martes, 1 de octubre de 2024

CLARIBEL DÍAZ: Poesía Actual de República Dominicana

 



CLARIBEL DÍAZ (Santo Domingo, 1963).  Poeta, narradora y ensayista.  Ha publicado poesía en revistas y antologías de la República Dominicana y del extranjero.  Participó activamente en el Taller Literario César Vallejo.  Fue fundadora del Colectivo de Escritoras Aída Cartagena Portalatín.  Reside en la ciudad de Nueva York desde 1996.  Ha trabajado intensamente con el movimiento Psiconalista desde 1984, que la llevó a fundar la Escuela Dominicana de Psicoanálisis, la cual dirigió hasta 1996.  Ha publicado ensayos en esa disciplina.  Actualmente coordina el Hispanic Psychoanalytic Study Centre en Nueva York. 

 

 

WASHINGTON HEIGHTS DESDE MI VENTANA

 

Una calle desierta y pudorosa como una mujer dormida

después del amor

entre el sueño y la tibieza

una mano se desliza sobre la calma

ahuyentando la espera

Y un montón de niños que afuera procuran el desvelo

entre la risa y el miedo

en medio del día y de la noche

entre sonrisas fugaces como el olvido

y leves como el temblor y la prisa

se alborotan buscando en sus juegos realidades ocultas

inventan como dioses

como sólo los dioses crean

sin temor

con la presencia imposible de los sabios

se anteponen al tiempo

Y esos árboles escasos

agrietados también

pero redimidos por la niebla

me miran

interrumpen la suavidad de sábanas también dormidas

tras una ventana abierta

una ventana abierta por donde ni el sol ni el viento pasan

sólo la noche la atraviesa con el ruido de seres noctámbulos

una ventana abierta que se ahueca

sin recuerdos ni presencias.

 

 


NIEBLA DE LUZ

 

Somos cómplices extraños

de un recuerdo inescrutable

la impaciencia nos encierra

un hálito de espera

¡ay! esta noche de eterna

este pálido rito del miedo

que nos mira

soledad que asedia

“brecha ciega” por donde asoma

el olvido

fósil o cuerpo sin aliento

somos

huellas de una mirada

que se apaga

sueño en vela

domingo a solas

precipicio incólume de tardes

sin venturas

ya no hay fábulas para decir

a los niños

espacio vacío en que me encuentro

eres

lugar de sombras

verso olvidado en la bruma del sueño

nos une

niebla de luz

ser exaltado en el sueño y la pasión

magia vedada y trastocada que no cesa

mi voz se pierde en ese hechizo

inexplicable

para inventarse en otro mundo ajeno

con otra sombra otra imagen y otro acento.

 

 


DESHABITÁNDOME

 

Vendrá la muerte y tendrá tus ojos

                Cesare Pavese

 

Me acecha la muerte en tu mirada

ahora en el instante del absurdo

ahora que mi boca dibuja tu silueta

y te desnuda

es bruma mi ser

trémula en tu vértice hueco

soy imagen despoblada

piel habitada por un cuerpo

que se escurre

verdad que se escinde en la ausencia

y en la levedad de un rostro que tiembla

Vuelo y no alcanzo el espacio de tu risa

ni la plenitud que mi cuerpo atrapa

quédate en lo vivido a explorar mis días

si la suerte olvida nuestro eco

átate a mi espalda

y bordéame despacio

aspírame

como quien absorbe el recuerdo en una huella

Nadie nos aguarda ahí afuera

nadie

ni los sueños

ni el poema

quizá sombras

sólo sombras

y la desvelada prisa de la espera.

 

 


ECOS Y SOMBRAS

 

Murmullos inexplicables que otra vez regresan

como destellos interminablemente

estos ecos nos repiten

De nuevo por esta senda

muchos años después

y aún espero

Una promesa es un montón de cosas que no acaban

que se repiten y se propagan siempre como sueños

una frase abierta

tu cara de frente al mar

mis pasos sin esta pesadumbre

un baile quieto en un atardecer sin sombras

una mirada que musita que regrese

tus manos que a este ritmo entonan sabias melodías

Para escarnios

ya no soy el Cristo

soy una fuga

un chispazo

una mueca que se trastoca

en otro nombre

una piel que poco a poco ya se habita

otro ser

otra risa otra mirada

nómbrame en tu delirio

hasta revivir en el espacio

o en el rincón posible que tras la lluvia

regresa.

 

 

ESPEJISMO DEL DESEO

 

Detrás del nombre hay

Lo que no se nombra

     J. L Borges

 

Tras la esfera de un cristal de polvo

vislumbro tu ser

desde el olvido y la sombra

advierto su clamor de fuego

llamarada de espanto

la palabra insinúa la mirada

del recuerdo

hálito breve que se esfuma en el

ensueño

como la tibieza de unas manos

que tocan sin tocar

como la inalcanzable estatura de tu rostro

eternizado en la sonrisa

sin aliento

vacua y exigua presencia eres

preludio del encuentro

el espejismo

sueño pretérito escandido en mi voz

te nombra

sin decirlo.



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