Susana Thénon (1935-1991). Nació y murió en Buenos Aires. Fue poeta, fotógrafa y traductora. Estudió Letras clásicas en la Universidad de Buenos Aires. Publicó los poemarios Edad sin tregua (1958), Habitante de la nada (1959), De lugares extraños (1967), distancias (1984) y Ova completa (1987). En el 2007, la editorial argentina Corregidor publicó sus obras completas, que además incluyen fotografías, poemas y ensayos publicados en revistas, bajo el cuidado de María Negroni y Ana María Barrenechea, ambas amigas de la escritora. Thénon fue una poeta atípica. Si bien, al principio de su carrera comenzó a frecuentar la escena intelectual, pronto optó por una marcada lejanía del mundo literario. Además, sus poemas no compartían las inquietudes estéticas de sus contemporáneos, la generación del 60’. Abiertamente lesbiana, dedicó varios años –los que dejó de escribir– para dedicarse a fotografiar a su pareja, la bailarina Iris Scaccheri. Como fotógrafa realizó varias exposiciones, incluso ganó el Primer premio de fotografía humorística en el Concurso Parisiennes en las Artes.
Círculo
Digo que ninguna palabra
detiene los puños del tiempo,
que ninguna canción
ahoga los estampidos de la pena,
que ningún silencio
abarca los gritos que se callan.
Digo que el mundo es un inmenso tembladeral
donde nos sumergimos lentamente,
que no nos conocemos ni nos amamos
como creen los que aún pueden remontar sueños.
Digo que los puentes se rompen
al más leve sonido,
que las puertas se cierran
al murmullo más débil,
que los ojos se apagan
cuando algo gime cerca.
Digo que el círculo se estrecha cada vez más
y todo lo que existe
caerá en un punto.
Fundación
Como quien dice: anhelo,
vivo, amo,
inventemos palabras,
nuevas luces y juegos,
nuevas noches
que se plieguen
a las nuevas palabras.
Hagamos
otros dioses
menos grandes,
menos lejanos,
más breves y primarios.
Otros sexos
hagamos
y otras imperiosas necesidades
nuestras,
otros sueños
sin dolor y sin muerte.
Como quien dice: nazco,
duermo, río,
inventemos la vida
nuevamente
Juego
Despojémonos de todo aquello
seguro
que se proyecta al exterior
con trazo lentos
y definitivos.
Todos empleados en la tarea
de ser, vivir, sentir
sin otros lazos.
Y quien no atine a sofocar
su amor por lo prohibido,
reclame su derecho al dolor,
su penitencia.
Despojémonos de todo cuanto
nos conformó a imagen y semejanza
nuestra
y gustemos sabiamente para el recuerdo
el minuto absurdo y libre.
vomitar sueños
croar de pena de lejanía
llevar alimento a una torre
abrir dos ojos a la vez
aunque la cuerda salte
y algo llore en la noche del ropero
Aquí
CLÁVATE, deseo,
en mi costado rabioso
y moja tus pupilas
por mi última muerte.
Aquí la sangre,
aquí el beso roto,
aquí la torpe furia de dios
medrando en mis huesos.
25
no se dice no
se dice no decir
nada
esta noche (nada)
la gangrena en el patio
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