ANA ENRIQUETA TERÁN (Venezuela, 1918 - 2017) Poeta y diplomática venezolana. Sus principales influencias fueron los clásicos españoles, como Góngora y Garcilaso de la Vega, y más tarde la poesía francesa de Rimbaud y Baudelaire. Perteneció a la Generación del 18. Su formación intelectual comenzó con su madre Rosa Madrid Terán, quien la puso en contacto con los poetas clásicos, se inició con versos de estricta métrica, luego pasó a la poesía libre. Su obra poética trasciende lo meramente métrico, y se constituye en una voz propia seducida por elementos que bordean la nostalgia, el amor, la sensualidad y el paisajismo andino. Realizó carrera diplomática en Uruguay (1946) y Argentina (1950).
En 1989 fue galardonada con el Premio Nacional de Literatura, ese mismo año recibió un doctorado honoris causa de la Universidad de Carabobo.
Sus libros: Al norte de la sangre (1946); Presencia terrena (1949); Verdor secreto (1949); De bosque a bosque (1970); El libro de los oficios (1975); Libro de Jajó (1980-1987); Música con pie de salmo (1985); Casa de hablas (1991); Alabatros (1992); Antología poética (2005); Construcciones sobre basamentos de niebla (Monte Ávila Editores, 2006).
Selección por Gladys Mendía
TODO REGRESA A LA CONSTANTE PURA
Nos señalaron barco y bastimento.
Poca fe, poco amor, frente excesiva,
mucho de olvido y carne fugitiva
que busca en vano firme basamento.
Miserable porción y algún momento
de palabreo inútil y agresiva
ceguera de gran bestia sensitiva
encharcada en fugaz presentimiento.
Impulso, lucha, sin hallar un claro
dónde mostrarse niebla o conjetura
de eternidad, o simplemente vida
que haga valer su tiempo y desamparo.
Todo regresa a la constante pura:
un aleteo de ventana herida.
1 comentario:
Interesante poética.
Saludos.
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