura,
avivar la candela hasta carburar.

Caer
no sacia esta silente delicia
por desaparecer.







De Dios bestia




Conservo un altar doméstico, me encariño con la bestia
hasta predecir la aparición
de su ponzoña

—Criadero de larvas, sacudes tu cola alentándome,
con mandíbulas
prensas mi parásita
postura.

Saturada
escarbo dentro del pelaje,
saciada de espíritu,
preguntando al espacio:
¿A qué animal pertenezco?


¡Se sacude!







Hueca




Comprendí una vez más, los hoyos que me traslucen.

La locura ocupa la opacidad en mí.

Caída
en el agua

                        Burbujeo

Cariada

                                   Burbujeo

Burbujeo Sumisa con el sexo expuesto

Profunda

                        Burbujeo

Cadavérica alimaña que se me hunde,
expiando la culpa en un hilillo de aire.





  
Concha




Vuelvo queda a la víscera de este recuadro.
Supe de mis bestias cuando a gritos resquebrajaba mi cráneo.
Hundí profundo los talones para retornar sobre mis pasos,
poco recuerdo de mí y el horizonte, la nuca, se me ha volteado.
Ahora avanzo en retroceso, esperando retomar la memoria de mi blando centro.
De espaldas, retornando a este cuadro de nuevo.













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