viernes, 24 de junio de 2011

Entrevista a Esther M. García. Por Augusto Rodríguez



Entrevista a Esther M. García

Por Augusto Rodríguez


“Ahora se ve al libro tradicional como un producto más de consumo masivo,
no como un objeto artístico”

Esther M. García



Esther M. García (Cd. Juárez, Chihuahua, México, 1987) Poeta, narradora y fotógrafa. Radica en Saltillo, Coahuila y es Licenciada en Letras Españolas por la UA de C. Ha colaborado en periódicos y revistas como Espacio 4, La Palabra, Vanguardia, Día Siete, Plaza Ludens, Lóbulo temporal, palabrasmalditas.net y Pirocromo. Mención honorífica del concurso estatal ¿Por qué es mi consentido? (2004). Premio Nacional de cuento “Criaturas de la noche” (2008). Es autora del libro de poesía La Doncella Negra (La Regia Cartonera, 2010) y el libro de cuentos Las tijeras de Átropos (Editorial UA de C). Ha sido antologada en Los Nuevos Perros Románticos (Ediciones digitales Ohcultos de Lima, Perú); en México Lindo y Querido —Reunión actual de poesía mexicana con causa— (Acequia va de nuez/UANL) y en Three Messages and a Warning, Contemporary Mexican Stories of the Fantastic (Small Beer Press).

-Esther, ¿Cuándo y por qué empiezas a escribir? ¿Qué poetas o escritores son tus referentes o tus autores de cabecera?

La poesía la he vivido desde mi niñez. Siempre he mirado de una manera diferente las cosas, siempre me cuestionaba por todo. Si algo moría yo quería saber el por qué, el cómo y qué pasaría con ese cuerpo, entonces mi imaginación volaba muy lejos. Desde pequeña escribía acerca de mi propia percepción de las cosas pero formalmente fue a los 17 años, cuando gané un premio estatal. Mi padre fue el que me enseñó a los autores que considero los pilares de mi formación literaria. César Vallejo, Borges o Paz eran los poetas que mi padre me recitaba de memoria. Actualmente ellos siguen siendo mis preferidos además de Leopoldo María Panero, Pizarnik, Sylvia Plath, Huidobro, Sor Juana Inés de la Cruz, con su Laberinto Endecasílabo o Primero Sueño, así como Anne Sexton, Gelman, Cernuda o Charles Bukowski. En otras áreas considero a Nietzsche, Jean Paul Sartre, Lacan, Jung o Michel Foucault mis autores de cabecera.


-Has publicado el poemario Doncella negra con la editorial Regia Cartonera ¿Qué me puedes decir de este libro?


Este libro partió desde un concepto que no tiene nada que ver con lo literario: la entropía. Este término viene de la física cuántica y determina que cualquier sistema ordenado deriva, con el paso del tiempo, a un desorden o una destrucción. Entonces pensé en el hombre, en la sociedad y en cómo nos encaminamos a nuestra destrucción paso a paso. Quise darle un giro al poemario dándole una voz femenina que emergiera desde lo más profundo, desde las raíces de la infancia y progresivamente se acercara al caos. Se ha dicho que este libro sumerge al lector en el mundo freudiano del Complejo de Electra. Desde ahí se explora el alma femenina y se confronta con el vacío del entorno. El poemario, hecho como si se tratara de una novela, es un viaje en el que la belleza y el horror conviven en el mismo espacio. La alienación y el vacío entregan las claves necesarias para que se deslicen las incógnitas y se cuestione el papel que juega el ser humano en la sociedad posmoderna.


-Tu poesía se nutre de una gran gama de imaginarios, sociales, idiomáticos, artísticos y culturales muy diversos ¿qué me puedes decir al respecto sobre tu propia poética?

Sí pudiera definirla la definiría con un poema de Leopoldo María Panero

“La poesía destruye al hombre
mientras los monos saltan de rama en rama
buscándose en vano a sí mismos
en el sacrílego bosque de la vida
las palabras destruyen al hombre
¡y las mujeres devoran cráneos con tanta hambre
de vida!
Sólo es hermoso el pájaro cuando muere
destruido por la poesía”.


-Leyendo tu libro Doncella negra, veo que hay poemas que se mezclan con la pintura y las artes plásticas, ¿crees que la nueva literatura actual ya no tiene límites y el arte es uno solo y al final no hayan fronteras de ningún tipo?

Sí. Creo que las fronteras se han disuelto y que ahora estamos en una época multidisciplinaria en donde se conjugan todas las artes, incluso la ciencia con la tecnología. Están, por ejemplo, los video-poemas en donde el empleo de otras técnicas visuales y sonoras están presentes o la poesía experimental en donde se utilizan diversos elementos como el teatro, la música, la pintura e incluso los objetos físicos o la fotografía.

- ¿Qué opinión e importancia le das en comparación al libro tradicional, a las editoriales cartoneras que se van creando en toda Latinoamérica?


Creo que las cartoneras son una opción amable con el medio ambiente aparte de que da espacio a voces nuevas y frescas en la literatura. Ahora se ve al libro tradicional como un producto más de consumo masivo, no como un objeto artístico. En cambio las cartoneras renuevan la forma pues transforman un “desecho” en un producto artístico con vida propia, en algo único e irrepetible. Cada libro tiene una portada hecha a mano que no es igual a otra. Todos contienen el mismo espíritu poético pero su exterior cambia como la naturaleza misma.


-¿Qué piensas de la joven poesía mexicana actual? ¿Conoces algo de la literatura ecuatoriana?

Mi país atraviesa por una etapa dura y oscura que poco a poco lo está llevando, a fuerza, a rastras, a un cambio drástico. Este ambiente lo podemos apreciar en la poesía joven que actualmente está alzando la voz para hacerse escuchar en medio del caos. La poesía se ha transformado, como tiene que ser porque todo en el universo se transforma, y se ha convertido en aliada de otras áreas artísticas, de otras fórmulas para expresar su sentir pero los frutos de lo que se está sembrando ahora no se verán sino mucho tiempo después. En cuanto a la literatura ecuatoriana debo decir con toda sinceridad que he leído a pocos escritores pero que me han mostrado una gran energía poética. La poesía de Jorge Enrique Adoum, el dolor de Dolores Veintimilla y su trágico fin, Aurora Estrada, Hugo Mayo o la poesía más reciente con Siomara España, y su poema La casa vacía, me han dejado una gran impresión en cuanto a la producción poética de este país.


-He escuchado en numerosas ocasiones de que supuestamente la poesía solo la leen y la consumen los mismos poetas, ¿Crees que es así? ¿Cómo crear mecanismos para que la poesía llegue a otros sectores de la sociedad, pero sin que pierda su parte radical o subversiva?

No, no lo creo. Yo creo que la poesía está en todas partes porque aún las piedras, el grano de arena, una hoja seca o un niño llorando detrás de una puerta encierran un gran misterio poético. Hasta un simple mueble puede llegar a contener la poesía dentro de sí. Lo que sucede es que la gente esta idiotizada por los medios masivos, por el consumo irracional de cosas sin sentido. El hombre y la mujer de ahora tienen ganas de ser todo menos lo que verdaderamente son: humanos. La poesía estuvo ahí antes del hombre en cada cúmulo del universo y seguirá existiendo cuando la humanidad llegue a su fin.
Pienso en que los mecanismos serían asaltar las calles, las tiendas, los cruceros intoxicados de automóviles y prisas, las escuelas, las plazas. Asaltar como delincuentes cada lugar y rincón por más alejados que estén. “La poesía es un arma cargada de futuro”, dijo Gabriel Celaya, y el poema es una bala que perforará el nervio, la médula o la cabeza de quien lo escuche y ahí se quedará. Será un hoyo oscuro que nada podrá tapar.

- ¿Actualmente en qué proyectos literarios estás?


Estoy por publicar un libro de cuentos titulado Las tijeras de Átropos con la editorial de la Universidad Autónoma de Coahuila. Algunos poemas aparecen en la antología Los Nuevos Perros Románticos, hecha por el poeta peruano Diego Lazarte; en la antología México lindo y querido (Reunión actual de poesía mexicana con causa) hecha por Alexandra Botto y próximamente aparecerán poemas míos traducidos al inglés por la editorial Small Beer Press en la antología Three Messages and a Warning, Contemporary Mexican Stories of the Fantastic. Actualmente estoy trabajando en otros dos libros, uno de poesía experimental y otro de relatos.



La doncella negra

I.
Mi madre es como un perro rabioso
queriendo morder y destrozar
mi alma con sus rabiosas palabras
a mi
la benjamina
la enferma
la tonta
la rosa que no tiene pétalos sólo espinas

Mi madre es la gran niña con la hoz negra
la gran devoradora de pájaros
escupidora de aves tornasoles
masticadas por el gran diente fervoroso de la religión

Así es mi madre
− ¿Verdad que sí doncella negra?−
Ni siquiera ha de imaginar
que orino miedo por las noches
pensando qué pasará cuando ella muera
Ella sólo piensa “Dios mío Dios mío ¿porqué me habrás dado
por hija a esta estúpida
maldita
malditita
malditilla
pendejuela?”

Mi amor por ti madre
es una flor hecha de vísceras secas




El suicidio de Dorothy Hale
(Frida Kahlo, 1938/39)


I.
Aquí huele a rojo:
en la habitación, en las bebidas,
los gritos, la gente.
Adiós a la buena comida,
a los criados, la vida cara.

Aquí huele al vómito de la muerte.
La gente en la fiesta ríe,
mi máscara con ellos canta y
por dentro, el olor fétido
de quien sabe que la vida
ya no sabe a nada.



Paraíso Artificial

Primero cómprate las tetas de silicona más caras y
luego cambia tu rostro, en la clínica más barata, por uno más nuevo;
al fin y al cabo eres un sombra más caminando y
soñando que es una modelo o estrella de cine
entre estas cerezas podridas del nuevo sueño gringo.

Inhala dulcemente el aroma agrio de la cocaína
hasta que tu nariz reviente en serpentinas rojas.
Métete- teté hasta el fondo de las orejas el poderoso
Do sonoro de las anfetas.

No pienses,
la televisión y el YouPorn
lo harán por ti
y gratuitamente te harán famos@
en esta nuez podrida.

Deja tu alma en los avatares de Internet
y olvida a tus amigos en los campos estériles
de lo que era tu conciencia.
Compra coca-cola’s.

Demanda a Dios
Todopoderosohacedordeluniverso
por no cumplir sus promesas eternas
o córtale el cuello en la versión más moderna
del Playstation. No sientas pena;
desde el siglo XIX sabemos que “Dios ha muerto”.

Conviértete entonces en el súper-hombre-metrosexual:
depílate la ceja, bórrate la nariz, arráncate la boca;
desaparece cual mago tus ojos,
que no quede nada de lo que eres, eras, fuiste.

Aquí todos flotamos.
Somos pelusas en este aire tecnológico-cibernético
Donde las flores
ya nacen muertas.

viernes, 17 de junio de 2011

Entrevista con el escritor ecuatoriano Miguel Antonio Chávez


Por Augusto Rodríguez



Miguel Antonio Chávez: (Guayaquil, Ecuador. 1979) Gestor Cultural y Magister en Diplomacia. Finalista del Premio Juan Rulfo 2007 de Radio Francia Internacional. Autor de Círculo vicioso para principiantes (2005), de la obra teatral La kriptonita del Sinaí (I Mención Premio Nacional de Dramaturgia 2009) y la novela La maniobra de Heimlich (Altazor Editores. Lima, 2010). Co-antologador de las compilaciones de cuento Historias bajo el árbol (2008) y Amigas del Yeti (2009). Antologado en El futuro no es nuestro (versión web. piedepagina.com, 2008), Poesía/Cuento 1998-2008 (Sic Editores/ Embajada del Ecuador en Perú, 2009), Asamblea portátil (Casatomada. Lima, 2009), 22 Escarabajos: antología hispánica del cuento Beatle (Páginas de Espuma. Madrid, 2009), Todos los juguetes (Dinediciones. Quito, 2011), Ecuador de feria (Planeta. Bogotá, 2011), entre otras. En 2011, recibió un reconocimiento a la colaboración cultural binacional por parte del Consulado de Perú en Guayaquil y la Universidad Inca Garcilaso de la Vega (Lima). Miembro fundador del colectivo literario Buseta de papel.

-Miguel Antonio, ¿Cuándo y por qué empiezas a escribir? ¿Qué escritores son tus referentes o tus autores de cabecera?

Empezaré por lo de los autores. Estos han ido variando por épocas, pero puedo mencionar unos cuantos: Augusto Monterroso, el Sábato ensayista, Cortázar, el Benedetti cuentista, Verne, Borges, Ambrose Bierce, Bradbury, Asimov, Woody Allen, Pablo Palacio, Carlos Béjar Portilla, Enrique Vila-Matas, Roberto Bolaño, César Aira, Mario Bellatin. Y seguro, en unos años, unos serán reemplazados por otros.
Desde niño supe que me encantaba contar historias. Primero con mis juguetes, con un obsesivo y hasta risible ritual diario que consistía en nunca empezar hasta tener pensado minuciosamente un “guión”. Luego, a través del dibujo, el cómic y los atlas (dibujaba mapas de países imaginarios, y de ahí, años después, vino mi gusto por la Diplomacia). Pero de los quince ya me lancé a escribir por el simple acto. El material publicable recién lo hallé a los veintirés años, más o menos.

-Has publicado un libro de cuentos y en el 2010 presentaste tu primera novela denominada La maniobra de Heimlich dentro de un gran proyecto-gira de novelas Latinoamericanas que publicó la editorial Altazor de Perú ¿Qué me puedes decir de este libro y sobre este proyecto-gira de novelas Latinoamericanas?

Ante todo, debo decir que pasaron cinco años entre mi libro de cuentos, Círculo vicioso para principiantes y mi novela La maniobra de Heimlich. Era mi intención, en este segundo libro, hacer algo muy distinto al primero. “Heimlich” sale publicado en la editorial limeña Altazor gracias a Harold Alva y Willy del Pozo, que vieron un potencial en aquel manuscrito. Lo de la gira fue una feliz coyuntura, estar en el lugar y momento precisos. La jugada de ellos fue muy arriesgada y digna de sacarse el sombrero: editaron de golpe siete novelas, una de cada país distinto. Y la mía salió por Ecuador. La gira incluía varias ciudades peruanas y finalizaba en la FIL Lima 2010. Motivos laborales me impidieron estar en toda la travesía pero seguí de cerca por mails y blogs lo que hacían los otros seis autores, Oliverio Coelho, Claudia Apablaza, Ernesto Carlín, Juan Ramírez Biedermann, Pedro Peña y Jorge Enrique Lage. El lanzamiento en Lima fue a cargo del narrador peruano Carlos Calderón Fajardo. Todo un honor, sin duda. También estuvimos en la Casa de la Literatura Peruana y fuimos bien recibidos. Perú se portó increíble.

-Tu literatura se nutre de varios imaginarios, pero siempre existe el humor ¿qué me puedes decir sobre tu propia literatura?

El verdadero humor desacraliza todo aquello que represente autoridad o poder. No en vano fray Jorge de Burgos, personaje de El nombre de la rosa de Umberto Eco, guardaba celosamente ese tomo sobre la risa que supuestamente escribió Aristóteles. Porque la risa desafiaba a Dios.
Para mí, el humor (y sus variaciones, el absurdo, la sátira, etc.) no es un recurso sino una actitud, una forma de encarar tanto el proceso creativo como su producto en sí. Y así, podemos ver autores tan disímiles como John Kennedy Toole, Augusto Monterroso o Douglas Adams. Muchos de mis amigos que (por suerte) no me han leído dicen que tengo un muy buen sentido del humor. Así que, al escribir, simplemente sale. El lector no es tonto, de otro modo, sentiría que lo engañan.


-Sé que también escribes teatro, por ejemplo obra La Kriptonita del Sinaí ganó una mención en un concurso nacional de teatro, ¿qué me puedes decir de esto?

Me llamó la atención esa faceta, de narradores que formalmente no son conocidos como dramaturgos, desde Bradbury, Vargas Llosa hasta Don DeLillo (más allá de que no sean unos Harold Pinter, Dario Fo o Marco Antonio de la Parra). Y decidí experimentar. Ni siquiera fue por mi experiencia fallida de reprobar el primer año en una escuela de actuación, cuando tenía diecisiete, sino por la curiosidad de abordar este otro género de la narrativa que es la dramaturgia. Mi apuesta fue por el absurdo desde el mismo planteamiento de la historia: un negro cuyo sueño es convertirse, él solo, en el mejor imitador del grupo argentino Les Luthiers, mientras en el proceso es contactado por dos rabinos provenientes del espacio que van a revelarle su “verdadera misión”. La envié a concursar y quedó Primera Mención. Pero lo más importante: ¡cómo me divertí escribiéndola!


- Pienso que eres parte de la nueva generación de escritores y poetas ecuatorianos que su gran meta no es publicar en el Ecuador sino de traspasar los límites-paredes mentales y publicar en el extranjero para abrir nuevos diálogos y perspectivas a la literatura ecuatoriana al mundo, ¿qué piensas al respecto?

Si en las épocas bíblicas se confinaba a los leprosos a vivir en guettos, fuera de las grandes ciudades, en Ecuador fue peor: nos creímos leprosos y nos auto aislamos. En París, dos ecuatorianos del siglo XIX son aún recordados y estudiados: Juan Montalvo y Pedro Vicente Maldonado. El uno, gran ensayista; el otro, científico. ¿Qué trascendió las fronteras en ese arco de tiempo de cien años? Ok, Jorge Icaza y su bestseller mundial Huasipungo. Ok, José de la Cuadra, el verdadero precursor del realismo mágico. Ok, Guayasamín, en la pintura. Pero, ¿y? (Claro, los ecuatorianos podríamos alzar la mano por Gangotena, Carrera Andrade o Adoum en poesía) ¿Qué pasó en medio? ¿Nos tragó un agujero negro?... Un chileno o un colombiano podrían tener árboles inmensos que hacen sombra, acá ni eso: “solo” tuvimos como el autor más grande del Boom a Marcelo Chiriboga, un ecuatoriano inventado por Carlos Fuentes y José Donoso.
¿Qué quiero decir con esto? En un mundo como el de hoy, declararse en una miope autarquía es por demás absurdo y castrante. Si pude publicar mi novela en Perú y no en Ecuador es porque me dieron la oportunidad afuera. Y si me lo volvieran a proponer, en ese u otro país extranjero, con gusto lo haría. Eso no me hace más o menos ecuatoriano. Es la calidad literaria y no las fronteras geográficas lo que a la larga importará.


-¿Qué piensas de la joven narrativa ecuatoriana actual?

“Joven narrativa ecuatoriana actual” es un término para efectos de estudios o de clasificación. Prefiero decir, más alegremente, que conozco a la gran mayoría de mis contemporáneos y unos cuantos de ellos son amigos míos y los admiro. Pese a que aún no los he leído a todos es increíble sentir que estamos en otra onda y, como dices tú, estamos más abiertos para abrir nuevos diálogos. Sin embargo, vale mencionar que ya hubo una generación (si le podemos llamar así) anterior que facilitó esta apertura.
Y ahí hay que reconocer a gente como: Fernando Itúrburu, Mario Campaña, Fernando Nieto Cadena, Leonardo Valencia, Vladimiro Rivas o Bolívar Echeverría.
Ahora bien, volviendo a mis contemporáneos, algunos viven fuera, como Esteban Mayorga, María Balladares, Jorge Izquierdo, José Hidalgo o María Fernanda Ampuero. Otros aún siguen en el país, como Solange Rodríguez, Eduardo Varas, Juan Fernando Andrade, Eduardo Adams, María Fernanda Pasaguay, Juan Secaira, Silvia Stornaiolo. Al fin y al cabo, sean jóvenes, viejos, cojos o tuertos, lo importante es que algún día hagan noticia así como Antonio Valencia lo hace en el Manchester United, ¿no?

-Actualmente estas dando talleres de narrativa, ¿qué me puedes decir sobre esta faceta tuya?

Empecé la docencia universitaria a los 22 años, a poco tiempo de haberme graduado de licenciado en Comunicación con mención Redacción Publicitaria. Luego, lo retomé hace dos años, con una curiosa materia llamada Retórica de la Publicidad, un frankenstein entre literatura y publicidad. Mis talleres literarios los empecé en 2009, descansé el 2010. Y ahora en 2011, empecé uno nuevo, que bauticé “Combustión espontánea”. Hay un grupo muy motivado. Y nos estamos diviertiendo.

- ¿En qué proyectos literarios estás?

Tengo en cola dos novelas nuevas, pero en la práctica, solo una de ellas espero terminarla este año. También estoy escribiendo una nueva pieza teatral. Los detalles: secreto de Houdini. Lo único es que no espero terminar como él.

jueves, 9 de junio de 2011

Entrevista al poeta ecuatoriano Juan Secaria Velástegui



Por Augusto Rodríguez



Juan Secaira Velástegui (Quito, Ecuador, 1971). Licenciado en Comunicación y Literatura, Pontificia Universidad Católica del Ecuador. Ha publicado el libro Obsesiones urbanas, ensayo crítico acerca de la narrativa de Humberto Salvador, editorial El tábano, Quito, en el 2007. El poemario Construcción del vacío, editorial Sarasvati, Nueva York, en el 2009. Mención especial del premio de poesía Ángel Miguel Pozanco 2008 (España). Un cuento suyo fue uno de los triunfadores del Primer Concurso de Cuento y Relato 2008, organizado por el Taller Cultural Retorno, y se publicó en el libro El premio. En el 2008 se adjudicó un accésit en el certamen de poesía de la revista española Katharsis. Forma parte del libro Trayecto cero, por ser uno de los ganadores del I Concurso Nacional de Poesía, El Retorno, 2009. Obtuvo una mención en el certamen internacional Heptagrama de poesía, 2010. Parte de su obra se encuentra en la antología de poetas de Ecuador y Argentina, Ruptura y desafíos de la nueva poesía argentina y ecuatoriana, Embajada de la República Argentina, Flacso-Ecuador, junio del 2010. Uno de sus cuentos forma parte del libro Los engendros de la luna, septiembre 2010. Sus textos constan en publicaciones nacionales y extranjeras.


1-Juan, ¿Cuándo y por qué empiezas a escribir? ¿Qué poetas o escritores son tus referentes o tus autores de cabecera?

Desde niño, gracias a la influencia familiar de mis padres, comencé a borronear cuadernos. En la adolescencia eso se hizo más consciente, acompañado de otro hábito familiar: la lectura. Mi padre me llevaba continuamente a las librerías de mi ciudad, Quito. Mi madre, alegre y vital, escuchaba mis primeros intentos de algo difuso. A más de eso, un punto crucial fue el ir descubriendo cosas que me alejaban de la noción de una vida placentera; por ejemplo, de niño estuve cerca de morir en un terrible accidente automovilístico. Esa experiencia, unida a otras ligadas con la pérdida, me hizo entender que nadie es lo suficientemente invisible para ser feliz. Luego el trayecto ha ido entre el dolor y el placer; el recuerdo y el olvido; la plenitud y la carencia. Nombrar a autores precisos sería ser infiel con el recuerdo, pero he sido un lector de lo clásico y lo contemporáneo, tanto del Ecuador como de otras partes. Además de libros de cabecera he tenido inquietud por la pintura y por la música; todo esto en perfecta soledad y sin la necesidad de demostrarlo o convertirlo en una pose intelectual. Las referencias se van desprendiendo de uno mismo, en un proceso medio enfermizo, como las venas que van apareciendo y reflotando del cuerpo, y a los autores de cabecera los voy cambiando porque soy curioso y me gusta descubrir continuamente.


2- Has publicado un libro de ensayos Obsesiones urbanas (2007) y un poemario denominado Construcción del vacío en el año 2009 ¿Qué me puedes decir de estos libros?

El ensayo supuso una investigación que me llevó a ser organizado y preciso, además de que me trajo grandes satisfacciones, como conocer a la familia de Humberto Salvador, y a muchos que ignoraban su talento. A estas alturas eso lo veo como algo especial, porque era mi primer libro que llegó a ser conocido, con todo lo que eso supone, como un bautizo con temores y revelaciones. Por cierto, entiendo que existan escritores a quienes no les guste la obra de Salvador, sus razones tendrán; lo que no concibo es que ellos no acepten bajo ningún concepto la crítica hacia su propia obra; extraño comportamiento porque intocables no hay, no debería haber. Construcción del vacío ha sido una experiencia de gran intensidad, donde la gente, no únicamente los especialistas sino también los lectores en general, han visto y detectado cosas que me han asombrado, se han identificado con varios poemas y eso es hermoso porque escribirlo fue una experiencia tanto de la razón como del sentimiento; es un libro que bucea en la incontrastable e imposible relación entre los seres humanos. Solo puedo agradecer tanta apertura de dichos lectores, tanto cariño, tanta comprensión y afecto.


3-Tu poesía se nutre de una gran gama de imaginarios sociales, artísticos y culturales muy diversos ¿qué me puedes decir al respecto sobre tu propia poética?

En realidad, nada, porque no me gusta hablar de mi propia obra, creo que lo bacán sería que quienes la han leído pudieran decir algo, a favor o en contra, con satisfacción o con ira, pero ellos, no yo. Hablar de uno mismo siempre será una aberración, la triste configuración de un personaje, y eso no vale. Aunque un rockstar sí me habría gustado ser. Pero lo escrito por John Cheever: “Lo que más hallo en este momento es una suerte de soledad. La belleza misma del mundo visible parece derrumbarse, sí, incluso el amor. Creo que ha habido un paso en falso, un viraje equivocado, pero no sé cuándo sucedió ni tengo esperanza de encontrarlo”, es una buena sinrazón para intentar buscar una esperanza. Y Rimbaud dice: “El poeta se hace vidente por un largo, inmenso y razonado desarreglo de todos los sentidos. Todas las formas de amor, de sufrimiento, de locura; busca por sí mismo, agota en sí todos los venenos, para no quedarse sino con sus quintaesencias”. Lo que determina que buscar la totalidad y la perfección desde la convencionalidad lo único que produce son obras que más se emparentan con tareas escolares que con propuestas válidas. Por eso me gustan unos versos de Martín Gambarotta: “no es lo que quiero decir / es casi lo que quiero decir / es lo que está al costado / de lo que quiero decir”. Y Leopoldo María Panero añade que la poesía no tiene más mensaje que el de su propia belleza. Ante lo cual, digo yo, todo envanecimiento o colectivismo anti literario muere penosa y lentamente.


4-Sé que también escribes narrativa, he podido leer algunos cuentos tuyos en la web, antologías y en revistas, ¿qué me puedes decir de esto?

Lo mismo que digo en la respuesta a la pregunta anterior. Añadir que escribo desde el disfrute y también desde el atosigamiento de una soledad que no puedo explicar y que he aprendido a llevar a cuestas, desde la extrañeza y la otra orilla; no por hacerme el distinto sino porque las cosas de la vida han resultado así. Por eso a veces es mejor leer la obra que conocer al autor, y aún mejor todavía, en primer término, joderse uno mismo antes que nada. Y efectuarlo con enjundia, ironía, humor y un montón de desprendimiento.


5- Eres un joven crítico literario y trabajas en la docencia. ¿Qué tan importante e influyente son los críticos literarios en la actualidad?

Cuando actúan desde la perspectiva de analizar la obra, los críticos son importantísimos, pero cuando se dedican a socavar la integridad personal de los autores, son detestables y absolutamente prescindibles. Estoy en contra de las cofradías que anhelan erigirse como las exponentes absolutas de la literatura ecuatoriana; es penoso que existan mafias de ese calibre y que pretendan decir lo que es malo y bueno simplemente desde la defensa de ciertos prejuicios enquistados en una mala lectura teórica. Tampoco estoy de acuerdo con quienes creen que cualquier cosa es arte, porque se convierte en popular o falsamente erudito o representativo de algo. Pero no vale la pena hacerse mala sangre; ante ese cinismo mejor es contraponer el pudor resplandeciente del acto creativo, y seguir con la pasión de escribir hasta que el cuerpo aguante.


6-¿Qué piensas de la joven poesía ecuatoriana actual?

Que existe, que está visibilizándose, que hay que leerla, con placer, que no es lo mismo que complacencia; que la poesía está latente y vigente y muchos de sus apasionados escritores persiguen mucho más que la fama inmediata y facilista, o el agradar a todos. Que la poesía no tiene que ver con las generaciones, con parámetros ajenos a la literatura, con la edad, mocedad o decrepitud de quien la escribe sino con la fuerza de sus versos. Y que todo lo que rodea al artista, el referente social, los contactos, el despliegue propagandístico, la confección del artificio pre y pos, es lo de menos.


7-He escuchado en numerosas ocasiones de que supuestamente la poesía solo la leen y la consumen los mismos poetas, ¿Crees que es así? ¿Cómo crear mecanismos para que la poesía llegue a otros sectores de la sociedad, pero sin que pierda su parte radical o subversiva?

La poesía exige cosas que la velocidad y fatuidad de la sociedad rechaza; una lectura atenta, una comunión, un deseo frenético y a la vez mesurado, un desafío lúdico y vital; el subvertir lo establecido con honestidad. Lectores sí hay, pero silenciosos y tal vez así sea mejor, quién sabe. Lo que no se puede es obligar, eso va contra la esencia del arte.


8- ¿Actualmente en qué proyectos literarios estás?

Escribiendo un libro de poemas, influenciado de manera indirecta por la pictórica absolutamente irreverente y talentosa de Luigi Stornaiolo, por esa demencia genial de su obra. Y por cierto tipo de música, que expande mis sentidos, y me hace ser otro, al menos por siempre. Cuando digo influencia me refiero al desequilibrio del trazo y del sonido, que han alucinado estos momentos, no solo de la obra que estoy escribiendo sino también del resto de mi vida.


Naturalmente preso

Y de lo único que me considero artista es de la supervivencia:
en un mundo de locos rabiosos llegué a la vejez.

Fernando Vallejo


Refugiado en mi propio hogar
voy dando mordidas a ciegas
caníbal refulgente en el hervidero de la desesperación.

Preso del apellido
del nombre
del currículo
de la tradición.

Nada me sostiene
asirse se asemeja a caer al abismo.

No soy
mi voz fue desechada
mi cuerpo obligado a “progresar”.
Solamente reconozco mis dientes
filudos
sangrientos.
Lo demás: de papá
de mamá
eventuales abrazos nocturnos
diques de un buque maldito.

El filo se hunde tibiamente
sigo mordiendo
devorando historias
sentándome sobre mis antepasados.

El eco destruye mis oídos
un bocado más.
Alas fraternales
vuelven a cobijar mis vaivenes
rectas
perfectas
incrédulas.

Seguiré buscando mi voz
cuando el abrazo seco haya concluido
y la soledad
crepite en mis huesos.


Hilera

La sala de masajes luce a medio llenar,
tubo sudado, ventanas empañadas.

La cerveza viene y va junto con las miradas
cuerpos caminando por inercia, voces transando
siempre transando.
Todo puede ser negociado, desde el saludo hasta la fantasía más bizarra.

La música embala a los clientes
mueven la cabeza, superiores;
delfines, lobos, camaleones.
Fingir: segundo verbo más conjugado en este lugar.

Isabel, la administradora, me abraza y me sirve un ron cargadísimo.
Veo empotrados en las paredes unos televisores gigantes
y apagados. Le pregunto a Isabel por qué,
me dice: antes poníamos películas 3 equis
pero los clientes las veían y se iban en blanco.

“Los muy pajeros”, protesta ella con una mueca de ese no es el negocio.
Imagino la película y la hilera de hombres ansiosos por entrar al baño.
Ironía. “Todo por bien hacer”, añade Isabel.
Tomo un sorbo más, me saco las gafas. Sonrío.


Hormiga/s

El instante, un fulgor, exhalación que desaparece con el pestañeo. ¿Pensar en inmortalidades? ¿Creer en sueños comunes? ¿Hablar en nombre de otros? ¿A cuenta de qué motivaciones hacerlo? En un cuerpo prestado, buscando respuestas en los lugares equivocados y tratando de escapar de Quito, la bella, la callada, donde supuestamente no ocurre nada.
Me afeito, no me miro en el espejo, por intuición y costumbre, queriendo causarme daño, algo que me despierte, me mueva. Sin espuma ni crema, en seco; días blindados en medio de una guerra subterránea e imparable. Sonrío, no hay pena, tampoco conformismo; cierro el grifo. Los rezagos de rencor desaparecen con los restos de barba, con el agua sucia y helada. Salgo brevemente, es el turno de otro ser. Otro anónimo.
Me siento en una de las bancas de ese parque cuyas letras ya forman, patéticamente, la palabra hogar. Las personas pasan, como hormigas, me miran de reojo, siento sus ojos en mis entrañas. Unos se tapan la boca, otros murmuran con sarcasmo y hasta con odio, mientras mueven sus cabezas y observan al cielo, antes azul, hoy rojo intenso. Toco mi rostro, la sangre cae a borbotones, mancha mi única vestimenta, humedeciendo con su calor un día más en esta ciudad.

jueves, 2 de junio de 2011

JUAN PODESTÁ BARNAO: Poesía Actual Chilena



JUAN PODESTÁ BARNAO (Tocopilla, Chile 1979) es periodista y escritor. Posee un postítulo en crítica literaria en la Universidad de Chile. En 2008 publicó el poemario “Novela Negra” por el sello editorial boliviano Yerba Mala Cartonera, que el mismo año recibió una mención honrosa en los Juegos Literarios Gabriela Mistral de la Municipalidad de Santiago. El año pasado la versión corregida de ese poemario fue re editada por la editorial ariqueña Cinosargo.
Ha participado en diversos encuentros y lecturas poéticas, tanto en Chile como en el extranjero, entre ellos el Festival Internacional de poesía Poquita Fe en 2008 (Chile), Sur Itinerante (Chile) y el encuentro Días de Poesía, en Sucre (Bolivia), en el mismo año. En noviembre de 2009 participó en la Primera Cumbre de Poetas Emergentes de Latinoamérica, en Rancagua (Chile), y en diciembre del mismo año estuvo presentando sus textos en el encuentro Cielo Abierto, en Lima y Barranca, (Perú). Parte de sus textos han aparecido en la revista en papel “La yegua colorada” de Tacna, (Perú), y en diversas revistas electrónicas, como la plataforma digital salvadoreña artepoética.net, y los sitios españoles http://casa-delasiguanas.blogspot.com, y ellaberintodeltorogoz.blogspot.com, Poemas suyos están presentes en el portal Casa del poeta peruano, sitio dirigido por el reconocido poeta Joan Viva. Parte de sus textos aparecen en “Un poema siempre será nada más que un poema”, antología virtual de jóvenes poetas chilenos y españoles. Vive en Iquique.

Selección por Gladys Mendía



LOCURA TEMPORAL

Condenados por locura temporal
a cadena perpetua en poesía
no queda otra que hurgar
en los resquicios de la noche
babear en la contemplación
de hembras que por medio gramo
entregan toda su puta humanidad


LA NOCHE TIENE MANERAS

Extrañas formas
de hacerte vaivenear, tumbar
Te posee, en el sentido literal
del término
Hace crecer una flora y fauna
de malas costumbres
en el cuerpo
y cuando llega la madrugada
estás acabado

Maneras:

Te azota en el suelo
Hablas más de la cuenta
Crees en todo
Miras alrededor, y crees que eres rey
de un poblado de siervos
buenos para nada