sábado, 26 de agosto de 2023

MELISSA SAUMA VACA: Poesía Actual de Bolivia

 


Melissa Sauma Vaca (Santa Cruz - Bolivia, 1987). Poeta y fotógrafa. Premio Nacional Noveles Escritores de la Cámara del Libro de Santa Cruz, 2017. Ha publicado Luminiscencia (2017, Editorial 3600 y 2017, Editorial Llamarada Verde) y Maneras de parar el mundo (2021, El Ángel Editor y 2022, Editorial Llamarada Verde). Cursó el Diplomado de Escritura Creativa de la UPSA y forma parte del taller de poesía Llamarada Verde.


Interludio

Crecemos con cada mirada cada palabra cada abrazo
crecemos en la duda y en la desesperanza 
en la algarabía y en la dicha también se crece
y en el miedo y en el horror y en el llanto.

Nos crecen los cabellos y las pestañas
en la noche mientras dormimos, 
y al levantarnos y sabernos vivos
sin saber hemos crecido 
un paso hacia la última parada.

Crecemos en soledad y en compañía 
– y también, 
   y no es lo mismo –
crecemos solos y acompañados.

Crecemos en el encuentro y en la distancia
en el asombro y el espanto 
en el trayecto y en la estancia
en la risa y el desamparo 

y la nostalgia nos crece una sombra azul bajo los ojos 
y a veces el amor, y a veces el olvido, nos crecen alas

y en este crecer sostenido decrecemos sin pausa
tal así que en cada alumbramiento morimos
y en cada duelo 
se nace.




Viendo llover 


He sabido de la paciencia del agua 
que talla gota a gota el cuenco en la piedra.

He esperado tantas horas
–la cabeza apoyada en las rodillas
el cuerpo hecho un recinto 
los ojos en silencio –
la palabra
–basta una, a veces–
que revele la profundidad de lo vivido.

Y he sabido también de la paciencia de la piedra 
que tantas veces presintió sobre su espalda el golpe de la gota.

Aún espero. 





Personas bajo la lluvia

Los que corren por el mito aceptado en la infancia
los que se cubren la cabeza con la lista del mercado 
o con un sobre de papel madera tamaño oficio
los que intuyen que cubrirse es inútil 
los que leen poemas bajo orondas gotas 
que resbalan deformando el libro
y dirán que las figuras que la tinta escurre
son también poesía
los que huyen de la lluvia como de cualquier cosa 
que acaso pudiera alterar el orden
los que buscan el sol en el reverso de las nubes 
y miran a contraluz esperando el arcoíris
los que siempre llevan un paraguas bajo el brazo
los que venden paraguas
los que usan impermeable aunque no llueva
los que tienen la piel impermeable
los que son lluvia
los que se quejan del clima y ponen mala cara
los que hacen como si no hubiera llovido
los que bailan
antes, durante y después de la lluvia
los que cantan
para que llueva, para que deje de llover, porque ha llovido
los que ven llover desde la galería y escriben sobre la lluvia
los que clasifican las gotas en tamaño, velocidad y frecuencia de caída
los que catalogan a las personas en situaciones de lluvia
los que escriben tratados de supervivencia a diluvios 
los que ponen música y suben el volumen a la melancolía
los que escuchan en la lluvia una música 
los que esperan que dure poco porque tienen que hacer mucho 
los que no perciben que ha llovido
hasta que el río desborda
y hay que mudarse de país
y ya no hay tiempo
para hacer maletas
o despedirse 
de los vecinos. 




Antología de abrazos 

Me gustan los abrazos que inventamos
abrazos que elevan los pies del suelo
abrazos a desnivel, abrazos delgados
en los que uno se abraza a sí mismo
 
abrazos pequeñitos, encorvados, diminutos
abrazos de ojos cerrados y brazos oblicuos
abrazos indecisos de tres golpes en la espalda 
abrazos imprevistos de arribo y despedida

abrazos intermedios
con uno o dos besos en la mejilla
abrazos que no quieren dejar de ser abrazo 
y se renuevan en cuanto terminan

abrazos de cuerpo entero
de manos sobre los hombros
de manos en la cintura
abrazos de bolero

abrazos que se cantan, que se dicen
que se escriben al pie de una carta
que se envían a través de otros brazos
y esperan largo tiempo para llegar a destino

abrazos con saltos y giros 
con inclinaciones laterales
como árboles al viento que se abrazan
abrazos que despiertan y abrazos vespertinos

abrazos que acompañan
cuando ya no está el abrazo. 




Todo en todo 


Pensar que todo está hecho de lo mismo:
de nosotros

que en el suelo que piso estarán disueltos 
los huesos de mis hijos 
cuando yo no sea más que una frase escrita 
en lo que un día fuera parte de un bosque.

Que todo cuanto existe está formado 
de una misma materia en distintas proporciones
y un pequeño ejercicio del azar es el que determina 
que la rosa sea rosa y el lince sea lince.

Que en cada átomo de mi ser está contenido 
el vacío contenido en los átomos de cualquier otra criatura
que es esa la sustancia que compartimos 
lo que nos separa y unifica. 

Que en la tierra y el agua y el aire y el fuego
está la bitácora del pasado y del futuro 
y todo lo que construimos es parte de algo que ya existe 
y seguirá existiendo cuando nos hayamos ido. 

Que no nos vamos nunca 
que seguimos transitando el fluir de la vida 
como fósil, nevado, nube o río.  



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