martes, 19 de noviembre de 2013

ANA FORNARO. Poesía Actual de Uruguay


Ana Fornaro (Montevideo, Uruguay 1983). Cursó estudios de Letras en la Facultad de Humanidades y los terminó en la Facultad de Letras de Lille (Francia) donde se especializó en literatura comparada. Forma parte del colectivo CAP -Cuarteto Aguantador Productions- en cuyo seno se gestaron las ¨Obras inéditas de Antonin Artaud¨ y el cortometraje ¨Aquella Boquilla Decadente (un falso documental) ¨.

Selección por Gladys Mendía


Tránsito 

Es que estoy desterrada y no lo entiendo.
No entiendo el fragmento
ni el espacio milenario,
ni las botas del Metro.
Me ofenden las hojas salpicadas de líneas
Y las calles angostas.
Las caras hinchadas de siglos mal dormidos,
de cervezas de lujo y tradiciones
Tradiciones
Costumbres de antaño, de edificios flamencos y orgullo de Patria.
Mi Patria, Tu Patria, Su Patria
La Patria que los parió.


Ustedes 


Atragantados con lecturas
por teorías,
desde escuelas
como confeti
vomitan ideas
que creen
que piensan
les pertenecen.

Eructan con olor a Nietzsche
Se sacan un moco
del color de todas las vanguardias
Y ¡oh horror!
Luego se lo comen.

Regurgitan pastiches de años de confusión
para tratar
para intentar
reconstruir la rosa-pólvora

Y seguir así

leudando

la mentira de estar vivos.

miércoles, 13 de noviembre de 2013

RAQUEL ABEND. Poesía Actual Venezolana



RAQUEL ABEND VAN DALEN (Caracas, Venezuela 1989). Licenciada en Comunicación Social por la Universidad Monteávila, con un Diplomado en Escritura Creativa de la Universidad Metropolitana e ICREA.  Autora del poemario Lengua mundana (Común Presencia Editores, 2012) y de la novela Andor (Bid&Co. Editor, 2013). Así mismo, ha ganado Mención especial en el rubro de poesía del III Premio Nacional Universitario de Literatura (2009), y mención especial en el rubro de poesía del Concurso de Autores Inéditos (Monte Ávila Editores, 2012). Ha colaborado como redactora y productora en diversas revistas venezolanas (El Salmón, El Librero y El Desafío de la historia). Trabajó como reportera en el Diario Las Américas (Miami, FL). Actualmente cursa la maestría de Creative Writing in Spanish en la New York University. 


Selección por Gladys Mendía del libro Lengua mundana



APUESTA


Jugamos a que el fin está por llegar

a que nuestros cuerpos sólo saben desayunar
con semen, flujo, café y cigarros

–muy cerca de una ventana
que no muestra nada–

jugamos a que no hay una felicidad
igual a la nuestra

a revelarnos dos pasados deudores
que no reciben más que la digna tentación
de aliarse

jugamos a vaciarnos en el cuerpo del otro

a decir que nos queremos entregar por amor
cuando sabemos que lo hacemos
por supervivencia

a recostar nuestras vidas
en una sola mirada serena
que no pretende acabar.

Juguemos siempre.



LAS OTRAS NOCHES


Mientras
leo Siete Noches
pienso:
“Para ser Dante, está Dante
para ser Borges, está Borges”,
a nosotros nos queda
vivir nuestra propia oscuridad
nuestras madrugadas infectadas
escogidas y disecadas
en una sola caja de cigarros
intacta.



VENIA

A los libros usados
se les deja dormir
con uno

se les deja abiertos en la cama

hay que permitirles
recordar
las manos que los han hurgado

se les besa el polvo
los rayones de tinta vieja
las esquinas masticadas

a los libros usados
hay que amarlos
como se quiere al extraño

ciegamente.



SABLAZO


Deja de ver desde mis ojos

yo no deseo ver
desde los tuyos

el pecado femenino
es incapaz de suturarme las piernas

ver desde mis ojos
significa renunciar a todo

lo que eres

para adoptar
esto que nunca he sabido

ni sabré ser

quédate siendo bruto, ordinario, hombre

sólo así
querré conservarte.



COMUNIÓN


Todo lo que brota
entre nosotros

es un salpicado
que tienta a lo imposible

todo lo que hemos vivido   se renueva

desde otro universo

ya nos hemos conocido
acuosos de placenta

también con la muerte
recién masticada en los ojos

todo lo que somos
es un cúmulo frenético

insondable
que nos exige el olvido
para sumergirnos en una entrega

furiosa

auxiliada
por una conspiración insomne.



CALLEJERO


Te recojo

de todas las basuras
de Nueva York

como a un gato
infectado
agónico

de bigotes desteñidos

abro mis manos a ti
(no están limpias)

para que enrolles tu cola
en mis dedos

decido ser ese alfabeto
que dedica sus letras

a tu amparo

permíteme limpiarte la tierra
de la boca

y lamer
esa muerte desvelada
que aferras en tus puños.


II

Nuestro sepulcro
yace

prevenido

con sus puertas sin cerrar

en un terreno que nunca podrá ceder
a un ente ajeno

esta muerte
no es un compromiso eludible

nuestro contrato
es más fecundo

es la permanencia
fuera del cuerpo

en el cuerpo del otro.



PICNIC


Te ensancho

como a un mantel de tela
manchado
por el semen de mi boca

te aireo sobre mi cuerpo
para que caiga   sobre mí

tu mugre vieja

te acuesto encima
abierto y mojado

vaciado por ese apetito
insaciable

que no deja de rascarme la piel

saboreo todo lo que decide entrar en mi boca
y no lo dejo bajar por la garganta
el alimento bendito
no se mastica

se mantiene entre el paladar y la lengua
como penitencia.




RITUAL


La vigilia
se quema a punta
de secretos
consume a quien la bosteza
esconde los canales
insomnes
lo que se derrumba
bajo el tacto
creído

te veo del otro lado de la madrugada
ayuno en tu cuello

nos pronunciamos
por un pulso
inconfesable
por el desvelo
que muerde
hinchado
que rescata
dos abandonos imposibles de arrancar

el límite se ensancha
quieto
casi escondido
y desde un rumor
sonríe, se dilata en la esquina
se vuelve un signo
entrañable
una confesión pulcra

son noches que visten
mueven el sueño
hasta matarlo
contra una cama ajena
y queda un aliento
apagado
sin nombre
ni cuerpo para exasperarse

se vuelve
materia erguida
culposa
hambrienta
se ensombrece
respira en tus plegarias
en una sequía
arrogante
ya nada se sostiene sin tu lejanía errada
desconozco una noche
antigua
a nuestro encuentro.



jueves, 7 de noviembre de 2013

ADALBER SALAS. Poesía Actual de Venezuela



Adalber Salas Hernández (Caracas, Venezuela 1987). Poeta, ensayista, traductor. Licenciado en Letras por la Universidad Católica Andrés Bello. Ganador del II Premio Nacional Universitario de Literatura en el rubro de Poesía con el libro La arena, el vidrio: ascenso en tres movimientos (Caracas, Editorial Equinoccio, 2008), así como autor de los poemarios Extranjero (Caracas, bid&co. editor, 2010; Bogotá, Común Presencia, 2012), Suturas (Caracas, bid&co. editor, 2011) y Heredar la tierra (Bogotá, Común Presencia, 2013). Asimismo, ha publicado el libro de ensayos Insomnios. Ensayos sobre poesía venezolana (Caracas, bid&co. editor, 2013). Ha sido incluido en las antologías La imagen, el verbo (UCAB, 2006) y Antología de poesía joven venezolana (bilingüe árabe-español, Universidad Internacional Libanesa, 2009). Recientemente ha sido publicada su traducción de El hombre atlántico, libro de Marguerite Duras inédito en castellano hasta el momento (Caracas, bid&co. editor, 2013). Textos suyos, tanto poesía como ensayo, han sido publicados en distintos medios periódicos, tanto nacionales como internacionales.




Textos pertenecientes al poemario Heredar la tierra (Bogotá, Común Presencia, 2013)





II


Por haber sucumbido
a la oscura tentación
de nacer,

por haber comido de este
pan árido,
encenizado,

por haber asentido
y entregado la frente
para recibir la saliva lustral
del tiempo,

por todo ello
estás aquí,

pisando esta tierra que siempre
te será infiel,
habitando su noche
sin párpados,

con tu desnudez balbuciente,

la misma desnudez
que sostiene el día
cuando se entrega
sin más

descubriendo el miedo ágrafo
de tener un rostro.





  

V


Tus pies
no recuerdan todavía
ningún paso.

Los espejos
no tienen derecho
sobre ti.

Y esa voz que será tu condena
no ha soplado aún
ceniza en tu garganta.

Hasta ahora
sólo has escuchado
un aleluya

comido en sus bordes
por el óxido,

raído como una madera vieja:

la lengua de lo que está más allá
o más acá de la piel.

En ti solamente hay
la arcilla pura del tiempo,

la tierra heredada
para ser perdida.

Solamente
la dura gracia
de haber nacido.



  



VI


Sin saberlo,
escribía buscando una palabra
que te recibiera.

Una palabra extensa,
larga como una muerte,
larga hacia ningún lugar

y tenue,
tan tenue,
que se confundiera por un momento
con la vida.

Una palabra
tejida con sonidos ínfimos,
con esas preguntas desahuciadas
que también tejen la noche
sin confesarlo.

Una palabra que pudieras usar
para cubrir tus pasos,
para nunca andar descalza
por las calles, entre los edificios
cariados de tanta lluvia.

Una palabra, en fin,
que sirviera para remendar el cielo
de vez en cuando.




  



VIII


Al recién nacido
hay que darle de inmediato
un nombre.

Al que ha salido
de la negra violencia del parto,

todavía húmedo de no existir,

hay que nombrarlo,
para borrar de sus manos y
de su respiración
el susurro de otro océano,

para contener
el barro incierto de su carne,

hay que conjurar
ese lugar del que ha venido,
la marea brutal
que lo ha abandonado
entre nosotros,

sobre esta tierra que deberá caminar,
cuyo vientre espeso
está repleto de palabras
que nadie recuerda.






XI


Amasar un salmo bajo el sol
con aserrín y aliento y agujas,

un salmo que no quepa en los bolsillos,
que pese en la boca
con la rabia dulce del mediodía.

Un salmo con arritmia y sin dios,
que destile un líquido hondo,
despierto,
que pueda beberse de un solo trago.

Un salmo que cante
los dones difíciles, los dones arduos,
los frutos que caen,
rotundos como juicios,
en la mirada.

Una alabanza que haya decidido
permanecer en un mismo lugar,
sin mendigar vocablos
ni engañar a la lengua:

que prefiera quedarse en la sed,
en esa paciencia cruel
como una canícula,

donde pueda ser para ti
pulpa inhóspita,
sequía vertical,

cadencia de un fulgor que no cesa.

martes, 5 de noviembre de 2013

Sobre Elena de Héctor Monsalve. Por Ana Montrosis



“ELENA DECLARA SU BELLEZA” de Héctor Monsalve
Por Ana Montrosis

Elena declara su belleza, lo sabían. ¡No, no lo sabían! Sabían que el cuerpo es un mar de secretos cuando el amor silencia las olas y la muerte tiene olor a mujer. Hay perfume en estos versos y Héctor Monsalve lo sabe cuándo nos cautiva con su libro Elena y con todas las mujeres comprimidas en una sola. El detalle no está en el nombre. El crimen comienza cuando la mujer sale a la calle, porque en la casa no hay hijo, no hay hombre, no hay nada que la encadene.
Se puede sospechar del viento, del amante, del policía, del poeta, de la misma Elena de Héctor Monsalve (Uqbar Editores, Santiago de Chile 2010). Libro de poesía policial donde la protagonista es una mujer arrojada por el mar. "Elena ha muerto/Marzo 1952/", es un crimen perfecto, sin rastro más que estos versos que reclaman un único amor, un baile escondido.
/Bailabas arriba de la mesa para mí / Callabas durante horas para mí / Arriesgabas tu vida / Qué cosas extrañas me trajiste / ¿Recuerdas aquel farol que se apagaba / cada vez que decías: no te quiero? /
Aquí hasta los símbolos son sospechosos; el baile, el silencio, aquel farol que se apagaba cuando él le declaraba su amor. Enigma o clave en el poema, el farol.
En el poema Ofrenda de Héctor Monsalve dice: / Elena envejece en esta página / y aquí también / despliega su extraña soledad / así confirma su mundo: / Excede en el sacrificio / (pudo ser la más hermosa de la fiesta) /
Tal vez pudo ser la más hermosa de la fiesta, la mejor esposa, la fiel amante, la hija consentida, la bailarina más deseada. Tal vez, pero / Ella sabe que muere ese es el punto /.
Dudo que Elena fuera llevada al mar por el viento. Ella siempre supo del abandono del amor. Nadie asesina a quien ama, ¿o sí?, entonces quién asesinó esos sueños, quién ayudó a que el mar devolviera el cuerpo a este libro.
Me pregunto por qué el viento no pudo detenerla, por qué ese amante no logró atar sus cabellos cada tarde, esa tarde, muy tarde.
/Que el viento y Elena / coincidían en las tardes / lo sabían / sus suspiros helados en la orilla / su cuerpo incomparable.
Elena es un libro misterioso, creado para cuestionarnos a cerca de lo oscura que puede llegar a ser la vida, el crimen y la muerte. Las limitaciones del amor y desamor con su apego y desapego. El abandono y la contención unidos a la soledad y sus secretos.
El potencial de esta historia esbozada entre el poema y la narrativa, es un cruce que se viene acercando cada vez más en la literatura contemporánea, así como el recurso que usa Monsalve al desarrollar una poesía policial, atípica por cierto, con pistas agudamente desordenadas que instigan a ordenar al lector cuando se eterniza a Elena para declararla profundamente bella.


                                       San Bernardo, Chile  noviembre 2011