viernes, 27 de junio de 2025

SUSANA THÉNON: Poesía Argentina

Susana Thénon (1935-1991). Nació y murió en Buenos Aires. Fue poeta, fotógrafa y traductora. Estudió Letras clásicas en la Universidad de Buenos Aires. Publicó los poemarios Edad sin tregua (1958), Habitante de la nada (1959), De lugares extraños (1967), distancias (1984) y Ova completa (1987). En el 2007, la editorial argentina Corregidor publicó sus obras completas, que además incluyen fotografías, poemas y ensayos publicados en revistas, bajo el cuidado de María Negroni y Ana María Barrenechea, ambas amigas de la escritora. Thénon fue una poeta atípica. Si bien, al principio de su carrera comenzó a frecuentar la escena intelectual, pronto optó por una marcada lejanía del mundo literario. Además, sus poemas no compartían las inquietudes estéticas de sus contemporáneos, la generación del 60’. Abiertamente lesbiana, dedicó varios años –los que dejó de escribir– para dedicarse a fotografiar a su pareja, la bailarina Iris Scaccheri. Como fotógrafa realizó varias exposiciones, incluso ganó el Primer premio de fotografía humorística en el Concurso Parisiennes en las Artes.



Círculo


Digo que ninguna palabra

detiene los puños del tiempo,

que ninguna canción

ahoga los estampidos de la pena,

que ningún silencio

abarca los gritos que se callan.

Digo que el mundo es un inmenso tembladeral

donde nos sumergimos lentamente,

que no nos conocemos ni nos amamos

como creen los que aún pueden remontar sueños.

Digo que los puentes se rompen

al más leve sonido,

que las puertas se cierran

al murmullo más débil,

que los ojos se apagan

cuando algo gime cerca.

Digo que el círculo se estrecha cada vez más

y todo lo que existe

caerá en un punto.



Fundación


Como quien dice: anhelo,

vivo, amo,

inventemos palabras,

nuevas luces y juegos,

nuevas noches

que se plieguen

a las nuevas palabras.

Hagamos

otros dioses

menos grandes,

menos lejanos,

más breves y primarios.

Otros sexos

hagamos

y otras imperiosas necesidades

nuestras,

otros sueños

sin dolor y sin muerte.

Como quien dice: nazco,

duermo, río,

inventemos la vida

nuevamente



Juego 


Despojémonos de todo aquello

seguro

que se proyecta al exterior

con trazo lentos

y definitivos.

Todos empleados en la tarea

de ser, vivir, sentir

sin otros lazos.

Y quien no atine a sofocar

su amor por lo prohibido,

reclame su derecho al dolor,

su penitencia.

Despojémonos de todo cuanto

nos conformó a imagen y semejanza

nuestra

y gustemos sabiamente para el recuerdo

el minuto absurdo y libre.



vomitar sueños


croar de pena de lejanía

llevar alimento a una torre


abrir dos ojos a la vez

aunque la cuerda salte

y algo llore en la noche del ropero



Aquí


CLÁVATE, deseo,

en mi costado rabioso

y moja tus pupilas

por mi última muerte.

Aquí la sangre,

aquí el beso roto,

aquí la torpe furia de dios

medrando en mis huesos.



25

no se dice          no

se dice          no decir

nada

 

esta noche         (nada)

la gangrena en el patio



SANDRA AGUILAR: Poesía Actual Salvadoreña

Sandra Aguilar. (San Salvador, El Salvador, 1984). Ha publicado Tal vez sólo es tarde (Índole, 2013) y El invierno soy yo (Editorial Ojo de Cuervo, 2022). Incluida en las antologías: 90 años de poesía en El Salvador, Revista Cultura: Nº 94, Memorias de La Casa: 25 poetas, selección de Mario Zetino, (Índole, 2011); Memorias de La Casa: 12 narradores, selección de Salvador Canjura (Índole, 2012); Segundo Índice Antológico de la Poesía Salvadoreña, compilación de Vladimir Amaya (Índole, 2014); Poeta Soy: poesía de mujeres salvadoreñas (Biblioteca Básica Escolar volumen 11, Ministerio de Educación, 2019), Jardín de Sangre, 10 poetas salvadoreñas contemporáneas, selección de Susana Reyes y Stéphane Chaumet (Editorial Escarabajo, 2020).

De El invierno soy yo (2022).


I

Ojalá que las camas vacías no despierten este enero 

Ojalá que después de tanta fiebre queden frases que decir sobre la tumba, 

que la piedra no olvide el golpe desnudo de los pies  que la recorren 

Ojalá que al menos haya brisa que abrazar  

y no desierto.


IV 

Hoy, más que nunca, pesa la rabia en las manos 

la ausencia anticipada, inesperada, injusta 

Hoy, más que nunca, pesa la muerte en las pupilas, 

en la impotencia de este cuerpo entumecido, 

mudo, 

resignado.


Creo que es abril todos los meses 

creo que tus manos estremecen mis rodillas 

mis muslos, 

mis entrañas  

Creo que la lluvia ha dejado caer su frío en nuestra espalda 

Es diciembre en la pared 

pero la luna sigue siendo abril.


VIII

He perdido la cuenta de la luna en la que estamos

de las que fuimos,

de las que huimos,

de las que fueron ayer,

las que se fueron

las que ya no están.

He perdido la cuenta de nosotros.


XVII

Hoy no sé cuál es la voz que salta en mi cabeza

hoy no sé quién hace que caminen mis zapatos

hoy no calzo mis pies

ni mis deseos

Hoy no soy más.


XX

Apenas martes y ya parece invierno

otra vez,

aunque la lluvia aún no nos moje

El rocío imaginario ha humedecido nuestros huesos

y apenas martes,

y apenas julio

y apenas yo.


XXIX

Pienso en el hielo que se forma al pasar de los inviernos

la sal que se desliza a lo ancho de mi espera

No quisiera partir y comenzar de nuevo

no quisiera partir

No

No quisiera pensar de nuevo en el invierno

vestirme de sal a tus espaldas

gemir de vez en cuando para asomarme media vida

No quisiera ser invierno

ni pensar en la lluvia o en la sal o en la espera

No

Pero el invierno se ha posado en mis recuerdos

y se pasea, salado, por la esquina de mi mesa, mi cama,

mis abrazos

El invierno soy yo.


ROSARIO CASTELLANOS: Poesía Mexicana

Rosario Castellanos fue una escritora y diplomática oriunda de México, nacida en la ciudad de México el 25 de mayo del año 1925 y fallecida trágicamente en Israel el 7 de agosto de 1974. Cabe mencionar que hasta su juventud residió principalmente en el estado de Chiapas, lo cual se percibe claramente en sus obras, tanto a nivel estilístico como por el universo en el cual se sitúan. Desde su nacimiento, observó a la sociedad mexicana desde el punto de vista del poder adquisitivo; esto le permitió advertir lo dura que resultaba la vida de los pueblos aborígenes y causó en ella un impacto muy profundo. Con respecto a su formación académica, estudió Filosofía en su país y, más tarde, obtuvo una beca en España. Además de la escritura, Rosario se dedicó a la enseñanza, profesión que la llevó a varias universidades, tanto nacionales como norteamericanas. Es necesario destacar que fue una gran defensora de los derechos de la mujer.

A pesar que haber perdido la vida siendo aún muy joven, produjo una gran cantidad de libros, entre los que se encuentran la novela "Rito de iniciación", el ensayo "Mujer que sabe latín" y los poemarios "Apuntes para una declaración de fe" y "Poesía no eres tú".


Autorretrato

Yo soy una señora: tratamiento

arduo de conseguir, en mi caso, y más útil

para alternar con los demás que un título

extendido a mi nombre en cualquier academia.


Así, pues, luzco mi trofeo y repito:

yo soy una señora. Gorda o flaca

según las posiciones de los astros,

los ciclos glandulares

y otros fenómenos que no comprendo.


Rubia, si elijo una peluca rubia.

O morena, según la alternativa.

(En realidad, mi pelo encanece, encanece.)


Soy más o menos fea. Eso depende mucho

de la mano que aplica el maquillaje.


Mi apariencia ha cambiado a lo largo del tiempo

-aunque no tanto como dice Weininger

que cambia la apariencia del genio-. Soy mediocre.

Lo cual, por una parte, me exime de enemigos

y, por la otra, me da la devoción

de algún admirador y la amistad

de esos hombres que hablan por teléfono

y envían largas cartas de felicitación.

Que beben lentamente whisky sobre las rocas

y charlan de política y de literatura.


Amigas... hmmm... a veces, raras veces

y en muy pequeñas dosis.

En general, rehuyo los espejos.

Me dirían lo de siempre: que me visto muy mal

y que hago el ridículo

cuando pretendo coquetear con alguien.


Soy madre de Gabriel: ya usted sabe, ese niño

que un día se erigirá en juez inapelable

y que acaso, además, ejerza de verdugo.

Mientras tanto lo amo.


Escribo. Este poema. Y otros. Y otros.

Hablo desde una cátedra.

Colaboro en revistas de mi especialidad

y un día a la semana publico en un periódico.


Vivo enfrente del Bosque. Pero casi

nunca vuelvo los ojos para mirarlo. Y nunca

atravieso la calle que me separa de él

y paseo y respiro y acaricio

la corteza rugosa de los árboles.


Sé que es obligatorio escuchar música

pero la eludo con frecuencia. Sé

que es bueno ver pintura

pero no voy jamás a las exposiciones

ni al estreno teatral ni al cine-club.


Prefiero estar aquí, como ahora, leyendo

y, si apago la luz, pensando un rato

en musarañas y otros menesteres.


Sufro más bien por hábito, por herencia, por no

diferenciarme más de mis congéneres

que por causas concretas.


Sería feliz si yo supiera cómo.

Es decir, si me hubieran enseñado los gestos,

los parlamentos, las decoraciones.


En cambio me enseñaron a llorar. Pero el llanto

es en mí un mecanismo descompuesto

y no lloro en la cámara mortuoria

ni en la ocasión sublime ni frente a la catástrofe.


Lloro cuando se quema el arroz o cuando pierdo

el último recibo del impuesto predial.




SERGIO GARCÍA ZAMORA: Poesía Actual Cubana


SERGIO GARCÍA ZAMORA (Cuba, 1986). Licenciado en Filología Hispánica. Autor de numerosos poemarios, entre los que destacan: Resurrección del cisne (Premio «Rubén Darío», Fondo Editorial del Instituto Nicaragüense de Cultura, 2016); El frío de vivir (Premio «Loewe» a la Creación Joven, Visor Libros, 2017; Premio de la Crítica Literaria en Cuba, 2da edición Editorial Capiro, 2018); Diario del buen recluso (Premio «Gabriel Celaya», Editorial Erein, 2017); La canción del crucificado (Premio «Blas de Otero» de Majadahonda, Sonámbulos Ediciones, 2018); Los uniformes (Premio «Jorge Manrique», Ediciones Cálamo, 2019) y Los conspiradores (Premio «Juan Alcaide», Editorial Verbum, 2020). Fundador del Grupo Literario La estrella en germen.

De su libro Informe del alucinado; ganador del Premio Internacional de Poesía “Nicolás Hierro” (España, 2023).


EL ALUCINADO

Madre, voy a enloquecer, pero regreso. ¿Qué te preocupa más: cuánto demoro en enloquecer o cuánto demoro en regresar de la locura? El viaje es en tren, en avión, en barco; tren y avión y barco dentro de mí, astronave y submarino dentro de mí. El viaje sucede dentro de mí mientras pedaleo mi bicicleta de cartero por el pueblo. Pasaré por las estaciones y los puertos a recoger al muchacho loco de cada pueblo. Sus madres me los encargarán como a niños. Que no les pase nada, me piden, que no vuelvan lúcidos. Y entiendo a las madres como a mi madre, porque de tanto cuidar la locura de sus hijos, no sabrían ya cuidar de la cordura de sus hijos. Los veo subir y sonreírme. Se levantan el sombrero como se levantan la tapa de los sesos. Debajo del sombrero es primavera, algunos lucen un nido con pichones; otros, mariposas y manzanas. Nunca hay dos locos iguales, aunque sean la locura. Suben mis compañeros de viaje con sus maletas. En la maleta llevan dos camisas de fuerza para cambiarse si se manchan con el café envenenado. Jugaremos a la guerra como los soldados juegan a estar locos. Todos los días vencemos en el frente, pero no se anuncia en los periódicos. Todos los días sobrevivimos a nosotros. Madre, voy a enloquecer, pero regreso. No te preocupes, madre mía, que soy el capitán de este regimiento.


EL INQUILINO

Toda la noche un balanceo. Dios en el sillón de las constelaciones, estrellas como avellanas crujen bajo el arco, se hacen polvo, qué almendra la luz de estrellas muertas, qué almendra amarga para la boca dulce de Dios y de la amada.

Toda la noche un balanceo. La Vía Láctea acuna sus planetas, se duerme cargada de hijos, cantan las lunas, oyen los muertos la música de las esferas, se arrullan los cuerpos en sus órbitas, pero el sol no parpadea ni contando planetas.

Toda la noche un balanceo. El tiempo, debe ser el tiempo, su péndulo universal, su rueda de piedra, su rueda de molino que mueve y remueve el mismo, su noria sonora y eterna.

Toda la noche un balanceo. El insomne interroga al vaivén de la memoria como a un bote que golpea ola tras ola el muelle, atado como el caballo a un poste de sombra. Es eso: el balancín de la infancia, caballito de madera, hecho de un bote roto, de un remo quebrado contra la espalda de la muerte.

Toda la noche un balanceo en el piso de arriba. Pero de pronto silencio. Quedó una quebradura en el aire, sin ritmo ni palabra. Un silencio de estrella fija que se devora a sí misma, que se suplanta a sí misma en su fijeza. Un silencio como la extinción del universo, un silencio fuera del tiempo, un silencio hecho hombre, no sobre la faz de las aguas, sino en la orilla. Un silencio que no me deja dormir, dormir, dormir. Ni a los otros los deja despertar.


ARENGA AL POETA FUTURO

¡Poetas que vendrán!

Walt Whitman

I

Los antologadores sabrán cosecharme. No labraron ni sembraron, pero nadie podrá negarles ese agosto. Cortarán los versos y separarán el trigo de la paja. Harán su pan con mis poemas. Ese alimento estará en boca de otros. De otros muchos o de algunos pocos, ya qué importa. Tú y yo fuimos como el sol y la lluvia: hicimos crecer lo que había en nosotros. Los antologadores buscarán un molde para la masa. Y pondrán sal. Solo pido a esos buenos panaderos que no dejen demasiado tiempo mi alma en el horno.

II

En mí han ocurrido revoluciones que solo yo he presenciado, pero no sabría decir qué ha cambiado. Mi vanidad instaura su dictadura. La revolución que soy se vuelve la represión que no soy. Y comienzo a perseguirme, a encarcelarme, a torturarme, a morir sin delatar a los otros que vendrán. Otros vendrán, estoy seguro. Entonces llegará la senectud del país que soy. Y otra vez seré un niño. Los niños nada saben de política, sino de amor.

III

A ti que sabrás si gané o si he perdido: un hombre hace una pregunta al universo, pero jamás se queda para escuchar la respuesta. A ti, oscuro hermano, yo te encargo la voz de las estrellas. Mi tarea es preocuparme por lo que todavía no existe, pero que resulta más real que mi existencia. Porque respiras sin respirar yo respiro. Y el corazón vuelve al corazón. Todo lo hago pensando en el instante donde nunca estaré, pero con la certeza de que tú no faltarás.


miércoles, 18 de junio de 2025

Entrevista a Daniel Medvedov. Por Alejandro Sebastiani Verlezza.

Fotografía por Alejandro Sebastiani Verlezza


“Sin el cuerpo todo saber es vano”

por Alejandro Sebastiani Verlezza.


Este encuentro con Daniel Medvedov (Rumania, 1951) podría estar ocurriendo en cualquier ciudad o momento. En las a veces intrincadas rutas de Facebook se ha dedicado a compartir generosamente sus conocimientos. 

Medvedov tradujo a Heraclito y es un filósofo que siempre lo acompaña: "uno vale para mí como 10.000, si es el mejor…", recuerda en uno de sus posts la sentencia del griego. 

Seguidamente Medvedov avanza con precisiones etimológicas: “aristos, en griego, el noble”.

Y por ese camino, con la seguridad de que sus mensajes tienen destino, declara: “hay una prístina crisoledad que hace bien al cuerpo”. 

Dependiendo de la temporada, con sentido del humor, pero con agudeza, cuando le preguntas por las amistades, puede responder: “desaparecidos del mapa”. 

Maestro de Taichí y muchas disciplinas más, autor de elocuentes ensayos, poemas, novelas, cuadernos, aforismos sobre diversos temas, desde la caligrafía hasta la ontología, casi todos disponibles en su cuenta de Scribd, conversar con Medvedov es toda una aventura: puedes hacerle preguntas sobre muchos temas, sabrá responder… 


¿Qué es el Zen Latino? 

D.M. El Zen Latino es un sistema tropical para alcanzar la realización.


¿Qué es Almateria?

D.M. ALMATERIA es una palabra que designa el mundo "visinvisible": lo que se ve, en parte, y en parte,  no se ve.


¿Y dónde está?

D.M. No enseña nada y no tiene un lugar definido donde puedas encontrarla.


¿Cuántos libros has escrito hasta ahora?

D.M. Aproximadamente unos 2.500, algunos están en SCRIBD.


¿Cuántos permanecen inéditos?

D.M. Todos están ÉDITOS. 


¿Hay un índice disponible?

D.M. Cada cual y cada quien busca sus propios intereses.


¿Tu obra está escrita en español o en otros idiomas también?

D.M. En rumano, en inglés y francés, pero esencialmente sólo escribo en español de Venezuela, o sea, en castellano.


¿Es posible salir de la rueda?

D.M. Nunca se sale de la rueda, aunque algunos llegan a afirmarlo. Esta vida es eterna como la eternidad que los griegos llamaban AIA . . .


Cuéntame qué descubriste en tu libro más importante: El código de las lenguas.

D.M. Era el sexto código que quedaba por descubrirse: el código del Lenguaje. Los otros cinco son: el cromático, el musical, el matemático, el químico y el genético.


¿Qué es la metanoia?

D.M. La metanoia es la meditación. Es una palabra muy antigua, arcaica. Junto con la Epinoia, que es el nombre griego de la Imaginación. Hay también la Paranoia (la locura, o enajenación) y la Dianoia, el mismo proceso de pensar. La Metanoia es trascender el mundo de los pensamientos para alcanzar el saber íntimo de las cosas, lo que los Honduras llaman Dhyana, la meditación, o sea, estar en el medio y centro de las Cosas. Hay también en la India un proceso y práctica de enfocar la luz espiritual hacia un tema que se desea conocer profundamente. Se llama SAMYAMA y los detalles de esta práctica secreta se encuentran en el tratado YOGASUTRA del sabio Patanjali, del siglo IV d.C.


¿Cómo una persona aplica la metanoia en su vida cotidiana?

D.M. Una persona puede aplicar en su vida diaria la Metanoia con simplemente estar en el presente -lo que llamamos "realidad"- y anular toda tendencia de interpretar los eventos. 


¿Contemplar?

D.M. Simplemente contemplar, percibir esta realidad desde el punto del fiel de la balanza. El "fiel" es un elemento extraordinario, pues indica siempre el alejamiento de la visión parcial.


¿Puede decirse que la primera teoría de Occidente fue la Poética de Aristóteles? 

D.M. Sí, ya Aristóteles fue el primer teórico. Lo curioso es que "teoría" es, en griego clásico, "contemplación",  una visualización pendular de lo positivo y lo negativo en lo contemplado.


Tengo entendido que las tres poéticas más importantes son las de Aristóteles, Horacio y Lessing (Laocoonte). Después, con el formalismo ruso y el estructuralismo francés, la teoría tomó otro camino. ¿Es así?

D.M. Tal cual. En la Grecia arcaica había POIESIS, POIETIKA, POEMA, POIESIA y POIEMATIKOS.


¿Qué significa cada una?

D.M. POIESIS-el sistema, POIETIKA-el arte de la Creación, POEMA-el ladrillo del muro de la Creación, POIESÍA-la composición individual de los versos, POIEMATIKOS-el método de composición.


¿La palabra Dios tiene etimología? 

D.M. Sí tiene etimología. No hay palabras sin etimología. Ahora bien, puede ser conocida tal etimología, o desconocida, pero existe. Muchos llegan hasta el griego arcaico Theos. Pero es mucho más profundo el camino de los orígenes "ethymos", es decir, "verídico", "Verdadero" ("ethymos"). La sonoridad TH se remonta al etimon "Di -" cuyo sentido es "Montaña" y la terminación "-os" quiere decir "entidad, poder, potencia operativa" y la partícula de sentido universal es un ARQUISEMA. "Th+e+os", donde la "-e" es un infijo. En conclusión, la etimología del concepto "Dios" es "montaña", ente vivo y poderoso que une lo inferior con lo superior y el mundo intermedio, el Mesocosmos. Mundo nuestro.


Vuelvo: este encuentro podría estar ocurriendo en cualquier momento. Ahora mismo estamos en la quinta Mercelena de Caracas y muchos son los temas compartidos mientras brindamos o tomamos café y fumamos puros y revisamos diccionarios, gramáticas, ediciones antiguas de Lichtenberg y mil temas más, el Tao, Homero, Patanjali, Lavater, autoiatría, tetragramas, alimentación y la rosa de los vientos…

 

Algunos libros de Medvedov editados en Caracas:  Guía para descubrir los falsos maestros (Gaisma Editores, Caracas, 1987; aunque una vez me dijo que si tuviera que volver a publicar esta obra, el título sería probablemente Guía para descubrir a los falsos) y Zoognosis. El sentido secreto de los animales en la mitología (Academia Nacional de la Historia, 1993). 


“Al corazón hay que quitarle fondo y dejar que se vayan al vacío todas las contrariedades”, dijiste una vez. ¿Cómo se hace esto?

D.M. Con los ojos cerrados, al acostarte en el silencio de la noche, le dices al corazón las siguientes palabras: "Corazón mío: desde este instante sin duración ya no tienes fondo. Todas las cosas que te arrojo, déjalas caer en la no-nada, en la Nada que estaba anterior a la Nada de la Creación de los mundos de la Nada". 


¿Y qué ocurre?

D.M. El corazón escucha y realiza lo que le pedimos como un mini-programa predeterminado. MACRO, así lo llaman. Esto que digo es un MACRO-CUORE: hace tiempo que mi corazón no tiene fondo y todo lo que le cae por los bordes va directo al vacío de la Nada anterior a la Nada...


Cuando escribiste sobre La orilla del retorno, dijiste "el poeta siempre está aquí". ¿Por qué el poeta siempre está aquí? 

D.M. El Poeta siempre está aquí porque el Creador es eterno y se manifiesta en lo presente bajo la fórmula de la eternidad.


En otra oportunidad comentaste: "sin el cuerpo todo saber es vano". ¿Puedes ampliar esta afirmación?

D.M. El Cuerpo es el ansiado Grial. La bella energía sólo se puede gustar y entender a través del Cuerpo. La ampliación es la Energía. El que conoce la Energía es amplio y Polimecánico.


¿Odiseo es un ejemplo del Wu Wei?

D.M. Sí. Como su nombre es "Nadie", nada hace.


¿Es la cruz un símbolo o un arquetipo? 

D.M. La cruz no es un símbolo, ni es un arquetipo. Es un signo. Como signo tiene una significación específica. La cruz ni siquiera es “la cruz”, es la indicación del “cruce”. Es decir: que la cruz es el “cruce”. Todos los signos pertenecen al mundo de los grafismos. “Hacerse la cruz” ya es una “seña”. Este “cruce” que señala la cruz es el centro, el Ser, llamado Cristo en el cristianismo. Por tanto la cruz pertenece al arquetipo del Ser. Es un grafismo del Ser.


Anota Robert Graves que los sufíes usan el tablero de ajedrez para adivinar...

D.M. El tablero es solo un soporte, sobre él hay 64 situaciones como en el I Ching.


“Tenía una mente llena de color, abigarrada, poikilométis (asombrosa expresión que no puede traducirse con exactitud)”, escribió Pietro Citati en su ensayo “Apolo, Hermes, la poesía”. ¿Puedes explicarme esta etimología: poikilométis?

D.M. Poikilométis: POI-creadora, KILO-mil, METIS-indagaciones, búsquedas, meticulosidades, “creadora de mil vías de investigación”.


¿Y la etimología de cíclope?

D.M. “Cíclope” tiene una etimología clara pero confusa, casi paradójica: κύκλος kyklos, ‘rueda’, ‘círculo’ y ὤψ ops, “ojo”. Esto se refiere a la capacidad del solitario ojo de ver las cosas como UNO, el famoso EN TO PAN de los pitagóricos. TODO ES UNO o “uno es todo”. Eso quiere decir que la mirada del ojo único es redonda, circular, completa. Cuando se usa en expresiones como “muros cíclópicos” es para recordarnos que los cíclopes eran gigantes.


¿Alguna recomendación para los interesados en la etimología?

D.M. Para los que estudian Etimología uno de los más bellos ejercicios de memoria es recordar cada noche los nombres de las nueve musas, sin olvidarse de su madre, la bella MNEMOSYNE:


EUTERPE

TERPSYCHORE

MELPOMENE

POLYMNIA

CLIO

ERATO

THALIA

URANIA

CALÍOPE, la jefa de las nueve.


En la Odisea Homero comienza el libro con esas famosas palabras: “Andra moi ennepe Mousa. . .” (“Del hombre, cántame, mousa…”).


¿Tiene sentido para ti la psicología moderna? ¿El psicólogo actual es la mera sustitución del maestro, del chamán?

D.M. Depende de quién es el psicólogo. Si es un maestro, entonces sus palabras tienen poder para cambiar en el otro todas las adversidades. Pero si no es una persona iluminada, sus palabras están vacías. Recuerda a Heráclito: “A pesar de que el Verbo existe desde siempre y para siempre, no dan con Él los hombres, ni antes de haberlo oído por primera vez, ni después. Y, a pesar de que todo es este Verbo, ellos no lo entienden pero tratan de usar palabras y obras parecidas a las mías, para medio tocarlo, explicarlo y describirlo en la naturaleza de las cosas, dividiendo, rompiendo y midiendo todo, cuando esa gente ni siquiera se da cuenta de lo que hacen despiertos, tal como pronto olvidan lo que hacen dormidos”.


¿Cuál es la vía para conocer el carácter de las personas por la forma de su rostro?

D.M. Estudiar hondo. Este es un tema espiritual, no de psicología. Se llama fisiognomonía.


¿Por qué reencarna el alma, cuál es el principio?

D.M. La re-existencia es una necesidad del universo. La palabra “re-encarnación” es impropia, re-existencia está más acorde con lo que ocurre. Retornamos debido al principio de movimiento. Paradójicamente, cada día descartamos lo que creíamos o suponíamos que era así. 


¿Cuál es la diferencia entre saber y conocer?

D.M. El saber es descartar cada día algo errado; y el conocer, al contrario, es cada día agregar un conocimiento.


Cuéntame sobre tu traducción del Kalevala

D.M. Todavía no lo he terminado de traducir, son 50 capítulos, pero lo he masticado bastante durante muchos años y es realmente una joya. Las traducciones disponibles son muy buenas todas, pero les falta la forma poética del canto tradicional arcaico, lo que yo he intentado traer para la lectura.


Háblame de la frugalidad en el comer.

D.M. Es comer en passant, o sea, lo que haya; no es “comer poco”, es “poco comer”, quedar con un poco de “hambre”; ni siquiera es voracidad, es limitar el simple deseo de comer y así se acomoda en medidas y tiempo.


¿Cómo preservar o guardar la energía? 

D.M. Sí. Guardar la energía a través de una operación que consiste en apretar los esfínteres del ano y subir -en el pensamiento- ese calor que todavía no se ha materializado en “semen”, hasta llegar a la cabeza. En el centro de la cabeza está la Epífisis -o glándula pineal- y llegamos allí mirando en el entrecejo, con los ojos cerrados. Este es el trayecto alquímico. La Pineal es la glándula que transmuta la energía en médula espinal y otros fluidos.


De nuevo: esta conversación podría estar ocurriendo en el pasado, el presente o el futuro, por años Medvedov dio clases en el Parque del Este y un apretado compendio de su trayectoria dice así: se especializó en Pintura Mural Religiosa en la Escuela de Artes Plásticas Rimnicul Vilcea (Rumania), integró a la Dirección de Imagen de Cine y TV en el Instituto de Altos Estudios de Arte Teatral y Cinematográfico (Bucarest), estudió Ornaméntica Antigua en la Universidad de Bucarest (1972-1974), cursó estudios con el Maestro Calígrafo Liu Yuen Chiao en Taiwán. 


Los temas pueden variar de manera impredecible, es como si dieran saltos, pero mantienen su dirección; Medvedov suele recordar que no importa por dónde comencemos, llegaremos al mismo sitio siempre: la fuente de los arquetipos que se actualizan de mil y un formas. 


Pero todo depende de lo que te interese: si hoy tienes curiosidad por el universo hindú, Medvedov te puede recomendar dos libros: Fernando Tola y Carmen Dragonetti: Filosofía de la India. Del Veda al Vedânta. El sistema Sâmkhya; y Carmen Dragonetti, de Argentina, El mito de la oposición


Si tienes otro tipo de inquietudes, rápido te ripostará: “Verlezza, eso que te interesa no está en los libros…”.


Puede que si lo llamas maestro -me pasó un día- te responda una sencillez tan espléndida que desarma: “me llamas maestro, pero en verdad somos hermanos”.


Y así van desfilando situaciones, temas, autores, mitos, anécdotas, evocaciones de personajes, enseñanzas, paradojas, parábolas, un compendio alucinante de salidas… 


Como artista con desparpajo se mueve entre la caligrafía, el dibujo, la pintura y las intervenciones digitales…


Tal vez algún editor esmerado y generoso pueda desentrañar las rutas de esta poliédrica obra para ofrecerla al público general…


Mientras tanto…


Dime algo, Daniel, sobre el elefante.

D.M. El que le agarró la oreja dijo que era un árbol con hojas grandes. El que le agarró la cola dijo que era una serpiente y así en adelante. Solo el que podía ver la totalidad del animal pudo decir que era un elefante.


¿Te has detenido en la sílaba OM?

D.M. Esta es la famosa sílaba AUM -se pronuncia OM- y está hecha de un solo trazo en la caligrafía ALMATERIA. A es la máxima apertura de los cielos, U es el son del Ser Humano en su respiración y M es el cierre total de los labios, aquel son que pronuncian los humanos cuando entienden algo: “¡MMMMMMMMMM!”.


¿Qué es MMMM?

D.M. Oṃ es el Son Interno y también Sonido Externo de la forma vibratoria del ALMA, La Energía Vital cósmica, el Atman lo llaman los de la India, Anima Mundi los latinos, Pneuma Kosmetikos los griegos arcaicos. 


Entramos en el terreno de las Upanishad.

Las Upanishad escritas hace miles de años están impregnadas de la presencia de esta palabra y ya aquella gente sabía que todo lo que hay, tanto lo existente y lo trascendente en la esencia y en la trascendencia, en la Presencia y en la Ausencia, es alcanzado en la vibración de este Son único que al ser pronunciado como sílaba vibratoria es sagrado, secreto, místico y presente con tan sólo pronunciar el arquisema seminal Oṃ. 


¿Podemos decir que es un mantra?

D.M. Om es el mantra universal, no sólo de la humanidad sino también de la naturaleza y del cosmos entero. Es la palabra galáctica del Todo. Puede borrar en su pronunciación los elementos perniciosos de los pensamientos, los sentimientos y los movimientos humanos. 


¿Qué es la meditación?

D.M. La meditación continuada y el enfoque de la luz espiritual con el método Samyama en el Oṃ alcanza completar todas las necesidades de silencio, respiración y salud triple, intelectual, emocional y dinámico-somática; y lleva hacia la libertad, llamada en sánscrito KAYVALIA. 


¿Qué ocurre si una persona entona este mantra continuadamente?

D.M. Las oraciones místicas comienzan con la apertura de los cielos interiores por la pronunciación del Oṃ. Sus otras variantes son AM - EM - IM - UM. En el mundo occidental se siente su presencia en la sílaba AMÉN. También AMÁN, AMÍN, AMÓN, AMÚN. Los sabios se abrigan en el sonido de la sílaba OM para vencer al temor y a la angustia de la existencia: quien penetre en el sonido OM al pronunciar esta sílaba comprenderá que se es inmortal . . . 


¿Qué es el mito?

D.M. "Mito" en griego arcaico es y significa "hilo", de allí "tradición", pues la tradición es lo que pasa de un abalorio a otro en un rosario de historias. 


¿Cuál es la etimología de permitir?

D.M. "Permitir" tiene el arquisema PERM, que posee el sentido de "permanencia" y la terminación verbal "- itir", que también aparece en TRANS-m-itir, donde "-m-" tiene valor de infijo. 


Insisto: ¿qué es el Wuwei?

D.M. Pensar con el NO PENSAR: Wu Wei. Wu Wei Wei y Wei Wu Wei. 


¿Cuál es la etimología?

D.M. "Wu" es en chino arcaico NO, y " Wei" es "acción" , como "agon", en griego arcaico. Literalmente WU WEI quiere decir " no actuar", "no hacer". Pero eso no se refiere al movimiento laboral, ni a lo trivial de las acciones. 


¿Por ejemplo?

D.M. Quiere decir "no esperar, ni pensar en los frutos de la acción", lo que es un acto sublime. Esto que digo está explicado en el Bhagavad Gita con excelsa claridad. 


Cuéntame más sobre la traducción de esta palabra.

D.M. WEI WU WEI se traduce así: "actuar como si no actuaras" y WU WEI WEI es "no actuar como si actuaras". Quien entiende y aplica esto en la vida, en toda circunstancia, ha alcanzado el don de la acción. En chino la expresión “Wei Wu Wei” quiere decir “actuar sin hacer Destino” (Karma). Wu wei -en chino: “No Acción”; tradicional: 無為; simplificado: 无为; pinyin: wúwéi- es un modo de vivir que describe la manera de actuar sin estar involucrado en el fin de toda acción. 


¿Tiene que ver algo con el destino?

D.M. Es la forma más precisa para enfrentar el propio destino. Las plantas crecen por “wu wei”. No hacen nada para crecer, simplemente "crecen". El Wu Wei es un modo natural de hacer las cosas, sin forzarlas, ni manipularlas con adornos y artificios que puedan desvirtuar la armonía de los principios y fines universales. 


¿Tiene una expresión en el Zen?

D.M. En la caligrafía Zen el Wu Wei ha sido representado como un círculo, llamado ENSO, en japonés: “¡Que un círculo, sea!”. Eso quiere decir que al menos sea algo “redondo”, pero "redondo" no significa la redondez que pueda producir el compás. WEI WU WEI es decir: “¡Actúa, pero no te ates a los resultados de tu acción!”.


Pero hay cosas que deben ocurrir y así lo procuramos.

D.M. ¡Cuidado! Hay que hacer TODO para que las cosas “se den”, ¿pues para qué actuamos entonces? Pero no apegarse a los resultados es otra cosa. Por eso necesitamos de un guía: creemos que ya entendemos, cuando apenas comprendemos algo... 


¿Qué hay del otro lado del espejo?

D.M. El otro lado del espejo no existe como tal, el propio espejo refleja lo que está detrás de nuestras espaldas. Quiere decir que el espejo muestra a veces lo que no somos capaces de ver en la propia realidad.


¿El mundo de Carrol es pura imaginación?

D.M. Si fuera de la Imaginación existiría, pero como es de la Fantasía no existe. Son “inventos”, tenemos derechos a imaginar las cosas que existen y fantasear con las cosas que no existen. Cada quien tiene derecho de inventar.


Sí, pero podría ser una distracción en la realización.

D.M. Es cierto.


¿Los registros akáshicos pertenecen a la tradición? 

D.M. Los registros akáshicos son la memoria del mundo. No pertenecen a la tradición, pues la tradición es uno de los 23 arquetipos o principios universales. AKASHA quiere decir “tiempo” en sánscrito. Son los registros de las cosas que han ocurrido en el tiempo. Nadie sabe entrar, es materia prohibida. Es bueno saber con claridad de qué se trata. Pero no es que sea materia prohibida para hablar de ello, lo prohibido es la entrada de los humanos para husmear sobre los datos allí guardados. Todo lo escrito sobre este tema de los ocultistas son despropósitos y disparates, los cuales han introducido mil confusiones en la cultura tradicional.


¿Daría más poder a los deseos personales?

D.M. Sería un trastorno, más que “poder”. Es como saber quién has sido en existencias anteriores. Es materia prohibida para proteger al humano en sus disquisiciones extravagantes. Los humanos no pueden usar ese poder.


¿Qué es lo aconsejable?

D.M. Para la emancipación de la Persona lo mejor es investigarse a sí mismo y cumplir con los compromisos, obligaciones, responsabilidades, deberes. 


Y ya. 

D.M. Esta es la vía y puedes compartirla también con los sinceros buscadores de lo mismo.


El que ha entendido "algo", eso ya en sí está completo...

D.M. Sí, no tiene grado de cantidad el entendimiento, ni tiene tamaño, como se dice en la canción de Chico Buarque cantada por Willie Colón sobre La Naturaleza: “Oh, qué será, qué será . . .”.


Insisto: si hay un punto donde el pasado, el presente y el futuro logran encontrarse, puedo decir que esta entrevista -al encontrar una persona que la lea- puede reanudarse una y otra vez. 


El paso de Medvedov por la Academia es largo: hizo un Doctorado en Filosofía de la East-West Essence Society, en el Instituto Internacional de Filosofía de la Cultura de Taipei (China) y en Caracas obtuvo el Doctorado de Teología en la Universidad Católica Andrés Bello.  Fue director del Centro de Estudios Mayas de Arts & Minds Academy (Miami). También fue profesor en la Universidad Central de Venezuela -entre 1975 y 1995- en las escuelas de Letras, Comunicación Social, Filosofía y Arte.


¿Cuándo se duerme tranquilo?

D.M. Para dormir tranquilo necesito haber respondido -luego de entenderlo- cuatro preguntas fundamentales: 


1. ¿De dónde he venido?

2. ¿Quién soy?

3. ¿Qué hago yo aquí?

4. ¿Adónde voy cuando voy a partir de aquí?


Para ello me ha ayudado el repetir continuamente cinco palabras, las más cortas y las más sencillas palabras de la lengua: YO, YA, ESO, ASÍ, AQUÍ.


¿Cómo funciona?

D.M. Yo soy Yo. He venido de Aquí. Hago Eso. He venido Así. En cuanto al Ya, es Ya cuando debo entender. No me voy a marear con las mil preguntas que nos asaltan a todos. Y es lo más breve, lo más preciso, lo más claro y natural. No hay adornos. Así puedo dormir tranquilo.


Háblame del hombre de la mirada visinvisible.

D.M. El Hombre de la mirada VISINVISIBLE: unos ojos para lo Visible y otros para lo Invisible. Shen Nung es el inventor del té como bebida: estaba un día hirviendo agua a la vera de un pequeño fuego en un claro de bosque y el bello viento arrojó en su caldero unas hojas verdes y otras secas. El hombre no se percató sino después de beber una deliciosa infusión que llamó “C’HA”, es decir, “pestañas del viento”. Dicen que TA MO, Boddhidharma, para no dormirse en la meditación, arrojó al agua hirviendo sus pestañas que se transformaron en hojas de té y con esa bebida nunca más se durmió, meditando.


¿Qué es saber?

D.M. Saber es no pensar.


¿Qué es viajar quieto?

D.M. "Viajar quietos” es sentarse en calma, cerrar los ojos, quedarse como pasmado, congelado, petrificado, solamente con la respiración neutral, casi imperceptible; y sentir en esa postura como uno mismo, que es el Ser, se expande, tanto como el cuarto o lugar donde te encuentras, y más, tanto como el edificio, y más, tanto como la calle y más, tanto como la ciudad misma, luego como el país, como si lo viéramos desde arriba, desde un globo y más, como el continente, como el planeta, como el universo, como la galaxia, como el cosmos mismo y desde allí, emprendemos el retorno, regresamos descendiendo en escala de expansión, hasta llegar a nuestro sitio -o cuarto- y allí abrimos los ojos: hemos viajado “quietos". 


¿Y hay otro modo?

D.M. El otro modo de viajar "en el espacio" es tomar un tren, o un carro, o un autobús, o un velero, o una bici y viajar literalmente en el espacio geográfico, contemplando el paisaje, sin hacer juicio alguno sobre la belleza o trivialidad de lo que vemos.


¿Qué decir sobre el ancla y el delfín?

D.M. La famosa ancla, revuelta a ella un delfín y con el lema FESTINA LENTE -“apúrate lentamente”- es aquí motivo de grato recordatorio, pues años atrás se celebró el quinto centenario de la desaparición de Aldo Manuzio, impresor y editor veneciano. Desde el año 1495 hasta que muere, el 6 de febrero de 1515, diseña, formaliza y compone el cuerpo de lo que hoy llamamos “libro”, una maravilla del diseño ingenioso y polimecánico funcional del objeto y artilugio intelectual más bello de la cultura. 


¿Qué es importante saber sobre Manuzio?

D.M. Manunzio se relaciona con Marsilio Ficino, pues inicia su actividad editorial a finales de 1494 y en 1499 -unos tres años después de la muerte de Ficino- funda la Neoacademia Aldina con el objetivo de continuar la labor del filósofo florentino. Su meta era editar los textos clásicos para emancipar a la juventud y emular a los heraldos de la cultura. En las ilustraciones de la famosa obra Hypnerotomachia Poliphili, de Francesco Colonna, publicada por Aldo Manuzio en 1499, encontramos el delfín y el ancla que llegarán a convertirse en un emblema de humanismo, su marca de imprenta.


Llegamos al lema Festina Lente.

D.M. La marca editorial de Aldo Manuzio -el ancla y el delfín entrelazados- con el lema Festina Lente, “apresúrate despacio”, es signo de elegancia y del glamour de la inteligencia. La lentitud y la espléndida dejadez en medio de la vorágine es marcada por la imagen del áncora, figura del peso y de la firmeza y seguridad que ofrece la labor hecha poco a poco, pero con solidez y la elegancia de la velocidad espontánea y natural, es representada por la presencia del delfín, un delfín helicoidal, enroscado al cuerpo del ancla, tal como es la labor del HOMO TYPOGRAPHICUS -el Hombre Tipográfico- y la naturaleza polimecánica de la tarea tipográfica, a la par lenta como rápida y al punto de precisión.


¿Cuál es la fuente de este lema?

D.M. El lema Festina Lente rememora un famoso fragmento de Heráclitus, fragmento 84, donde sólo aparecen cuatro misteriosas palabras, ANAPAYLA EN TEI PHYGEI, lo que se traduce como “Descansa en tu huida” o “Descansa mientras huyes”. PHYGE es lo mismo que “fuga”.


¿Qué caracteriza a este delfín?

D.M. El delfín no teme a la tormenta. Ello se debe al hecho de que tiene una sola abertura nasal encima de los ojos, por la que puede arrojar o expulsar con fuerza el agua que traga.


¿Qué obras imprimió Manuzio?

D.M. De la imprenta de Manuzio han salido algo así como unos ciento cincuenta ediciones príncipes de Platón, Aristóteles, Ovidio, novedades contemporáneas como Erasmo de Rotterdam. El emblema usado por Aldo fue transmitido en el Renacimiento a través de los Adagia de Erasmo, de gran difusión entre los humanistas. El número 1001 de sus Adagia es el epígrafe Festina Lente, como una de las más preciadas máximas de sabiduría de los antiguos.


Dime algo sobre la percepción.

D.M. El mundo de la per-CEP-ción es complejo: hay modos diversos de ¨captar¨ la realidad:

1. Ac-CEP-ción

2. Con-CEP-ción

3. De -CEP-ción

4. Ex-CEP-ción

5. In-CEP-ción

6. Pre-CEP-ción con sus pre-CEP-tos. 


Pero está la percepción y el percepto.

D.M. El “per-CEP-to” es un neologismo que tiene con “per-CEP-ción” la misma relación que “concepto” con “concepción”, con su sentido de “acto de concebir”, o “noema”, con “noesis”. Nuestras percepciones nos ofrecen el diseño de nuestra posible acción sobre las cosas más que el de las cosas mismas:

1. Re-CEP-ción

2. Sus-CEP-ción con sus-CEP-ciones y su-CEP-tibilidad.


¿Hay un personaje que encarne a la percepción?

D.M. El personaje principal de la “percepción” es el héroe PERCIVAL de la leyenda artúrica. En la percepción de las cosas parece que todo es anticipación. 


¿Qué es el percepcionismo?

D.M. Hay una teoría llamada ¨percepcionismo¨, según la cual tenemos una consciencia inmediata e instantánea del mundo exterior. Su sinónimo es “intuicionismo” o “realismo” y su contrario es “ilacionismo”, o teoría de la inferencia, una teoría de la proyección. Los percepcionistas desean suprimir y eliminar los intermediarios entre el espíritu y las cosas pero debido al hecho de conservar la dualidad realística del espíritu y las cosas se privan del medio para lograr esa meta existencial. De tal modo, sus fórmulas pierden todo sentido. La ilusión ficticia del percepcionismo es inferir del carácter inmediato de la percepción el realismo tangible del objeto -que se declara incontestable- y todo eso es una ilusión evanescente.


Veamos la etimología de la percibir.

D.M. PERCIBIR es el latín PERCIPERE, compuesto de CAPERE - “tomar¨” y el prefijo PER, que indica aquí resultado; apoderarse de, hacer suyo. Prop.: recibir o cobrar, para sí o para otros, sumas debidas, impuestos, alquileres, precios de las localidades, cotizaciones. Figurativamente es recibir en su intelecto, tomar conocimiento, principalmente de hechos exteriores, mediante los sentidos; y por extensión, de hechos interiores, mediante la consciencia -percepción interna- o incluso de relaciones, mediante la razón, lo que implica un proceso intelectivo como percibir una diferencia, la fuerza de un argumento, etcétera.


Hay quien dice que la realidad está sobrevalorada.

D.M. Se declara algo equivocado al suponer que la realidad siempre está sobrevalorada. Tal aseveración se debe a un proceso de percepción errada. Es esto exactamente lo contrario: la realidad suele ser infravalorada.


Dime una palabra sobre los arquetipos.

D.M. Están inscritos en los genes -afirma Jung- y por mi parte aporto: su estructura cromosómica -los 23 cromosomas humanos- son los 23 principios universales, inscritos en el mapa cromosómico.


¿Puedes decir 8 cosas importantes para tener en cuenta?

D.M. 1. Estudiar mucho no significa que hemos entendido lo que hemos estudiado.

2. Tener muchos títulos universitarios y honoríficos no aumenta el valor y la profundidad de nuestra comprensión. 

3. Tener una edad avanzada no supone que somos unos “sabios” e “iluminados”. 

4. El haber leído  muchos libros no es prueba de que hemos entendido lo que allí está escrito. 

5. Ni siquiera el haber estado recluidos por años en silencio en una cueva de los Himalayas es testimonio de nuestro entendimiento. 

6. Tampoco es prueba del entendimiento el haber viajado por el mundo todo, pues queda la posibilidad de que no hemos entendido nada de lo que hemos visto. 

7. Haber estudiado con ilustres Maestros de sabiduría no implica el haber entendido lo que ellos enseñan.

8. Por tanto, sólo nuestras palabras y nuestro silencio pueden servir de testimonio fiel de la ciencia del Ser.


Y así sucesivamente: la última vez que vi a Medvedov en la sede de Almateria -su escuela- bebimos café y fumamos puros y habló y habló de casi todos los temas que aquí aparecen registrados, más otros, mientras iba rebuscando ejemplares de la Odisea y leyendo pasajes en varias lenguas, con todo desparpajo -como buen políglota que es- y evocando episodios como este: 


“En el mercado, Jenofontes, el que escribió ese bello libro Recuerdos de Sócrates, estaba una vez buscando algo de comer y como Sócrates estaba también por allí, le preguntó: ‘Señor, ¿dónde puedo comprar algo para comer?’. Sócrates respondió: ‘En el mercado’. A su vez le preguntó al joven Jenofontes: ‘¿Si buscarías el saber, ¿dónde se vendería eso?’. Jenofontes se quedó pensando y dijo: ‘¿No lo sé? ¿Dónde?’. Sócrates respondió: ‘¡Sígueme, y encontrarás!”.


Y así van circulando más anécdotas, consejos y un buen rato de Taichi para mantener el balance…


Junio, 2025. 


A manera de posdata,
van algunas coordenadas de Medvedov: 


En Facebook:

https://www.facebook.com/daniel.medvedov.2025


Un mono leyendo a Patanjali:

https://www.facebook.com/share/p/1Zv8Zj1Eta/


Qué es poesía:

https://www.facebook.com/daniel.medvedov/posts/pfbid02fX8tFMYDR7U4kYX6vsMnuY1xTm2S3sGzzpJ8AhZS9wXzqGz8h56nUnvB37zYJsR6l?rdid=tkS9ZVj1NAIPDQgo#


Como he llegado a ser poeta en 81 días:

https://circulodescritoresvenezuela.org/wp-content/uploads/2017/06/Daniel-Medvedov.pdf


Breve análisis lingüístico de un poema de Santos López:

https://www.vallejoandcompany.com/2022/03/24/breve-analisis-linguistico-de-un-poema-de-santos-lopez/


Sobre La orilla del retorno:



Secretos del puro:

https://derivasya.wordpress.com/2020/11/03/daniel-medvedov-secretos-del-puro/


Textos de Medvedov en la Biblioteca Nacional de España: 

https://www.researchgate.net/profile/Daniel-Medvedov


Videos de Medvedov:

https://www.youtube.com/@danielmedvedov





martes, 17 de junio de 2025

Entrevista a Santos López. Por Gladys Mendía

 


Entrevista con Santos López
“Poetas, eviten ser atrapados”

Queridxs amigxs de la comunidad literaria, hoy comparto con enorme entusiasmo mi diálogo más reciente con Santos López, una de las voces esenciales de la poesía venezolana contemporánea. De la sabana ancestral de la Mesa de Guanipa al vasto horizonte de las tradiciones iniciáticas, Santos despliega en esta conversación un mapa biográfico y espiritual con intuición, lucidez y rebelde ternura.

En la entrevista, Santos evoca la música primera de Platero y yo, la cadencia de Andrés Eloy Blanco que le hizo “repetir el acetato cada fin de semana”, y la fuerza matriarcal de los relatos orales que fundaron su imaginario. Explica por qué prefiere la vía iniciática antes que la mística domesticada por Occidente, y cómo las enseñanzas del Ifismo, Sufismo, Taoísmo, Zen, Kabalah y Chamanismo convergen en su “poesía del trance”.

“La poesía es la traducción de una intuición; un manto apedazado que viste el poeta.”
—S. López

Hablamos del silencio como matriz de toda palabra, de la condición pendular de la realidad y de la poesía como “hormiga” frente al golem de la inmediatez y la IA. Su recomendación a los jóvenes: “poetas, eviten ser atrapados.”

El texto completo abarca sus reflexiones sobre la tradición venezolana, el desafío de difundir poesía en un sistema que desconfía de los “alimentos del alma” y su próximo proyecto: una “taberna” literaria que funde autobiografía, ensayo, aforismo y canto.

Lean la entrevista —un viaje que atraviesa el vértigo de lo sagrado, la resistencia creativa y la dignidad de la palabra liberada de ataduras. Compartan, comenten y dejen que la voz de Santos López lxs acompañe.

Gladys Mendía.


¿Cómo fueron sus primeros acercamientos a la literatura y qué papel jugó su entorno en su formación como poeta?

Nací en una sabana, en la Mesa de Guanipa, en medio de una familia de ascendencia Kariña; y mi padre, negro. Vivía rodeado de animales domésticos y salvajes. Los pajonales eran mi mundo, igual que los morichales en los ríos; con chamanes presentes en la familia, experimentando con ellos una constante errancia, ya que las compañías petroleras desplazaban a las comunidades kariñas de sus territorios para explotar este recurso natural. Era un entorno muy pobre desde una perspectiva cultural, pero muy rico desde la visión  natural y mágica de un niño.

¿Recuerda algún momento o lectura específica que haya marcado su decisión de dedicarse a la poesía?

En mi infancia tuve la protección de una mujer especial, un hada madrina, Elenita, que me regaló Platero y yo, de Juan Ramón Jiménez. Nada más ese comienzo tan sonoro, musical, se quedó guardado en mi corazón: “Platero es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón, que no lleva huesos. Solo los espejos de azabache de sus ojos son duros cual dos escarabajos de cristal negro”. 

¿Qué edad tenía?

Tendría yo tal vez 8 años de edad y ese ritmo de Jiménez, junto al petricor, me catalizaron hacia un vórtice de la imaginación creadora con las palabras. Ya a los 10 años de edad tenía un cuaderno lleno de imágenes escritas. También recuerdo otro factor muy importante:  a esa edad escuché por primera vez recitar a Andrés Eloy Blanco, a través de un acetato que mi mamá me hacía repetir todos los fines de semana. A ella le fascinaba la poesía de Andrés Eloy. 

¿Qué impacto tuvo la tradición oral y el entorno familiar en la conformación de su experiencia poética?

Mi familia era un matriarcado liderizado por mi abuela que vivió más de 100 años. Alguien de la familia se conocía todo el repertorio de un libro que más tarde descubrí que se titulaba: El testamento del paisa, de Agustín Jaramillo Londoño, que era puro folclore antioqueño. En la hora del crepúsculo y primeras horas de la noche, los niños nos reuníamos para escuchar aquellos cuentos, travesuras, aventuras, poesías, adivinanzas que estaban contenidas en este libro. Aquí la voz, la oralidad y la magia aguijonearon mi ser.

¿Cuáles han sido sus principales influencias literarias?

Las influencias han ido mutando a través del tiempo. La consciencia es la responsable de estos desplazamientos de interés. Ahora he estado muy cerca de dos de los más grandes poetas vivos, Adonis y nuestro Rafael Cadenas, quien repuso el asombro entre nosotros.

Su obra ha sido asociada con una mirada mística de la poesía. ¿Cómo se dio esa conexión entre espiritualidad y escritura en su proceso creativo?

Yo no la llamaría mística, tengo mis razones para no sentirme un poeta místico. Me asomo más a la poesía con tono iniciático, aunque podría tener a un místico como vecino. 

¿Puede abundar en el tema?

Para responder apropiadamente a esta pregunta, me permito elaborar una precisión que llevo años explorando: la palabra “místico” se ha deformado tanto en la cultura de Occidente que a mí me da alergia. ¿Por qué lo digo? Este término se ha degenerado y vulgarizado tanto que ha perdido todo su sentido original: místico deriva de la palabra Misterio, proviene del griego Myeo, que significa «Iniciar en las Cosas Sagradas», una labor que hacían en la antigüedad las Escuelas de Misterios. También, de la misma raíz, encontramos Mystagoia, que significa Iniciación. Mystos significa Iniciado y Myesis, insisto, quiere decir Iniciación. Así la palabra «místico» se fue degenerando con el tiempo, porque la religión intervino, ocasionó una ruptura, un corte en la cadena iniciática en Occidente. 

¿Qué implicó esta ruptura?

Todo lo místico pasó a formar parte del campo religioso, normativo por excelencia, como otra forma más de acondicionamiento. Pero el místico y el religioso van de la mano, quiero decir, se quedan muchas veces en el regodeo individual, en el sentimentalismo, la divagación y la elucubración. La iglesia Católica se adueñó del sentido místico y lo corrompió. Imposible que un místico alcance lo supraindividual. Yo me alejo de esa vía, intento la vía iniciática, que representa una ascesis dinámica de realización: demanda un esfuerzo interior, requiere tener un maestro y continúa una línea de transmisión espiritual ininterrumpida. No obstante, como te decía antes, podría tener a un místico como vecino, hay un terreno de convivencia.

¿De qué manera la filosofía oriental y el contacto con todas estas enseñanzas que narra han permeado su poética?

Este diálogo se lo debo a los maestros y maestras que he tenido de distintas fuentes que me han moldeado: el Ifismo, el Sufismo, el Taoísmo, el Zen, la Kabalah, el Cristianismo, el Chamanismo, todos estos fractales me acompañan, los he ido incorporando con el paso de las décadas. Cada maestro y maestra han dejado su impronta en mi camino como poeta: me han dado algo y les he dado algo, así suele ser.

¿Cómo concibe la escritura poética? ¿Es un acto de revelación, de exploración o una combinación de ambas? ¿Cómo lo ha vivido?

Desde el libro Soy el animal que creo experimento la poesía como una revelación de mi alma. La poesía me llega como un hallazgo, un chispazo, una iluminación. Entonces me dejo tomar por la experiencia. La poesía sucede. Y sucede como el amor. La última experiencia poética la expreso en un poemario reciente, titulado Yo soy Uds. Allí digo: la poesía es ese manto apedazado que viste un poeta: montones de retazos unidos por su voz y por su alma. En Canto de luz negra, por ejemplo, hago una fábula de los maestros, un recurso antiquísimo, por lo demás.

En su experiencia, ¿cuáles son los elementos esenciales para la construcción de un poema?

Todo poema es una traducción, es algo incompleto. Es la traducción de una intuición. La intuición es rasgar un velo y otro y luego otro… Y cuando uno penetra, consigue una llave para franquear esos umbrales, te encuentras con lo inefable. Por eso digo que el poema es la traducción de una intuición. Para escribir un poema uno debe mantener una voluntad de autoconocimiento, visitar nuestro adentro. Así lo digo en Yo soy Uds.: el poeta tiene un cercano pariente: es un pequeño creador de sabiduría que transforma su cadáver de anoche en un ser vivo hoy.

¿Cómo ha evolucionado su poética a lo largo de los años?

Yo no sabría decir si ha evolucionado o no. No creo ser tan arrogante para saberlo. Sí siento que mi voz pasó en un momento a ser más germinal. Aun cuando reconozco algunos patrones recurrentes, también en cada libro se asoman habitaciones nuevas de la casa que no estaban abiertas. Al final, el ensimismamiento egocéntrico, la divagación y la elucubración dejaron de ser los dueños de la casa.

El tema de lo sagrado está muy presente en su poesía. ¿Considera que la poesía puede ser un vehículo de trascendencia?

Lo sagrado no es uno de mis temas. Considero que todo en el mundo es sagrado, no hago separación esto sí y aquello no. La poesía siempre ha tenido una filiación con lo “Otro”, es un anhelo del poeta. Si hablamos de lo trascendente, aludimos a todo lo que trasciende el nivel del lenguaje. La poesía no es un vehículo de nada, es un misterio. Todo lo trascendente es poesía. El hombre, a través del lenguaje, apenas se acerca a la imaginación, ese bosque de símbolos del que hablaba Baudelaire. O como dice Adonis: la poesía es la casa que está habitada de símbolos, alusiones y sugerencias. Los nombres, las palabras se gastan, pero nunca su significado; lo silencioso está más allá del lenguaje.

En su obra se percibe una tensión entre la palabra y el silencio. ¿Cómo conciliar estos dos elementos en su escritura?

Es curioso esto que usted percibe o cómo lo percibe. La palabra no se antepone al silencio. Tradicionalmente el silencio es la fuente de todo. Mi poesía tiene muchas pausas, cesuras, quiebres… propone un ritmo; a veces es una poética del trance y otras veces es una poética del péndulo. Yo vengo del péndulo y transito hacia el trance, para ser más exactos. Mi maestra Noemí, la que me enseñó Kabalah, me dio este regalo, este hallazgo que jamás había advertido. El lenguaje nos permite tener una concepción compartida de la realidad. Pero esta es una realidad de tantas otras más. Hay tantas realidades. La realidad pendular es como la de los astros: palabras que se acercan y se retiran en nuestras vida mientras recorremos nuestro camino. Venimos del silencio y regresamos a él. La luz negra es el silencio. Ahora, la experiencia del trance significa darle preferencia al mundo analógico o aleatorio, como se le llama ahora, para anteponerlo al mundo algorítmico y de lo previsible. La humanidad renunció al silencio, es lo que veo. Todas las palabras flotan sobre la respiración del Universo.

¿Cómo percibe la situación de la poesía venezolana actual? ¿Cree que ha cambiado la recepción de la poesía en el país en las últimas décadas?

No suelo pensar en la categoría “poesía venezolana”, porque tampoco me considero un poeta “venezolano”. Somos poetas del mundo, estamos en el mundo; la vibraciones de la guerra de Ucrania, las de la franja de Gaza, las de Yemén del Sur, o Corea del Norte, las de Shanghai, las vibraciones del genocidio alimentario en Estados Unidos, o las del declive del Vaticano, las recibimos todos por igual; las vibraciones del desecamiento de la Tierra, por cierto, también nos llegan por igual. Somos poetas de nuestro tiempo, y nuestra alma sabrá explorar esta época en busca de su alimento. Y ese mismo tiempo dirá lo que cada poeta encontró. Lo mismo ocurre con la ciencia: tú no eres un científico de Venezuela, de México o de Brasil… Estás en el mundo, y tu avanzada se verá en el mundo, no en tu lejana provincia o pueblo.

¿Qué poetas contemporáneos considera que están renovando la tradición poética venezolana?

Si nos trasladamos a 1826, cuando Andrés Bello publica La agricultura de la zona tórrida –y lo cito porque representa nuestra catedral– podemos entender que nuestra tradición poética es imberbe. Si nos trasladamos a nuestros pueblos originarios, nuestra tradición es más robusta. ¿Qué hacer ante una y otra? Y cuando hablamos de tradición, ¿de qué se trata? No hay nada claro en la poesía venezolana. Y no lo hay hasta tanto no reconozcamos ese coro de ancianos de nuestros pueblos originarios, nuestros ancestros también, como lo es Bello. Lamentablemente no soy un crítico, ni estudioso de la literatura, por tanto no tengo herramientas para saber lo que está pasando en eso que se llama “poesía venezolana” y si se ha renovado o no. Pero seguimos en la época de Bello. En el buen sentido. ¡Qué paradoja! 

¿Qué lugar ocupa la poesía en un mundo marcado por la inmediatez y la virtualidad?

No ocupa ningún lugar. Y no soy pesimista. Ese no es mi enfoque. La poesía no quiere ocupar ningún lugar. No quiere ser nada, ni nadie. Ni escalar ninguna posición… Eso es un patrón egocéntrico. Ante el Golem de la IA, la poesía es una hormiga. Y es que este tiempo no solo está marcado por la inmediatez, la utilidad, sino sobre todo por el egoísmo.

Como promotor cultural, ¿cuál cree que ha sido el mayor desafío para la difusión de la poesía en Venezuela y América Latina?

Todos los alimentos del alma tienen obstáculos de difusión y distribución. No solo la poesía. No seamos tan engreídos los poetas. Lo bello es uno de esos alimentos. El sistema no tiene interés en que la gente reciba este alimento. Así que el problema es global.

¿Cómo fue la experiencia de dirigir iniciativas como la Fundación Casa de la Poesía?

Pienso que fue una experiencia muy precursora, renovadora, pionera. Recuerdo que cuando iba a los recitales de poesía en la Asociación de Escritores de Venezuela, en la Avenida Lecuna, éramos cuatro o cinco pelagatos como público. Yo me sentía tristísimo. Yo era un culicagao. Estaba Caupolicán Ovalles de cacique. Al rato entré en una crisis. Y como no quería ser un esclavo, renuncié al trabajo que tenía en El Nacional. En ese momento concebí el proyecto de una Casa de la Poesía. Me acompañó mi compadre Pantelis Palamides. ¿Qué logramos? Que la gente disfrutara de nuevo masivamente los recitales de poesía. Fueron doce años en esa mina. Hasta que llegó un día Farruco Sesto, quien era Ministro de Cultura (y se creía poeta), y quería inaugurar la noche de la Semana de la Poesía dedicada a Eugenio Montejo, leyendo sus porquerías, y yo le dije que no. Y él juró destruir la Casa de la Poesía como venganza. Y así pasó.

¿Cómo define su relación con la palabra y qué significa la poesía en su vida?

No tengo muy buena relación con la palabra. Honestamente lo digo. Busco la palabra perdida, tal como la recojo en El libro de la tribu. Aprendí a hablar a los cuatro años de edad. Ya mi mamá creía que yo era sordomudo. Gagueo habitualmente. Y la elocuencia nunca fue mi novia… Reconozco que lo averbal me atrae. Pero es lo mismo en el fondo. Es el arte de trocar. Mi poesía no viene de mí, sino de las fauces de un cielo primitivo.

¿Qué consejo daría a los jóvenes poetas que están iniciando su camino en la escritura?

Darle consejos a los jóvenes es algo inútil. Ellos saben ya lo que tienen que hacer. Los jóvenes son como peces: una ribazón. También las mujeres son peces: peces que resisten, esperan y aman. Los peces no hicieron ofrendas para evitar ser atrapados. La lección es sencilla: poetas, eviten ser atrapados, dejen de ser peces.

¿En qué proyectos literarios está trabajando actualmente y qué podemos esperar de su obra en el futuro?

Acabo de terminar un poemario y espero conseguir un editor. Y ahora me ocupo de escribir toda mi experiencia espiritual en África Occidental: una fusión narrativa que combina autobiografía, ensayo, poesía, aforismos, fotografía, dibujo… Sería mi taberna. 

¿Cómo sería?

Un poeta quiere tener una taberna: allí hay vino (que él mismo cosecha), hay comida (que él mismo cocina), hay tabaco (que él mismo macera) y hay música (que él mismo canta); y además, están los temas de conversación que él mismo recrea. Quien quiera visitar mi taberna podría encontrar una música distinta. A fin de cuentas, una flor exótica siempre es humilde y lo humilde también tiene su encanto.


Caracas/Santiago/São Paulo, mayo 2025.




Si estás en Caracas

Amigx, si estás en Caracas y te interesa la literatura venezolana, dirígete al Kiosko Adela, atendido por la poeta Florbella González, quien te ofrecerá varios de los títulos de LP5 Editora. El kiosko está situado muy cerca de La Poeteca de Caracas, frente al edificio Mene Grande, en Altamira. Horario de atención: 7:00-3:00pm




Sobre Soy el animal que creo, de Santos López. Por Ida Gramcko


Se mece un nido

Ida Gramcko


Soy el animal que creo / Santos López. Caracas: Fundarte (Cuadernos de difusión). 1987.

Aunque la lectura de poesía tenga un tono ontológico, pues ella se aboca a profundos problemas del hombre, una lectura psicológica tiene interés para la emocionalidad, pese a que no agote lo lírico. La interpretación como aventura apetecible. Y aunque tenga personalmente, como todos los humanos, una simbología particular, resulta fecundo ejercerla y ver hasta qué punto esos símbolos pueden ser cotejados con otros de espíritus afines. Se ha hablado mucho de la necesidad materna de los niños, de su necesidad afectiva. Un huérfano, una criatura que no ha sentido madre, aunque está viva, da salida a grandes problemas en el adulto. Desde luego que prestando atención al presente y no al pasado, se van resolviendo, con voluntad o querencia, los conflictos, pero hay momentos en que el ánimo del individuo se ve cargado de tensión y ello se debe u obedece a un drama infantil. En ese caso, sabe bien enseñar a amar lo que se vive hoy y a conservar del pasado lo mejor que éste tuvo: un cuento, tal muñeco, tal globo de colores. En «Cielos y ramajes», poema de Santos López, en el libro Soy el animal que creo, se nos dice:


Sin estaciones

En el resplandor de las hojas

Un nido se mece


Del ensueño

Un ritmo solemne 

De acequias y raíces


Hay plenitud en el poema. Y espontáneamente se nos unen las raíces expresadas en el verso con todo aquello que subyace en lo más oscuro del corazón humano. El nido se mece, además, y no se rompe, porque los huevecillos o pichones viven en paz. El ser humano no recuerda en estos momentos nada de la infancia sufrida. Pero a lo largo del poemario se nota una sensación o sentimiento de abandono y pareciera que el autor, en su situación, no encontrara espacio donde aposentarse con calor. Un lugar puede verse alterado, bellamente alterado, como en las obras cubistas, pero en este caso y en muchos otros se percibe una gran pesadumbre junto con el no poderse situar.


Todo es arder

El lugar parece un animal deshecho


Y en otro poema, «Soy el animal que creo», título del libro, nos expresa:


Me arrastro por otro lugar

Como un animal quebrado Al rastrojo


Y luego:


No miro Huelo            No huelo         Intuyo la presa

Los hijos La colina El refugio


Hay un deseo de apresar la niñez, con la cercanía de un monte y la noción de refugio. ¿De dónde proviene este abandono? Es muy lejano acaso, pero se ha ido abultando porque anécdotas posteriores, en la adolescencia o en la juventud, han vuelto a dejar en soledad. Y no es que las situaciones nuevas repitan la anterior. Lo que sucede es que llega un momento en que una pena se une a otra y no encontramos sino desierto, no hallamos sino intemperie en todo un tiempo vivido. Para los psicólogos, sería atrayente la lectura de los versos siguientes:


Sobre la piel

El retoño ciego


El retoño, la criatura que nace, sin vista, sin poder discernir nada en torno suyo. El retoño ciego es la vitalidad en desamparo. Hay versos en otro poema que indican lo mismo:


La historia es la bestia sin más

Abismo de anonimato    Mi pariente


Lo histórico devuelve el que fue niño a un nacimiento anónimo, al único parentesco que consiste en una sensibilidad sin compañía. No puede formarse una precisa y plena identidad sin un apoyo de nuestra biografía. ¿Qué puede forjarse o derivarse de las soledades con llanto? El temor, muchas veces. El temor de quedarnos solos en el mundo. Entonces, el quejido que en el verso de Santos López no resulta quejido, sino conversación en lenguaje, deviene de una pena y se asienta en un erial desamparado. Se teme, no a la muerte, sino a la vida. Porque la vida es brutal la mayoría de las veces.


Desde afuera nos gritan

¿Qué voz?

¿Cuántos afanes?


Algo llamaba mas no se sabe comprender qué es. El interrogante manifiesta el desconcierto del creador, en este caso. En el poema «Ritual de hambre» el poeta escribe:


Algo de algún terror me anima

Me espanto o paro

Eso estoy pensando


Ese algo, que gana en referencias con lo indefinido, es necesariamente un hecho o varios hechos padecidos. Y de pronto, en otro poema, añade:


Era tiempo de vientres

El momento más lejos        Nadie


¿Por qué era un tiempo de preñez o de vientres y a la vez el más lejano momento? No había nadie en torno a ese tiempo que podía florecer. Cuando no podemos encontrar en nosotros la alegría, y en la penumbra no hallamos una floreciente identidad, ¿qué acontece?


Se traga más uno mismo


Hasta desaparecer. Desde luego que el tinte dramático está ofrecido en lirismo, y también ―esto hay que sopesarlo― el poemario respira de pronto ámbitos serenos como al decir:


Concedo el oro a la tristeza


Pero, dentro de su dimensión lírica, toda esta poesía parece la confirmación o el planteamiento de un estado íntimo de orfandad, porque ello cabe que sea redimido.


Me acabo como nacido

Entre pezones


Versos que expresan la dificultad de los primeros días pues se acaba al nacer. Es natural que la melancolía o el dolor jueguen su carta umbrosa en una poesía que deviene de soledades, de imposibilidad de cercanía. Lo que pasa es que la poesía tiene su dialéctica propia en el sentido de que no impide sus momentos de plenitud dentro de un drama vivido.


El sol se empolva entre los árboles

Vida de animales hay en el estuario

Región de cielos y ramajes


Ni el drama ni el triunfo son en sí mismos una estética. Pero naturalmente se cree, o espontáneamente, que poesía es construcción, fundación, instalación de mundo. El alma estremecida por el llanto se encuentra borbotando o tratando de hallar un lugarejo donde afincar lo lírico. Y, a veces, ese lugar que no es espacial, se percibe instalado. Pero lo dramático retorna, y entonces el poema trabaja lo doliente y no el canto fundador.


Desde una primaria emoción, Santos López conduce sus poemas entre estacas, asperezas y erizos. Y ello se debe a una interioridad sacudida. Y dentro de una sensibilidad, erige de pronto breves rincones apacibles. Sería fértil una lectura en plan ontológico de este libro. Pero intenté la aventura psicológica, sin pretender que soy conocedora, que durante años leí muchos libros, que hice un trabajo sobre Kant y la psicología contemporánea por vía comparativa, estudiando el hedonismo en ella y en el filósofo, para lo que tuve que recorrer muchas páginas escritas por Freud y Jung. Pero no aspiro a una garantía en ese aspecto de la existencia, a menos que garantía sea tratar de leerse los sueños, querer interpretar nuestros propios símbolos.


Me agradaría una lectura, diferente a la mía, de este libro. Porque si el poeta dice:


Lo que se extiende a nosotros

La consternación de un clima

El animal que raya nuestra puerta


Nos percatamos de su miedo ―rayan su puerta unas garras― mas hay mucho más en Soy el animal que creo y, a veces ―no es lo usual― un humano animal tranquilo.




*Reseña del libro Soy el animal que creo / Santos López. Caracas: Fundarte (Cuadernos de difusión). Papel Literario: EL NACIONAL, Caracas, 5 de julio 1987/3.




viernes, 13 de junio de 2025

WHIGMAN MONTOYA DELER: Poesía Cubana Actual

 


Whigman Montoya Deler, 1973, Santiago de Cuba, Cuba. Licenciado en Letras por la Universidad de Oriente. Cuba. 2000. Master en Estudios Cubanos y del Caribe. Universidad de Oriente. 2006. Ha sido profesor de español como lengua Extranjera por más de 14 años en la Universidad de Ciencias Médicas de Santiago de Cuba, la Universidad de La Habana y Tianjin Foreign Studies University, Tianjin, China donde además impartió Literatura Española y Latinoamericana. Además, fue profesor de Historia de la Cultura de Iberoamérica y el Caribe en la Facultad de Español como Lengua Extranjera de la Universidad de La Habana. (FENHI). Se dedica a la investigación en la enseñanza del español como Lengua Extranjera y al tema de la mujer en la Cuba Republicana. Ha publicado el libro titulado El Lyceum y Lawn Tennis Club: su huella en la cultura cubana, 2017 Uno&Otros ediciones y los poemarios El oscuro bosque de mis manos, 2019 Ediciones Laponia y Nudo gordiano 2021 Ediciones Laponia y la segunda edición ampliada del El Lyceum y Lawn Tennis Club: su huella en la cultura cubana, 2022 Ediciones Laponia. Recientemente acaba de salir su tercer poemario Los cantos de Samael, 2024. Ha publicado sus trabajos en diversas revistas digitales y en la antología poética Impertinencia de las moscas, Miami y la antología para temas LGBTQ Orgullo e identidad, auspiciada por la Revista Cardenal. Es editor y codirector junto a Jorge Venereo Tamayo de Ediciones Laponia LLC Huston, Texas. 


El Toro de Falaris

Debemos ser dos para ser cuerno  
toros o bueyes.
Da lo mismo girar alrededor del molino
andar sobre el barro
llevar la carga
tener “limitaciones” en cuanto a doma:
no aprender a caminar hacia atrás es requisito para la 
/negación.
Hay que estar hasta los huevos, y no tenerlos, para salir al ruedo. 
Hay que tener semen en el frontal para el día del embiste.                                                                           
Allá ellos: los cérvidos y sus cuernas en días de mudanza
                    y los Falaris.


Desollamiento

Lo malo y lo aberrante se desplaza   
la carne desprovista de ropaje             
me dicen que por eso soy salvaje        
yo soy un ser humano, de mi casa.       
No sabe la persona que me abraza     
que quita capa a capa con su mimo       
que soy como una puerta, me reprimo   
y con tiras de pieles me decoro.         
De mí mismo las heces como el oro    
yo cargo en mi indigesta mi racimo.



La pera de la angustia

Si el mundo fuera diferente
si no hubiese esa gran manivela, ese artilugio 
el Behemot devorador de gramíneas  
no habríamos terminado en esta angustia fálica
obligados, a golpes, a desenroscarle los tornillos al silencio
a entregar la tinta nombrada en cada hoja   
luego ver el tormento de sombra perseguir al cuerpo. 
Pero a pesar de todo: 
de la pera, del lenguaje y el fuego en nuestras manos
convivimos con nuestra casa: cuerpo hueco.   
Sobrevivimos sin importar cuan humillante sea la falta
sin ni siquiera pensar llevarnos a la boca ni un pétalo de loto   
o nadie recordará lo que pasamos.



Péndulo

Cómo mírate por encima del hombro si me duele. 
Yo también tuve parto de brazos a mi espalda
y camino izquierdo hacia la muerte.
Cómo encogerme de hombros frente al afecto
sólo lo haría para no dar respuestas
o frente a mi propia y atada indiferencia.
Si todos hubiéramos podido arrimar hombros
el efecto de separar lo unido hubiera sido más llevadero.
Dos minutos y medio cuentan: 
no estamos en París sino en Cayena.
¡Yo que calafateaba barcos, esclavo de tus besos
hacía nudos y llevaba brazaletes empalmados
a la virginidad de las mujeres!
Pero ahora soy como un Flamen Dialis
impronunciable como la palabra cadáver 
o carne cruda.


Cinturón de San Erasmo

Con cada movimiento me lacera 
respiro lo preciso; limitado 
ceñido a mi cintura lo has atado
verdugo, tú el gusano de la Era.
Estoy determinado en una esfera 
ya nadie nos protege, nos desunen
que igual a un Ouroborus nos vacunen
tatuándonos la piel: la culebrilla
el hombro romperá la jeringuilla
los malos se trasmutan, se reúnen.