sábado, 31 de mayo de 2014

YORGENIS RAMÍREZ. Poesía Actual Venezolana



Yorgenis Ramírez (Vargas, Venezuela 1986). Poeta. Relacionista Industrial. Cursa estudios de Licenciatura en Danza en el convenio ULA-UPTM. Egresado de la Fundación Escuela de Danza de Caracas como bailarín en Danza Contemporánea. Posteriores estudios de artes escénicas en Alemania. Director artístico de La Casa Rota, colectivo de artes visuales. Actualmente bailarín de la Compañía de Danza Contemporánea Danzart. Escritor free lance en leviticoresteo.blogspot.com. Ha tomado talleres de producción editorial con Librería Lugar Común y literatura con Armando Rojas Guardia.

Selección por Gladys Mendía de Vivir aquí (inédito)


CINCO

San Agustín
Que modulas el asfalto
En la ebriedad del ron

Pasear por tus calles
Meadas, feroces, sabias
Donde Jimmy Hendrix devoró caderas
Con el lamento seminal de su guitarra
Es saberse resteado

Quién dijo
Que la poesía no pasea tus calles
Hurgando el trasnocho copular
Donde acribillaron a tres mil quinientas cuarenta y ocho putas
Anoche

Cómo no rendirme al marasmo de balas
Emparentadas con los versos de Juan Calzadilla
Gritando ¡oh smog!
Santificada la verdad de tu garganta

Barrio mío
Que me has heredado la eutanasia
El anticipado viaje a la morgue
Desmadres, vicios
El temblor
Contigo vi mi primera Almodóvar
Junto a Loli, Sasha, Ramón y otras mariquitas del montón
Cuántas veces escuchando a Maelo
Soñé conquistas de caderas, noches y coños
Cuántas

Tu nombre
Si del norte o del sur
Es mística herencia

Aquel hombre
Una noche
Frente a dos amantes neuróticos
Se derramó en húmedas ofrendas
Bautizando tu suelo
Que de noche enciende sus luces
Y sentimos lo infinito
Rozar nuestros labios



7

Llego a casa
De una peña de boleros
Donde Tite Curet quebró mi ateísmo
Y creí en el canto de sus profanaciones morenas
Tomo el directorio telefónico
Me urgía una cita con José Gregorio Hernández
Debía ser paciente amable          pero tenaz
Las líneas estarían congestionadas
Precipitadas, urgentes
Solicitando favores de aquel Doctor pues
El Valium había subido setecientos porciento
Tras la devaluación del lunes
En fin
Estuve horas tratando de conectarle
Pero el silencio
Fue su único favor
Presentía el desperdicio de mis deseos
Necesitaba sacar de mí la voz de Curet
Removiendo tanto amor sucio adolescente
Tanta mañana con olor a sábana
Tantas fotografías persiguiéndome
Tanto recuerdo inescrutable
Al final solo encontré la llama
De tener que aprender a olvidar
Con fe



3D la madrugada

Tres de la madrugada
Despierto bañado en ladridos
Aquella pesadilla suicida
Donde soy poeta
Me persigue
Me siento en el borde de la cama
Termino de manar
Aquella película gris
Donde fumo, escribo
Escucho jazz
Con la hornilla de la cocina abierta
Intento levantarme
Pero el suelo huyó                                  
Mientras recitaba en voz alta
Unos cuantos versos
Luego observé las paredes
Estranguladas en gritos
Que recitaba la noche
De mi voz
Blanca anémica
Diabética suicida
Con los dientes irritados
Hasta darme cuenta
Que no era una pesadilla
Sino la fría realidad
Aferrada al ombligo de un poema
Escrito por mi mano



De Diáspora vertical (inédito)


I

Dos lenguas
Suspendidas
En un paladar
De vidrio

Como peces
En un vapor
Masturbado

Batiendo las alas
Aullando

Enlazados detrás del sol

En una embriaguez
De azares

Resonando
en un gemido nocturnal

desgranándose



V

Tiene que haber
un momento del día
en que un hombre
piense
en otro hombre
y sienta
un deleite solar
hinchado
galopando en ebriedad

Tiene que haber
Una pulpa jadeante
Un silencio genital
Algún sentido oral
donde el ardor le solicite

Tiene que haber
un temblor
que atraviese su cuerpo
hasta llegar a la vibración de la mano
y una levitación impúdica
venida en derrames de sed
entibie la penumbra
de su habitación insomne





2 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Gran poeta!

Anónimo dijo...

Muy actual esta poesía. Pero de nada sirve que sea actual y no mantenga una luz y una oscuridad, una precisión de elementos. Estos poemas gozan de ambas categorías.