martes, 30 de abril de 2013

VALENTINA OSSES . Poesía Actual de Chile



VALENTINA OSSES (Chile 1982). Socióloga de la PUC, Doctoranda en Sociología de la UAH. Ha publicado  algunos ensayos de poesía chilena contemporánea y la plaquette Nimbo por Ediciones Inubicalistas (Valparaíso 2010).


Selección de poemas por Gladys Mendía de Nimbo




Un recuerdo no se pierde, viaja como categoría no bautizada
se reproduce en las cabezas, distorsionando historias precoces.
Se instala el verbo en los ojos hundidos,
vivir en la distorsión de las cosas:

El recuerdo es insolencia y humedad,
su rutina está sobrecargada.

-Este ensayo carcome las voces que se fugan dentro de las partículas de aire.
Cualquier figura adjunta es un acto obligatorio-.






Las mentiras que nos hicieron de niños se reproducen
para regalarnos imágenes fritas,
saturadas.

Grasa pura, costra vieja, cuajo;

apertura que indica el tejido de los puntos.
Una diferencia más entre origen y estructura,
una diferencia más entre grasa pura y costra vieja;
y la diferencia entre esas dos diferencias lanza una línea de fuego
que prende de vez en cuando para mi desesperación.






La oscilación quiebra el fenómeno de ruptura del aire,
los ritmos que la acompañan, destiñen los objetos,

Instantaneidad.

Hay estrellas que silban los códigos de la noche.

Un objeto nocturno reproduce de mala forma una sombra en ciernes,
este fenómeno señala que un objeto no desaparece,
se instala en un insterticio al estilo de una naturaleza muerta.

El entrecruce de sentidos se sostiene en los cuerpos grabados
por la potencia de la noche,

La noche seguirá como una astucia que alivia una textura de sentidos,
la noche tensiona a los objetos para así esclavizarnos,
en notas móviles, superficiales.







La voz se halla en un círculo condicionante; en una suma de dignidades ávidas,
por la cadena de producción del aire.

Intentos de romper la cadena.

Deserta la ventilación,
-un golpe de monedas asfixia el intercambio-.

lunes, 15 de abril de 2013

ESTEBAN LEYES. Poesía Actual de Argentina



ESTEBAN LEYES (Buenos Aires, Argentina 1985) Estudió Letras en la Universidad de Buenos Aires. Publicó un poemario en la revista española Paderne, na palabra das súas xentes,  participó en lecturas y publicaciones de talleres literarios y revistas. Publicó Las heladas (2007); El muelle (2010) así como también Días atrás (2012).

Selección de poemas por Gladys Mendía del libro Las heladas



Buscó y me encontró
abajo del banco pasillo

ella se agacha para hablarme
ha pensado en sus palabras
y ahora me las sopla
entrecortándose

y habla de olvidarlo todo
mientras se acerca la mañana
de nada sirve echarme al agua

ella se aleja,
pero me dice

y habla de mis caminos
y de lo que pienso
de que desate el frío de mi cuello
pero sigue ahí
haciéndome mudo


Escribí su paso
como semillas contra el viento
en el olor de la marihuana
y en ruidos obsesionados,
del encendedor,
la oscuridad y el árbol

(cigarrillos de mi escritorio
viento blanco en la ventana
hora de primeros colectivos)


Hoy la noche cayó en recuerdos
la voz que permanece distante
y se acrecienta
llega desde el vértice de la plaza
Un cosmos que ya no es mío
me indaga
no sé si soy
en ese
este otro silencio
que me roza
en los rulos de su tiempo


Otros se revuelcan en sus camas
y se gritan
Aunque hemos salido a la plaza
seguimos en piyama por el living

Hemos llegado al momento
y las risas se mantienen

Chicos en la escuela de la esquina
un auto olvidado
a la vuelta del bar


Se escurre de entre las aguas
la calle
se corre, se va como sonidos
con la convicción
hay autos que conseguir
casas
Bares
muchos edificios con ventanas al río de noche
canciones que muevan llantos (pero de esos
con gritos fuertes desesperados)
llantos de hotel
como todo llanto bien encauzado

Y otra vez pienso que nada mejor que estés acá
nada mejor que tu música y mi amor
no creo que te hayas olvidado

domingo, 7 de abril de 2013

CAROLINA LOZADA. Narrativa venezolana actual



CAROLINA LOZADA (Valera, Venezuela 1974). Licenciada en letras mención lengua y literatura hispanoamericana y venezolana (Universidad de Los Andes, ULA, Mérida). Es investigadora de la Cinemateca Nacional. Ganadora del I Certamen Internacional de Relato Breve “El País Literario” con el cuento “Viejo bar. Viejo tango” (Madrid, 2005); del Premio Municipal de Narrativa Oswaldo Trejo por el libro de relatos Memorias de azotea (Mérida, 2006) y del Premio Nacional de Narrativa Solar por su libro Adictos y transeúntes (Mérida, 2007). Además, su libro Historias de mujeres y ciudades obtuvo mención publicación en el I Certamen de Narrativa Salvador Garmendia (Caracas, 2006) y mención de honor en el II Concurso de Narrativa Antonio Márquez Salas de la Asociación de Escritores de Mérida (Mérida, 2005), y Los cuentos de Natalia obtuvo mención publicación en el II Certamen de Narrativa Salvador Garmendia (Caracas, 2007).


Selección por Gladys Mendía del libro Los cuentos de Natalia


La bruja


Cierra las cortinas para comenzar el conjuro. Lo acuesta en la cama, le abre la camisa, le ausculta el corazón, aun está vivo. Le pide que cierre los ojos y que no los abra hasta que ella se lo ordene. Se aproxima a su bolsa y entre pequeñas botellas de distintos colores saca una de aspecto alquimista y azul como fluidos eléctricos. Pasa frente al espejo y este le devuelve, apenas, un reflejo de sus movimientos. Se acerca al hombre, él abre la boca y ella entra en forma de fluido. Hombre moribundo por dentro, espacio rojo y nocturno, reducto de la acumulación del tiempo. Hombre ajeno a cualquier pertenencia, simiente de manifestaciones telúricas. La bruja se detiene a explorar cada molécula incrustada en el cuerpo sobre la cama. Huele, toca, escucha. Sobre el techo se acomoda la noche, se oyen pasos con música. Ella murmura encantamientos, palabras que el viento disuelve con la boca. Él se mueve, ahora es el hombre que está dentro de ella. Dos manos que explorar dos pechos menudos, una mano que se coloca en el centro y lo cuida celosamente. Un espasmo químico que intenta abrir los ojos del hombre, pero que ella cierra con sus labios. Desde adentro se ven subterráneos de luces y firmamentos con lunas llenas y cuartos menguantes. La palabra sale ahogada de la boca en una lengua que no existe. Amor. Dios. Sí. Mátame. Ella le pide que abra los ojos. El hombre va abriendo su mirada y una sonrisa le devuelve su vitalidad. Él puede entrever en medio de las persianas de sus párpados cómo ella, con su mano, le clava el corazón. Pronto la bruja se disuelve en el espejo, la habitación queda a oscuras con el sonido de un corazón agonizante.



del libro Historias de mujeres y ciudades


RELACIONES EN TIEMPOS VERBALES 


Él espera la vida sentado en la parada del colectivo. Ella sube a la micro vestida de colores. Ambos ocupan asientos diagonales, cada cual asomado a la ventana que le correspondió. Los rostros, letreros y paradas se reproducen afuera, mientras ellos van pensando en sus tiempos verbales. Él, en su pretérito imperfecto, cuando se enamoraba, cuando amaba, cuando se casaba, cuando su mujer se iba y lo abandonaba. Ella, mientras, piensa en su futuro imperfecto, cuando la vida le sonría, cuando se vaya de la ciudad, cuando deje de llover sobre sus párpados mojados. Entretanto el presente va haciendo su parada, pero ninguno de los dos se percata de ello. El chofer mira por el espejo y observa ambos rostros opuestos entre sí entregar sus miradas al afuera que no los involucra. Pronto el autobús hará su última parada, siguiendo las señales en la vía, ambos bajarán y una vez fuera cruzarán una instantánea mirada y luego cada cual seguirá su propia dirección, él hacia su pretérito imperfecto, ella hacia su futuro imperfecto.