Waldo Leyva. Poeta, ensayista, narrador y periodista cubano. Remedios, Villa Clara, Cuba, 1943. Ha ejercido la docencia universitaria como profesor de Estética y de Literatura Cubana e Hispanoamericana, y el periodismo como fundador y director de revistas culturales, entre las que pueden señalarse: Del Caribe y Letras Cubanas. Es graduado de actuación y dirección teatral; ha escrito obras dramáticas y fue director-fundador del teatro universitario de la Universidad de Oriente. Entre sus obras se encuentran: De la ciudad y sus héroes (1974), Desde el este de Angola (1976), La distancia y el tiempo (Antología, 2002). Sus poemas han sido traducidos a varios idiomas y forman parte de diversas antologías de la poesía cubana e hispanoamericana. En el año 2010 recibió el X Premio Casa de América de Poesía Americana.
Selección de Gladys Mendía.
ASONANCIA DEL TIEMPOY solo contra el mundo levantó en una estacaSu propio corazón, el único que tuvoJuan Gelman
Si ya no estoy cuando resulte todo,cuando el tiempo en que vivo ya no exista,cuando otros se pregunten si la vidaes el triunfo del hombre, o es tan soloun perenne comienzo, un grito sordo,el rasguño en la piedra, la porfíainútil del abismo, pues la cimapuede llamarse altura porque hay fondo.Cuando todo resulte, sólo quieroque alguien recuerde que al fuego pusemi corazón, el único que tuve,que yo también fui “hombre de mi tiempo”,que dudé, que confié, que tuve miedoy defendí mi sueño cuanto pude.
El inocente ojo del antílope
Un tigre salta de la piedra.
Vuela un ave que ignora la angustia del vacío.Ciego es el pez, su pupila es el aguay muere herido por el aire.La lombriz puede ser reina de la alturay deshacerse el árbolen el vientre insaciable del insecto.A la cruz del comienzo clavado sigue el hombre.Sangra. Puede ver aún el rostro de los otros.Ni dios, ni ventanas azules,ni el inocente ojo del antílope.
Agradezco la noche
Aquí estoy, nuevamente amanecido,dispuesto a soportar hasta que vuelvala noche irremediable.Cuento los días y me resulta eternoel tiempo que supongo me separadel silencio sin ruido.Estoy como en un pozopero viendo la luz solo en el agua.En un sitio del mundocomenzará otra guerray vencerán los muertos a los muertos.De aquello que fue el rostro del amigoqueda sólo una mancha, un tatuajeque ha dejado la máscara en la piel.¿Quién le cortó los hilos a la rueca?¿Quién me dejó sin calles, sin lagunacon una puerta sólo hacia la infancia,hacia el agua del pozo?Aquí estoy, nuevamente amanecido,ha sonado el teléfono,comienza la ciudad su ruido informe,y siguen los semáforos en rojo.
La distancia y el tiempo
Tú estás en el portal, apenas has nacidocaminas hacia el mar y cuando llegas:tienes el pelo blanco y la mirada torpe.Desde la costa se ven las tejas rojas de la casa.Si quieres regresar, ya no es posible;a medida que avanzas se borran los caminos.Tu camisa de niño aún está húmeday veleta de abril en el cordelindica para siempre la dirección del viento.Qué gastadas las uñas,qué frágil la memoria,qué viejo tu zapato por la arena.
MONÓLOGO FINALLa oscuridad tiene tu olor,mi olor,y ese otro perfumeque nace de la pielcuando se juntan nuestros cuerpos.Cierra los ojos.Toca mi cara.Tus dedos borrarán la sombra,no importa que sea de noche,no importa que desconozcasel rostro que tendré al amanecer.Cada segundo puede ser toda la vida.Mañana mi piel estará seca,o deshecha en el aireo será un verde germinalo un rojo efímero,pero ahora las yemas de tus dedostienen toda la luz.Perdono al porvenir.Las trampas que he tendidotienen la misma inocenciadel juego de la alquimia.Para el hombre no existe otro destinoque el manantial inédito.Toca mi rostro,sálvalo en la memoria de tus manos.
EL OTRO Y EL QUE HABLASé que dentro de mí hay otro ser,alguien que exige heridas, desgarrones,que tiene la impaciencia del cuchillo,la obstinación del plomo, la sed de la metralla.Desconozco ese ser que prefiere la noche, los rincones.Desde niño me asalta. Cuando toco un metalme empuja hacia la sangre.He buscado en los días de mi infanciaalguna relación con el cuchillo, con la muerte violenta;he practicado el odio hasta la angustiapero soy incapaz, nací de otra madera.Esa pugna entre el otro y el que habla¿hasta cuándo será? ¿Podré negar mi mano eternamente?¿Permaneceré ciego a su llamado?¿Acaso soy yo mismo, un nonato que vive y envejece?Dentro de mí habita un ser remoto, oscuro,que se muestra impasible mientras alguien me atacay exige, sin embargo, que agreda a los que quiero.
DEFINITIVAMENTE JUEVESQuiero que el veintiuno de agostodel año dos mil diez,a las seis de la tarde como es hoy,pases desnuda atravesando el cuartoy preguntes por mí.Si estoy, pregunta, y si no existo,o si me he extraviado en algún lugar de la casa,de la ciudad, del mundo,pregunta igual, alguien responderá.El primero de enero del año dos mil uno será lunespero el veintiuno de agosto de la fecha indicadatiene que ser definitivamente juevesy el calor, como hoy, agotará las ganas de vivir.Las calles serán las mismas para entonces,los flamboyanes de efe y trece seguirán floreciendo,muchos amigos no estarány el tiempo habrá pasado por la historia de la casa,de la ciudad, de mi país, del mundo.Quiero que el veintiuno de agosto, al despertar,prepares la pielel corazónlas ganas de vivir.
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