viernes, 13 de noviembre de 2015

ALBERTO CECEREU: Poesía Actual de Chile


Alberto Cecereu (Valparaíso, Chile. 1986). En 2005 publica el libro de poemas Noticias sobre la Inmanencia (Editorial Altazor). En el 2003 fue becario del Taller de Poesía de la Fundación Pablo Neruda, Valparaíso. En 2006 es reconocido con la Beca a la Creación Literaria del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, mismo año en el cual se le otorga el Premio Enrique Lihn del Concurso Nacional de Arte y Poesía Joven, Chile. Además de ganar una serie de certámenes, su poesía aparece en diversos países: Cuba, El Salvador, Argentina, Francia, España y Suecia. Además en Estados Unidos, donde algunos de sus poemas son traducidos al inglés. Es Licenciado en Historia y Licenciado en Educación.

Del libro inédito Los exaltados


El país limítrofe


En Chile sus habitantes no ahorran porque piensan que el fin del mundo está cerca. Por eso, cuando hay fin de semanas largos, los supermercados se repletan como si la gente buscara el oxígeno, y ves ahí, el desfile hacia el escape.

En este país donde los Santos parecen guardianes de los pecadores y los insensatos, abundan los volcanes que explotan, los extraterrestres que gobiernan, los terremotos siderales, las boletas ideológicamente falsas, los maremotos morados y los psiquiátricos dentro de escuelas y colegios.

Este el país que limita con todo, menos con la cordura, porque adoramos a los opresores y nos quedamos gimiendo en los rincones de las casas pidiendo la salvación de nuestro señor, corriendo la maratón a rodillas a algún templo sagrado de los tantos lugares que han asesinado la imaginación.

Es recurrente imaginar a Chile como el fin del mundo, asunto curioso, porque en verdad en esta tierra se origina todo: el basural más inmenso de ordenadores sobre ordenares con la coronación de los esquizofrénicos gritando encima de ellos, legitimando así, la dictadura de los pabellones de las casas de tortura. El origen es el dolor y el fin es el dolor. No constatas otra cosa que eso. Porque da lo mismo la belleza de los pantanos, la magnanimidad de sus cordilleras, la discreción del desierto, la orgía de las uvas, aunque sea este la copia feliz del Edén.




El fin del Estado

Parajes.
Escenario infinito de edificios sobre edificios que reemplazan las viviendas populares de las clases volátiles. Tan volátiles que terminan en el intento de la revuelta de los indignados.
Así es como nacieron los nuevos esclavos. Los que marcan la existencia todas las mañanas en el preámbulo de empresas e inmensas burocracias, olvidándose del amor de las palomas y los gatos. Solo hay fracaso moral, derrotas de los sueños, excremento de ideales.
Se perpetúan las fiestas narcóticas, esas que las personas se transforman en teledirigidos que bombardean ciudades olvidadas por la religión.
Todos parajes de Gobiernos dirigidos por empleados de las compañías de celulares: la inmensidad de la estupidez.




Estambul

a Ferrán Enrique Alfonso

Te espera Estambul
tus ojos esperan la ciudad de la unión entre el oriente y el occidente
ahí donde muere y renace y nace y remuere el sol
podrás encontrar a tu mujer de ojos de aceituna,
todos los miércoles a las seis de la tarde en el lobby del Hotel Aziyade
te esperará con vestidos verdes o azules escarlatas
y de seguro cuando llegues a tocarle su hombro, te sonreirá
ahí mi hombre, conocerás lo que es el vuelo, sí, el vuelo y volarás,
dejarás Estambul
y seguirás recorriendo el mar de los mares
ocho minutos de meses de semanas, descubriendo tus manos.

Te espera el otoño y su ópera de expectativas
cien mil pájaros y cien mil muertes de pájaros
para que de repente aparezca la estética de la basura
porque así es la basura,
como un torbellino de belleza tirada al olvido
y detendrás en esos detalles, para saber, con rapidez
cómo son los rastros de todos los hombres

Cien dólares te podrán servir para un banquete
o una mujer egipcia
uno o lo otro te dará un espectáculo de los colores
como un arrebol en la pupila de una loba
cuando hablo de loba, hablo de aquellas
que hacen nacer un universo entre sus piernas
acuérdate, que podrás perderte, fundirte en el fornicio como una droga,
como un alfabeto sánscrito que te descifra secretos al oído
 
Te espera el viento de Magallanes
como una gozosa llamarada a la aventura
a descubrir que no te conoces,
que en esa sola tarea está la vuelta al mundo
busca y busca la llave a agartha
ahí estará el templo de los que son más sol que el sol
más luna que la luna iluminados:
astros de los reflejos instantáneos

Busca a Atlas en un café de Estambul
y libérate: grita: crea: manifiéstate y crea al verano





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