martes, 31 de diciembre de 2013

ESPECIAL: ROBERTO PIVA. POESÍA DE BRASIL




Roberto Piva (Brasil 1937-2010) Su primera publicación importante fue en la Antología de los Novísimos (San Pablo: Massao Ohno, 1961). Publicó Paranoia (1963); Piazzas (1964); Abra los ojos y diga Ah! (1976); Muslos (1979); 20 poemas con brócoli (1981); Quizumba (1983), Antología Poética (1985) y Ciclones (1997).


Selección y traducción por Gladys Mendía


De Piazzas, 1964



Materia & clarinete



Las panteras de las plumas & las folladas de las estrellas
en un fuselaje sin salida
un pelícano de tiempo en tiempo grazna el mar de los
ambulantes
noche infantil de corazones blancos
heridas disminuidas en la inmóvil queja entre la sopa
& el tenedor de polaroid
las canteras de los clavicordios en oblicua oración bajo los
dientes
una breve languidez & velas creciendo 






Heliogábalo


I


El eros quiere el contacto,
pues tiende a la unión,
la eliminación de los límites espaciales
entre el Yo y el objeto amado.

Sigmund Freud


En el gran tejado de carne la mano Cuadrilátero palpitaba su aureola en torno al minúsculo huevo de hueso negro   tus ojos extendidos sobre las mismas órbitas de hojas    el soplo rítmico de todas las ventanas rozando muchos periscopios en la superficie de tu boca inflamada   yo estaba listo a deshacerme como un ojo sonoro dentro de un reloj sumergido donde las algas clavaran sus uñas de sueño vegetal en la colina herida del corazón.   Algunas rupias perdidas entre un peñasco de nácar, picaflores acuáticos con plumas caníbales & anos de perla avanzaban al mismo tiempo que mis tristes palpitaciones.   Miedos de una alucinación feroz en giros excéntricos por las bodegas de los viejos navíos donde fui sacado en segmentos perpendiculares a los rincones arqueados de las rodillas mientras tus vísceras me envuelven & yo me quedo prisionero para siempre.   Un dulce sofoco nos hace levitar a través de las ondulaciones crispadas en el estómago del GRAN POLVO. Mi boca presa a tu nuca de seda roja en los abismados en el chorro líquido de lilas & violetas. Así transformados en ESTRELLA tus pestañas – lanza- llamas incineran mi cuerpo al nivel de la Luna.   Hotel de caricias – pelusas al alcance de las alas arbóreas y sollozos arrastrados por los barrancos encasillados, bulevárdicos.   Tus manos azules son un contrapeso, un solo distante inanimado de un saxofón en un desierto de besos. Nuestras bocas sólo ahora medio despiertas hacen pasar pájaros en bandadas bajo la piel. Nuestro destino es construir palacios sensoriales en las playas oscuramente favorables.   Una botella a la deriva me seduce de paso en aquel espasmo de la vigilia como el chico heráldico hastiado en una garra que avanza & que juega.    Cinco golpes en las bisagras de los corazones todas las tardes sobre patios y jardines en tropel en una Flor Roja (tu único suspiro) alerta en las águilas de miel subyacentes en todas las direcciones. El trópico de dolor concibe un magnetismo especial, burbujeante cuyos pétalos son cisnes & alambiques que caen de las nubes.   En las plazas desiertas a los estertores se extienden monumentales.   La cabellera química en las hendiduras de las lámparas ornamentales inscribe el ligero sollozo de ANGEL NAMOR en una galería de niños-soles simétricamente fascinados.






II


Corre el río de mi amor
hacia lo insuperable!
Cómo no encontraría un río
finalmente el camino del mar?

Nietzsche


Nunca más saldré.    Los puentes incandescentes contornan frágilmente la pista de tu corazón bordado a fuego. Cuernos azulados hieren la silenciosa atmósfera donde caen las penas de los dragones salvajes.       Mirando cada punto de la cantera esquimal yo veo un oblato con el sexo arrancado durante la noche, la sangre coagulada entre los muslos formando un tenebroso lago Polar.    Las alamedas marítimas fajaban un horóscopo con moluscos-cartomantes embriagados de bombones viejos.    La seda nocturna descendía sobre mi cráneo con un espejo de Amor. Nosotros todavía escapábamos una vez a los terremotos de silencio anaranjado     demencia enamorada encerrándonos en una concha en el largo párpado del bosque.    ¿Serás tú el pequeño príncipe minotauro cuyos guantes de frenesí atraviesan el cielo? ¿Serás tú Anubis náufrago adornado con pañuelos de hortelana?    Poco a poco los trapecios de neón a través de las cejas cerradas de la media noche.    Los ojos de los pájaros carnívoros abandonaron peligrosamente sus dulces órbitas vacías.    Cortinas de lluvia suave depositan su polen luminoso en las ancas crispadas de Amianto.   Una rosa giratoria en permanente destrucción sobre los caminos del vals salpicaba perfumes en las gargantas puntiagudas del Otoño de bárbaros.    El sol levantaba su pabellón oscilatorio.    Planetas de crema explotaban.   En las emanaciones de los velones de alabastro, flotaba un chico de belleza Azul.





III



Ciertos arcángeles ahuecados como lacras se agrupan en una danza de alas.   El color del mundo es un pulmón verde claro. El viento indiscutible desfila un largo cometa testigo del tremor lunar bajo mis huesos.   Las voces se mezclan en el caparazón de la tortuga hasta la más tierna altitud (sus ojivas más simples) en el punto más acústico del corazón de porcelana. En este minuto los escafandros se inclinaron en las ventanas del océano de cipreses. Un navío milagroso (su único sobreviviente es un pequeño pirata color de pomarrosa) cruza la masa híbrida del DILUVIO.   La orquestación de Saturno flecos de luz sobre barracudas balbuceando su creencia en la vida. El chico-pirata conduce las sangrientas lujurias del León & de la Risa.   De su muslo rubio él arranca las retinas del Diablo, de su muslo moreno los sueños donde echó su magnificencia. El horror de ser su presa planta calamares de cristal en mi memoria recién llegada del fondo del mar. Un ojo gigantesco ultrapasa mi deseo de flores finas  & ciegas.





IV


Je te connais et t’admire en silence

Rimbaud


Así hablan las medusas en el medio de los relámpagos.  Ropajes lechosos deshilachados en sus miradas friolentas.    En los maxilares de las constelaciones nacen geranios.   Vientres boreales esperando el nacimiento de déspotas que giran cenicientos. Lucha & vértigo en las mágicas geológicas. Los ejes en la inmensa vibración exaltan la tinta del follaje seco en la esfera de las trombas marinas un poco a mi disposición en brillos de Tómbola.    Espinos de carga eléctrica en los túneles de huevos fritos.  El barco seguro llevará la tripulación de protozoarios & banderas.  El prepara mi sorpresa preciosa: enormes manos blancas en los fragmentos de las lágrimas dilatadas.


No hay comentarios: