miércoles, 24 de julio de 2024

Entrevista a Floriano Martins. Por Elys Regina Zils


ELYS REGINA ZILS | Las mujeres (desaparecidas) de Floriano Martins

En 2021, nuestro querido poeta, ensayista, traductor, artista visual Floriano Martins lanzó el libro Las mujeres desaparecidas, a través de la editora chilena/venezolana LP5. Es un libro que comparte con el lector el abismo de 50 mujeres, adentrándose en el universo privado de cada una, lleno de soledad, sensualidad, angustia, por más hermoso que pueda ser el dolor de la existencia, especialmente en un mundo patriarcal y misógino. Ahora, en 2024, estos poemas ganaron voz con la lectura de 50 poetas hispanoamericanas. Más que una invitación a compartir su inquietantemente bello arte, es un rescate poético de estos 50 fantasmas de nuestra sociedad. Se puede acceder a los videos a través de la página Agulha Revista de Cultura, en el enlace: 
a partir del 31 de julio, cuando se presentará oficialmente el proyecto.

ELYS REGINA ZILS | En 2020 publicaste el libro 120 noches de Eros – Mujeres Surrealistas (LP5 Editora), una serie de retratos sobre la presencia de artistas femeninas en el surrealismo, una forma de darles visibilidad a aquellas que muchas veces estaban en un segundo plano; y en 2021, también a través de la editorial LP5, en Chile, sale el libro Las mujeres desaparecidas que, como escribió Berta Lucía Estrada, es un poemario que va mucho más allá de una denuncia social; digo esto porque al mismo tiempo denuncia la protección de la sociedad patriarcal que revela la condición humana. Dicho esto, me gustaría conocer tu inspiración para sacar a relucir a estas mujeres.

FLORIANO MARTINS | Deambulando por las estanterías de la librería del Museo de Arte Contemporáneo de Sydney (Australia), encontré un bonito y pequeño libro, que incluía dos o tres obras de varias artistas contemporáneas, todas mujeres, junto con una breve biografía de cada una de ellas. Era una edición de lujo, toda a color. No recuerdo a su organizador, pero lo cierto es que esa estructura me hizo pensar que podía hacer algo con el Surrealismo. Ahí quedó el primer rastro. En los días siguientes comencé a tomar notas e investigar sobre mujeres surrealistas repartidas por todo el planeta, en la casa de mi hija en Sydney, donde suelo quedarme. Mientras viajaba por todos los países, virtualmente hablando, la presencia del Surrealismo aumentó sorprendentemente, al punto que ya no era posible pensar en reproducir sus obras, no sólo por la cantidad, sino por la variación de ese surrealismo, ya que era imprescindible recordar a las artistas y a las poetas, sí, pero junto a bailarines, fotógrafas, actrices, novelistas etc. Entonces surgió la idea de seguir los mismos pasos de Murilo Mendes, en su libro fundamental, Retratos-relâmpago (1973), es decir, me vi tentado a componer una serie de retratos de aquellas mujeres, que de alguna manera confirmaban recurso que ya había utilizado en libros anteriores, como A grande obra da carne (2017). Ahora intenté concentrar impresiones y breves reflexiones sobre la vida y obra de estas mujeres. La presencia un tanto turbia de muchas de ellas, junto al hecho de que por primera vez fueron vistas en su conjunto, permitió una perfecta radiografía de algo que, a toda costa, los amantes del Surrealismo, para bien o para mal, lo convirtieron en una costumbre a evitar: la mancha de la misoginia que ha sido una de las facetas lamentables del movimiento. El libro estaba casi terminado en su estructura, dejando la duda sobre la cantidad de mujeres que debía retratar. El número estuvo todo el tiempo frente a mí, como un desafío, para hacer que estas mujeres confrontaran de alguna manera lo que el crítico Jacob Klintowitz percibió en el prefacio de la edición del libro como su contradicción fundamental. Me refiero al libro Los 120 días de Sodoma, del marqués de Sade. Y aquí lo mejor es dar voz al propio Klintowitz, en su sabiduría, cuando revela que la tesis de que todo es posible gracias a la ausencia de Dios, en Sade, encuentra en Floriano su opuesto, ya que en él encontramos la tesis que la ética, y en ella la creación humana, es una construcción social y psíquica de los milenios de la especie humana. El libro había encontrado entonces su objetivo, e incluso intentaría afirmar que el verdadero surrealismo tendría, quizás finalmente, que aprender que no se puede transgredir sólo a los demás, sino, sobre todo, a uno mismo. Y por supuesto, tiene razón Berta Lucía Estrada cuando dice que estas 120 noches de Eros (2020) son, de alguna manera, un retrato de la condición humana.

Tu pregunta, sin embargo, también menciona el siguiente libro, Las mujeres desaparecidas (2021), lo que puede verse como consecuencia del anterior. Si en las 120 noches de Eros había elegido un escenario real, ahora me preguntaba por las mujeres que estaban expuestas a todo tipo de violencia, sin poder ya reunirlas en torno a un movimiento artístico, sino observando la brutalidad que padecían, todavía sufren, en su condición anónima, invisibles para la sociedad, desacreditados por sus pares. Estas mujeres habían desaparecido por completo y ahora me sentía desafiado a traerlas a la vida, de alguna manera. ¿El libro reúne personajes ficticios e inexistentes? Sí, pero al mismo tiempo son el símbolo más revelador de la especie humana. También hay un tercer libro, Sombras no jardim (2023), que reúne a mujeres que, como decía Artaud de Van Gogh, fueron suicidadas por la sociedad.

ELYS REGINA ZILS | El libro Las mujeres desaparecidas nos presenta a 50 mujeres de diferentes orígenes envueltas en la neblina onírica del olvido. Son 50 poemas narrativos que retratan una alquimia psíquica con un único destino: el silencio. ¿Cómo se produjo la investigación y selección de estas mujeres? ¿Cómo fue adentrarse en estos universos llenos de sombras, sin cuerpos?

FLORIANO MARTINS | En uno de sus dos epílogos, la poeta venezolana Carmen Verde entendió muy bien que el libro puede leerse como un poema largo, como una sola voz que se traga otras voces. La historia de un viaje, escrita con una palabra precisa, dolorosa, sensual y profundamente solitaria. O como dices: la bifurcación de mil caminos que nos llevan siempre al mismo silencio devorador. No hubo investigación ni selección. Es la evocación de un martirologio –en mi caso, sin intención alguna de beatificación. Cuando cerramos los ojos –pero también es siempre posible mantenerlos bien abiertos mientras viajamos por el mundo– nuestra memoria rebosa de evangelios fulminados por la hipocresía, la misoginia, la violencia sexual etc. La historia de la humanidad siempre nos ha advertido –los libros sagrados son la fina hoja del paroxismo– que las mujeres serían succionadas hasta el final, que serían las más invisibles de todas las criaturas. Este es su libro. Un recuerdo de sombras que posiblemente nunca tuvieron cuerpo.

ELYS REGINA ZILS | Ahora en julio se estrena la serie de vídeos Las mujeres desaparecidas, con la lectura de poemas interpretados por 50 poetas hispanoamericanas, llevando así estos poemas a otra dimensión. ¿Cómo surgió la idea? ¿Podrías compartir un poco sobre cómo fue el proceso con este nuevo lenguaje y qué encontrará el público en este proyecto?

FLORIANO MARTINS | Desde que Gladys Mendía editó Las mujeres desaparecidas (2021), venimos pensando en algo que pueda darles a estas mujeres eso que llamas otra dimensión. El libro, que se imprime en varios países, gracias a la edición bajo demanda, está disponible en Amazon: https://www.amazon.com.br/MUJERES-DESAPARECIDAS-Colecci%C3%B3n-Plateado-plateado-ebook/dp/B09MML5LZN, y así permite una ampliación de su circulación. Sin embargo, el vídeo es un lenguaje que nos lleva a otro tipo de difusión, llegando quizás incluso a otro modo de interés. Quién sabe, estas mujeres encontrarían un cuerpo menos invisible, diría casi tangible. ¿Cómo definir entonces el escenario de las mujeres invitadas a leer los 50 poemas que componen el libro? La idea también se impuso con naturalidad: escritos originalmente en español, los retratos me dijeron que su condición, de alguna manera, era la misma que la de un continente, Hispanoamérica, una parte del mundo que también tiende a desaparecer. La historia nos muestra que los 19 países que definen esta América han enfrentado cada vez más una pérdida de su capacidad de expresión y que es un deber casi cósmico rechazar esta tragedia degradante alimentada por el cinismo político. El proyecto de video creó el imperativo de que este escenario de mujeres desaparecidas fuera representado por poetas hispanoamericanas. Lo que el público encontrará allí será este retrato múltiple que traslada a sí mismo la causa de tantas mujeres que forman parte de su propia vida.

ELYS REGINA ZILS | ¿Y cómo fue para el creador ver su obra cobrar vida en las voces de estas poetas?

FLORIANO MARTINS | Una felicidad inmensa que corresponde incluso a un deseo que no mencioné a ninguna de ellas, que las lecturas fueran lo más naturales posible, sin transmitir la idea de un ensayo teatral. Las lecturas sembraron los mismos gestos espontáneos con los que fueron escritos los poemas y que ciertamente marcaron la vida de estas mujeres. Sólo puedo imaginar lo espléndido que sería tener cinco pantallas en un escenario donde se proyectarían 50 vídeos al azar. Quién sabe, tal vez todas estas mujeres sigan realizando sus milagros. A todas ellas, estos cien seres mágicos, tengo que agradecerles infinitamente su confianza.


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ELYS REGINA ZILS (Brasil, 1986). Poeta, artista visual, traductora. Estudiante de Doctorado y Maestría en Estudios de Traducción por el PGET/Universidad Federal de Santa Catarina (UFSC). Es licenciado en Literatura-Lengua Española y Literatura y Literatura-Portuguesa también por la UFSC/Florianópolis, Brasil. Se dedica a la Literatura Latinoamericana, investigando principalmente Vanguardias Literarias y Artísticas con énfasis en la Literatura Surrealista Latinoamericana. Editora de Agulha Revista de Cultura, al lado de Floriano Martins. Traductora, junto a él, de su trilogía dedicada al surrealismo, que incluye Un nuevo continente – Poesía y surrealismo en América, 120 noches de Eros – Mujeres surrealistas y Letras mágicas – Viajes del surrealismo. Ha traducido Los elementos terrestres de Eunice Odio, publicado por Sol Negro Edições. Ha sido parcialmente responsable de las traducciones de poetas hispanoamericanos para el “Atlas Lírico de Hispanoamérica”, publicado por la revista Acrobata. Contacto: elysre@gmail.com.








viernes, 5 de julio de 2024

IDA VITALE: Poesía Actual de Uruguay



Ida Vitale Nacida en el año 1923, Ida Vitale es una poeta, ensayista, profesora universitaria, traductora y crítica literaria oriunda de Montevideo, Uruguay, criada en el seno de una familia de inmigrantes italianos.

En ese país, Vitale estudió humanidades y trabajó como profesora. Es considerada parte de la generación de 45, un movimiento de escritores y artistas uruguayos que salieron a la escena pública entre los años 1945 y 1950. Entre los miembros de este movimiento se pueden mencionar a Ángel Rama, primer esposo de Vitale, y Mario Benedetti.

A lo largo de los años sesenta, dirigió varias publicaciones periódicas en Uruguay como el diario Época y las revistas Clinamen y Maldoror.

Tuvo que exiliarse en México en el año de 1974, a consecuencia de la represión de la dictadura uruguaya, que gobernó entre 1973 y 1985. En México, conoció a Octavio Paz, quien le abrió las puertas al mundo editorial y literario del país azteca.

Aunque regresó a Uruguay en 1984, se trasladó a Texas en 1989 con su segundo marido, el poeta Enrique Fierro. Allí vivió hasta el año 2016, cuando enviudó. Actualmente reside en Uruguay.


ANDREA IMAGINARIO



Misterios
Alguien abre una puerta
y recibe el amor
en carne viva.
Alguien dormido a ciegas,
a sordas, a sabiendas,
encuentra entre su sueño,
centelleante,
un signo rastreado en vano
en la vigilia.
Entre desconocidas calles iba,
bajo cielos de luz inesperada.
Miró, vio el mar
y tuvo a quién mostrarlo.
Esperábamos algo:
y bajó la alegría,
como una escala prevenida.



Una Mujer
Duró largas horas convulsas
el trabajo de parto,
entre inútiles gestos ajenos
y gemidos y ruegos.
Una niña, la primera, nació.
Bordó, bordó, bordó la tela blanca,
con diminutos puntos de colores,
llenos de la alegría que ella sólo imagina.
La dolorida espalda se deforma,
los ojos ya no ven el horizonte,
sólo el obsesivo dibujo.
Al fin, concluye el quechquemitil.
Planta y arranca y desgrana,muele,
pica y revuelve,
se le arrebata el rostro,
cubren las manos cicatrices claras.
Su pelo se entresija, ya sin color
ni brillo, y sus carnes se vencen.
A veces sueña (¿qué?)
a veces piensa (¿acaso?),
casi nunca recuerda.
Es una región pronta
para acoger la muerta,
el día exacto,
como a oveja que se perdió en la noche.


Reunión
ÉRASE un bosque de palabras,
una emboscada lluvia de palabras,
una vociferante o tácita
convención de palabras,
un musgo delicioso susurrante,
un estrépito tenue, un oral arcoíris
de posibles oh leves leves disidencias leves,
érase el pro y el contra,
el sí y el no,
multiplicados árboles
con voz en cada una de sus hojas.
Ya nunca más, diríase,
el silencio.



Fortuna
Por años, disfrutar del error
y de su enmienda,
haber podido hablar, caminar libre,
no existir mutilada,
no entrar o sí en iglesias,
leer, oír la música querida,
ser en la noche un ser como en el día.
No ser casada en un negocio,
medida en cabras,
sufrir gobierno de parientes
o legal lapidación.
No desfilar ya nunca
y no admitir palabras
que pongan en la sangre
limaduras de hierro.
Descubrir por ti misma
otro ser no previsto
en el puente de la mirada.
Ser humano y mujer, ni más ni menos.


El cuadrado de la distancia
No importa que estés
en el escenario del verano
en el centro de sus desafíos.
Distante de sus fuegos
vas caminando a solas,
entre estatuas nevadas
por las piedras del puente
de Carlos, infinito.
Te miras caminar,
te ves mirando cómo el hielo cuaja
en islas efímeras,
corre río abajo,
se unce en un punto
lejos de aquí
—¿qué aquí?—
entre nuevas orillas.
El relámpago es indecible.
Regresa entonces en sentido contrario,
recupera usos y costumbres,
el mar,
la arena muerta,
esta claridad,
mientras puedas.
Pero guarda en la sangre
como un pez,
el dulce fragor de lo distante.
 



JOSÉ MÁRMOL: Poesía Actual de República Dominicana

 


JOSÉ MÁRMOL (República Dominicana, 1960) Poeta y ensayista. Nació en Santo Domingo, República Dominicana, en 1960. Estudió licenciatura en Filosofía (UASD), posgrado en Lingüística Aplicada (INTEC) y Maestría en Filosofía en un Mundo Global (UPV, España). Fundador, en 1985, de la Colección Egro de Literatura Dominicana Contemporánea. Miembro de Número de la Academia de Ciencias de la República Dominicana, desde 2007. Profesor Honoris Causa de la Facultad de Humanidades de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), en 2013, y Person of the Year 2015, por Cannes Lions Dominicana. Ha merecido premio como el Nacional de Poesía en 1987, el Casa de Teatro en 1994 y el Accésit del Premio Internacional Eliseo Diego en 1994, de la revista Plural, entre otros reconocimientos. José Mármol es autor de libros como El ojo del arúspice (1984), La invención del día (1989), Lengua de paraíso (1992), Deus ex machina (1994), Criatura del aire (1999), Torrente sanguíneo (2007), Lenguaje del mar (2012), Yo, la isla dividida (2019 y 2021), entre otros. Sobre su obra se han publicado: José Mármol, antología poética ( Médar Serrata, 2004), Anatomía de un poeta. Aproximaciones críticas a José Mármol (Carlos X. Ardavin, 2005), El búho y la luna. Entrevistas a José Mármol (Basilio Belliard, 2005), y Viaje hacia el arúspice. Relectura de la obra de José Mármol (Mateo Morrison, 2015).




LENGUAJE DEL MAR


El mismísimo, eso sí, el inmenso irrepetible,

el mar alzado en vuelo, lentitud del lastimado,

alas que no pueden los azules levantar.

Un pájaro, ese,

cautivo, tal vez, me lo pregunto,

en su líquida y revuelta enredadera de sal.

Amarrado, puede ser, a la estela del aire y los pasos de sol,

en la suave traslación reposada del disfrute.

El mismísimo, el adorado en yodo

con la luna colgada en la quilla de tu rostro,

el que riega las arenas para el toque de tus pies.

El mar tuyo, el mar nuestro,

el de los acantilados feroces y las playas de luz,

el de las bolitas de queso crujiente, calamares en su tinta,

vodka tónica con chapas de limón.

El mar, eso sí, el de tu mirada de ámbar en la tarde de ayer,

el de la voz que dijo, mi niña,

no te vayas a mover del horizonte, quieta, ahí no más.



IDIOMA DE LOS DIOSES


De ti, como de un río, adoro cuanto fluye. Volando y danzando como los dioses hablan. Amo tu rápida presencia, la única manera de pasar, transfigurando en vuelo la quietud y la espera. Idioma poderoso del mineral y el árbol. Néctar salobre de las venas abiertas y miembros destajados en torno a la deidad. Palabras innúmeras con las que atemorizo y a la vez encanto las huestes de la noche y escuderos del día. Voces muy alzadas en sus puntas de roble, con las que canta el mago, gobierna el azar y predomina un orden geométrico de hielo. Grande la ocasión en que algo se consume, y con su muerte alumbra y destapa lo esperado. Ahora canto y bailo y salpico de luz las brechas de la sombra entre las llamas. Volando y danzando, como los dioses hablan. Del aire me sostengo, el universo en mí se apoya, gira espeso.  Mi verso ha domado al vellocino de oro y ya diezmó mi brazo a los jinetes bravos, a cuyos restos doy mi canción y mi otra espada. Grande la ocasión en que todos danzamos, como dioses mirando la miseria del reino.  Palabras que brindaron alma y cuerpo a las ciudades.  Soberano idioma, lenguaje de las piedras, del laurel, del río adormecido en sus meandros; alfabeto de grutas intocadas, de lagos suspendidos y pájaros mudos henchidos de placer. De ti, como de un río, adoro cuanto es y ya no es y se transforma y pasa y queda suspendido. Oh idioma venturoso de los labios y las manos, de las praderas altas, los barcos diminutos, la cruz centuplicada en un mismo sendero. Oh danza de las danzas, con que los dioses cantan y bailan y nos llaman.



RETRATO DE MUJER


En tu boca tiembla un pájaro tirado a lo sediento. En tus dedos, templos altos de luz andan despiertos. Habla con tu voz aquel ángel seducido por una magia, un cuerpo, un vocablo insospechado. Nada por tus párpados un pez bello y fugaz y en la negra chorrera de tu cabello tieso, un celaje de carne con alas suena y brilla. No mis ojos te dibujan, no mi trazo maculado. No mi arte la perfila; es el agua desbordante que me asalta con mirarte, untadas por imanes lascivos ambas manos, y no importa que estés muda porque hablas con tocarme. Hay entre tus pechos matices imposibles, bosques y bahías, cañaverales limpios, mojadas poblaciones, algas finas, robles, yerba. Me asomo al intocable destello de tus manos y temo que mirándome se desnude tu voz, y como San Francisco de Asís hable a las aves, y se descalce y pese mucho menos que el aire. Mujer que lleva entera una bestia por ternura. Mujer que me desalmas con tan solo nombrarme; mas no importa si estás muda porque cantas cuando miras. En tu vientre acuna un mar con veleros erguidos, en tu pelo un surtidor de la noche se desgrana, en tu boca de nubes y pájaros me pierdo, y no importa si estás muda porque cantas cuando amas.



CANCIÓN DE LARGO A LA TRISTEZA HONDA


el mar es una cosa que nunca tuvo nombre. objeto que yo invento el mar son mis dos ojos el mar es un profundo invento de la nada empozamiento álgido de toda la resaca de los siglos llorados tormento desmedido infinita semilla de mi origen

el mar

el mar es un espacio e ser y de no-ser de brillar y apagarse las cosas al instante

espejo del vacío de la sombra de lo sin rostro

el mar

el mar es aquel hueso que duele a mis ancestros (herida que no cesa el mar no es mi niñez) combada penitencia con tantas vejaciones mi mar mi vacío corazón que me llena la muerte de vivir

sediento




LA BALADA TRISTE DE WYCKOFF


A Gabriel José, in memoriam


La tragedia siempre acecha como un lince lastimado.

Como el mar, la tragedia

no conoce la fatiga, no hay reposo en sus misterios.

Wyckoff, un silencio, nuestra guarida de paz.

En verano, la hermosura de las flores y los prados.

En invierno, calles tristes y nevadas, techos compungidos,

el patio recogido en disipada soledad.

El silbido nocturno del tren era una fiesta

y sin enmbargo ahora es un grito de dolor.

Era noche fría, esperaba la escalera el toque de su arribo.

El mundo para él, tan pequeño, tan extraño,

su amor quiso salvarlo con un gesto de sus labios.

Un libro en torno a Buda en su mesa de noche,

poemas sobre el mar, fotos disgregadas con la tribu de la escuela, 

lo insondable de la vida en un puñado de palabras.

Todo en él serenidad, una flama su semblante.

Su tiempo entre nosotros lo eternizan sus abrazos.

Le fatigaron hondo los tormentos de la vida, 

tan deprisa, tan temprana la derrota de sus días.

Tuvo de los ángeles la indefensión y el sueño.

Que no se canse nunca, pido al cielo, 

la andadura amorosa de sus pies y su mirada.

 



Sobre La orilla del retorno, de Alejandro Sebastiani Verlezza. Por Daniel Medvedov



Sobre La orilla del retorno, el más reciente poemario de Alejandro Sebastiani Verlezza, editado por El taller blanco (2023).
Por Daniel Medvedov

 

Primero el título: La orilla del retorno. Este RE del RE-Torno es el famoso NOSTOS griego, el de la NOST-algia, el dolor poético del Retorno. En la poesía arcaica griega el retorno se afirma con dos palabras: EPÍSTROPHE y STROPHOGORISMA.

El retorno de una nave, aunque sea el retorno de una tabla de madera, se cuenta con estas palabras: AI PRAGMATEIAI ÓPI EPHERENÓPISO TO PLION ANTIEKEÍNON ÓPI EIKEPRÓTERON (se regresa al lugar de donde se ha partido). Este retorno es poético, pues el NOSTOS es STROPHPGORÍSMA y es obvio que tiene que ver con las estrofas poéticas. 

Alejandro Sebastiani Verlezza comienza con una cita de Eugenio Montejo: “También el mar se va y no retorna”. Pero es bueno saberlo: el Mar nunca se va y al afirmar esta última declaración nosotros nunca nos vamos y si nunca nos vamos, nunca retornaremos de una NO-IDA. Siempre estamos aquí. Verlezza siempre ha estado aquí, como todos los poetas. El poeta siempre está  aquí. 

El primer poema se titula “vísperas”. Habría que decirlo: no hay plural en la víspera. La víspera es una y única. El dicho popular lo confirma: “Nadie muere en la víspera”. Pero Verlezza es un poeta y a los poetas se les recibe enteros, con sus licencias poéticas debajo del brazo. 

El trozo de tabla es un madero y el náufrago es crucificado sobre su madero como un Cristo. El madero flota, navega a porfía, como dicen los marinos, hasta ser llevados hacia una bendita orilla. Hay un verso popular rumano que afirma algo sorprendente. Es un fenómeno curioso: “El agua es golpeada por la orilla, y el viento es batido por las olas”. Es inverso, pues estamos acostumbrados a oír que el agua golpea la orilla y que el viento bate y empuja las olas. Hay un trémulo tremor (así lo ha oído el poeta), “un hondo tremor”. No está atado al mástil el poeta, no necesita estar fijado, ni “fijo”, como Odiseo, para no arrojarse al mar en los brazos de marfil de las sirenas. 

El madero es como una puerta con sus jambas, hasta  el umbral está allí, junto al madero, en la tabla. Y en esa “tabla” está pegado el poeta, como si estuviera flotando -él también- como una puerta con su umbral polarizado hacia el Norte. Allí hay hasta una bodega de visiones en la cabeza del poeta. Allí guarda sus sueños, en la bodega, sueños despiertos, ordenados en un desorden ordenado, tipo SHARAVADGI sánscrito, cuyo sentido es el mismo: “desorden ordenado”, “música callada”, como declara Juan de la Cruz, paradoja poética que no puede ser llamada OXYMORÓN. 

Al llegar a la orilla, en su paseo por la playa poética, el poeta encuentra la piedra. V:I:T:R:I:O:L: así está escrito sobre la arena y las olas que se rompen en la playa no borran las letras. Es la VISITA del poeta al interior de su Tierra. Rectificando, el poeta encontrará la Piedra Oculta. VISITA INTERIORAM TERRAE RECTIFICANS INVENIES OCULTUM LAPIDEM.



Daniel Medvedov. Rumania, 1951: maestro de Tai Chi, autor de numerosos ensayos, poemas, novelas, cuadernos, aforismos sobre diversos temas, desde la caligrafía hasta la ontología, casi todos disponibles en su cuenta de Scribd. Algunos de sus libros editados en Caracas:  Guía para descubrir los Falsos Maestros (Gaisma Editores, Caracas, 1987) y Zoognosis. El sentido secreto de los animales en la mitología (Academia Nacional de la Historia, 1993). Un apretado compendio de su trayectoria disponible en la red dice: se especializó en Pintura Mural Religiosa en la Escuela de Artes Plásticas Rimnicul Vilcea (Rumania), integró a la Dirección de Imagen de Cine y TV en el Instituto de Altos Estudios de Arte Teatral y Cinematográfico (Bucarest), estudió Ornaméntica Antigua en la Universidad de Bucarest (1972-1974), cursó estudios con el Maestro Calígrafo Liu Yuen Chiao en Taiwán, hizo un Doctorado en Filosofía de la East-West Essence Societ, en el Instituto Internacional de Filosofía de la Cultura de Taipei (China) y en Caracas obtuvo el Doctorado de Teología en la Universidad Católica Andrés Bello. Fue director del Centro de Estudios Mayas de Arts & Minds Academy (Miami).