martes, 5 de noviembre de 2024
WILSON ALVES-BEZERRA: Poesía Brasileña Actual
SANDRA SANTOS: Poesía Brasileña Actual
FANNY CARRIÓN DE FIERRO: Poesía Ecuatoriana
Fanny Carrión De Fierro. Poeta, narradora y crítica literaria de Ecuador, nacida en 1930. Recibió el doctorado en Literatura de la Pontificia Universidad Católica de Ecuador, así como una Maestría de la Universidad de California en Berkeley y una Licenciatura en Educación de la Universidad Central de Ecuador.. Ha publicado varios libros y antologías de literatura, como: "La mazorca de oro y otros cuentos" antología de cuentos bilingüe (2010), "Donde nació la luz" (poesía bilingüe, 1999), "En la voz del silencio" (1980), etc. ha recibido varios premios literarios, como: "Premio Nacional de Poesía Gabriela Mistral (1958, 1961, 1981 y 1985), Premio nacional de Poesía de Ecuador (1962), Premio de Poesía "Juana de Ibarbuoru" (Uruguay, 1995), etc.
A NUESTRA RAZA
A nuestra raza el destino
no le ha dado sino el morir. Desprecia ahora
a la naturaleza, brutal poder que,
cruel, el daño universal imparte
y la infinita vanidad de todo.-
A SÍ MISMO
Ahora descansarás para siempre,
cansado corazón mío. Ha muerto
el extremo engaño que yo creía eterno.
Ha muerto, bien lo siento. Se ha extinguido
en nosotros no sólo la esperanza
de caras ilusiones, sino el deseo de ellas.
Descansa para siempre. Has palpado tanto. Nada
puede pagar tu agitación, ni de tus suspiros
es digna la tierra. Amargura y tedio
es la vida, nunca nada más, y fango el mundo.
Aquiétate ahora. Desespera
por a voz postrera. A nuestra raza el destino
no le a dado sino el morir. Desprecia ahora
a la naturaleza, brutal poder que,
cruel, el daño universal imparte
y la infinita vanidad de todo.-
AIRE DE SOLEDAD
Aire de soledad, dios transparente
que en secreto edificas tu morada
¿En pilares de vidrio de qué flores?
¿sobre la galería ilumina
de qué río, qué fuente?.-
AL LLEGAR LA VERDAD
Al llegar la verdad,
infortunada, tú caíste; y con tu mano
la fría muerte y la timba desnuda
desde lejos señalaste.-
DIOS MUEVE AL JUGADOR
Dios mueve al jugador, y éste, la pieza.
¿Qué dios detrás de Dios la trama empieza
de polvo y tiempo y sueño y agonías?.-
HA MUERTO
Ha muerto
el extremo engaño que yo creía eterno.
Ha muerto, bien lo siento. Se ha extinguido
en nosotros no sólo la esperanza
de caras ilusiones, sino el deseo de ellas.-
EL ESPACIO INTERMINABLE
el espacio interminable
que surge más allá,
y el sobrehumano silencio,
y la más profunda quietud,
donde el corazón
por poco no se aterra.-
***
Gracias luna, recuerdo que,
hace casi un año, sobre esta colina
yo venía, lleno de angustia, a mirarte
otra vez: y tú te erguías sobre los bosques,
como ahora, y hacías brillar todo con tu luz.
Pero húmeda y temblorosa aparecías
a is ojos, por mis lágrimas, pues dura
era mi vida: y o es, no cambia aún,
oh...mi querida luna.-
ESTEBAN CABAÑAS: Poesía Paraguaya Actual
Esteban Cabañas (Concepción, Paraguay, 1937) es el seudónimo de Carlos Colombino, artista plástico, poeta, narrador y dramaturgo. Pertenece a la generación del 60 y en la actualidad está considerado como uno de los mejores representantes de la lírica paraguaya.
Su primer título poético, Los monstruos vanos, apareció en 1964. Posteriormente ha publicado otros seis libros de poemas: El tiempo, ese círculo (1979); Los cuatro lindes (1981); Desentierro (1982); Premoniciones (1986); Foso de palabras (1992); y El náufrago insumiso, con el que obtiene el Premio "García Lorca 98". Es autor, asimismo, de dos obras de teatro: Momento para tres (1959) y La parábola del sitio más perfecto (1984).
Ha publicado cuatro novelas: Lo dulce y lo turbio (1998), ¿Quiere usted tomar un café en esa esquina? (2000), Juego cruzado (2001) y El dedo trémulo (2002).
En 1999 fue uno de los cinco escritores seleccionados para el Premio Nacional de Literatura, y en el 2002, Juego cruzado resultó ganador del Premio Municipal de Literatura, otorgado cada dos años por la Municipalidad de Asunción.
CÍRCULOS
1
La razón del círculo es imitar su cola sin principio
el posible regazo de la nada
su ojo anticipado a medianoche
como un sol
su redonda potencia
su complicada lumbre única
su soledad partiendo desde el centro
donde no llega el fin
ni donde gira el cordón cerrado del infinito
2
Qué soy yo
sino una piedra vuelta
cuyo rostro ha caído
Qué soy yo
sino el revés de un traje
al final de un ovillo
El círculo no soy yo
ni la evidencia
sólo un fin
que no se identifica
3
La soledad tiene la voz de la piedra
la soledad que muerde su despacioso aumento
como un furioso tren desenredado
La soledad que muestra su rostro resguardado
por horizontes quietos y brújulas sedientas
la soledad del viento cabellera de aire
cubre un campo viejo de cegados árboles
que desgarra su propia cola enhiesta
sin obstáculos
la soledad de la raíz sin tronco
la soledad del libro sin mirada
de un dedo solo de mano mutilada
la soledad sin respuesta
la soledad del grito desovando
pobre espejos caídos sin imagen
la soledad parada como un pito
de cópula siniestra
la soledad vestida de relojes
sin memoria posible
4
Suplir la piedra y encontrar el aire
donde el sueño se incuba su vigilia
y el silencio en ruidos permanece
En el principio los círculos cerrados
donde el pie la cabeza
Todo tiende hacia nada
y lo eterno descubre
el tiempo de morir
5
Dar la vuelta
es realizar el recuento
la insistencia del día que no cesa
No es un aire ni un pájaro entendible
Es un poema negro
como un signo vacío
Yo soy aquí con esta voz
con estos ojos
el más ciego y el más silencioso
porque no tengo nada sino esto
Porque este sueño vano de ser otro
es como ser libre
6
En el eje que no domino
el caminar ladea su sombra
y es el suelo que estira su solidez
fuera de sus limites
Quién está marcado
quién amarra el aire
de qué seca semilla nace el silencio
pero es el seno un zapato sin pie
una envoltura
un olvidado aire
un sol un rio un ave
un volverse lentamente hueco enorme
un pozo de metal inútil
en que el eco golpea su repetido eco
La cáscara que enarbolo en el eje
no es mi rostro
7
Qué traición apreciable es este rostro
sin mirada ni grito
El tiempo esconde a la tormenta su despeinada mano
dividida por hebras sin destino
Oh materia de animal apagado en las ventanas del sueño
sin reflejos en el ciego cristal
que asume sus estrellas de hastío hasta morirse
8
Porque este rostro es una herida
una herida que habla
y que repite otra herida
porque este rostro se pronuncia como un rostro
sin poder evadirse de sí mismo
parque evadirse es todo un eterno círculo
uno se encuentra al fin sin vuelta posible
y porque no existe la posibilidad de encontrarse
de otro modo
9
Subo en la burbuja del tiempo
sin sostener la piel
sin empujar su anhelo
solo en el aire del espanto
con los pájaros negros aplastados
contra el cielo
Desplumada la tarde
hacia el otro camino más leve
donde deja su traje el otoño
y las hojas grabadas de inquietud
tiemblan al paso
allí
en su esfera de vidrio
se refleja mi mejor rostro
el más perfecto
el que adivina su muerte
10
El rostro que ha pasado guarda el secreto
el sin sentido
la imposible razón no admitida
la espalda del momento
La rapidez del aire lo evapora
con el olor de la nada
Ya no ocupa su boca la palabra
y la sed le traspasó los labios
las manos trasparentes
se han comido los senos de la noche
quedando como dos cuencas vacías
Sólo Él camina sin pasar
por su dormida secuencia
11
El rostro cae como fruto inútil
y el tiempo devora su cola de infinito
el puño marca la encendida violencia
con salvajes fuegos
con heridas que escapan a la sombra
de un ojo decisivo.
Ya nadie rescata su vengativo impulso
y el cuerpo levanta su máscara imposible
MATEO MORRISON: Poesía Dominicana Actual
Mateo Morrison (Santo Domingo, República Dominicana, 1946), poeta, abogado y ensayista, galardonado con el Premio Nacional de Literatura en 2010. En 1970 fundó el reconocido Taller Literario César Vallejo. También ha sido director del Departamento de Cultura de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, viceministro de Cultura del gobierno dominicano y director, durante dos décadas, del suplemento literario “Aquí”
I
Vivo aquí donde fallece el viento.
Muero para renacer
tal vez
en tu memoria
La daga que construyes para herirme.
El cuchillo imantado que lanzas a mi pecho.
La tea con que incendias mis pisadas.
La herida en mí descuidado rostro.
Las abejas que entrenas para emponzoñar mi espíritu.
Las aguas infectadas del jardín que cultivas para ensañarte
en mi cuerpo derribado.
El pistoletazo que buscaste en el poema de Maiakosky
para penetrar en mi sien.
Los restos de cicuta que indagas en la historia para que su esencia
destruya mis entrañas.
Las investigaciones que avanzas para aprender y aplicarme
las torturas más sublimes de la postmodernidad.
La cámara de gas que fuiste a conocer para estudiar
la posibilidad de mi holocausto particular.
La mirada que exhibes cada mañana forzando
a refugiarme en la quietud.
¿No son suficientes para detener tus asedios a mi sombra?
II
No
Sí
Quizás
Tal Vez
Alumbra rápido
La noche
Podría
Estallar
En nuestras manos.
III
Lo armonioso viene de tu piel,
suave y húmeda como ciertas cavernas.
Cruzo por tu desierto de espejos,
que me multiplican los sudores del deseo.
Tu sombra me cubre.
Ya puedo entrar en ti
bañado de gemidos.
IV
He aquí donde están colocadas las criaturas
que van a ser estatuas.
Entes tallados sin sudores
y sin nada que circule por sus venas.
Ya están listas lejos de las ciudades donde deambulan
tantos seres anónimos que nunca serán esfinges.
Trasladen ya a los seleccionados para la gloria
y déjennos con nuestra intrascendencia,
dispuestos a morir como llegamos,
emitiendo un pequeño grito.
Arropándonos con la sábana del olvido.
SOFÍA CRESPO MADRID: Poesía Actual Venezolana
Sofía Crespo Madrid es una poeta y traductora nacida en Valencia, Venezuela en 1995. Es graduada Filología Hispánica por la Universidad de Salamanca, donde obtuvo una beca de colaboración (2017-2018) en el Departamento de Literatura Española e Hispanoamericana para estudiar la obra de Rafael Cadenas. Cursó el Máster del Profesorado en la Universidad Complutense de Madrid, en la especialidad de Lengua y Literatura. Ha publicado dos poemarios, Tuétano (La Poeteca, 2018) y Ayes del destierro (Libero, 2021). Aparece en antologías en América Latina y en España, como Última poesía crítica. Jóvenes poetas en tiempos de colapso (Lastura Ediciones, 2023), Matria Poética: una antología de poetas migrantes (La Imprenta, 2023), entre otras.
Extraídos de Ayes del destierro (2021):
I
Yo pertenecía a una casta de mujeres dolidas, seducidas por el musgo y las voces del estruendo.
En nuestra sangre corría la enfermedad del olvido y aprendíamos a tejer en el aire, aunque para nadie. Todas sabían el significado de partir y de partirse, desde adentro. Todas atesoraban pequeñas cucarachas en los rincones.
Pero mi raza era de distinto linaje. Sabíamos hablar una lengua sin huesos. Yo concebía el amor dentro de las cavernas, entre la humedad y el silbido.
Yo no podía partirme. Entonces ya no pertenecía y ninguna mujer me pertenecía. Tuve que abandonarlas a todas.
EN EL PATIO DE ESCUELAS MENORES
Marmóreo gimes Fray Luis cuántas veces dime
si soltaste un aullido desde tu celda hacia tu celda
si te sentías solo y sin nadie
más que tu amor a unas cuantas palabras
de una lengua extranjera
Cuántas veces dime te sostuvo
cada llamada al cielo negado
si se te pudría el aliento detrás de cada padre nuestro
si murmurabas bésame con los besos de tu boca
ante una cruz mustia
y ya muy tarde
Te digo Fray Luis te digo
yo también burlaré los antojos de esta vida
con cuanto teme y cuanto espera,
pues Dios es un nombre
para el orden oculto
en sueño y en olvido
sepultado.
DESCONFIANZAS
me siento a la mesa y escribo
con este poema no harás la revolución
no dormirás el hambre
con estos versos no dejarás de ser extranjera
no vivirás el tiempo de a sorbos
ni despertarás a la fecha en el pasaporte
con este poema no desmentirás la revolución
ni alcanzarás la palabra inocente
con estos versos no podrás despedirte de nadie
ni besar a tu madre
no tendrás asilo en la nostalgia
no conjugarás presencia o espera
me siento a la mesa y escribo
MARIA DAYANA FRAILE: Poesía Venezolana Actual
miércoles, 16 de octubre de 2024
ANA ILCE GÓMEZ ORTEGA: Poesía Actual Nicaragüense
Ana Ilce Gómez Ortega (Masaya, 28 de octubre de 1944 - 01 de noviembre del 2017). Poeta y periodista nicaragüense, miembro de la Academia Nicaragüense de la Lengua desde el 2006. Destacada figura de la poesía contemporánea nicaragüense. Fue madre soltera y asumió la causa y la lucha por los derechos y reivindicaciones de las mujeres. Fue opositora del régimen somocista desde los años 70 y fue miembro de la Asociación Sandinista de Trabajadores de la Cultura ASTC. Sus obras: Las ceremonias del silencio. 1975; Poemas de lo humano cotidiano. 2004; Poesía reunida. Editorial Pretextos. 2018
Ser o no ser
Vivir.
Ser o no ser no es el problema
sino planchar la ropa
atizar el fogón
escribir unos tiernos y antiguos poemas
mirarse en el espejo el otro rostro del rostro
descubrirse lobo triste por las noches
por las mañanas mujer cuerda.
Ser ejemplar y sobria y verbigracia
Mantener todo en orden más te vale
Disponer todo a tiempo Dios te asista
Ser o no ser no es el problema
sino tener el alma lista
para amargos si acaso o si hubieras.
Y una vez más enfrentarse al mande usté
como usté guste
pulir el piso espejo
lavar la ropa nieve
secar la loza estirpe
disimulando mugres y maneras.
Pero a pesar de todo
amar la telaraña vida
la hambruna vida tuya y de los otros
insultarla si quieres
abrazarla si quieres o si puedes.
Ser o no ser no es el problema
sino ese perdón barato que te entregan.
Y al final de la tarde
has ensayado todo te reprimen
has cumplido el deber no eres tan buena
tu cabeza da vueltas tiovivo
resaca de la piel, costra de olvido.
Esgrime tus cuchillos argumento
empuña tus espadas yo no quiero
atrévete de una vez sueña tu sueño
entra en la escena mundo
como quien entra a la sala de partos
de la vida por primera y alegrísima vez.
Plántate y rebelándote, revélate.
Ser o no ser no es el problema.
La muerte no es una mujer
La muerte no es una mujer
con el cráneo pelado y una corva guadaña
entre las manos.
La muerte es un hombre que galopa
entre las noches que columpia el insomnio.
Es un varón disfrazado de oscura damisela.
Tiene unas rosas en las manos
y un cordel para colmar el cuello.
Alguien un día dibujó a la muerte
con rostro de doncella. Pero ella es él,
pálido, abyecto,
que en la noche se llega hasta mi sueño
y como un perro fiel
me hace aspirar su aliento de témpano
y misterio
y con fría insistencia se me acerca
y me lame los pies.
Furiosos pájaros
Estos son los furiosos pájaros
del deseo.
Ellos son negros.
Ellos se mueven sin hacerles
una señal determinada.
Un día los vi venir con sigilo, con sorna, con prisa en sus oscuras patas. Ahora los veo pasar
–¡Negros y eternos pájaros!– reconociéndome y saludándome.
A UNA MESA
Esta mesa fue de mi abuelo.
Sobre ella más de una vez reclinó su cabeza
y durmió largas siestas
donde se mezclaban vía crucis tormentas
toques de queda
y mujeres furtivas que se marchaban a la nada.
Esta mesa fue de mi padre.
Sobre ella pintaba pájaros y vírgenes
y naturalezas vivas
y mi madre planchaba sobre ella
con la plancha de carbón.
¿Quién era más triste:
la plancha, el carbón o mi madre?
Mía también fue esta mesa
y sobre ella escribí un día estos versos
que nadie se atrevería a publicar.
Cada generación tiene su historia.
Cada sueño su raíz. Cada mesa es como
la palma de una mano. Sus líneas
nos pueden revelar en el momento preciso
de dónde proviene
la madera de los sueños
la nostalgia de las manos
o el lenguaje cifrado
del corazón.
MAYRA SANTOS-FEBRES: Poesía Actual Puertorriqueña
Mayra Santos-Febres nació en Carolina, Puerto Rico, en 1966. Estudió Literatura en la Universidad de Puerto Rico y dos posgrados en la Universidad de Cornell, Estados Unidos. Ha sido profesora invitada en varias universidades de Latinoamérica y Estados Unidos. Es profesora de Escritura Creativa de la Universidad de Puerto Rico en Río Piedras y miembro del Instituto Internacional y Multicultural de la UPR. Obtuvo, entre otros premios, el Letras de Oro y el Juan Rulfo, ambos en el género de cuento, finalista del Premio Primavera 2017 por Nuestra Señora de la Noche y las becas John S. Simmon Guggenheim (2017) y la Rockefeller Bellagio Center Residency en el 2018. Algunas de sus obras se han traducido al francés, inglés, alemán, croata, coreano, islandés e italiano. Es autora de los libros de poesía Anamú y manigua (1990), El orden escapado (1991), Boat People (1994), Tercer Mundo Lecciones de renuncia (2014-20), Huracanada (2018); y de las colecciones de cuento Pez de vidrio y otros cuentos, El cuerpo correcto, Un pasado posible y Mujeres violentas. Además publicó las novelas Sirena Selena vestida de pena (2001), Cualquier miércoles soy tuya (2002), Fe en disfraz, Nuestra Señora de la noche y La amante de Gardel y el ensayo Tratado de Medicina Natural para Hombres Melancólicos y Sobre piel y papel. En el 2019 ganó el Premio Nacional de Literatura de la Academie de Pharmacie en Paris, Francia por La amante de Gardel.
(cambiar de nombre)
cambiar de nombre
de células de identidad
cédulas de igualita celda
dos por dos
son cable de tape en la manos
célula de grito y edad
procedencia
rito
y otra vez al mar
a cambiarse el nombre
células de inmensidad
celdas que idéntico se generan
helios y sol en griego con aspas
de libélula
rémora y un corral
más fuerte quel papel
aprisionando
una foto dos por dos que atrapa mueca
de manos con cable de tape a la espalda
a panza de perrera con pestillo
a punto de partida, otro corral
y de nuevo al mar
crédula de identidad
selva de agua
con sus ciudad enorme de muertos
hinchados en sal.
Llegas a la ciudad donde te pierdes
cambiado más flaco
más lleno de cristal tu ojo
más acostumbrado a la muerte
más a los ruidos de motores
al ruido, al infinito ruido de los carros que parecen tripa de mar
de asfalto, de alimaña
llegas más acostumbrado a insultar
más flaco
con otro recorte
con otros artefactos bajo el brazo
no ves los letreros, no hace falta
llegas acostumbrado a andar perdido
y sin casa
llegas a seguir trabajando en lo mismo
más a la defensa de un rollito de papeles que mandas
a la antigua casa
llegas invisible
hace meses que no te miras al espejo
llegas sin afeitar a la ciudad anónima de brea en tu alimento
al ruido
ruido
al rumor de mantarraya por el cielo
llegas y juras que estás en el fondo del mar
no puedes creer lo que respiras
allá a lo lejos
un cachito de esquina con bodega, y aromas recordados
te tocas la verga en una esquina por aquello de comprobar
que llegaste con ella puesta
que no la olvidaste en el transporte
llegas con otro nombre
con otras residencias envueltas en un papelito verde
llegas y buscas la playa por instinto
estás de espalda al mar
llegas y hueles una alcantarilla que parece la proa de una yola
llegas y sabes que andas de paso
más raudo que antes
azaroso
llegas y sabes que estas a punto de irte
y que nunca te moverás de lugar.
(este cuerpo es un país)
este cuerpo es un país- pensó la mujer que escribe
la que por vez primera puso
su estampa sobre las superficies de la tierra.
este cuerpo es materia
como la piedra
y en él se encuentran dos sangres
la que traen los hombres de la caza
la que traemos las mujeres a la puerta.
una sangre atrae la depredación,
la otra marca los ciclos del tiempo.
veintiocho lunas
y la sangre resurge oscura
se vuelve tinta permanente
me convierte en fruta de la fruta.
estas piedras que todo lo han visto
conocen la historia.
sabe que todas las sangres son una.
(a las guerreras las marca)
a las guerreras las marca siempre la renuncia-
enseñan las viejas de la estirpe.
las marca la luna solitaria
que vierte su luz
ancha y amarilla
desde el firmamento.
todos la desean y le temen
pocos se aventuran a tocarla- cuentan las sabias de la estirpe.
las viejas guerreras
lo cantan. así lo escriben en sus cortezas
o sobre las piedras.
la luna es la reina guerrera- cuentan.
a quien ella selecciona
se le llena la cabeza de preguntas
pero una sola es la respuesta:
la renuncia.
MÓNICA VELÁSQUEZ GUZMÁN: Poesía Actual Boliviana