martes, 26 de marzo de 2024

FERGIE CONTRERAS SALMEN: Poesía Actual de Venezuela

 


Fergie Contreras Salmen (Venezuela, 1993). Psicóloga, Abogada y Magíster en Edición. Vive en Chile desde 2016. Es autora de Mundo a escala (2020), y participante en las antologías Una invitación, un poema (2021), Una cicatriz donde se escriben despedidas (2021) y A scar where goodbyes are written (2023). Ha publicado poemas en la Revista Grifo, Jámpster, La ubre amarga y WD40, y formado parte de diversos talleres literarios y lecturas de poesía.



735

remanentes de ojos deducen cristales

sugiere aquel vocablo (no es lo mismo)

dice: nos mantenemos en estado glacial

se intercambia frigidez por rabia, dice:

ni palabras enfermedades ni jaulas

son fraccionadas hasta su desaparición

ni desaparición jaulas ni enfermedades

son realmente palabras, solo se sabe

que palabras jaulas y desapariciones

son susceptibles de ser enfermedades


682

podría

huir

si se lo

propone

golpease

contra

las barras

tantas

tantas

veces

huir si

se lo

(

podría)

golpearse

tantas

tantas

tantas

veces

podría

morir

si 


739

aire debajo del agua: impalpables las escenas del pasado y el futuro que acompañan sin ocurrir realmente: creación sobre la creación: estaría muy cerca de perderlo si aferrara a los circuitos delineados doce y media, interpreta una alegría triste. deformar el rescate de la palabra alegría: trasladarla donde nadie pueda eliminar la destrucción sobre la destrucción: tierra debajo de la tierra tres y cuatro: estaría muy cerca y sin embargo


741

contemplarse desde la proximidad. no le han dicho que sostienen la costumbre de evadir cuerpos que flotan. mentimos hasta justificar sustracciones. alguien se extravía. inhibición. buscar placer en labios ceñidos agua cercana a la nariz quiere gritar el agua cambió de color y no puede sino solo

  ver de

  cerca un

 monstruo

        marino


705

profundo color gris espesura mental

recuerda jugar en una calle ciega

reiterar la palabra ciega hasta que la noche se pregunte qué oirá sin el roce de las aves

los peces transparenten al flotar sumidos en la noche

y tengamos un rincón donde permanecer dormidos






martes, 12 de marzo de 2024

CLARISSA MACEDO: Poesía Actual de Brasil

 


Clarissa Macedo – Salvador de Bahía – Brasil. Doctora en Literatura y Cultura. Escritora, revisora de textos, agente cultural, profesora e investigadora. Presenta su trabajo en eventos en Brasil y en el exterior. Participa de antologías, revistas y sitios web. Ha publicado O trem vermelho que partiu das cinzas, Na pata do cavalo há sete abismos (Premio Nacional de Academia de Letras de Bahía) traducido al español (España y Perú), O nome do mapa e outros mitos de um tempo chamado aflição, A casa mais alta do teu coração (Premio Biblioteca Digital do Paraná) y Missal ou o livro das falenas. Es la idealizadora del Encuentro de Autoras Bahianas y del Recital Cartografías.

De Misal o el libro de las falenas. Traducción: Clarissa Macedo. 


Olokum


Que estranha forma de vida, essa

onde não te posso tocar

ou 

enxugar as lágrimas de teu rosto

com meus cabelos,

meus infinitos cabelos

que tuas mãos aparavam na era da infância

sob a tesoura enferrujada.


Aquela tesoura sou eu, trêmula,

desfeita no espelho da carne. 



Olokum


Qué extraña forma de vida, esa

donde no te puedo tocar

o

enjugar las lágrimas de tu rostro

con mis cabellos,

mis infinitos cabellos

que tus manos aparaban en la era de la infancia

bajo la tijera oxidada.


Aquella tijera soy yo, trémula,

deshecha en el espejo de la carne.


Ciência


Afastar os monstros do quarto

requer ciência:

esconder-se pelo edredom

acender a lâmpada

tirá-los de sob a cama.


Há formas de afugentar os monstros,

inclusive aqueles do armário 

que se mexem ao dormirmos 

e nos olham baixinho 

como fossem lentos fantasmas,

velhos de tanto limbo e provação.


Para arrancar os monstros é preciso ser capaz:

agarrá-los bem forte,

para que, no tormento do abraço,

rebentem de humanidade

e não voltem nunca mais. 



Ciencia


Alejar a los monstruos del cuarto

requiere ciencia:

esconderse bajo el edredón

encender la lámpara

sacarlos de debajo de la cama.


Hay formas de ahuyentar a los monstruos,

incluso a aquellos del armario

que se mueven al dormimos

y nos miran bajito

como si fueran lentos fantasmas,

viejos de tanto limbo y probación.


Para arrancar a los monstruos es preciso ser capaz:

agarrarlos muy fuerte,

para que, en el tormento del abrazo,

revienten de humanidad

y no vuelvan nunca más.


Estirpe 


Me pediram para escrever

sobre a rotina da família.


Como explicar que sou expatriada? 

Como dizer que o vinho virou água?


 Abraão, sai da tua parentela e vai para o deserto, disse Deus.

Na minha encarnação de mulher abraâmica,

feito José, fui jogada no poço.

E de lá vejo o mundo, afundada, sem corda, mãe, socorro. 



Estirpe


Me pidieron que escribiera

sobre la rutina de la familia.


¿Cómo explicar que soy una expatriada?

¿Cómo decir que el vino se volvió agua?


— Abraham, sal de tu parentela y ve al desierto, dijo Dios.

En mi encarnación de mujer abrahámica,

como José, fui tirada al pozo.

Y desde allí miro el mundo, hundida, sin cuerda, madre, socorro.


Desposada


Quem poderia amar alguém assim

que usa meias compressivas

e seca num domingo à tarde. 


Quem poderia cruzar a América

antes das navegações? 


Quem, quem poderia

pegar num livro como fosse gente

armar ao sol uma lona 

deixar virem os animais

e habitar todos,

como a rosa da infância

como a cúpula dos ancestrais

como sonhos que piscam

e nos acordam para o festim

para as meias compressivas

que não me deixam amar.


Desposada


Quién podría amar a alguien así

que lleva calcetines compresivos

y se seca en un domingo por la tarde.


¿Quién podría cruzar América

antes de las navegaciones?


Quién, quién podría

tomar un libro como si fuera una persona

montar al sol una lona

dejar que vengan los animales

y habitar todos,

como la rosa de la infancia

como la cúpula de los ancestros

como sueños que parpadean

y nos despiertan para el festín

para los calcetines compresivos

que no me dejan amar.