domingo, 26 de agosto de 2012

Hoy 26 de agosto: Presentación de Me Vibra en Panamá

Mosaico

Chile y Panamá vibran

La antología ´Me vibra´, con poetas panameños y chilenos, se presenta hoy, a la 1:00 p.m.
MARILINA VERGARA POLO
ESPECIAL PARA LA PRENSA

ESCRITOR. Edilberto González Trejos LA PRENSA/Archivo

















La publicación de la antología poética Mi vibra: Brevísima antología arbitraria de poesía Chile - Panamá es prueba fehaciente de que el libro en papel está más vivo que nunca.
La idea surgió por el contacto que tuvo Edilberto González Trejos con Gladys Mendía, venezolana residente en Chile, que coordina la publicación digital Los poetas del 5 (www.lospoetasdelcinco.cl), una revista trimestral que promueve la creación literaria de América Latina.
Contrario a la tendencia de llevar los libros a la internet, este poemario ha ido en vía contraria para materializarse en papel.
En los últimos años, Mendía ha publicado el trabajo de varios autores panameños y “al ir descubriendo nuestra poesía -con énfasis en aquellos poetas nacidos en los años 1970 y 1980- se interesó en ella y me propuso la antología, con su contraparte chilena”, cuenta González Trejos.
El criterio de selección para obtener los nombres de los escritores participantes “fue que se tratara de poetas nacidos en las décadas de 1970 y 1980”.
Los autores panameños incluidos en Me vibra: Brevísima antología arbitraria de poesía Chile - Panamá son: Eyra Harbar, Gorka Lasa Tribaldos, Javier Alvarado, Javier Romero, Katia Chiari, Lili Mendoza, Magdalena Camargo Lemieszek, Porfirio Salazar, Salvador Medina Barahona, María Gilma Arrocha Castrellón y Edilberto González Trejos.
Y, en el grupo chileno aparecen Alejandra Fritz, David Aniñir, David Bustos, Diego Ramírez Gajardo, Elizabeth Neira, Felipe Cussen, Felipe Moncada, Gustavo Barrera Calderón, Marcela Saldaño, Priscilla Cajales y Yeko Aguilera.


BINACIONALES
Según González Trejos, este tipo de publicaciones son valiosas porque “debemos ir haciendo antologías, no compilaciones. Es decir, trabajos con un criterio de curaduría, con base en la estética, la ética, la generación o girando en torno a un leitmotiv o eje temático”.
También porque los “trabajos binacionales dan a conocer la poesía panameña en otras latitudes”.
Este libro fue presentado en Chile, en marzo de este año, en el marco del Encuentro Internacional de Poesía.
En opinión de Erasto Espino, quien será el responsable de presentar la obra Me vibra hoy en la Feria Internacional del Libro, en el Salón Boquete de Atlapa, “la literatura panameña exhibe hoy una calidad sostenida que lamentablemente es poco conocida fuera de nuestras fronteras”.
Considera que “antologías como Me vibra sirven de herramientas discursivas que, por su carácter internacional, rompen el aislamiento y establecen puentes literarios”.
Este crítico literario y docente sabe que “el género poesía no es masivo -al menos en su formato impreso- por tanto, iniciativas como éstas sirven para ampliar horizontes a un género fundacional que cultiva lo más preciado y tenaz que posee todo ser humano: su propia interioridad”.
“La poesía abre puertas que no deben estar clausuradas y permite atisbar caminos que – verdaderamente - conducen a la plena realización humana”, destaca Espino.
Celebra la publicación de este libro “que permite palpar las rutas actuales de la poesía en dos países hermanos y así avanzar juntos en un diálogo literario que tiene consecuencias positivas para el desarrollo humano de sus autores y lectores”.

jueves, 23 de agosto de 2012

YOLANDA PANTIN: Poesía Venezolana


YOLANDA PANTIN (Caracas, Venezuela 1954) Poeta, ensayista y editora. Estudió Letras en la Universidad Católica Andrés Bello en Caracas. Vinculada al grupo de poetas mujeres reunidas bajo la denominación de «Generación del 78», sus inicios literarios la señalan como destacado componente del grupo poético «Tráfico». Fue miembro del consejo rector del Fondo Editorial Pequeña Venecia y de la Editorial Luna Nueva de la Universidad Metropolitana de Caracas. Ha publicado Casa o Lobo (1981), Correo del Corazón (1985), La Canción Fría (1989), Poemas del Escritor (1989), El Cielo de París (1989), Los Bajos Sentimientos (1993), La Quietud (1998), El Hueso Pélvico (2002), Poemas Huérfanos (2002), La Épica del Padre (2002), País (2007). 21 caballos (2011, en prensa). En 2004 publicó el libro Poesía reunida1981-2004, ese año recibió la Beca Guggenheim.

Selección de poemas por Gladys Mendía.


Poema de las dos cabezas

Este es el poema de las dos cabezas


Sol

Cuello Cortado

descansa sobre la hierba


Cabeza Soberbia partió a los Australes


Sol

Cuello Cortado

dejó que un insecto

revoloteara en sus labios


y durmió un instante


Cabeza Soberbia

cansada del viaje

haló de los pies a su amante


Estuvieron parloteando un largo rato


Una tormenta siguió a la otra

mas estas cabezas tenían mucho que decirse


Sol

Cuello Cortado

saltó sobre la nieve


y posó sus labios

sobre la boca tumefacta que hervía

sobre un hervidero de palabras


Se contaron sus vidas


Esto era todo lo que tenían que decirse

sus vidas sus amores


La noche las encontró

bajo un bloque helado


-el viento ululaba en el paisaje blanco-

“Es un presagio”


dijo Sol

Cuello Cortado


“No hagas caso”


Cabeza Soberbia sintió pánico

y entrechocaron sus orejas en un largo abrazo.

La canción fría, 1989 


Son tres los zopilotes

Mira volar los zopilotes son horrendos

Allí están en la cornisa del otro edificio


Mientras sirvo el café las aves negras

se han posado en la antena parabólica diríase atalaya


Cada uno conserva el equilibrio que es suyo y no del Otro


¿De quién comen?


Ahora vuelan sin moverse no hacen ruido

Son tres los zopilotes ya lo he visto


una madre y dos de sus pequeños

o una pareja de amantes y su sombra.

Los bajos sentimientos, 1993


Piel de vaca

Silvia Guerra

fue quien dijo


algo acerca

de la res colgada


como un signo (fiero)

o un espejo de


estos tiempos que corren

tras nosotras, mujeres.


Amores perros, es lo mismo,


o no: carne sacrificada. Yo

pensé en Simic, al oírla,


y en su poema de las carnicerías


que había utilizado como pórtico

en uno de mis libros.


Guerra continuó

hablando de sus hijos:


cómo eran

sus cuerpos extraños


aún cuando se habían

descolgado del suyo.


No hay crimen, Silvia,


si se piensa en el desolladero, porque

la suave extensión


de esta piel moteada de vaca

donde Loqui duerme,


es un olvido de infancia.

Poemas huérfanos, 2003




Vitral de mujer sola


Se sabe de una mujer que está sola


porque camina como una mujer que está sola


Se sabe que no espera a nadie


porque camina como una mujer que no espera a nadie


Esto es


se mueve irregularmente y de vez en cuando se mira los zapatos


Se sabe de las mujeres que están solas


cuando tocan un botón por largo tiempo


Las mujeres solas no inspiran piedad


ni dan miedo


si alguien se cruza con ellas en mitad de la vereda


se aparta por miedo a ser contagiado


Las mujeres solas miran el paisaje


y se diría que son amantes


de las aceras/ de los entresuelos/ de las alcantarillas/ del subsuelo


de los subterfugios


Las mujeres solas están sobre la tierra al igual que sobre los árboles


les da igual porque para ellas es lo mismo


Las mujeres solas recitan parlamentos


estoy sola


y esto quiere decir que está con ella


para no decir que está con nadie


tanto se considera una mujer sola


Las mujeres solas hacen el amor amorosamente


algo les duele


y luego todo es más bien triste o colérico o simplemente amor


Estas mujeres se alumbran con linternas


van al detalle


saben donde se encuentra cada cosa


porque temen seguir perdiendo


y ya han perdido o ganado demasiado


Ellas no lo saben


porque van del llanto a la alegría


y a veces piensan en la muerte


También planean un largo viaje e imaginan encuentros posibles


Administran el dinero


compran legumbres


trabajan de 8 a 8


Si tienen hijos hacen de madres


son tiernas y delicadas


aunque muchas veces se alteren


un pensamiento recurrente es


ya no puedo ni un minuto más


Las mujeres solas tienen infinidad de miedos


terrores francamente nocturnos


los sueños de tales mujeres son


terremotos catástrofes sociales


Una mujer sola reconoce a otra mujer sola de forma inmediata


llevan el mismo cuello airado


lo cual no quiere decir que no quieran a nadie más que a sí mismas


esto es completamente falso


Lo cierto es que la casa de una mujer sola


está abierta a su antojo


Una mujer sola


no puede curar su soledad


porque nada está enfermo


se remedia lo curable


una gripe o un dolor de estómago


La mujer que piense que su soledad es curable


no es una mujer sola


es un estado transitivo entre dos soledades


infinitamente más peligrosas


Una mujer sola es una mujer acompañada


aunque de este hecho no se percate más que el zapato


al que mira con detenimiento


o el botón


que parece representar algo verdaderamente importante


como de hecho lo es


como los árboles o el cielo


sólo que el privilegio que deriva de semejante atención


es más bien propio de las almas temperadas al siguiente fuego:


id contigo


para estar con vosotros.

jueves, 2 de agosto de 2012

Especial de Poesía Peruana




Alberto Hidalgo Lobato (Arequipa, Perú, 23 de mayo de 1897 - Buenos Aires, 12 de noviembre de 1967), poeta y narrador peruano cuya obra se cuenta entre los introductores del vanguardismo en la literatura del Perú.

En su juventud se trasladó a Lima para estudiar medicina en la Universidad de San Marcos. Posteriormente, abandonó sus estudios para dedicarse a la literatura.

Participó en la revista Colónida, publicada en 1916 y dirigida por Abraham Valdelomar y publicó sus primeros poemarios Panoplia Lírica (1917), Las voces de colores (1918) y Joyería (1919), en la que ya se denotan su carácter innovador e inconformista ante los cánones de su época.

En 1919 Hidalgo jugó un rol importante en el ambiente vanguardista, participó y editó junto a Borges y Huidobro el Índice de la nueva poesía americana (1926), conoció a Xul Solar,Güiraldes, Girondo, Macedonio Fernández, Leopoldo Marechal y Rafael Squirru, entre otros. Creó las Revistas Oral y Pulso.

Obra posterior fue Actitud de los años. Asimismo la ideología izquierdista y combativa de Hidalgo y su vinculación con el Perú se refleja en sus poemarios Carta al Perú (1957) y Poesía inexpugnable (1962), en los días de guerra.

Además de su obra poética escribió cuentos publicados originalmente y en su mayoría en Caras y Caretas y luego editadas bajo el título Los sapos y otras personas (1927), único libro de cuentos del autor. Se dedicó también a obras de teatro, además del ensayo Diario de mi sentimiento (1937), en el que comenta de forma bastante personal e irreverente el ambiente artístico de su época. Mención aparte merece una colección de libros de difusión de la obra de Sigmund Freud, publicados entre 1930 y 1945 bajo el seudónimo de Dr. J. Gómez Nerea, que contribuyeron a dar a conocer el psicoanálisis en Argentina.

Falleció en Buenos Aires el 12 de noviembre de 1967.

Selección de poemas por Gladys Mendía.

de DESCRIPCIÓN DEL CIELO (Buenos Aires, 1928. Sociedad de publicaciones del Inca. Ediciones especiales)


La hora cero

Hora en que a los relojes les duele las doce de la noche
Apéndice del tiempo mejor para la huelga de lo real
Segundo infinitesimal interminable como muchas horas cosidas unas a otras
Punto seguido para que hinchen el pecho las distancias
Ápice de movimiento imposible de fotografiarse porque con él fracasa hasta la cámara ultrarrápida
Terraplén de la nada en el que los minutos se paran a tomar aire ávidos ya de ruta
Momento adulto tan mayor que se sale de la cuenta único que hay de fugacidad permanente
Esquina por donde dobla el día hacia la posibilidad de otro sistema
Trampolín de la eternidad en el gimnasio de los orbes
Agujero hecho en las paredes de la noche
por donde saca la cabeza un pedacito de aurora para ver si es temprano todavía
Medida infinita donde descifrar la anchura del latido del mundo
Hora cero solo es verso el nacido en los brazos abiertos de tu instante



Envergadura del anarquista

Soy apretón de manos a todo lo que vive
Poseo plena la vecindad del mundo
Mi alma llama viva lame las paredes de la humanidad y sin piedad chamusca todo dolor asomado a algún balcón
El arroyo usa un ritmo asilábico aprendido a mi acento
El futuro va enroscado a la inflexión madura de mi voz
Voy colocando postes cada parcela de años
Soy el Amundsen de mí mismo
Cuantos explorándose se acerquen al infinito comprobarán las dilatadas leguas de mi viaje
Habrá un cartel en cada incertidumbre
Hablo y a mis palabras no les falta ni una probable dimensión
Marcho y los caminos quedan habitados por siempre
Grito y de las campanas gotean sonidos porque mis iras apuñalan todas las torres
Donde siembro un odio crece una bandera para los hombres de presente imposible
Nada de sangre me corre un viento por las venas
Mi corazón es una veleta en lo más alto de mi vida