Euler Granda, nace en Riobamba, Ecuador, el 7 de junio de 1935. Se gradúa de doctor en Medicina y Cirugía en la Universidad de Guayaquil, en 1965; cuatro años más tarde desempeña la cátedra de Higiene Mental y Psicología en la Universidad Central del Ecuador. Entre sus obras poéticas están: El rostro de los días (1961), Voz desbordada (1963), Etcétera, Etcétera (1965), El lado flaco (1968), El cuerpo y los sucesos (1971), La inutilmanía y otros nudos (1973), Un perro tocando la lira (1977), Daquilema Rey y otros poemas de bla, bla, bla (1982), Anotaciones del acabóse (1988), Ya paren de contar (1991), Poemas con piel de oveja (1993), Que trata de unos gatos (2002), Antología personal (2005). Ha recibido, entre otros los siguientes premios: Premio Internacional de Poesía Jorge Luis Borges (Lima, Perú), Premio Jorge Carrera Andrade 1988, Premio Nacional de Poesía 75 años de la fundación del diario El Universo 1996. Fue nombrado jurado de poesía del premio Casa de las Américas 1988 (La Habana, Cuba), en 2003 recibió la condecoración ‘La Pluma de Oro’. Unión Nacional de Periodistas’, y en 2007 la condecoración al Mérito Cultural de Primera Clase del Ministerio de Educación y Cultura.
Selección de Gladys Mendía.
S.O.S.
Aquí Ecuador
lastimadura de la tierra,
hueso pelado
por el viento y por los perros.
Aquí sangre chupándose en la arena,
piedras cayéndonos.
Aquí
montañas con los vientres saqueados,
mar
con los peces ajenos.
Aquí
hambre,
indios pateados como bestias,
páramos bravos,
piel a la intemperie.
Aquí
Ni nuestro propio suelo
es nuestro;
nada nos pertenece,
nuestra agua propia
nos venden en botellas,
el pan cuesta un ojo de la cara
ya hasta para morirse
hay que pagar impuestos.
A lo largo del aire,
a medio sueño,
en el interrumpido bocado
del almuerzo,
para que nos caigamos,
están cavando huecos.
Aquí,
pronto un fusil
para bajar los cuervos.
A VIVA FUERZA
Vas a cantar,
canta me gritaron,
me pusieron de cara a la pared,
me enmancaron los ojos,
me entuertaron las manos,
me martillaron
y yo con la boca cerrada;
si no cantas te jodes,
si no cantas
te sacamos la madre
y yo con la boca cerrada;
si no cantas
no vivirás para contar el cuento,
si no cantas te mueres
y yo con la boca cerrada;
entonces me cayeron a patadas
en toda la cara del amor,
me dieron de leñazos en el hombre,
de los pulgares me colgaron en la noche
y me rompieron las costillas de la voz.
Mi viuda soledad quería lloriquear
y se atrancaba;
después me introdujeron
sacabocados,
llaves maestras, ganzúas
sacacorchos,
hasta que vomité
las manzanas podridas del recuerdo,
caminos por donde me arrastré.
camas donde dormí,
luciérnagas con las tripas afuera,
muñones de colibrí,
violines desollados como puercos,
nombres,
recetas médicas,
relojes desbocados;
ni más ni menos,
así me fueron sacando
palabra por palabra,
así me fueron sacando este poema
ESO ES EL TIEMPO
Ni la muralla china
ni el alambre con púas
ni los cordones de perros policías
o policías perros
que resguardan las nalgas sociales y cristianas
del hot dog presidente,
nada es capaz
que yo sepa,
nadie puede detenerte.
Ni las minidevaluaciones,
ni la maxi hambre,
ni todos los bostezos juntos de la burocracia,
ni la inflación,
ni la desinflación,
ni la deuda externa:
ajena mortecina
que nos cargaron en la espalda;
ni el patriotismo a sueldo
de las fuerzas desarmadas de la patria,
ni las redes del miedo con que a río revuelto
pescan las religiones;
contigo no se puede:
a todos y a todo
nos pasas por encima; a todo matas;
todo lo pulverizas,
lo desmemorias todo;
a todos nos conviertes en morcillas
para las aves de rapiña;
todo no es más
que una decrépita palabra
escrita en la arena movediza del cerebro;
eso es el tiempo
y no huevadas de relojes.
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