martes, 20 de octubre de 2009

Sobre José Vicente Abreu, Camarada Paloma. Por Daniela Saidman

José Vicente Abreu, Camarada Paloma
Daniela Saidman


Supo tejer las palabras en medio de la hoguera. Supo ser libre sabiéndose entre rejas. Supo amar lo más alto y lo más hondo de las luchas. Supo crecerse sin permiso. Y así llega a estas Voces del Sur que hoy quieren evocarlo en sus ramas y en sus hojas liberadas de todos los tiempos y todas las ataduras.
Camarada Paloma es un libro que recoge los poemas de José Vicente Abreu, escritos en el Cuartel San Carlos, que fue publicado por la Fundación Editorial El Perro y La Rana, en 2007, en la colección Poesía Venezolana.
José Vicente Abreu (San Juan de Payara, 1927 – Caracas, 1987) es voz de lucha de este pueblo. Narrador, poeta y periodista fue un perseguido político de la dictadura perezjimenista y de los posteriores gobiernos “democráticos” del puntofijismo. Estuvo preso en Guasina y de allí sus novelas testimoniales e históricas Se Llamaba SN, Guasina y Las Cuatro Letras, entre otras obras narrativas.
Sus versos son canción de esperanza, de amor libre para los que deben ser libres, son caricia y son mañana. Poemas nacidos del compromiso y de la resistencia, pero no por eso menos dulces o amorosos, sino que dan muestra de la talla humana de un hombre capaz de amar en medio del desierto.
”Estamos / juntos / tú y los hijos / y esperamos / más / aunque el combate / sea más duro / todavía; / aunque el combate / me lleve / como una llama / de una pared a otra pared, / de un muro a otro / como el viento”. (Estamos juntos)
Los poemas reunidos en Camarada Paloma narran la vida entre las paredes y el encierro, son poemas noticia, son bandera izada en lo alto de la rabia, en la cúspide de la ternura. José Vicente Abreu le canta a su Beatriz, le escribe escribiéndonos, toda su memoria incendiada en el papel y en los ojos.
La realidad y el hambre caben en sus palabras, desnudan el mundo y lo enfrenta, porque para estas palabras no hubo ni habrá nunca prisión posible, sino las alas y las manos de todas y todos los que haremos el futuro imprescindible.
“Si fallo / mi Beatriz amada, / nuestros hijos / no tendrán / ni un minuto / de sosiego / ni un segundo de descanso. / Quiero / que les enseñes / desde ahora mi camino; / quiero que un día / traigan / a nuestra casa, / como homenaje, / la paz que no / te he dado…” (Si fallo mi querida Beatriz)
Vive en su poesía, porque no puede morir quien desentrañó los muros y siguió resistiendo. No puede irse porque está vivo entre nosotros, porque su voz resuena y estalla las sombras y despierta el alba de nuestros días. Muertos están sus verdugos, muertas las cadenas que lo sostuvieron, vivo él en cada palabra y en cada silencio.
José Vicente Abreu es testimonio y memoria viva, grito desgarrado y llama encendida en las naves, viento que mece las palmeras de las costas y se hace espuma en el vaivén infinito del mar.
“Porque nos hemos jurado / los dos, / aún antes de conocernos, / luchar / hasta estamparle el alba / en pleno rostro / a las tinieblas. / Llueve esta noche, / veo brillar el agua sobre el piso / del patio, / pero te pregunto: / ¿Será para todos igual / la misma lluvia?” (Luchar)
Su vida es ejemplo de lucha, de constancia, de palabra capaz de volar y atravesar el tiempo transcurrido. Sus poemas son rendijas abiertas a la impostergable tarea de edificar el futuro que merecen las hijas e hijos que están por venir. Por eso sus versos son voz de este sur de contradicciones y anhelos, de profundos siempre verdes, de desiertos y arenas, de altas cumbres y hondos mares.
“Escribo a la muerte / porque lucho a muerte, / nunca me han dado / ni un segundo / de tregua, / pero sé que se acerca / día a día / la victoria / y el último combate”. (Lucho a muerte)





2 comentarios:

Beatriz Quintana Mujica dijo...

Tengo este hermoso y sentido, arrasante y amoroso, dedicado de Beatriz a Beatriz!

Beatriz Quintana Mujica dijo...

Tengo este hermoso y sentido, arrasante y amoroso, dedicado de Beatriz a Beatriz!