martes, 30 de julio de 2013

MARTÍN BAREA MATTOS. Poesía Actual de Uruguay



MARTÍN BAREA MATTOS (Montevideo, Uruguay 1978). Poeta y músico. Ha publicado Fuga de ida y vuelta (La gotera, 2000); Dos mil novecientos noventa y cinco (Artefato, 2002); Los ojos escritos (Premio 43 Feria de Libros y grabados, 2003); Por hora por día por mes (Estuario, 2008). Sus discos: Por hora por día por mes_ Parking poético (Ed. de autor, 2007); Grey tres hits ( Ed. de autor, 2010 ); Odisea en el parking planetario (Feel de agua, 2011 ).



Selección por Gladys Mendía del libro:

POR HORA POR DIA POR MES
E
(parking poético)


19

Me animo a subir cada amanecer
por el escenario a representar
de rama en rama
de drama en drama
los tristes telones que han sido fondeados
bajo una trampa de sótano
y húmedo verbo

que nunca se ahogue el palo borracho en un vaso con agua
que gane de mano tu flor en una partida de cartas de amor
y al asesino lo asesine su coartada y al golpista lo maten de un golpe
algo así como la risa una noche de brujas sin más razones
no te suicides no te suicides institución de las traiciones
quiero que repitas cada día la sopa fría
del llenar tu cuchara con los ojos de sus corazones

que no se suicide
el perro con rabia
el gato con sarna
la rata en su orden
que entreguen las armas
las amas de casa
las madres solteras
las abuelas chochas
que haya una huelga conjunta
de hembras golpeadas y machos
travestis desertoras

que la guerra se resuma al fuego del tronar de los tambores
y por la avenida siga el baile y el desfile de cinturas cabezudos
y bombas de agua bajando los calores
que la razón de la poesía sea solo cantar canciones
y que la alegría vaya por barrios horarios
y constelaciones

no hay persona triste
más triste en los relojes
que quién no siente respaldo
para mirar el cielo vecino
y saludarlo
para ver al amigo
y llorar como niño
el suicidio de todos los dioses

qué levanten la mano los que creen en dios :
algunos discutieron,
dios se había muerto o no había vuelto a tomar la sartén por el mango
o se había ido de vacaciones o estaba de compras como ellos:
no se alzaron todas las manos
qué levanten la mano los que creen en vos :
la mayoría alzó sus manos
algunos por ellos mismos otros por otros
todos por ellos o por vos o por mi

no hay duda razonable
querido querida somos muchos
más que dios.




20

Importamos todo y no quiero nada
dioses importamos domingos y leyes
no me importa nada que venga después
importamos peste espejos mandamientos
enemigos deudas muertos de ultramar
importamos redes exportando peces
no me importa nada que pueda explotar
importamos horas de lunes a viernes
y pantallas planas planes planos
viajes sin viajar                       
importamos cruces exportando especias
exportamos huevos de oro sin parar
no me importa nada que tenga sentido
al teclado escribo Alfabetización
soy como el esclavo que te sigue el juego
no voy por el damero
soy alrededor
no me importa nada la regla y el juego
no me importa nada que me imponga miedo
prefiero reírme
cinco siglos hoy
no me importa nada que pueda tener
no me importa nada que venga después
no me importa nada que pueda explotar
no me importa nada que pueda importar
no me importa nada que pueda explotar
no me importa nada que tenga sentido
no me importa nada que me imponga miedo
no me importa nada
no me importa
nada
me anonada.




27

el alvéolo pulmonar
es comparable por su forma al árbol
o desde su antebrazo
a una mano de dedos extendidos                                      
tenemos por costumbre dejar
la basura junto al pulmón
en silencio de nylon los restos de lo deseado
la cáscara
los huesos
lo que cocimos
lo comido lo no digerible
orgánico e inorgánico
el envase el precinto y el precio
lo pagado lo exhalado colgando de una falange
a mano de otras
manos al pie de la mano

desenvuelven limpian y clasifican
palabras
se ensucian por nombrar lo aprehendido
palabras
dignifican los restos del silencio
palabras

lo consumido se consume se consuma
como la forma de la mano
la da el árbol
como la forma del árbol
la da el pulmón
como la forma del aire
la da el silencio
y la forma de la palabra
la da la mano

y el movimiento viento crepita las hojas del árbol
e inscribe oxígeno estacionado
carbono apalabra
y deja caer
como por suspenso lo dicho
hacia alguna dirección
siempre azarosa
imposible saber del follaje
qué vocablo pende como al borde
del papel
del pulmón
del árbol

de la mano.



33

El objeto de la palabra a la sombra del lenguaje
lo dicho solo una dirección en el paisaje
como una esquela testimonia al ausente
el artista a la sombra del arte
durmiendo a la sombra del sueño
despierta con las manos oníricas
vellones de una almohada que se hizo realidad
para siempre a la sombra del tiempo
discurriendo en otros ojos
lo escrito a la sombra del lector
lo leído a la sombra del libro
una caja una ventana una casa
solo una estructura del sueño
para construir o habitar nuestra voz
esa geografía
como aquella niña a la sombra de mi madre
que soñaba con dar a luz al objeto
y darle nombre y darle cuerpo

y estas palabras hijas.




41

Cientos de filamentos alumbran
como con sol propio
un jardín de falsos pétalos
y no hay perfume ni abeja ni viento
ni hombre durmiendo
ni muerto despierto
detrás de la vidriera estoy parado
y tiemblo
como un fantasma de carne en susto
atravesado
en estático murmullo
por festones consagrados
al confort primaveral
como de mundo de amor perfecto
concedido
tan solo a los objetos
bienaventurados
en el hábito de habitar la idea
y la forma
y el privilegio
y el sentido del espacio de la carne
qué es la carne habitando
su misterio
inmenso escaparate
de intelecto.





Selección por Gladys Mendía del libro Made in China (2016, Estuario Editora):



China

Era una noche pequeña como una piedra en el recuerdo
del sueño.
Era piedra pequeña durmiendo en el puño de la noche.
La noche tenía dos manos:
en una a Carlos Baúl del Aire que dormía como una piedra pequeña
y en la otra al despertar vacío:
la mano abierta ya sin piedra.
Así dejó ir Baúl del Aire su máquina de escribir poemas.
Por una ventana abierta en manos ajenas.
Fue la brisa del sol nocturno y confiar en el cielo vecino,
mas un litro de vino pensado en su cintura
que lo dejaron puteando y revolviendo
cajones testigos sin ladrón sin su piedra.
La puta madre. Debo tener respaldo en disquete,
en papel, en pendraiv,
en una cuenta de la Red Residual.
Nada.
Nada como una piedra. Nada.
Como una idea.
Y a llorar al cuartito.
Como una piedra pequeña.




Siéntese, Baúl del Aire


Gracias, señor.
Deje su cabeza por aquí.
Muy amable de su parte, señor.
Baúl del Aire, tengo entendido que ha estado usted
escribiendo poemas.
Poemas sobre justicia e igualdad. También sobre el
derecho al gozo y a la “super-vivencia”.
Baúl del Aire...
Sí, señor.
¿Cree usted que algún día existirá justicia total y
razonable en el mundo?
No, señor. Aunque en realidad alcanzaría con un solo
día de esos. Sólo con un día, señor.
Por qué escribe entonces esa mierda. ¿Es que no le
alcanza la oferta?, ¿no se siente bien?
Estuve sintiéndome raro últimamente, señor.
Casi como si me estuviera volviendo cuerdo y no a cuerda.
¿Bebe usted mucho, Baúl del Aire?
Como gota que cae sobre la laguna de su propio
nombre, señor.
Usted está evadiendo la realidad.
No, yo estoy flotando como usted. ¿No ve que los
féretros son canoas?





Escribió Carlos Baúl en
el Cuaderno de quejas del MC


El amor es arte de altanería,
no bajen el pico.
Recomiendo dejar a los niños con las cigüeñas
para que lleguen a mejor vientre.
¡Allá vuelven las naves migratorias
pariendo fuselajes en las armas del árbol que ha
encargado
dios y hamburguesas!
Y así, sangrando sobre el pan con sésamo
se escurren en un táper de piedra
y chillan recién nacidos como una grosería.
Carne sobre carne sobre carne,
encías de la carne.
Provocan timbres equivocados
como un recién nacido cae equivocado
como una bocina de hamburguesa en el tránsito.
Como cuando dicen, Señor
Y la puta bomba de tu hamburguesa amputa
Al niño Jesús en el tránsito.




Susurro de la piel abismal del mar


El mar descansaba digiriendo ya su ingesta.
Animal echado
al vaivén del respirar.
Tendido en su pelaje,
flotan enfermos hombres
que han sobrevivido.
Están con piernas desaparecidas en aguas,
aferrados a la trama del hálito:
al susurro de esa piel
abismal de mar:
Aquí no hay roca sino agua.
Agua y nada de agua.
Y la marea es el camino.
La marea como una mancha desde allá arriba,
desde satélites.

Que serán chatarra, marea y nada de agua.
Si hubiera agua en el agua no moriríamos de sed.
Y sin embargo
moriremos de nada de agua en el agua.
Porque no hay vaso ni grifo en la marea.
Y no me puedo poner de pie,
a pensar por qué flotamos en la maraña.
Somos pesca plástica en vísceras de gaviota:
gaviota parca, gaviota calavera, gaviota muerta de hambre.

Nosotros,
fabricantes de alimento.
Veo los ojos del pingüino que arde como una madera negra
mientras salta torpe como un mensaje que nunca llega:
veo los ojos del pingüino rodeados por el fuego
que salta sobre la madera para rodear al vidrio del mensaje
que nunca llegará.

La marea arrastra el teclado muerto en falanges de textos
amputados.
Porque aquí no se puede estar ni sentado ni parado:
siquiera hay silencio en la marea.
Sino una hamaca insolada, ultravioleta y cándida como
la esperanza.
Todos pelean por gritar tierra a la vista.
Pelean, y algunos sobresalen entre perros y ratas.
Y se abrazan a un huevo.










No hay comentarios: