CRISTINA ELENA PARDO (Caracas, Venezuela, 1993). Es editora, poeta, traductora y fotógrafa. Actualmente es estudiante del programa de doctorado en Latin American, Iberian and Latino Cultures, en The Graduate Center (The City University of New York). En la misma universidad, trabaja como profesora de lengua, literatura y culturas hispanas. Como poeta ha publicado en diferentes medios en Venezuela, España, Ecuador, México, Francia y EE. UU. En 2014 ganó el II Premio de poesía “CM-UCM” en el marco de la IV Semana Complutense de las Letras (Madrid) con el poemario Doler primero (inédito) y recibió una mención en el II Concurso Nacional de Poesía Joven “Rafael Cadenas” (Venezuela, 2017) por su poema “El espacio oscuro”. Mano que espeja (Balduque, España, 2018) es su primer libro publicado. Como fotógrafa, ha expuesto en el marco de PHotoESPAÑA y colabora eventualmente con medios digitales como El Estado Mental o Jot Down Magazine. Es editora de la editorial independiente CALIGRAMA PRESS.
Selección por Gladys Mendía de Mano que espeja (Editorial Balduque, 2018)
distinta
cuerda de la memoria un alimento que es
cuerpo descompuesto textura una imagen
definitiva antes arterias nudos una
sugerencia que es
cuerpo símbolo
descompuesto
distinta
pulsión de mi memoria una extraña herida que es
mi cuerpo descompuesto lengua extraña
definitiva ahora tensión o razón
desconocida que es
cristal noche o bálsamo
descompuesto
—
el lado del habla un andamio
de silencio ese
lado itinerante que se retira
al descuido
un lado que invita
a la desaparición
del acto el andamio
de silencio ese lado itinerante que desaparece el
cuerpo lo que hace lo que el lado del habla
que pide al borde de su imagen que pide
el anclaje
a
la palabra
—
estirar el lenguaje el instante
tonal escrito
en el cuerpo como una oración
murmurable dos
y
tres
veces estirar con las manos
el lenguaje una sensación
de pérdida
en el cuerpo como la última palabrauna vez solo una vez
escrita
—
un reflejo incorporándose a la pared fría la sombra
después del día el caduco espejo
apagá n d o s e
entonces rendidas a la mirada la silueta
incorporándose todo calla caduco un espejo
también duerme
entonces
—
voz lenta ronca no su hondura
de hilo de agua
desde una voz lenta en qué cree esa voz ronca
cercana a la fisura qué mira espeja atestigua extrañeza o voz
no
desde su hondura desde
todo matiz o
mordaza voz
lenta
—
cuál es el hallazgo ¿aquella
como imagen un
lenguaje como ritmo buscado para des-
conocerse cuál disimula
la respuesta sin cesar la nula sin límite
letra ausente irrespirable
forma
cuál es el hallazgo cuál
el tributo ¿aquella
que forcejea una esencial su valentía al despojarse
de la calma al enfren t a r- s e
como un ritmo buscado
hasta
disolver-
se
—
somos un cristal enmohecido casi
de tiempo rompiéndose
en el centro
del cuarto en el centro de
la memoria
en el centro rodeado
de los mismos cuerpos somos los cristalitos
separándose al
instante las manos recogiendo las piezas
los trozos cada
una
una
una somos las manos que unen los cristalitos las piezas el cristal
enmohecido casi
de imágenes
borrándose
en el centro
—-
el momento otro de decir frente al espejo de
decirme la palabra que germina la
cavidad el momento otro una
mujer que espera bajo
tierra el cambio de la luz el
momento otro frente al espejo cuando
una palabra una palabra una
palabra nace
del reflejo de la cavidad terrosa de la
mujer otra la imagen o tiempo bulbo
de
decir
—-
de la voz que se desvía hacia mí la
mirada las cuerdas
vocales una vibración de la
voz la silueta cántico hechizo esa manera de
repetirse repetir-
nos
en
silencio cántico encantamiento esa
manera del balbuceo de repetir-
nos los sonidos de invitar
a todas las imágenes la aparición intranquila de
reproducir de repetir-
n o s de la voz que con ellas se
desvían los ojos las manos los
oídos en
secreto
—
el urgente
de trances lenguaje ladrido la palpitación
cercana quién ha b l a quien
habla no habla por alguien su desdecir- se no
en retazos sino en gritos vocales un espasmo quién
en su duración
escribe
¿
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