viernes, 5 de julio de 2024

Sobre La orilla del retorno, de Alejandro Sebastiani Verlezza. Por Daniel Medvedov



Sobre La orilla del retorno, el más reciente poemario de Alejandro Sebastiani Verlezza, editado por El taller blanco (2023).
Por Daniel Medvedov

 

Primero el título: La orilla del retorno. Este RE del RE-Torno es el famoso NOSTOS griego, el de la NOST-algia, el dolor poético del Retorno. En la poesía arcaica griega el retorno se afirma con dos palabras: EPÍSTROPHE y STROPHOGORISMA.

El retorno de una nave, aunque sea el retorno de una tabla de madera, se cuenta con estas palabras: AI PRAGMATEIAI ÓPI EPHERENÓPISO TO PLION ANTIEKEÍNON ÓPI EIKEPRÓTERON (se regresa al lugar de donde se ha partido). Este retorno es poético, pues el NOSTOS es STROPHPGORÍSMA y es obvio que tiene que ver con las estrofas poéticas. 

Alejandro Sebastiani Verlezza comienza con una cita de Eugenio Montejo: “También el mar se va y no retorna”. Pero es bueno saberlo: el Mar nunca se va y al afirmar esta última declaración nosotros nunca nos vamos y si nunca nos vamos, nunca retornaremos de una NO-IDA. Siempre estamos aquí. Verlezza siempre ha estado aquí, como todos los poetas. El poeta siempre está  aquí. 

El primer poema se titula “vísperas”. Habría que decirlo: no hay plural en la víspera. La víspera es una y única. El dicho popular lo confirma: “Nadie muere en la víspera”. Pero Verlezza es un poeta y a los poetas se les recibe enteros, con sus licencias poéticas debajo del brazo. 

El trozo de tabla es un madero y el náufrago es crucificado sobre su madero como un Cristo. El madero flota, navega a porfía, como dicen los marinos, hasta ser llevados hacia una bendita orilla. Hay un verso popular rumano que afirma algo sorprendente. Es un fenómeno curioso: “El agua es golpeada por la orilla, y el viento es batido por las olas”. Es inverso, pues estamos acostumbrados a oír que el agua golpea la orilla y que el viento bate y empuja las olas. Hay un trémulo tremor (así lo ha oído el poeta), “un hondo tremor”. No está atado al mástil el poeta, no necesita estar fijado, ni “fijo”, como Odiseo, para no arrojarse al mar en los brazos de marfil de las sirenas. 

El madero es como una puerta con sus jambas, hasta  el umbral está allí, junto al madero, en la tabla. Y en esa “tabla” está pegado el poeta, como si estuviera flotando -él también- como una puerta con su umbral polarizado hacia el Norte. Allí hay hasta una bodega de visiones en la cabeza del poeta. Allí guarda sus sueños, en la bodega, sueños despiertos, ordenados en un desorden ordenado, tipo SHARAVADGI sánscrito, cuyo sentido es el mismo: “desorden ordenado”, “música callada”, como declara Juan de la Cruz, paradoja poética que no puede ser llamada OXYMORÓN. 

Al llegar a la orilla, en su paseo por la playa poética, el poeta encuentra la piedra. V:I:T:R:I:O:L: así está escrito sobre la arena y las olas que se rompen en la playa no borran las letras. Es la VISITA del poeta al interior de su Tierra. Rectificando, el poeta encontrará la Piedra Oculta. VISITA INTERIORAM TERRAE RECTIFICANS INVENIES OCULTUM LAPIDEM.



Daniel Medvedov. Rumania, 1951: maestro de Tai Chi, autor de numerosos ensayos, poemas, novelas, cuadernos, aforismos sobre diversos temas, desde la caligrafía hasta la ontología, casi todos disponibles en su cuenta de Scribd. Algunos de sus libros editados en Caracas:  Guía para descubrir los Falsos Maestros (Gaisma Editores, Caracas, 1987) y Zoognosis. El sentido secreto de los animales en la mitología (Academia Nacional de la Historia, 1993). Un apretado compendio de su trayectoria disponible en la red dice: se especializó en Pintura Mural Religiosa en la Escuela de Artes Plásticas Rimnicul Vilcea (Rumania), integró a la Dirección de Imagen de Cine y TV en el Instituto de Altos Estudios de Arte Teatral y Cinematográfico (Bucarest), estudió Ornaméntica Antigua en la Universidad de Bucarest (1972-1974), cursó estudios con el Maestro Calígrafo Liu Yuen Chiao en Taiwán, hizo un Doctorado en Filosofía de la East-West Essence Societ, en el Instituto Internacional de Filosofía de la Cultura de Taipei (China) y en Caracas obtuvo el Doctorado de Teología en la Universidad Católica Andrés Bello. Fue director del Centro de Estudios Mayas de Arts & Minds Academy (Miami).

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