viernes, 27 de junio de 2014

ERICK SARMIENTO. Poesía Actual Peruana



ERICK SARMIENTO (Perú). Licenciado de Ciencias de la Comunicación, Gestor Cultural y dirige la Asociación Cultural Colectivo Sur-real. Publico su poemario Eslefànica (paracaídas editores 2013). Ha participado en festivales de poesía y feria de libros. Sus poemas aparecen en páginas literarias. Fue parte de la muestra colectiva de artistas visuales “De la metáfora y el laberinto 2012”. Es organizador del Festival literario y arte visual “En los Extramuros del Mundo” (Cañete) y el Festival afroperuano “Kutukà” (San Vicente de Cañete). Difusor y recopilador de las manifestaciones afroperuanas.

Selección por Gladys Mendía del libro Eslefánica





Aquí

Un silencio plasmado
una palabra tuya
y ya todo es hermoso.




Desde la humedad de tu piel

Despierta
y dime sino fue la primera vez:
En que volvería
estiraría los brazos
y te remendaría con ideas

Una, otra y otras puertas
Las he abierto preguntándome:
¿Cómo lo haces?
—si un niño camina en los tablones del aire
Y su voz no retumba tu rostro.
Ni las historias detenidas donde
nos asegurábamos de no devolver al tiempo
su lenguaje extinto y sus caricias atadas.
ERA.
Escribir, re describir:
Las tempestades escénicas de los olores.
La estructura pegajosa de tus huesos.
Y el melodioso tartamudeo
como brisa arrulladora
se destejía en los algodonales.

Con enigmas atadas a mis piernas.
Naufragando en un mundo de esquinas.
Y al otro lado:

Nos seguían abandonando.
Con estruendo clamor en tus mejillas
labios cenizos emanaban.
Dios te salve María
Llena eres de gracias…
        ERICK
       ¡ERICK!
                        .:.
Manantiales esforosos de sus recuerdos
            volvían al infinito





Algo más

Guarda el cajón: para las seis,
para las ocho… con todo el llanto.

Y sigamos jugando a lo mismo:
A SONREÍR. A despertarnos
de noche o de día, es lo mismo:
las tonalidades, los horarios, el vacío,
y todo es nuestro.

Repacemos el abecedario:
La letra A se parece a la C, la Z a la K
y pongámosle punto a este silencio
y firmemos lo que nos digan.

3:42am: mamá aún sigue recogiendo más botellas.





Inercia congelada bajo luz

Antes de
la humedad
el silencio
los abismos inconclusos

La hice de los años más ocultos
donde los sonidos del alba
no se desclavaban de las verdades de uno mismo
ni se amontonaban en un abrazo:

Solo peloteaba

dormía
y soñaba en mi barco de papel:
Sin contemplarlas.

6:00 am– medio día – 6:00 pm.

Y en la agonía de no sentirla, aclamarla…
la yema de los dedos lo era todo:
«en su transferencia de universo a vida».





Escondite perfecto

Avanza de a uno con tus hermanos
no digas nada
¡Escóndete!
¡Escóndete!
        .:.

Una voz visceral me decía.

1957: La frialdad no arrancó
la costilla embrionaria…

Y los sonidos de los claxon, los vasos
y la vieja escoba:
Nos despertaba a las tres de la mañana
Escuchando…

LA BELLA MÚSICA DE UNA MARIPOSA
NOS ESCONDIMOS





Kutukà

                                    Unidos al legado

Mati sigue heredando los contornos infantiles de su madre.

Y retumban los cañaverales con todas sus voces:
DESEO / LABIO SUDOROSO – DIABLO SIN CERROJO.

¡Y retumba!
Descalzo espanto.

¡Y retumba!
Nudillos de laja.

¡Y retumbaa!
Ah zapatear
zapatear
zapatear...

Me seguía diciendo. Y Yo
solo buscaba un nombre
Irene = voz apropiada al mando de este poema.

Y jugábamos en pleno delirio
desnudando la lengua dentro de su boca.
¡Dormíamos!

—Hurtando semillas eslefànicas de algunos cadáveres.
—Intentando arrancar las edades de las paredes.

¡Volvía!

...al cordón umbilical de mi madre.










martes, 17 de junio de 2014

LUZ MACHADO: POESÍA VENEZOLANA





LUZ MACHADO (Venezuela, 1916-1999) Poeta, ensayista y diplomática venezolana. Galardonada con el Premio Nacional de Literatura en 1987. Fue dirigente del Movimiento Feminista Venezolano, fundadora de la Asociación Venezolana de Escritores, del Círculo de Escritores de Venezuela y de la Sociedad Bolivariana.
Sus libros: Ronda (1941), Variaciones en tono de amor (1943), Vaso de resplandor (1946), Poemas (1948), La espiga amarga (1950), Poemas (1951), Canto al Orinoco (plaq. 1953), Sonetos nobles y sentimentales (1956), Cartas al señor Tiempo (1959), La casa por dentro (1965), Poemas sueltos (plaq. 1965), Sonetos a la sombra de Sor Juana Inés de la Cruz (1966), La ciudad instantánea (1969), Retratos y tormentos (1973), Soneterío (1973), Palabra de honor (1974), Poesía de Luz Machado (antología. 1980), A sol y a sombra (1992), Libro del abuelazgo (1997).


LA CASA POR DENTRO

La casa necesita mis dos manos.
Yo debo sostener su cal como mis huesos,
su sal como mis gozos,
su fábula en la noche
y el sol ardiendo en mitad de su cuerpo.
Deben dolerme las cortinas y sus gaviotas
muertas en el vuelo.
Conmoverme el jardín y su antifaz de flores dibujado,
el ladrillo inocente acusado
de no haber alcanzado los espejos,
y las puertas abiertas para las recién casadas
con su rumor de arroz creciendo bajo el velo.
Debo atender su réplica del universo,
la memoria del campo en los floreros,
la unánime vigilia de la mesa,
la almohada y su igualdad de pájaros dispersos,
la leche con el rostro del amanecer bajo la frente
con esa yerta soledad de una azucena
simplemente naciendo.
Debo quererla entera, salida de mis manos
con la gracia que vive de mi gracia muriendo.
Y no saber, no saber que hay un pueblo de trébol
con el mar a la puerta
y sin nombres
ni lámparas.










martes, 10 de junio de 2014

FEDERICO EISNER. Poesía Actual Uruguayo-chilena




Federico Eisner Sagüés (Montevideo, 1977). Radicado en Chile desde la infancia, es escritor, músico y químico. Fue editor de poesía por once años en Ediciones del Temple. Es parte del Movimiento Descentralización Poética. Ha participado en diversas bandas, y lo sigue haciendo. Ahora mantiene un proyecto musical Montevideo, Fotogramas Trío, y otro en Santiago junto a la poeta y cantautora Marcela Parra. Se interesa particularmente por la fusión de poesía y música, dando talleres, lecturas musicalizadas y participando en el Foro de Escritores de Chile. Es fundador junto a otros 3 poetas-músicos de la Orquesta de Poetas. Es autor de Pequeño compendio para un amigo (Ediciones del Temple, 1997) y Bicha (JCSáez Editor, 2008). Ha sido antologado en: 30 Jóvenes Poetas (Universidad de Playa Ancha, 2004), en el disco Poetas-Chile Siglo XXI, Vol. 7 (Rayentru, 2004); Lof Sitiado: Homenaje poético al pueblo Mapuche (Jaime Huenún comp., 2011); y en Me Usa, brevísima antología arbitraria Perú-Uruguay (Paracaídas Editores, 2012). Actualmente se encuentra preparando su primer libro de cuentos. Organizador del Festival de Poesía y Música llevado a cabo en Santiago de Chile en mayo de 2014. Es estudiante de la Maestría en Musicología en la Universidad de Chile.

Selección por Gladys Mendía de Bicha



No se puede con los afectos tan partidos
no se puede con la piel tan partida
no se puede con tanto cariño
ni menos con tantos yo no puedo

                        cambiar de mano y piel
                                                           en cada caricia

y si acaso logro un boceto
            me interrogan las persianas
se queman los enchufes y el agua sale fría

y si creo poder            el teléfono invade todo
            y suena por dentro

y si se puede
                                   no se puede con todos
los afectos
                                   no se puede con todos
los abrazos
                                   no puedo con toda
la vergüenza


                                                                                              Partida






Cuando me fui pa’l monte
no buscaba ser tinieblas ni renacuajo pródigo
no fueron la vergüenza ni las mofas de los niños
            ante mi muda / mi vernatio

como única en mi especie
si de algo quise ser temida fue de no existir
            como un pequeño que a propósito se pierde en la playa
temida sólo de ser vista en las sombras
inasible y autopoyética plastilina - arcilla - regenerante

            no marginal, no me sienta
mas si periférica
            un centinela con cartuchos láser
            dos luciérnagas alineadas en la ventana de mis padres

es que yo tuve una casa con pisos de tablas sobre arena
            sin ventanas mi habitación y en los corredores
            el griterío de los adultos que me mandaban a dormir
esta casa era una isla
            una vez que salí / no supe volver
hoy le hago la ronda
hoy sigo motores a combustión
pues caí ciega en agua turbia

                        siempre mantuve mi voz
                        lubricada por limos que aprendí a filtrar
                        para portar de contrabando en mi panza
                        los souvenires, mis nombres y mis brazos
                        por mi voz me reconoceréis
                        sin abrir los ojos
                        despacito
                        o por las mordidas en tus patas
                        mi seseo y mis escamas en tu espalda
                        cuando comiences a tientas
                        a adentrarte en mi reino


                                                                       Por mi voz me reconoceréis







Como madera del más noble origen
termita gigante
            última en su especie
                                               inmortal
muerdo sin huellas
                                   evidentes
engullo cuerpos completos
y demoro mi digestión

            No produzco veneno ni ácidos gástricos
                                                                       soy asfixia

Con la pleamar me remonto
entre palafitos enclenques
en reversa los desagües, esas escotillas
            siempre abiertas a los oscuros y malditos
voy de polizonte en cada minga
carcomo vigas y cimientos
aumento el lastre con la antimateria
            de mis eses que intoxican a las yuntas

y los vecinos perplejos no espabilan
ante la macabra imagen de una casa a la deriva


                                                                                                          Xilos deriva
¿Sabes que en la isla de Guam las serpientes que llegaron con los barcos de
carga se comieron a todos los pájaros? Ahora, buscando calor, trepan
por los postes de luz y tapan la ventilación de los condensadores,
produciendo apagones que llaman snakeouts.

Andres Kalawski








La bicha
la maldita
la ortiga
me tiene de los huevos
me trae a los tumbos
como un reflujo a medianoche
arde y quema por dentro
porque es mía y me consuela
nació conmigo o más bien viene
con el paquete intrauterino
de mi creció y se alimentó
me hizo fuerte y pendenciero
vicioso de sus ciclos
me envuelve me estrangula
me aprieta el pecho para soltarme luego
y dejarme correr más adentro
en la isotropía del bosque
donde me hace la zancadilla
y me enreda con sus lianas
sus infinitas patas me caminan por los brazos
y los vuelve pesados lastres mañaneros
soy tu amante tu depre tu bicha me susurra
una sensemayá de mil cabezas
una yara vanidosa que baila exótica
con todos mis rostros amados mientras cuelgo
aturdido de los árboles mojados
disca en los teléfonos de su piel
los números de la desesperanza
sigilosa roba mi voz y habla en mi nombre

                                                                      
                                                                                              La bicha







Algunas veces encontrarás el viento incrustado en tus huesos
y una migraña sorda gritándote por dormir
verás sin creerlo la risa en quienes no la merecen
un ademán de mentiras haciendo el vals de los afectos

y es que cuando escribo para tí hablo sobre mí
            hago un barrido de memorias,
                        recojo todo y me desborda
pues estas líneas parecen alejarme
de lo que se siente tu abrazo mientras lloras

Otras veces verás sus ojos salir extasiados de tu madriguera
y perdonarte el pescuezo por no poder más
verás a todos como en una película viviendo
                                               tu vida sin vos
            como un aeropuerto que nunca te verá partir

te rodearán sus escamas relucientes e indescifrables
mimetizadas en un pedregullo rojo y resbaloso
una pesadilla que se transforma en tus recuerdos
y pretende convertir la vida en una siesta sin descanso

                        Pero no le des con el pie ni con el hacha no le tires
                        el computador por la cabeza, recuerda que son siete
                        y son siete sus corazones sus medallas sus escudos
                        y siete veces siete tendrás que vencerla
                        y cantarle siete veces como a un hijo
                        que no quiere partir

                                                                      
                                                                                  Canción para espantar a una culebra







Anoche se volvió a meter en mi cama
engañosa y con piel nueva a encontrarme
            débil y mareado como siempre
primero por el tacto usando
            caricias de colores iterando
            estímulos para hundirme en el sueño
y llevarme lejos donde al fin pueda
envolverme en sus textiles
y hacerme un huevo, una larva
            pendiente en el inframundo

a merced de sus crías


                                                                                  Este animal no muere







Hoy navego tus aguas Anaconda
tus manglares ciegos
tu delta de invierno
tu aliento exhausto satura los canales
y te camufla en las olas de mi catamara

Me sigues mientras los surcos se ensanchan
y abandono tus dominios. Tomas
            todas las formas de todas las bestias,
poquísimos colores en aguas marrones
que prescinden de visión. Porque
            tú eres en colores tierra Anaconda
fuente de los ocres
sepia de pedregullos y trumaos

            Hoy navego tus aguas mi querida
            y apenas puedes creer lo que apenas ves,
            cual Fitzcarraldo y su vitrola te reto
            y me (per)sigues despechada y lloras
            ya mi ausencia o la tuya
            en mi invierno


                                                                                              Delta







Las nubes caían verticales sobre el escenario
            se curvaba el cielo
sobre el ruido y el calor de la ciudad
sobre la rabia de aquella ciudad

caminé hombro a hombro con la pelada esa noche
ella me guió por su barrio
y yo sólo era carne de señas
porque mi última voluntad se había agotado
en ir del puerto al barrio / recorrí el barrio
y me embriagué con el barrio esa noche
y lo único que distinguía era que el cielo caía vertical
como si la pelada apretara la ciudad por los lados
            la estrangulara
la hiciese una pelotita de cartón
y con ella en llamas hiciera malabares
            en algún semáforo
en cualquier esquina del barrio

           

                                                                                              Bicha pelada