miércoles, 18 de marzo de 2015

ENRIQUE SOLINAS: Poesía Actual de Argentina



Enrique Solinas (Buenos Aires, Argentina 1969). Es Profesor en Letras y Ciencias de la Comunicación (CONSUDEC) y Licenciado en Letras (UCA). Publicó en poesía: Signos Oscuros (1995),El Gruñido (1997), El Lugar del Principio (1998), Jardín en Movimiento(2003), Noche de San Juan (2008), El gruñido y otros poemas (2011),Corazón Sagrado (2014). Invocaciones –cuatro poetas en la voz del mito- (2012). En narrativa: La muerte y su conversación (cuentos, 2007). Ha traducido y versionado a numerosos autores.

Selección por Gladys Mendía de jardín en movimiento (Hanan Harawi Ediciones. Lima, 2015)


de garden


Madre de la desaparición,
me ahoga tu sangre hasta en los ojos.
He bebido el aliento perdido de tu voz
y tanto vacío
me supera.
Cada tarde,
siento en mi frente
las gotas rojas de tu respiración
y escribo con ellas
en la pared
las últimas palabras
del criminal.
Desaparecida y nueva,
te nombra a cada instante la vegetación enferma.
El jardín es tu corazón.
Me obliga tu sangre
a gritar el silencio del mundo.




la noche en el jardín



Una pequeña música nocturna
en forma de viento.
Los chicos cazan luciérnagas
y ponen las manos
como para rezar.
Como si Dios fuera una luciérnaga
y se dejara atrapar
para romper el silencio.
Como si el milagro fuera que Dios
sea una luciérnaga
para no sentirnos
tan solos.




borderline



Quería caminar el silencio,
el delicado filo de las cosas.
Tenía nueve años mi voz.
Quería caminar.
Atadas las piernas y los brazos,
quería caminar.
Quería irme lejos,
el delicado filo de las cosas,
caminaba,
adonde sea.
Mis pies se cortarían y yo
caminaría tratando de huir.
Quería caminar el silencio,
atravesar una puerta que no existe.
El invierno es propicio
para que caiga la nieve
en forma de poema.
La nieve cae sobre mi piel.
Me incendio.
Quería caminar el silencio.

Tenía nueve años mi voz.
Quería dormir en el silencio
y que alguien me caminara.
Madre–Sonido.
Cuerpo–Ceniza.
Tenía nueve años
mi voz
cuando las palabras
me comenzaron a desaparecer.




cambios climáticos




Padre,
hoy te vuelvo a encontrar
en esta ciudad desesperada.
Charlemos sobre el tiempo
que es mejor
a conversar sobre otras cuestiones.
Hablemos de la lluvia o el sol
pero no me preguntes
sobre la muerte que nos sucede ahora.
La idea de parecerme a Jean Paul Sartre
aun me seduce
como el sonido de un cuchillo,
atravesando la realidad
(y no te lo digo).
Toda muerte
primero sucede en las palabras
para luego llevarse a cabo
en los ojos
(y no te lo digo).
Padre,
hoy te veo

y al mismo tiempo veo al que seré,
pero distinto.
Ya nada se puede hacer.
Es necesario.
Mejor,
charlemos sobre el tiempo.




retrato de enrique 06:00 a.m.



Estoy aquí
esta mañana,
mientras afuera los autos
atraviesan el mundo.
Como si no tuviera importancia
yo quiero decir
la noche,
pero en esta mañana es imposible.
Afuera los autos vienen para irse
al mismo tiempo que el sol
pesado se levanta
para mostrar que yo no voy
en ninguno de ellos.
“La realidad, la sombra de la realidad,
el gesto de la fuga es la realidad”,
digo,
sentado en mi cuerpo de escritor,
mientras me miro en el espejo
y pregunto “¿quién soy?,
¿quién me creo que soy?”
Entonces,
igual digo la noche esta mañana,
me paso la crema de afeitar
y no termino
hasta ver en mi cara
la voluptuosidad del color rojo.




tren fantasma



Alguien llora en algún espacio de la vida,
lágrimas de un chico que comienzan a caer
en la cabeza del desafortunado.
La locura es un par de manos de madre que no aguantan.
La locura es un par de manos
que pegan, que atan, que encierran.
(Por un momento
vi la llegada del tren.
Madres pegaban a sus hijos con un fondo de sol,
apagaban cigarrillos en sus pies,
los ataban a los asientos.
Luego, los desataban y los colgaban del pasamanos.
Luego,
los descolgaban y los pateaban de un lado al otro.)
Alguien llora en algún espacio de la vida.
Partirá el tren.
Partirá el tren en la inminencia de la noche.
Partirá el tren.
Partirá el tren y no puedo dejar de subir.
¿Volverán las madres a castigarme
como quien asesina y se disculpa?
¿Cómo se puede expresar el terror
de expresar la alegría del encuentro?





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