jueves, 19 de marzo de 2020

TRES POETAS JÓVENES PERUANOS

TRES POETAS JÓVENES PERUANOS: 
CELESTE SUÁREZ, DIMELSA DAMIÁN Y KENKI IBÁÑEZ:



Celeste Suárez Vargas (Perú, 1993) Actriz, poeta, clown y directora de la organización social “Conexión Jaja” (Clown de Hospital). Realizó estudios en la ENSAD, miembro del colectivo feminista Parió Paula Percusión. Ha llevado cursos de escritura y poesía con Violeta Barrientos, Marco García Falcón y con Andrea Cabel. Ha participado en distintos festivales poéticos: “I Festival Literario en la Universidad Autónoma” (2015) “Las Batallas del Desierto” Ica y Paracas (2016) IV Caravana de Poesía (Ica, Pisco, Lima) (2017) Festival de Poesía Erótica (2018) Recital en el Bibliometro del Metropolitano organizado por la Municipalidad de Lima (2019) entre otros.
Su primer poemario se llama Corazón de Nariz (Animal Literario,2015)



Truenos

Soy una repisa que canta
en medio de una tormenta vacía
como un desierto
lleno de huérfanos,

he decidido cazar truenos
saldré masticándolos
emergiendo de una bocanada de aire
en la que tu avispado corazón
se desploma despacito

he decidido cazar truenos
en tus manos de cristal
mientras perforo mi lengua
y mis ojos palpitan fuerte
cuando se escapan por mi saliva
hacia mi estómago
donde están prohibidas las mariposas

te veo de frente,
está claro que los truenos
no son tan nocivos como tú
ni me hacen morir
un poco cada día
como me hace morir
tu partida.





Naturaleza

Estoy en una
constante lucha
por existir
en medio de una Lima gris
machista y patriarcal

entrego
una oración
al cielo
para sobrevivir en este lugar

respiro
respiro como si fuese la última vez
con la esperanza
aplastándome el sexo
y mi capacidad de reproducción
completamente anulada

pero, mis raíces no tienen miedo
mientras la tierra húmeda
sea mi mantra

me hago fuerte
aunque
huelo mi fecha de caducidad

y en soledad tiemblo insistentemente
al ver mis ramas quebrarse
como fracturas infinitas
una vez más





Hazlo no te detengas

Corre. Anda. Solo ve. No pares. No te detengas.
El ojo de su inocente carita,
de su más inocente mirada,
de su más inocente…
digámoslo así: él era un niño.
Un niño que corre.
Que salta, que juega,

solo.

Se ha metido los dedos a la boca.
Y ahora solo rueda en el pasto.
Es que así, todo es más simple.
Corre. Anda.
Solo ve. No pares. No te detengas.

Él se detiene. Y hace silencio.
Ahora solo ve las nubes.

En ellas hay caramelos,
Y se ríe mientras las mira.
En los árboles
ve a su mamá,
Y le da beso.
Y aunque no se lo haya dado a la mami,
Ella goza.

Corre. Anda. Solo ve. No pares. No te detengas.
Ahora mira ositos de peluche,
que le hablan,
por eso está calladito
por eso no dice nada,
por eso
hoy no habla.

Corre. Anda. Solo ve. No pares. No te detengas.
Su mami lo abraza,
Y él ve que lo abraza un oso…
Y, aunque su mami, sea hermosa,
Se quiere ir. Y ella lo deja ir y llora…

Entonces, el niño, ve en la mujer que llora,
al mar, y se sumerge,
y recién allí se abrazan,
y ambos se pierden.
y la mami, deja de llorar,
y él seca sus lágrimas.

No sabe qué pasó,
Si él… ha estado muy feliz,
con las golosinas,
Con los ositos
Y con el oso de verdad que le dio miedo, con el mar.
No sabe qué pasó.
Porque es inocente,
Y porque no tiene por qué saber algo
Y su mami le dice sonriendo:

Corre. Anda. Solo ve. No pares. No te detengas.






Dimelsa Damián Jiménez (Perú) Diseñadora gráfica. Participó en el taller de Andrea Cabel, llamado la Disciplina del goce.



ELEMENTO
Hoy
Estallan viejas pústulas en un cuerpo extraño
Por una herida que sangra sin compás en cada gota
Como caída de agua lenta
En un pozo seco a medio camino de mi casa.

Antes
Las tibias flores del camino
Cantaban con el sol
Y sus ramas asomaban al cielo
sus tallos verdes
Bebían aún de las inocentes gotas.

Hoy
Me desharé del cuerpo antes de que el sol salga
Antes de que el agua tome mi mano y enjuague mi rostro
Porqué soy el eco de un grito lejano
Que viaja por el camino del viento.

Porque hoy
Mi cuerpo respira tristeza
A brisa en el pecho.


Ansiedad a la noche
Eres el punto suspensivo en nuestras distancias
La imagen voraz
En un crujir agudo de inseguridad y dependencia involuntaria.
La razón
En una lluvia de motivos
Eres el ángulo en un perfecto trapecio  de emociones múltiples
La infinidad
En  las posibilidades  del sudor de un cuerpo ardiente
El deseo
En un miembro hambriento de placer etéreo de una noche cualquiera.

Al nacer
Caes como tierra mojada oliendo a lluvia
Entre piedras lascivas de aliento amargo
Y tu primer gemido que se pierde con la huida del eco en el primer cielo.

Caes

Y con mis manos formo tu cuerpo y olvido formar tu rostro
Guardo tus ojos vacíos en una botella con canicas de cristal azul y ron añejo
Salado
Viejo
Muy viejo.



Una tarde en el camino
Voy gastando mi vida detrás de cada colilla
Al borde de un viejo rio
Entre la yerba seca y un alucinógeno ciego
Entre las aguas turbias y las piedras confusas.
Con una botella de líquido extraño y mi ropa raída.
A la raíz de un árbol enfermo
Entre gatos flacos
Y negros.
Este tronco es casi efímero como quimeras viejas.
Con ideales perdidos
en un tren que no lleva destino.
En los gloriosos recuerdos de una sucia calle.
Entre la basura de un pueblo olvidado
Entre el monótono tráfico de gente sin sentido
En la Lima tan gris
Tan vieja como el puente
Al lado del rio
Y de la alameda.




Kenki Ibañez, (Cajamarca,Perú 1992) Sus poemas han sido publicados en revistas de Venezuela, Chile y España.
‘El mar del ángel solo’ es su primera antología. Actualmente estudia economía y prepara su primer poemario, los poemas que aquí publica son un adelanto de sus Perspectivas de la deriva.

Tres poemas de amor y desamor



I
Palabras de Mamá

“Querer darle vida a una planta moribunda sin poder dar la lluvia,
es como querer darle cura a un enfermo terminal, desahuciado;
no puedo dar lluvia ni vida, ¡y me llaman madre!”
- Palabras de mi madre, contemplando un maizal en su agonía.


lo erial o lo baldío
 no es solo un terreno abandonado en valle de donde escapan las avaricias
la broza y las rocas ruedan buscando una sombra un retazo de charco
barbecho que nos mira como un Edipo al que le terminan de sangrar las cuencas
desolado sin lamento ni esperanza
casi aséptico como unas manos empeñadas vanamente en tejerle círculos a la ablución
 bajo la miseria de grifos que apenas respiran circundados por orondas nubes c a í d a s

lo erial – quien tiene ojos que vea - se asemeja a obtusas purificaciones
lo yermo
 por usar otra flor seca de los libros (¡qué polvo perfumado desprende!)
                        es más que ese terreno que en su lengua reseca mantiene dormidas las semillas
                        hasta que aves extraviadas las desentierran para darles sepultura y vida en su vuelo de sobrevivencia
-quien tiene ojos que vea – la muerte de la mala hierba es una evidencia
            lo erial lo baldío lo yermo
es el olvido
del Prójimo de uno mismo

lo erial o lo baldío o lo yermo
es también el corazón la voz la mirada
el presentimiento la intuición
la Palabra la piel la carne
la memoria la Imaginación
                        que nunca fueron Cultivados




II
Desnudando la palabra

Tú solo, solo tú, sabes el modo
de reducir el Universo a un beso!
José Martí

Para Dulce,
que tan bien sabe ser hiel.
El amor es exigencia de vestir y desnudar al mismo tiempo la Palabra.

t e q u i e r o
                        para decir más desnudaré la palabra
                        fuera este traje marca deseo
                        respira ¿aún respiras con dificultad?
                        ¡fuera el corsé pasión!

sentir i no poder decir el sentimiento sino con los oropeles, las sedas
de la palabra
                        i la palabra es el recipiente que no puede legar su forma al agua

desnudar la expresión
íngrima gota que se va desintegrando i no termina de caer
se pierde en el infinito
                        mi amor así perdido en la vastedad de tu ser
                        nutriéndote

t e q u i e r o
            ¿aún se puede desnudar más de la palabra el libérrimo sentimiento?
            t E
                        A m O
                                   y O
¡que se hagan el silencio, la oscuridad, el nunca jamás i el para siempre!




III

Ética de la risa

Reír porque es humano fingir
reír ¡sí! los ríos de tu cuerpo inundan la tarde arenosa
y sonrío por el pálido ocaso
y el desvaído pétalo

me sonrío / el payaso y su circo
la obra de suicidio el llanto de pie aplaudiendo
ovación de la hipocresía
hipa la multitud / me sonrío

río por la puerta cerrada en la que inscribo mi amor
insisto / una carta por el quicio
cual moneda a la máquina de los albures
jugamos a la suerte la muerte
y la felicidad postreras/

sigo amasando mi risa / la fríen en aceites
refritos quemados con enaguas sucias las vendedoras
del orgullo peruano
 le pone azúcar y manjar blanco un desdentado.
ser humano: animal emprendedor prendido en la percha de la deuda.

sonrío libre loco sonrío de verdad
de burla / de imaginar la felicidad
y fingir la vida








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