sábado, 27 de mayo de 2017

ERNESTO GONZÁLEZ BARNERT: Poesía Actual de Chile


ERNESTO GONZÁLEZ BARNERT (Temuco, Chile 1978). Entre sus últimos libros destacan la antología Equipaje ligero (2017), Cul de sac (2016), Playlist (2015), Trabajos de luz sobre el agua (2015) re editada en 2017 por HD, Coto de caza (2013). Obtuvo el Premio Nacional del Consejo del Libro a la Mejor Obra Inédita Poesía (2014), el Premio Nacional Eduardo Anguita (2009) y el Premio de Honor Pablo Neruda de la U. de Valparaíso (2007). Además, es cineasta y Productor Cultural de la Fundación Pablo Neruda.

Selección por Gladys Mendía de Trabajos de luz sobre el agua (HD Ediciones, Buenos Aires 2017)

BÁSTENOS ESCRIBIR, LOS CAPRICHOS
de una obra menor,
este joderse al servicio de lo inútil.
Demasiada luz ha golpeado
en el agua liosa y la noche arrecia.
Bástenos escribir, echar de ver:
Nadie aprendió de nuestros errores.
Vivir es otra lengua.


SE RÍEN DE TI A TUS ESPALDAS
Por tu inutilidad, por esos libros que no te enseñan
a arreglar un enchufe,
poner pan en la mesa.
Se ríen de tu confianza en las palabras: su humanidad,
eso de salvaguardarlas,
ah tus palabras: algo que no te ha dado nada
ni te lo dará.
Y haces como que no pasa nada
o sí, constatas.

Después confías en que te llamen a comer.


AQUÍ NO HAY ROTISERÍAS
ni bares para escritores que se marean con garbo lánguidamente.
Solo farmacias y supermercados con ofertas del día.
Jovencitas proporcionando folletos.
Escaramuzas entre carabineros y vendedores ambulantes.
Esta no es La vida nueva ni el Antiparaíso.


HAY DÍAS EN QUE ESCRIBO COMO SI ESTUVIERA
MUERTO.
Peor: como si recordada a un muerto.
¿Hay una razón? Sí, hay una razón:
La poesía no siempre se incrusta en la vida.
A veces es una flor barata, mustia,
sustraída de otro nicho.
Y si me preguntan qué haces loquito
escondo olímpicamente la cabeza.


NO PUEDO ESCRIBIR SIN CARIÑO DE USTEDES
sin cerrar sus llaves que quedan goteando
o sus ventanas iluminadas hasta el amanecer.
No puedo escribir sin ser parte de todo eso
mientras prenden y apagan el televisor, dejan en la mesa
con displicencia una revista
o ejercen esa sostenida y suave presión
al dar vuelta la perilla de gas
para calentarse un plato de tallarines
que no importa tragar frío o caliente.
O cuando ejercen esa sostenida y arrítmica presión
sobre el teclado
como si trataran de sujetar una pistola
y dudaran ponérsela en la sien o darle a todos,.
Sí, no puedo escribir sin cariño
mientras da lo mismo la música, siempre y cuando
suene mejor que lo que hemos sido capaces de decir hoy.
Adelantamos este tema ¿cierto?
No puedo escribir sin amor.

No puedo escribir sin correr sus cortinas
para que entre la luz.


CREO EN LA VIOLENCIA
que alcanzan dos cuerpos al acercarse
por necesidades distintas.
En el retiro de esos cuerpos
de circulación
cuando la guerra está en el clímax
de la diplomacia.

Esa clase de amor
donde uno se apodera del otro
con la excusa de la paz.
Y las viejas ideas
no dan su brazo a torcer.

Piedras que golpean otras piedras
río abajo.



MI ÚNICA LEALTAD ES CON LA POESÍA
Su impacto.
No esperen de mí otra dirección.
Mi timón está hundido en sus sombras.
El oído a su orden.
Todo lo que vaya en su contra va en mi contra.
Es asunto mío.
Se equivocan los que esperan otra cosa.
Mi única lealtad es con la poesía.
Con la herida que cerrándose cauteriza y vuelvo abrir.
No borra.

Yo su da.




1 comentario:

costa sin mar dijo...

Me recordó mucho a Gladys González:



Aquí no hay glamour
ni bares franceses para escritores



sólo rotiserías con cabezas de cerdo
zapatos de segunda
cajas de clavos. martillos. alambres y sierras
guerras entre carnicerías vecinas y asados pobres



este no es el paraíso ni el anteparaíso