jueves, 6 de julio de 2023

PATRICIA GUZMÁN: Poesía Venezolana Actual

 


Patricia Guzmán (Caracas, Venezuela, 1960).

Poeta y ensayista venezolana, comunicadora social egresada de la UCAB. Autora de ocho libros de poesía: De mí, lo oscuro (Pen Club, 1987), Canto de oficio (Pequeña Venecia, 1997), El poema del esposo (Pen Press, New York, 1999 y 2000), La boda (Casa Nacional de las Letras, 2001), Con el ala alta. Obra poética reunida 1987-2003 (El otro & El mismo, 2004), Soledad intacta (Antología y Addenda crítica / Bid & Co. editor, 2009), Trilogía (hilos editora, Buenos Aires, 2010) y El almendro florido (Kalathos ediciones, Madrid, 2017), títulos que han merecido la atención de la crítica internacional que distingue su voz, tanto en los poemas breves como en los extensos, como infatigable e impregnada de resonancias de la literatura mística de Occidente. Su nombre ha sido incluido en las más importantes antologías de poesía venezolana. Como ensayista ha compilado y prologado las obras completas de figuras tutelares de la poesía venezolana como Ana Enriqueta Terán, Reyna Rivas, Hanni Ossott y Ramón Palomares. Obtuvo el doctorado en Literatura Hispanoamericana en la Universidad de La Sorbona. En su trayectoria profesional destaca tanto la dirección de suplementos literarios de los más reconocidos medios, como su desempeño académico como profesora de la Escuela de Comunicación Social de la Universidad Católica Andrés Bello, de la que fue directora. Reside en Venezuela.

De Canto de Oficio. Editorial Pequeña Venecia, 1997.


LA ESPADA DEL ÁNGEL


La espada del ángel está húmeda de saliva de pájaro dormido en mi lengua

Con espada de ángel le corto los cabellos a los pájaros

Denme espada de ángel para quitarle los ojos a mis hermanas

Ábranle la boca al ángel para llorarlas

Ábranle la boca al ángel para echar dentro mi lágrima mi lengua

Mis hermanas recogen flores con la espada del ángel

Yo guardo flores en la boca de los muertos

Yo guardo flores debajo de una taza

Yo guardo flores para calmar mis nervios

Mi esposo dice que no estoy muerta

Mi vida está colgando de la espada del ángel

Yo le doy manotazos a los pájaros

El ángel me dio su espada para que le golpeara las alas

El ángel me come el pecho

Mis hermanas dicen que no es bueno besar en la boca al ángel

El ángel guarda su espada en el vaso de agua que me ofrece mi esposo


Mis hermanas dicen que mi esposo es bueno

Yo me quiero ir al país del ángel

Yo quiero saber de qué se alimenta

Yo quiero limpiar un poco su casa


El ángel no habla

El ángel canta para mí si los pájaros y mis hermanas se callan

El ángel tiene una espada para defenderse de los perros

La lucha siempre es con el ángel

El ángel es un animal manso y cansado

El ángel es un animal de agua y no de aire 

Le he pedido al jardinero de mi casa que llene de agua el jarrón grande de la sala:

Voy a cortar un ángel, un pájaro, para recibir a mis hermanas

Cuando me quiten el corazón



Cuando me quiten

el corazón



dénselo 

a mis hermanas



No sabrán

qué dice

a quién nombra



Pero le pegarán

la boca

le pasarán

las manos

Todas las noches


Dénselo

YO HE QUERIDO APRENDER A CANTAR


Yo he querido aprender a cantar, siempre he querido

Y se lo he dicho a mis hermanas

Les he dicho que me escuchen

Les he dicho que me avisen que canto

Les he dicho que no me besen en la boca mientras canto

Que no inviten a nadie para que me oiga

Yo he querido aprender a cantar, siempre he querido

No sé por qué no me oyen

Si sé que a la voz se la llama con la mano

Si yo no voy a entrar en el cielo de nadie

Si yo no me voy a tomar el agua de los demás

El canto es bueno

Y uno no olvida estar triste


De La rosa acallada en Soledad intacta. Bid & Co. editor, 2009.


EL CIELO TIENE UN LADO SORDO


El cielo tiene un lado sordo

Conviene abrir las cajas


Empacar los ojos

Asentir en el vacío del vacío


Contemplarnos

                        piadosamente


El cielo tiene un lado sordo


Quién alcanzará la luz de los oídos

Quién hará girar la caja

Y hallará morada la conciencia informe

Y hallará morada la respiración sorda

Y en la ventana encarnará la sombra  


En ayuno              Para dar inicio


Ahora que el horror retumba en el cielo de sus bocas


Enormes, por el canto de los que les falta

Enormes, por el rojo de su lengua


Cargando sus corazones como geranios mutilados

Deseosos de plantarse aquí

Enterrar el alimento que no tuvieron tiempo de acercar a la lengua de los pájaros


                                                                                               Fatigados del aire

                                                                                               Fatigados de respirar


El cielo tiene un lado sordo

Asienten entre cajas



Y la espera pesa sobre sus párpados

Y la espera pesa debajo del viento


Debajo del lado sordo del cielo


Que les corona con plumajes encendidos


Encendidos como tulipanes enjaulados


En el lado sordo del cielo 



SED DE ESCUCHARLE SUFRO


Sed de escucharle sufro


Alcancé a decir


A pedir agua


A espiar mi sangre


A cantar a deshoras


A cantar por nada

                              que habitar confiadamente y vivir reposado busco

Quebrantada he sido

Quien me sane no hallo

Quien me levante del sueño que habla

Quien me guarde

Quien me enlace a su cuello

                                que habitar confiadamente y vivir reposado busco


                                 Que con sabiduría se edificará la casa y con prudencia/

                                                                                                     se afirmará

                                  Y las cámaras se hincharán de todas riquezas


Sed de escucharle sufro

Alcanzar favor intento


Antes del vuelco del corazón

Antes del bocado y la corona

Antes

Por la herida

Por la queja

Antes de atreverme a cantar

                                                   que habitar confiadamente y vivir reposado busco



Obstinado empreño me mueve

Mas el cielo yace entero

La flor erizada

El pájaro parado

El pájaro enlutado 



De La Casa de los Afligidos. Hilos editora, 2010.


“LA CASA DE LOS AFLIGIDOS”


Hincada amanezco

                                          A las puertas de la casa de los afligidos



Coronada abro los ojos en casa de los afligidos


He llegado hasta aquí


                                   Obedezco el mandato del canto

 


Levanto la aldaba

 


Levanto la aldaba y me santiguo con la niebla


He llegado hasta aquí



                                   Obedezco el mandato del canto

De El Almendro Florido. Kalathos ediciones, 2016.



EL ALMENDRO FLORIDO


Veo sucumbir la tierra de mi alma

Y la tórtola atestigua que mi corazón late

                                              silencioso y lejano


Y la tórtola sobrevuela

en torno a las rosas 

en torno a sus almas abiertas


Desasida me hallo

ante la rosa desfigurada

                                        de cara al cielo

                                        y cantada por un ángel



“Rosa, tú que llevas

hasta un día de oro”

                                  llévame contigo


Donde alienta la flor del almendro

“La muerte no tendrá dominio”




Ya se alza el ala maltratada de la tórtola

y me entrega un puñado de dolor

                                        en el cuenco del corazón

Lo inexplicable me recorre en voz baja

al soplo del almendro que apura sus flores

                                          aquejadas de esperanza


Vayamos a contemplar bajo sus ramas

la llamada de la culpa


Inclinémonos

y derramemos caridad y bondad

La Virgen del árbol seco (Inédito).


Primera parte

Siento voces que me llaman 

Un clamor perfumado de arboledas tupidas de soledad

donde claman pájaros, abundantes pájaros,

congregados entre las ramas de un árbol seco

En medio del que se halla, protegida por un precioso ovalo, una Virgen,

una diminuta y hermosa figura de mujer cubierta por un largo manto que/

                                                                               cae con gran delicadeza

Y entre sus brazos sostiene a un niño dorado 

quien ha convocado pájaros de melodioso pero entristecido canto


Los pájaros yacen expuestos espiritualmente

Los anima el deseo de librarse del peso de las culpas

Culpas que desconocen, pero sienten el peso

El peso turbador de la belleza manifiesta, de la belleza prístina

Del amor consumado y aun así casto


Embriagados por la divina luz en sus corazones turbados

buscan refugio entre los huecos de los acantilados sembrados/

                                                                      de débiles y pestilentes flores

Allí, entre las cavernas de piedra, hemos de encontrarnos, antes de rendir 

tributo a la Virgen, y gustar el mosto de granada


Embriagados espiritualmente podemos divisar, entre las ramas del árbol seco,

la llama de la divina luz en el pecho del niño dorado que sostiene/

                                                                    la purísima figura de la Virgen



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