miércoles, 16 de octubre de 2024

MARIELLA TORANZOS: Poesía Actual de Ecuador

 


Mariella Toranzos: (Guayaquil, Ecuador 1988). Estudió Comunicación Social en la Universidad Católica de Santiago de Guayaquil. Ha trabajado como redactora en distintos medios de prensa. Actualmente se desempeña como periodista de cultura. En 2012 publicó una selección de poemas en la antología ‘Sinergia’ de Onehitwonder Cartonera. Sus textos también constan en las antologías de 2012, 2013 y 2014 del Festival Internacional de Poesía Ileana Espinel.



Viñetas de un espejo trizado

I. Ayer rasgué mis alas. Destrocé con el filo del bidé sus pliegues translúcidos. Me abalancé sobre el azotándolas contra el filo como una loca, gimiendo de placer y asco al verlas desmembradas, en hilachas, una y otra vez hasta quedar vacía.
 No vengas más por aquí. Me he cansado de adorar a tu forma como un templo.
II. Descalza, camino un desierto de espejos. Piso los cristales hasta que se rajan y me cortan los pies. En el reguero de sangre dibujé el retrato de mi madre. Mi corazón se duplicó mientras dormía, ahora no me cabe en el pecho.
III. Hoy quiero morir mil muertes entre tus brazos. Te susurraré al oído las palabras que inventé para llamarte. Cierra los ojos mientras te beso y deja que mis lágrimas se cuelen por tus párpados. Dejaré en el lunar de tu mejilla, las tardes que quise a tu lado. Mañana volveremos a ser extraños.
 
 
 
Despedida
 
Durante el mes que te tomó dejarme
llené  el tanque de gas con treinta y tres dólares y treinta y tres centavos.
Te dije que era un regalo porque era
tu número favorito.
 
Organicé nuestras cosas.
‘Amor, acá están los sweateres’,
‘Acá está tu cepillo’.
Como si al llamar las cosas ‘nuestras’
me pudiera incluir en lo que tú llamabas ‘casa’.
 
Le compré flores a un vagabundo.
Quería traértelas, marchitas y feas,
para demostrarte que podía devolverles
la vida.
 
Hay una cicatriz con la forma de tus dedos
justo sobre mi seno izquierdo,
que quedó como resquicio de todas las noches
que me sostuviste
como solo se sostiene algo
que se resbala.
 
Ahora hay seis provincias entre nosotros,
entre la última vez que nos besamos y hoy,
guardadas como flores marchitas al interior de un libro.
A veces aún te siento como un ruido atascado en mi garganta.
 



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