miércoles, 16 de octubre de 2024

MAYRA SANTOS-FEBRES: Poesía Actual Puertorriqueña

 


Mayra Santos-Febres nació en Carolina, Puerto Rico, en 1966. Estudió Literatura en la Universidad de Puerto Rico y dos posgrados en la Universidad de Cornell, Estados Unidos. Ha sido profesora invitada en varias universidades de Latinoamérica y Estados Unidos. Es profesora de Escritura Creativa de la Universidad de Puerto Rico en Río Piedras y miembro del Instituto Internacional y Multicultural de la UPR. Obtuvo, entre otros premios, el Letras de Oro y el Juan Rulfo, ambos en el género de cuento, finalista del Premio Primavera 2017 por Nuestra Señora de la Noche y las becas John S. Simmon Guggenheim (2017) y la Rockefeller Bellagio Center Residency en el 2018. Algunas de sus obras se han traducido al francés, inglés, alemán, croata, coreano, islandés e italiano. Es autora de los libros de poesía Anamú y manigua (1990), El orden escapado (1991), Boat People (1994), Tercer Mundo Lecciones de renuncia (2014-20), Huracanada (2018); y de las colecciones de cuento Pez de vidrio y otros cuentos, El cuerpo correcto, Un pasado posible y Mujeres violentas. Además publicó las novelas Sirena Selena vestida de pena (2001), Cualquier miércoles soy tuya (2002), Fe en disfraz, Nuestra Señora de la noche y La amante de Gardel y el ensayo Tratado de Medicina Natural para Hombres Melancólicos y Sobre piel y papel. En el 2019 ganó el Premio Nacional de Literatura de la Academie de Pharmacie en Paris, Francia por La amante de Gardel.



(cambiar de nombre)

cambiar de nombre

de células de identidad

cédulas de igualita celda

dos por dos

son cable de tape en la manos

célula de grito y edad

procedencia

rito

y otra vez al mar

a cambiarse el nombre

células de inmensidad

celdas que idéntico se generan

helios y sol en griego con aspas

de libélula

rémora y un corral

más fuerte quel papel

aprisionando

una foto dos por dos que atrapa mueca

de manos con cable de tape a la espalda

a panza de perrera con pestillo

a punto de partida, otro corral

y de nuevo al mar

crédula de identidad

selva de agua

con sus ciudad enorme de muertos

hinchados en sal.


Llegas a la ciudad donde te pierdes

cambiado más flaco

más lleno de cristal tu ojo

más acostumbrado a la muerte

más a los ruidos de motores

al ruido, al infinito ruido de los carros que parecen tripa de mar

de asfalto, de alimaña

llegas más acostumbrado a insultar

más flaco

con otro recorte

con otros artefactos bajo el brazo

no ves los letreros, no hace falta

llegas acostumbrado a andar perdido

y sin casa

llegas a seguir trabajando en lo mismo

más a la defensa de un rollito de papeles que mandas

a la antigua casa

llegas invisible

hace meses que no te miras al espejo

llegas sin afeitar a la ciudad anónima de brea en tu alimento

al ruido

ruido

al rumor de mantarraya por el cielo

llegas y juras que estás en el fondo del mar

no puedes creer lo que respiras

allá a lo lejos

un cachito de esquina con bodega, y aromas recordados

te tocas la verga en una esquina por aquello de comprobar

que llegaste con ella puesta

que no la olvidaste en el transporte

llegas con otro nombre

con otras residencias envueltas en un papelito verde

llegas y buscas la playa por instinto

estás de espalda al mar

llegas y hueles una alcantarilla que parece la proa de una yola

llegas y sabes que andas de paso

más raudo que antes

azaroso

llegas y sabes que estas a punto de irte

y que nunca te moverás de lugar.




(este cuerpo es un país)

este cuerpo es un país- pensó la mujer que escribe


la que por vez primera puso

su estampa sobre las superficies de la tierra.


este cuerpo es materia

como la piedra

y en él se encuentran dos sangres


la que traen los hombres de la caza

la que traemos las mujeres a la puerta.


una sangre atrae la depredación,


la otra marca los ciclos del tiempo.


veintiocho lunas

y la sangre resurge oscura

se vuelve tinta permanente

me convierte en fruta de la fruta.


estas piedras que todo lo han visto

conocen la historia.



sabe que todas las sangres son una.




(a las guerreras las marca)


a las guerreras las marca siempre la renuncia-

enseñan las viejas de la estirpe.


las marca la luna solitaria

que vierte su luz

ancha y amarilla

desde el firmamento.


todos la desean y le temen

pocos se aventuran a tocarla- cuentan las sabias de la estirpe.


las viejas guerreras

lo cantan. así lo escriben en sus cortezas

o sobre las piedras.


la luna es la reina guerrera- cuentan.


a quien ella selecciona

se le llena la cabeza de preguntas

pero una sola es la respuesta:


la renuncia.



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